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⠀⠀⠀⠀⠀ 五 ━ rutinario。

ᶜᶤᶰᶜᵒ
    
      

Aquel chico de cabellos ________ está haciendo su rutina de todos los recesos. Bueno, ese era el plan, pero Taro Yamada no deja de seguirlo, está observándolo desde la esquina junto a Budo Masuta, y él, amenazando con voltear para descubrirlos, apenas puede ver el momento en el que se esconden.
        
        

─Mmm, creo que voy a querer... ¡Ah! ¡Ya sé! Quiero este ─pide el estudiante, señalando la funda del teléfono con el pokémon que le gustaba.
         
        

─Yo quiero una funda para mi Nintendo, esta de Naruto estaría bien, por favor ─comenta el otro.
        
        

Después de contar el dinero que los otros miembros del club de videojuegos le entregaron, inmediatamente tenía nuevos clientes, ellos solían gastar bastante para adornar su extravagante salón (donde había todo tipo de maquinaria que les servía de entretenimiento).
        
        

─¿N-No puedes bajarnos el precio como la última vez? Sé que llevas haciéndolo desde que nos conocimos, pero... Realmente es muy caro ─pide uno de ellos, después de haber solicitado otro producto.
        
       

Inmediatamente todo el club se vuelve testigo de la mirada fría del vendedor, misma que cambia a una sonrisa agradable como si la petición no fuese una falta de respeto.
          
        

─Bien, si quieren un descuento, ya saben que hacer para compensarme ─respondió, para escribir algo en su teléfono, lo que resultó ser un mensaje individual para los estudiantes─. Es mi última oferta, ¿aceptan, muchachos?
         
        

Los nuevos precios después del descuento son un verdadero alivio, digno de la emoción de sus clientes. Toman sus manos y le agradecen repetidas veces, como si fuera su salvador, y después de acordar su visita el día de mañana a su club, puede irse tranquilo con los bolsillos repletos de dinero.
        
        

─Agh, mi espalda ─se queja, posando una de sus manos en su hombro, para tratar de llegar a sus omóplatos, donde comenzaría a masajear sus adoloridos músculos con la intención de erradicar los malestares que le producían muecas.
         
        

Se preguntaba si con todo el dinero que estaba ganando finalmente alcanzaría la meta que se propuso cuando comenzó a trabajar. Había entregado muchos pedidos ese día, bien por él, fueron quince clientes en total, y una de sus visitas incluyó ir al club de ocultismo a entregar una pluma que parecía un hueso, cuya tapa era un cráneo.
       
       

Como todos sus recesos, lo único que le queda es descansar en una banca hasta que el tiempo de espera se termine, y pueda regresar a su salón. A pesar de su cansancio, sus pensamientos lo guían a pensar que todo este trabajo duro tiene una recompensa, y dicha recompensa lo alivia lo suficiente para ignorar su estómago vacío, y continuar en busca de una banca para descansar esas piernas. La pasarela imaginaria de asientos, con participantes tentadores pero inertes que lo hacen meditar por varios minutos, es interrumpida por los pasos de dos indeseables acercándose por detrás. No oculta que sabe que están allí, y voltea en el momento justo para verlos detenerse abruptamente, y a pesar de que saben que fueron vistos, deciden ocultarse, Budo detrás de una maceta, y Taro abajo de una banca.
       
        

Una gota de sudor baja por su nuca, ¿de verdad piensan que no los vió? No sabe si son tontos o están jugando con él. Pensarlo demasiado hace que le duela la cabeza, y solo se siente más irritado por no poder cerrar sus ojos y dormir en alguna de esas cómodas bancas.
        
        

─Salgan de ahí, sé que han estado siguiéndome desde que comenzó el recreo ─suspiró, llevando sus dedos al puente de su nariz.
       
       

─Budo─kun, creo que nos descubrió ─susurró Taro─. Es hora del «plan B».
        
