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13

—Confianza en uno mismo—dice
Yungyeom.

Lo miro con expresión dubitativa,
mientras se sube unas medias totalmente negras hasta el muslo. Acabo de preguntarle qué es lo que, según él,
más les pone a los chicos cuando se
trata de sexo y, dado que esperaba una
respuesta grosera, su sinceridad me ha
cogido por sorpresa.

—¿En serio?

—Oh, sí. —Asiente rápidamente—.
Los hombres aprecian a un chico que
tiene confianza en sí mismo y que está
segura con su sexualidad. Y tomar las
riendas tampoco hace daño. A ellos les
gusta cuando tú das el primer paso.

—Se me da fatal dar el primer paso
—suelto.

Yungyeom va a su armario y hurga en el
fondo. A continuación sale con un par de zapatos co plataforma negros.

—A ver, él te gusta, ¿verdad?

—Claro.

—Y quieres tener relaciones sexuales
con él, ¿no?

Esta vez soy más lento en responder.¿Quiero acostarme con él? ¿Seguro? No
estoy en contra de esa idea, y no es que
aún sea virgen porque esté
reservándome para el hombre con el que me voy a casar, o el amor de mi vida. Sé que el sexo es un hito monumental para algunas personas, pero, personalmente, no creo que perder mi virginidad vaya a ser
la cosa más importante que haga en la
vida.

Me atrae Jin, sí, y si acabamos
acostándonos esta noche, pues genial. Si
no lo hacemos, también bien. Después
de la forma en la que conectamos en la
torre de agua la otra noche, estoy más
interesado en salir con él que en
desnudarme.

Aunque desnudarme, al menos parcialmente, sin duda forma parte de la agenda de esta noche.

Le envié un mensaje hace una hora
para pedirle que viniera a casa, y
Yungyeom ha accedido a dejarme la
habitación libre. A pesar de que sigue
de resaca después de ayer, se ha
comprometido a quedarse fuera hasta la
medianoche. Ahora son solo las siete, lo
que nos da a Jin y a mí mucho tiempo
para estar juntos. Y quizá mantener
relaciones sexuales. O quizá NO
mantener relaciones sexuales. He
decidido que ya veré qué pasa.

—¿Jungkook?

Salgo de golpe de mis pensamientos.

—Sí, supongo que quiero acostarme con él. Si el momento es el adecuado.

—Entonces tienes que separarte de la
multitud.

Arrugo la frente.

—¿Qué quieres decir?

—Oh, vamos, ¿te das cuenta de la
cantidad de personas con las que se ha
acostado? Un harén. Y es KimSeokjin,
cariño… Apuesto a que es superbueno
en la cama. No quieres ser solo otro
chico al que mira con esos ojos azul
claro y se lo tira. Quieres mostrar
confianza, ser sexy y tomar el control.
Enséñale que ha conocido a su media
naranja.

Me muerdo el labio. Mostrarme
confiado y sexy no es mi estilo. ¿Y
tomar el control? Siempre he estado más cómodo sentado en el lado del copiloto y he dejado que la otra persona lleve el volante.

—Ah, y necesitas mostrarle que te va
el rollo morboso. Que estás preparado
para cualquier cosa.

La risa nerviosa me hace cosquillas
en la garganta.

—Ya, ya. ¿Cómo se supone que voy a
hacer eso?

—No lo sé. Métele un dedo en el culo
cuando le estés haciendo una mamada.

Casi me atraganto con mi propia
lengua.

—¿QUÉ?

Yungyeom me ofrece una sonrisa
descarada.—Oh, Dios, vaya si se nota que eres virgen. Pero sabes que el juego anal es muy divertido,  él te lo hizo.

— No estoy seguro de que él no me quiere cerca de su culo. Además creo que entraría en pánico al no saber que hacer.

—En serio piensalo, su orgasmo sería
espectacular.

—No le voy a dar ningún masaje de
próstata —digo con timidez.

