Volumen 1. Capítulo 3. Matar dos pájaros de un tiro.
Mi hermana y yo nos encontramos en el centro comercial, ella insistió en llevarme tan pronto terminó de hacer la lista.
La distancia entre mi hogar y este lugar no es mucha, con solo tomar un tren es suficiente, en unos 10 minutos llegamos, bendito sea el sistema de transporte en mi ciudad.
Volviendo a lo importante, nuestro objetivo principal era comprar ropa, por lo que Aneko me obligó a venir de compras con ella. No pensé que empezaríamos esta misma tarde.
Olvidé mencionarlo, pero, en su universidad, es algo así como una Idol, una mujer inalcanzable para todo hombre que intente acercársele con intenciones de cortejarla. Con miedo de crear algún malentendido diré que en verdad es hermosa, tiene los rasgos finos y delicados de mi madre con la personalidad extrovertida de mi padre.
Yo soy feo y antisocial ¿Qué procede? ¿Fui adoptado?
Mentira, no soy feo, tal vez sea arrogante que yo mismo le diga. Sin embargo, dejando de lado mi cabello que cubre poco más de la mitad de mi cara y mi personalidad sombría, soy bien parecido, solo no se me da bien el diálogo con las personas, quizás eso hace que la gente se olvide de mi apariencia física y se concentre en lo que les desagrada.
¡Hey! Eso significa que los amigos que he tenido lo han sido por mi interior, diría eso si tuviera amigos aunque no es el caso, así que olvídenlo.
Me acabo de deprimir solito.
-Deja de hacer caras raras y préstame atención-.
Mi hermana cortó mi hilo de pensamiento y me golpeó en el hombro izquierdo.
Recurriendo a la violencia como siempre, sin embargo, esta vez tiene razón, divagué en mis pensamientos y la estoy ignorando, aún cuando ella amablemente me está ayudando.
Seré más agradecido.
-Lo lamento, lo lamento-.
Me disculpé mientras me desviaba la mirada.
-Lo dejaremos pasar, ya que tenemos poco tiempo-.
¿Dijo poco tiempo? El centro comercial cierra en 5 horas y no tienes ningún otro compromiso ¿Cómo que tenemos poco tiempo?
-Bien, antes de empezar, veo que trajiste contigo tu billetera, dime ¿Cuánto efectivo tienes?-.
Es algo normal tener dinero cuando sales a algún sitio, es más, lo considero indispensable, nunca sabes si se presentará una situación en la que lo ocupes.
-Tengo unos 100,000 yenes ahorrados...-.
Le respondí eso restándole importancia, aunque fui interrumpido por un grito.
-¡¿100,000 yenes?! ¡¿Cómo demonios tienes tanto?!-.
¡Hey! ¡Hey! Mis oídos, estoy a un costado tuyo, te escucho fuerte y claro, no ahora claro, en este preciso instante solo percibo ruido blanco y estática.
Fruncí el ceño en señal de dolor.
-Nunca he gastado más de lo necesario, compro libros y uno que otro manga o novela, sé administrar mi dinero ¿Por qué crees que quiero estudiar contaduría? ¡El dinero que me sobra hoy me puede servir en un futuro! Así que prefiero guardarlo y hacer que crezca-.
Inflé mi pecho lleno de orgullo por mi responsabilidad.
Ya en serio, nunca me ha agradado despilfarrar dinero. Mis padres nos dan cierta cantidad del mismo una vez cada semana, del cual no uso ni una décima parte, era obvio que el resto lo ahorraría.
Debería abrir una cuenta de banco. Detalles luego.
-Me haces sentir como alguien irresponsable, tendrás que invitarme a comer y quizás así me recupere emocionalmente-.
Desconocía lo interesada que eres.
No uses una excusa tan mundana, Aneko. Ya tenía pensado invitarte a comer como agradecimiento, evita hacer algo que cause que me arrepienta de mi decisión.
-Como sea, tú lo dijiste, tenemos poco tiempo, así que, estoy a tu cuidado, hermana-.
Cambié el tema antes de enfrascarme en una conversación sin sentido.
Esto pareció recordarle el motivo por el que vinimos.
Rápidamente tomó mi muñeca y me jaló.
"¡Qué fuerte es!".
No en serio, su fuerza no es normal, me sentí como un muñeco de papel siendo arrastrado por una tempestad.
-¡Pasemos a la primera tienda!-.
Ella dijo eso llena de energía, energía que a mí me falta. Apuntó hacia adelante y en menos de 5 segundos ya estábamos cruzando la puerta.
En condiciones normales odiaría comprar ropa, pero como mi hermana se está esforzando demasiado por un deseo mío, motivado por un objetivo mandando como la venganza, no diré nada ni me quejaré.
Yo soy el responsable de esta situación.
Y continuaré con mi decisión hasta las últimas consecuencias.
O eso creí...
-¡Akiro, Akiro! ¡Prueba esto!-.
Extendió un par de pantalones de tela de mezclilla.
-No me asfixiarán las piernas ¿Verdad?-.