       

─Enterado ─susurra de vuelta aquel chico, para correr directo al vendedor de Avón.
         
        

─¿Qué pedo? ¿Qué pedo? ─murmura perplejo, antes de que Masuta lo haga caer hacia atrás pateando uno de sus pies, para después llevar una de sus manos por debajo de sus rodillas, y la otra en su espalda.
         
        

Este movimiento terminaría con el chico de ojos ________ encima del hombro de Budo, quien demostraba su poderosa y trabajada musculatura al no necesitar tener que forzar sus brazos de más para cargarlo, pesaba menos que un saco de boxeo, de hecho, es más ligero que un costal de papas.
       
        

─¡Lo tengo, Taro─kun! ─afirma, y Taro se acerca solo para salir corriendo junto al chico de las artes marciales.
       
        

Espera, ¿me acaban de secuestrar?
         
       

─¡Oigan! ¡Déjenme! ¡Esto es un secuestro! ¡Los voy a demandar! ─grita molesto, para comenzar a mover sus piernas buscando que Budo se termine cansando de llevarlo en hombros.
         
        

Lo único que logra es que el chico inhale fuertemente, y con toda su fuerza de voluntad encendiendo sus ojos, su cabeza voltea para ver a Taro, solicitando su ayuda.
        
        

─¡Taro! ¡Plan C! ─exclama el joven azabache.
         
         

─¡Plan C mis huevos! ¡Bájame, Budo! ¡Conozco gente de poder! ¡Mi vecina tiene un pitbull! ─amenazó el chico, colocando sus manos sobre sus hombros para tratar de alejarse de él, sin embargo, la mano de Budo sobre su espalda baja era más fuerte.
         
          

Taro se acerca rápidamente, y saca de su bolsillo un rollo de cinta. Definitivamente lo están secuestrando.
    
         

─Lo siento, _____________─kun, esto es por tu propio bien ─responde él, tomando un pedazo de cinta y cortando una gran tira.
     
         

Su piel ________ palidece, y su corazón agitado aumenta sus latidos cuando el chico se le acerca con las malvadas intenciones de atar sus manos y pies. Un amarre en sus tobillos y sus muñecas es suficiente para inmovilizar al joven, y antes de que pueda hablar, un pequeño trozo tapa sus labios, callando todo grito de ayuda que pueda exhalar.
        
        

─¿¡Mmph?! ─trató de expresar, y antes de darse cuenta, un pedazo de tela cubrió sus ojos.

Solo podía reconocer los sonidos a su alrededor, en algún momento un miembro del consejo estudiantil habría cuestionado este comportamiento de parte de los dos estudiantes, y su respuesta fue tan tonta que le confunde el hecho de que le creyeran de inmediato. «Estamos jugando policías y ladrones», sorprendentemente ellos los dejaron continuar, había una pequeña probabilidad de que hayan sido informados por el presidente del consejo para creer en las palabras de Taro.
     
          

─¡Dejando cargamento! ¡Beep! ¡Beep! ¡Beep! ¡Beeeeep! ─exclama Taro, imitando el sonido de un camión de basura.
    
        

Siente que lo dejan sobre algo blando, y no se tardan en quitar la cinta de sus pies y manos con unas tijeras. Tan pronto remueven la cinta de sus labios (la cual terminó por arrancarle pedazos de su piel hasta hacerlo sangrar), empieza a reclamar a los dos adolescentes.
        
          

─¡Lo sabía! Sabía que ustedes dos eran los más homosexuales de todo el colegio, desde que los conocí tenían cara de querer chuparme el pene, y sepan que no voy a dejar que me quiten la virginidad tan fácilmente. ─Sus reclamos dejaron de tener sentido cuando removió aquel pedazo de tela por su cuenta.
     