Nos miramos el uno al otro por un
momento, luego nos echamos a reír, y
me siento bien al reírme con él de
nuevo. Ni siquiera me importa ya que
plantara la semilla que Maya y Piper utilizaron para hacer crecer un árbol de
mentiras. Yungyeom es mi mejor amigo y lo conozco desde que teníamos seis
años. ¿Es egoísta a veces? Sí. ¿Es
demasiado cotilla? Absolutamente. Pero
también es dulce y leal, y siempre está
ahí para mí cuando lo necesito.

—Está bien, nada de meterle el dedo
en el culo —cede—. Pero lo de la
confianza va en serio. Le volverá loco.

—Lo haré lo mejor que pueda.

Yungyeom entrecierra los ojos, mirando
de arriba a abajo mi look con minuciosa
atención.

—Te vas a cambiar antes de que
venga, ¿verdad?

Echo un vistazo a mis vaqueros
ajustados y a mi top corto y negro.

—¿Qué hay de malo en lo que llevo?
¿Sabes? Mejor no respondas a eso.
Estoy cómodo así y no voy a cambiar mi
forma de vestir por un chico.

—Bien, pero cambia tu top por un blanco. — Sube y baja las cejas—. Así él podrá ver tus pezones a través del top, y estará cachondo y aturdido desde el principio.

—Tomaré eso en consideración.

Yungyeom me da un beso en la mejilla y
a continuación suelta un gritito.

—Oh, Dios mío. No me puedo creer
que vayas a tener relaciones por primera vez esta noche.

—SOLO si el momento es el
adecuado —le recuerdo.

—Cariño, es Kim Seokjin —dice con una sonrisa—. No hay nada malo en
hacerlo.

***

¿Vienes a mi resi esta noche?

He estado mirando el mensaje de
texto de Jungkook desde que salí de la
ducha. Y eso fue hace, oh, treinta y ocho
minutos. Espera… Miro el reloj
despertador. Ya son treinta y nueve
minutos.

Debería responder. No he hablado
con él desde el jueves. Por supuesto,
no es una cantidad inmensa de tiempo,
teniendo en cuenta que es sábado y que
tenía planes para cenar con su padre  ayer. Así que, técnicamente, solo he
estado evitándolo durante un día y
medio.

No obstante, él no sabe que lo estoy
evitando. Si lo supiera, no me habría
invitado a su residencia.

Así es como yo lo veo. Tengo tres
opciones.

Opción 1: no hacer caso de la
invitación.

Y si vuelve a escribir otro mensaje,
ignorarlo también. Y luego seguir
ignorándolo, hasta que pille que no estoy interesado, lo cual es una mentira
enorme, porque SÍ que estoy interesado.
Me divierto con él y, si no estuviera
tan jodido en la cabeza por la movida
esta con Jimin, sin duda seguiría viendo a Jungkook.

Joder, no debería haber permitido que
sucediera la cita improvisada del
jueves. No es justo haberle dado falsas
esperanzas.

Lo que me lleva a la opción 2:
responder el mensaje y rechazar la
invitación. Decirle que no puedo verlo
más porque (inserte su excusa de mierda AQUÍ).

Excepto que…, bueno, excepto que
me han despachado por mensaje alguna
vez y es una puta mierda.

Y eso nos lleva a la opción 3: ir allí y
hablar con el en persona. Esa es la
opción madura, por la que sin duda debo optar. Pero la idea de vislumbrar la más mínima pizca de dolor o decepción en sus ojos me revuelve el estómago.

Sé un hombre de una vez.
Mierda. Supongo que es hora de
ponerme los pantalones de chico mayor.

Sé un hombre, sé fuerte, apechuga y esas cosas. Después de nuestra noche en la torre de agua, Jungkook merece mucho más que un «no» por SMS.

