Todo protagonista tiene una historia de origen cuanto menos trágica que te provoque empatía hacia él. Bueno no sé si la mía tendrá ese efecto, pero mi vida es cuando menos poco envidiable.

¿A qué me refiero con poco envidiable? Simple, vivo una vida que casi nadie desearía tener. No es que sea mala o llena de problemas, sin embargo, estoy seguro de que, si te presentaran la opción de elegir qué rumbo tomar, no considerarías escoger la mía ni por un segundo.

Recluido en el rincón de un salón durante todos mis años de preescolar y la mayoría de los de primaria, siendo esta la época donde se supone que los niños comienzan a socializar con personas fuera del círculo familiar.

Sumergido en libros e historias de fantasía todo a raíz de mi pobre o nula capacidad de interacción con otros.

Demonios, soy un Otaku, láncenme un jabón por favor.

Dejemos de lado por un momento mis lamentos y continuemos con lo que les quiero dar a entender.

En lo que a mí respecta, nadie quiere estar solo. Los mejores momentos se pasan con una agradable compañía y los lazos que se forman mediante recuerdos juntos son invaluables para nosotros.

Lamentablemente, no es mi caso.

O al menos eso pensaba hasta que conocí a Akina Takahashi, quien se convirtió en mi amiga de la infancia y en la única luz en una existencia engullida en una solitaria oscuridad.

Incluso alguien como yo puede desarrollar sentimientos como cariño y formar una amistad.

Lo malo es cuando estos van creciendo más y más hasta transformarse en amor.

Para no hacerles el cuento largo, por los años que pasé con Akina, me enamoré de ella y decidí confesármele.

Una confesión de amor hacia una amiga cercana no siempre resulta bien, en la mayoría de los casos agrieta la amistad, pero quiero correr el riesgo.

Así que, si deseas ver lo que me espera, los invito a leer mi historia.

La historia de... Akiro Itō.

¿Conseguiré un final feliz con la única luciérnaga en este oscuro bosque llamado vida? ¿O la luz se apaciguará y quedaré solo como hasta antes de conocerla? ¿Qué haré en caso de que esto último suceda?

En fin, solo el tiempo lo decidirá.

Sin embargo, tal vez ese deseo... no llegue a manifestarse en el mundo real.

Posiblemente... me espere otro camino a recorrer...

Y es muy probable, que lo que creía querer... cambie radicalmente.

Acompáñame en esta travesía para averiguar si obtendré mi tan anhelado final feliz.