Odio usar pantalones demasiado ajustados, siento como si a mis piernas no les llegara la sangre necesaria.
Aneko me mira con cierto disgusto.
¡Me puede dar gangrena! ¡¿No lo sabes?!, la circulación de la sangre hacia las extremidades, no, hacia todo el cuerpo, es algo que no podemos tomar a la ligera.
-Tch, está bien, iré por pantalones holgados, tú mira las camisas y agarra lo contrario a lo que elegirías normalmente-.
Su respuesta y enojo se me hicieron un tanto groseros.
¿Elegir lo contrario? ¿Qué es lo contrario a una camisa deportiva? ¿Un esmoquin? Lo siento hermana, quiero verme mejor pero no tan elegante como para ir a una boda.
-Estás pensando en una estupidez, creo que debo ser más específica-.
Otro insulto, aunque justificado.
Vi como una vena se marcaba en su frente mientras frotaba sus ojos y suspiraba.
-Mira, hay varios jóvenes de tu edad en el departamento y algunas trabajadoras que gustosamente te ayudarán a elegir, pregúntales su opinión, eso puede matar dos pájaros de un tiro. Aprendes a socializar y escoges tu ropa-.
¿Cómo es que ella tiene todo planeado? Mi hermana en verdad es asombrosa.
Sin embargo, se le olvidó un pequeño detalle.
¡Nunca he tomado la iniciativa en una conversación! ¡¿Qué demonios se supone que debo hacer?!
Justo cuando le iba a preguntar, desapareció.
¿Qué eres, Aneko?, ¿Una Yokai?
En fin, no tengo opción.
¿Acercarme a los clientes? Ni de loco.
Le diré a la trabajadora, ella al menos está "Obligada" a ser amable conmigo.
Me acerqué a ella y toqué su hombro.
Al voltear, su rostro me deslumbró.
"¡Qué hermosa!".
Fue el primer pensamiento que tuve de ella. Parecía brillar de tan preciosa que era.
Cabello largo y castaño peinado de tal manera que formaba un par de trenzas que reposaban encima de cada hombro.
Rostro fino y blanco con ligeros tonos de rojo en las mejillas.
Labios rojos y llenos de vida.
Respecto a su estatura, era ligeramente más alta que Aneko.
Evité hacer una observación más detallada de su físico porque supongo que quedarme callado durante mucho tiempo mientras la veo atentamente podría traerme problemas que sinceramente no deseo tener.
En resumen, todo lo antes mencionado, la hacía resaltar como una belleza inusual y rara que muchos matarían por ver una vez en la vida.
Casi tan rara como hallar un Pokémon shiny en el juego que lleva ese mismo nombre.
No parecía mucho mayor que yo, diría que la diferencia de edad es de máximo un par de años.
Me puse nervioso.
-¿Sucede algo? ¿Necesita ayuda?-.
Lo preguntó amablemente y demostrando interés.
Claro es su trabajo, no obstante, muchos le hablan de mala gana a los clientes.
Al menos me tocó alguien que no es así.
-S-Sí, p-perdón por la molestia, es mi primera vez comprando ropa en esta tienda y quería saber si podría ayudarme a escoger algunas prendas, mi gusto es algo... anticuado y me serviría mucho su ayuda-.
¡Ahhhhhhh! ¡Fue difícil decirlo! Me sorprende que haya podido conseguirlo, con el pasar de cada palabra mis ganas de salir corriendo y desaparecer entre la gente aumentaban.
Ella ladeó la cabeza con sorpresa.
Después de una fracción de segundo, me sonrió.
-¡Claro! Aunque le advierto que será desde mi subjetivo punto de vista ¿No hay problema?-.
¡Wow! En verdad es un ángel.
-N-No hay problema, muchas gracias por su tiempo, señorita...-.
Intenté agradecerle, pero no sabía cuál era su nombre.
-Hayami, mi nombre es Hayami, un gusto poder ser de ayuda-.
¡Incluso su nombre es hermoso! No solo es hermoso, la describe perfectamente.
Antes de que me digan "¿No se supone que estás enamorado de Akina? ¡Maldito enemigo de las mujeres! ¡Saltas de chica en chica!" Les preguntaré...
¿Está mal pensar que alguien es linda o lindo sin tener sentimientos hacia esa persona? Yo pienso que no, no estamos ciegos. Hay que saber apreciar las cosas y las apariencias sin tener segundas intenciones.
-Soy Akiro, para mí también es un gusto-.
Le devolví el saludo.
¡Logro desbloqueado! ¡Hablar con una chica!.
Claro que las condiciones y la razón fueron otras, aun así, lo hice.
Siento mi XP aumentar.
Soy nivel 1.
Y fue así que tuve a una hermosa chica a mi lado por más o menos 10 minutos, en los cuales me entregó varias prendas.
Camisas y camisetas de diferentes colores.
Entré a los probadores y me puse cada una de ellas.
Sorprendentemente me quedaron a la perfección.