Ahogando un suspiro, tiro la toalla
con la que me he estado cubriendo los
últimos… cuarenta y dos minutos ya.
Cojo unos bóxers y unos pantalones
vaqueros limpios, me los abrocho y me
pongo el suéter negro que mi madre me
regaló por Navidad. Me queda más justo
que las camisetas que normalmente uso,
pero es el primero que encuentro en mi cómoda y tengo demasiada prisa como
para cambiarme.

Cojo el teléfono de la cama y escribo
a  Jungkook.

Yo: ¿Cuándo?

Ella: Ahora, si quieres.😄

Lo subraya con un emoticono
sonriente. Mierda.

Yo: Voy.

Diez minutos más tarde, apago el motor
de mi coche en el aparcamiento que hay
detrás de la zona residencial del campus
y me dirijo andando a la Residencia
Fairview. Cuando llego a la puerta, me
siento abrumado por la duda. Y por una
dosis importante de nervios. Tomo una respiración profunda. Joder, no es que
vaya a romper con él. No somos
pareja. Simplemente estoy haciéndo le
saber que mi situación no es la mejor
para continuar con lo nuestro en este
momento. No quiere decir que hayamos
acabado para siempre. Es solo que…
hemos «acabado para ahora mismo».

«¿Acabado para ahora mismo?»

Brillante, tronco. Vas a asombrarlo
con tu prosa lírica.

Llamo con el puño en la puerta,
armado con mi super impresionante
discurso de despedida, pero cuando se
abre no tengo oportunidad de abrir la
boca. En realidad, borra eso, rectifico:
no tengo oportunidad de decir ninguna
palabra. Mi boca sí que está abierta, porque Jungkook tira de mí hacia su
dormitorio oscuro y me besa. Si mi boca
estaba cerrada, ¿cómo se supone que ha
podido meter su lengua dentro?

Ese beso es completamente inesperado y más sexy que cualquier cosa que he experimentado en mi vida.

Envuelve sus brazos alrededor de mi
cuello y me apoya en la puerta aún
abierta. Se cierra cuando mis hombros
chocan contra él y de repente estoy
atrapado entre la puerta y el suave y
cálido cuerpo de Jungkook.

Sus labios juguetean con los míos
hasta que dejo de ver con nitidez; a
continuación, se separa un instante sin
aliento.

—Llevo queriendo hacer esto todo el
día.

Se inclina de nuevo.

Oh, joder. No dejes que te bese de
nuevo. No…

Mi lengua se enreda con la suya en
otro duelo encendido. Mierda. Pongo
mis manos en sus caderas con la
intención de empujarlo suavemente y
crear distancia, pero ya no tengo control
sobre mis propios dedos. Se deslizan
hacia abajo y se clavan en su firme culo,
acercándolo más en lugar de
DISTANCIARLO.

Con su boca aún pegada a la mía,
agarra la parte de debajo de mi suéter y
tira hacia arriba. No sé cómo encuentro la fuerza de voluntad para romper el
beso.

—¿Qué estás haciendo? —grazno.

—Quitándote la ropa.

Oh, mierda. Mierda, mierda, mierda.

La única razón por la que le permito
quitarme el jersey es porque la tela está
atrapada alrededor de mi barbilla y
cuello, y necesito mi boca para hablar
con él, para detener esto. Pero
entonces lanza el jersey a un lado y toca
mi pecho desnudo, y mi cerebro
cortocircuita. Él acaricia
delicadamente con sus dedos mi
abdomen y emite un sonido entrecortado.

Es una mezcla de gemido y gruñido tan
sexy, que envía una chispa de lujuria
directamente a mi polla. Mis huevos se tensan, elevándose dolorosamente
cuando sus dedos encuentran la hebilla
del cinturón.

—Jungkook, yo… —En lugar de terminar
esa frase, suelto un quejido en voz alta,
porque, mierda puta, él no solo me
baja los pantalones.

Él se baja y se pone de rodillas y
empieza a hacerlo.