         

Quedó boquiabierto cuando vio que ellos solo lo trajeron al patio para almorzar con él. Sentados sobre un mantel a cuadros, y con una gigantesca lonchera en el centro, sus mejillas estaban tan rojas por su mal hablado nuevo amigo, que no podían mirarlo a los ojos. Conocía este lugar, Taro siempre pasaba el recreo en esa zona, leyendo su libro favorito mientras se sentaba en una banca, o incluso en la fuente que se hallaba en el centro.
     
         

─Oh... ─soltó avergonzado, para sonreír con incomodidad─. Pues perdón, pero fue su culpa, pudieron invitarme a comer como la gente normal.
        
         

─¿Habrías aceptado? ─cuestiona Taro, con una expresión alegre, como si no supiera la respuesta.
        
          

─Definitivamente... ─antes de continuar, puede ver como los dos chicos ensanchan sus sonrisas─. No.
     
         

Consigue muy fácilmente que ambos expresen su tristeza en la comisura de sus labios. Viéndolo como dos cachorros hambrientos de amor. Estas caras le causan gracia, pero sabe que tiene que ser firme, aunque realmente le gusta la idea de almorzar con amigos, aprecia más su vida y la de su familia.
       
        

─¡Vamos, mi mamá te hizo el almuerzo! Está agradecida contigo porque me ayudaste... Además... Yo le ayudé a cocinar ─confiesa, llevando su mano su nuca con nervios.
     
       

─¡El desayuno es la comida más importante del día! ─prosigue Budo, quien se había quitado la chaqueta de la escuela, por lo que solo poseía la camisa blanca que traía puesta por debajo.
     
         

El atlético joven extiende su brazo, y luego hace fuerza para mostrar sus pronunciados músculos.
     
       

¿Me acaba de llamar "niño flaco desnutrido"? Pensó aquel, frunciendo el ceño con desconfianza.
     
        

No es mentira que siente envidia por esos músculos, son tan grandes que las ganas de sentir si son tan duros como la roca aparecen como una idea loca en su mente. Niega con la cabeza, necesita decir no, sabe que los efectos de negar un regalo con una carga seria de sentimientos podría causar una terrible imagen suya, y precisamente por eso es que va a negarse, a pesar de que su corazón duela al estar conmovido aunque sea ligeramente por el regalo.
     
       

─Ahhh, chicos, aprecio la intención, pero no tengo hambre, además, no suelo desayunar ─responde, evitando encontrarse con sus miradas.
        
          

Su estómago no está de acuerdo con eso, el olor de la comida proveniente de la lonchera es tan potente para llegar a invadir sus fosas nasales, y solo pudiendo pensar en tratar de imaginar el contenido para tratar de convencerse en que no puede ser tan bueno, se termina llenando de ideas que lo hacen pensar en que, efectivamente, tiene hambre. La insistente mirada de ambos tratando de convencerlo parece estar dando frutos, y Taro para lanzar el golpe final, abre la lonchera. El olor a platillos empanizados y fritos causa que una gota de saliva resbale por su comisura.
      
        

─Es tempura, tu favorito ─afirma Budo con seguridad.
       
           

Diablos, diablos, DIABLOS y centellas, me veo en la obligación de aceptar, pero no es que quiera, me dan lástima.
        
          

─Ja ja ja, falacias, yo no tengo platillos favoritos... ─No convencía a nadie de todos modos con esa cara de «muerto de hambre»─. ¿Quién te dijo eso, Budo?
     
          

─Mi hermano me hizo el favor de preguntarle a tu hermana ─responde con sinceridad, pero solo causa el enojo de _________________.
     
          

El ruido del viento ayudando a danzar a los árboles de cerezo, y las aves revoloteando y canturreando lo acompañan por un momento, no puede negarse después de todo. Han atacado justo en su punto débil, y empeorar las cosas, su hermanita fue cómplice.
     
          

─Mmm... Me lo voy a comer, pero solo porque me dan lástima, no porque me encante el Tempura, que no es así ─mintió tan evidentemente que solo puede generar las risitas de los otros dos.
        