Estoy bastante seguro de que acabo de
asegurarme una plaza en el infierno por
esto. He venido aquí para terminar lo
nuestro y en su lugar estoy empujando mi polla en su cálida y húmeda boca.

Maldito sea el que inventó las
mamadas. Son tan buenas… y hacen
cosas terribles con tu mente; o lo que es lo mismo, la vacían de todo pensamiento lúcido. No puedo centrarme en nada que no sea la succión apretada alrededor de mi capullo. El camino de exploración de
la lengua de Jungkook mientras me lame arriba y abajo por mi pene, antes de chupar la punta de nuevo.

Enredo una mano instintivamente en
su pelo, temblando mientras agarro la
parte posterior de su cabeza para
acercarlo. Él gime y el sonido vibra a
través de mi cuerpo, una promesa
seductora que hace que me tambalee y
esté cerca de perder el control. Dios. No
tengo ni idea de cuánto tiempo está
arrodillado dándome placer, pero de
repente, la necesidad de TOCARLO me
consume. Necesito deslizar mis manos por todo su cuerpo y hacerlo enloquecer
tanto como me está haciendo enloquecer él a mí ahora.

Con un ruido estrangulado, salgo de
su boca y lo cojo por debajo de los
brazos para ponerlo de pie. Y entonces
vuelvo a besarlo, frenéticamente, casi
desgarrando su ropa, hasta que se queda desnudo. Oh, Dios bendito, está
desnudo. ¿Cómo narices, en un lapso de
CINCO MINUTOS, he dejado que esto
se me fuera de control?

Pero no puedo pararlo, joder. No
puedo dejar de besarlo. No puedo dejar
de estrujar sus nalgas. No puedo NO
llevarlo a la cama y poner mi cuerpo
encima de él. Mi pene está entrenuestros cuerpos, juntando ambos penes haciendo una fricción delirante mientras nos besamos tan
profundamente que parece que
quisiéramos tragarnos el uno al otro.

¡Para esto ya!, me regaña una voz.

Dios, no PUEDO. La deseo demasiado.

¡¡Para esto ya!!

Sí, esa voz es mi conciencia, tratando
de impedir que cometa un grave error.
¿Por qué no puedo hacerle caso?¿Por
qué no puedo…?

Jungkook rompe el beso y me mira con
sus grandes ojos negros, nebulosos, y de
pronto toda su bravuconería se ha ido.

El chico seguro y sexy que me ha
atacado en la puerta se ha transformado en una chico tímido y sonrojado que
dice:

—Eh, bueno…, escucha… No me he
acostado nunca con nadie.

Oh, MIERDA.

Esas siete palabras parten mi corazón
en dos.

¡Hijo de puta! Ni de coña. Ni de
casualidad le puedo hacer esto.

¿Liarme con él cuando sé que voy a
dejarlo? Criticable. Pero, ¿hacer que
pierda su virginidad? Imperdonable.
Ah, ¿y mi plaza en el infierno? Sigue
totalmente asegurada.

El silencio se extiende entre nosotros
mientras busco las palabras correctas
que decir. Algo que es super difícil cuando los dos estamos desnudos.

Cuando mi polla está tan dura que
podría cortar un diamante por la mitad.
Jungkook deja escapar un suspiro
tembloroso.

—¿Eso es un problema para ti?

Abro la boca.

Y digo:

—Sí.

Jungkook parece sorprendido.

—¿Qué?

—Quiero decir, no. No hay nada de
malo en ser virgen. Pero… no podemos
hacer esto. —Me levanto a trompicones
de la cama, con la misma gracia que un
potro recién nacido. En serio, mis
piernas se tambalean a más no poder y
analizo el cuarto en busca de mis pantalones. Puedo sentir su mirada en mi espalda. Tiene los ojos clavados en mí.

No quiero mirarlo más, porque sé que
todavía está desnudo, pero no puedo
evitar mirar un instante de reojo y su
expresión de dolor parte mi pecho en
dos.