          

Taro se alegra tanto que su expresión sombría cambia en menos de un segundo, para transformarse en gozo puro. Pensar que _______________ probará algo hecho por sus propias manos, hace que la emoción lo invada. Sus manos llegan a los palillos prestados por él mismo, los mismos atrapan un camarón frito, y cuando sus labios se acercan a probar dicho alimento, puede ver como una sonrisa lo invade, realmente le gustó.
     
        

El de cabellos ___________ relame sus labios, esta acción se ha convertido en una provocación para Taro Yamada, y esos ojos de amor enfermizo que ha empezado a sentir por _______________ vuelven a mirarlo fijamente.
    
        

Al verlo tomar un pedazo de zanahoria con la mano tras ser incapaz de usar los palillos. El chico come normalmente, lamiendo sus dedos para no dejar ningún exceso que se convierta en un desperdicio de comida. Budo lo ve comer bien, y le alegra que también coma algunas verduras.
       
           

─Mmm... Rico Tempura... ─murmura para sí mismo─. Y bien, platiquen algo chido, no se queden callados.
      
         

─Es cierto, hay que conocernos mejor... Yo empiezo, ¡Soy Budo Masuta! Me gustan los deportes, sobre todo las Artes marciales, he ido a más de sesenta torneos, soy el segundo campeón estatal, y mi comida favorita es el arroz, tengo cuatro hermanos menores, y aunque no tenga tan buenas calificaciones aún así me esfuerzo tanto como puedo ─exclama con tantos ánimos que los otros dos sonríen─. Ah, y mi color favorito es el azul.
     
         

─Ah, padrísimo... ¿Y tú, Taro? ─Realmente no le importaba, pero prefería escuchar algo de ruido en lugar de comer en silencio.
          
          

─Bueno, yo soy Taro Yamada, me gustan los libros, pero tengo una saga favorita, «The Warrior Omega», amo al protagonista, he leído cada uno de los libros y comprado todos los productos, puedo comer lo que sea, aunque depende de la apariencia de la comida, pero particularmente me gustan las cosas dulces, mis calificaciones son pasables, y mi color favorito es el rojo ─dijo, está claro que tiene una obsesión por esa saga de libros.
      
          

─Ahh, que bonito ─comenta ________________, para después tratar de presentarse por primera vez en su vida escolar─. Bueno, me llamo ________________ Pérez, pero pueden llamarme «el vendedor ambulante», ya que nadie nunca se aprende mi nombre. Soy una persona genérica en este mundo, no tengo comidas favoritas... De verdad no me gusta el Tempura, lo odio... ─aún así, devora el delicioso alimento, porque realmente lo ama─. Mi única habilidad es ser un excelente vendedor, no tengo amigos, y no pienso tenerlos, ya que una relación de vendedor y cliente siempre es perjudicial, y todos son mis potenciales clientes, también, todo potencial vendedor es mi enemigo... Sobre todo si vende Natura o Herbalife.
      
         

Solo pensar en esos otros vendedores lo llena de enojo. Se roban sus clientes sabiendo que está prohibido en el código, son leyes básicas entre vendedores, no, no solo eso, son principios. Malditos vendedores sin escrúpulos, piensa apretando la mandíbula.
      
          

─Cielos, eso es triste, debes haberte sentido muy solo ─esa sola frase y esa mueca triste de Budo logran hacer latir su corazón.
     
        

¿Solo? Sí, se sintió muy solo... Hasta ahora.
    
        

Pensar que ahora se sentiría feliz por ver a esos dos estúpidos haciendo tonterías por él, que su rutina diaria sufriera de cambios irreversibles por un error tan tonto de parte suya, y su enternecido corazón, latiendo ante la idea de estar acompañado, apresuradamente trataba de hacer que el cerebro cambiase de idea.
          
            

Es tu última oportunidad, __________________, puedes rechazarlos ahora, pensó. Escucharlos a ambos discutir sobre que sabor del helado napolitano es mejor, causa una inevitable sonrisa en su rostro.
         
         

Pero quizá, si solo somos amigos... No haya peligro...
        
          

Cuando sintió una mirada de repulsión en su espalda, la sensación de peligro en su nuca lo devolvió a la realidad. Este mundo no es normal, así que no puede permitirse actuar como un adolescente «normal». Tener amigos es el lujo de los afortunados, y él es un chico con mala suerte. Justo como esos presentimientos indicaban, sentía que Ayato lo estaba observando, solo él puede tener esa mirada tan pesada. Rara vez se siente observado, y rara vez se equivoca con sus presentimientos.
     
         

Dejando de lado su momentánea depresión, sus piernas tiemblan, y siente que su piel se ha puesto fría. Toma el termo de agua de Budo, y sin pedir permiso le da un gran trago.
     
        

Él se siente sorprendido por la repentina acción del chico, pero al verlo encogerse de hombros y agacharse lentamente, prefiere no decirle nada.
        
          

─Bebe con cuidado, te puedes ahogar ─advierte el azabache, tomando su hombro pensando que quizá se había atragantado.
      
        

─¿Estás bien, __________________? ─cuestiona Taro con preocupación, tratando de acercarse a él también.
      
           

Ninguno lo notó, pero él solo tomó el termo para ver detrás de sí a través del reflejo, y con ello habría de confirmar que, sí, Ayato Aishi estaba escondido, observándolos detrás de unos arbustos. Traga saliva fuertemente, en momentos como este, lo único que queda es pretender que nada malo está pasando. Hacer notar a Ayato es un error de principiante que significa tu muerte instantánea.
     
           

─Se me fue un pedazo de zanahoria, putas verduras, yo siempre supe que eran malas para la salud, por algo saben a culo... Por poco ya ni la contaba, se los juro, hermanos ─dijo, extendiendo su palma como si ya estuviese bien, pero sin querer levantar la mirada, pues le temblaba el labio.
          
            

─Jajaja, ay, ________________, que susto me diste ─ríe Taro, volviendo a su lugar.
     
         

─¿Te vas a comer las verduras? ─pregunta el joven Masuta, también tenía hambre.
      
         

─Son todas tuyas, Budo ─y así continuó comiendo solo lo crujiente.
     
        

Después de haber roto la rutina, era obvio que tendría que haber una consecuencia, y aquella era que Ayato Aishi tenía a __________________ Pérez en la mira.
     
          

Sus manos por poco destruyen ese hermoso arbusto, le hierve la sangre al ver a su querido amor cerca de ese chico, del cual no sabe absolutamente nada, y por si fuera poco, Taro ha cocinado para él. Definitivamente tiene que morir.
    
        

A veces quedarse dentro de la burbuja de la rutina es la mejor opción.

2959palabras

Y q les digo, volví
después del hiatus.

Jajaja, lol 😹

Oigan, q krajo, esta historia
ya tiene como 20K, ¿tanto
les gusta mi humor kgado?

I mean, es la primera vez
q hago un fanfic-comedia.

Jsjs, y se vienen otras cosas
nuevas.

Hay muchos fanfics en mi
borrador en proceso, los
temas serían los siguientes:
— Videojuegos
— Caricaturas (sin especificar
para q sea sorpresa)
— Locos
— Más monstruos
— Y cositas chingonas

Q les aviso q se vienen cosas
pero no les dije nada, soy
tremenda 😜

En fin, ¿les gustó?
¿Vieron faltas de ortografía?
Si es así, ya saben, informen
de inmediato, sin miedo.
Luego se me va el dedo o
la vista me falla, así que
agradezco mucho si me
informan <333

¿Alguna serie favorita de
su infancia?

¿Color favorito?

¿Comida favorita?

¿Qué personaje de
Yandere Simulator es
su favorito?

Los leo, mis potaxies ☕

Sin más, nos vemos
hasta la próxima.

ATTE⨾ 02 ~

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