—Lo siento —le digo con firmeza—.
No puedo hacer esto. Es tu primera vez
y te mereces algo…, ALGUIEN…,
mucho mejor que yo para tu primera vez.

Él no pronuncia ni una palabra, pero
incluso en la oscuridad puedo ver el
fuerte rubor en sus mejillas. Y cómo se
muerde el labio inferior como si
estuviera intentando no llorar.

Su silencio hace que el sentimiento de culpa que corre por mis venas sea más
profundo.

—Estoy en un momento super jodido
ahora mismo. Me lo paso genial contigo,
pero… —Trago saliva—. No puedo
darte nada serio.

Jungkook finalmente habla, su voz firme
y tensa de vergüenza.

—No te estoy pidiendo que te cases
conmigo, Seokjin.

Mierda, ha dicho mi nombre completo.

—Lo sé. Pero el sexo…, el sexo es
serio, ¿sabes? Especialmente para alguien  virgen. —Me trabuco con las palabras, sintiéndome como un completo idiota—. Tú no quieres hacer esto conmigo, Jungkook. No estoy bien de la cabeza ahora mismo y creo que he estado tratando de distraerme de toda la mierda que hay en mi vida, y tratando de conseguir a otra persona y…

—¿Otra persona? —me interrumpe.
Ahora hay un punto de enfado en su tono

—. ¿Estás interesado en otra persona?

—Sí. No —corrijo rápidamente. A
continuación gruño—. Pensé que lo
estaba y quizá todavía lo esté. No sé,
¿vale? Todo lo que sé es que esa chico
me ha tenido hecho polvo durante meses, y no es justo para ti si… hacemos esto… cuando yo… —Me paro. Estoy
demasiado confundido e incómodo como para seguir adelante.

Evitando mi mirada, Jungkook baja de la cama y coge una camiseta del respaldo de la silla del escritorio.

—¿Me estabas utilizando para olvidar
a otra persona? —Se mete de golpe la
camiseta por la cabeza—. ¿He sido tu
DISTRACCIÓN?

—No. Te lo prometo, me gustas
mucho. —Me estremezco al darme
cuenta del tono de súplica de mi voz—.
No he estado utilizándote de forma
intencionada. Eres la hostia de increíble,
pero yo…

—Oh, Dios mío, no —me corta—.
Por favor…, cállate, Seokjin. No podría
soportar el rollo «no eres tú, soy yo» en
este momento. —Se pasa ambas manos
por el pelo, su respiración empieza a ser
poco profunda—. Oh, Dios. Esto ha sido
un error tan grande.

—Jungkook…

Me interrumpe de nuevo.

—¿Me harías un favor?

Es difícil hablar con el nudo gigante
que tengo instalado en mi garganta.

—Lo que necesites.

—Vete.

El puto nudo casi me ahoga. Respiro
profundamente, ignorando la sensación
de ardor en la garganta y el dolor en el
pecho.

—Lo digo en serio. Vete, ¿vale? —
Me mira fijamente—. Quiero que te
vayas ahora mismo.

Debería decir algo más. Pedirle
disculpas de nuevo. Tranquilizarlo.
Consolarlo. Pero me aterra pensar que,
si me acerco, acabe dándome un
Puñetazo o, peor aún, que empiece a
llorar.

Además, ya está yendo hacia la puerta
para abrirla. No me mira mientras
espera. Mientras espera a que me vaya.

Mierda. La he cagado tanto… Me
duele el corazón, literalmente, cuando
me dirijo tambaleando hacia la puerta.
Me detengo en el umbral, buscando el
coraje para mirarlo a los ojos de nuevo.

—Lo siento.

—Sí, deberías sentirlo.

Lo último que oigo cuando salgo al
pasillo es el sonido de un portazo detrás
de mí.

^^^^

Nose ustedes pero yo sentí un nudito en la garganta.

Cuando dije que ellos serían rápidos me refería a que serían rápidos en cagarla jajjaj

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