¿Cómo supo mi talla? ¿Tiene un talento natural para su trabajo o es gracias a su tiempo laborando aquí?
No importa, esta mujer es una diosa, la llamaré Diosa-Sama a partir de ahora.
Mentira, qué vergonzoso e incómodo sería eso.
Cada vez que abría la cortina, ella levantaba su pulgar, sonreía y guiñaba su ojo izquierdo.
Era su sello de aprobación.
A este punto no sé si lo hace porque es su trabajo que los clientes gasten mucho dinero o porque en verdad le gustaba como me veía.
Supondré que es la segunda, vivamos una reconfortante ilusión al menos este día.
Por cierto ¿Y mi hermana? No la he visto.
Salí del probador con esa pregunta y con la última camisa elegida por Hayami.
-¡Perfecta! ¡Te queda muy bien, Akiro!-.
Dio su opinión al mismo tiempo que aplaudía ligeramente.
-¿Verdad que luce bien, Hayami?-.
Mi hermana fue la que lanzó esa interrogante.
Esperen un segundo...
¡¿Ellas dos se conocen?!
-¿Aneko? ¡Qué sorpresa verte por aquí!-.
Hayami corrió hacia ella y la abrazó.
Sí, en definitiva no solo se conocen, son amigas.
-Vine a ayudar a mi hermanito con su guardarropa, quiere un cambio total de estilo-.
Contestó tan despreocupada y me apuntó.
Es de mala educación apuntar a alguien, hermana.
-¿Akiro es tu hermano? Esa sí es una sorpresa. Lo he estado ayudando y he de admitir que le quedan bien casi todas-.
Gracias Hayami, en verdad aprecio tu opinión.
-¿Ves, Akiro? Lo único que necesitabas era cambiar tu forma de vestir, en el aspecto físico, claro-.
Amas arruinar el momento ¿Verdad, Aneko?
-Si me permiten dar mi punto de vista, creo que si cortaras tu cabello y lo peinaras hacia atrás, no lucirías tan amenazante-.
Así que pensó que me veía de esa forma, tiene sentido.
-Esa era nuestra siguiente parada-.
¿Aneko? ¡Nunca hablamos de un corte de cabello!
¿Saben qué? Al demonio, todo sea por mi venganza.
-Tomaré en cuenta tu palabra, Hayami, me lo cortaré así-.
Le dije amablemente y le sonreí.
Ella me devolvió el gesto.
-¡De acuerdo Akiro! ¡A pagar!-.
Mi hermana recogió las prendas y las sostuvo.
-Vengan por aquí, yo les cobraré-.
Hayami nos llevó hasta la caja.
El sonido del escáner leyendo el código de barras se repitió unas 20 veces.
Nunca en mi vida había comprado tanto.
Exceptuando por esa vez que gasté unos cuantos miles de yenes por 17 volúmenes de una novela ligera.
¡Malditos sean los autores! ¡Amo sus novelas, pero odio el sufrimiento que le hacen pasar a los protagonistas!
Me disculpo, perdí momentáneamente la compostura.
Si bien apreté el puño con ira, fue imperceptible para las personas del mundo real.
-Y... ¡Es la última! Aquí tienes tu nota-.
Hayami extendió un largo pedazo de papel y lo tomé.
Mi corazón se detuvo un segundo al leer cuánto debía pagar.
"¡40,000 yenes! ¡¿La ropa vuela o algo así?!".
Claro que esa queja no salió de mis pensamientos.
Con la mano temblorosa y aguantando las ganas de llorar, saqué mi billetera y el dinero.
Se lo entregué y, con un inhumano esfuerzo, conseguí soltarlo.
Mi amado dinero... se ha ido.
Tomé las bolsas y salimos de la tienda.
Hayami agitó su mano y se despidió de nosotros.
En verdad es una chica amable.
-¿Qué te pareció? ¿Fue fácil hablar con ella?-.
Mi hermana me hizo esa pregunta.
-No fue coincidencia venir a esta tienda ¿Cierto? Tampoco que me recomendaras pedir la opinión de una trabajadora-.
Contesté su pregunta con otra.
-Por supuesto que no fue coincidencia, Hayami es una chica muy servicial en su trabajo, dedicada, amable, tierna, dulce...-.
-Sí, sí, al punto Aneko-.
La interrumpí abruptamente, dado que se llenaba de elogios hacia Hayami y si no la frenaba olvidaría el punto de esta conversación.
-Lo que quiero decir es que ella era perfecta para que comenzaras a hablar con otras personas. Aunque, si no lo notaste, le agradaste, quizá puedan ser amigos si se conocen a profundidad, después de todo, estudia contaduría, será tu senpai-.
¡Gran revelación!
Hermana ¿Te crees Aizen o algo así? ¿Cómo puedes tener todo tan fríamente calculado?
-Ya veo, no sería malo ser su amigo-.
No contesté con el objetivo de sonar indiferente, en verdad tenía un genuino interés por ser amigo suyo.
-¡Ese es mi hermano! Apresurémonos, hay que llegar a la peluquería-.
Un cambio de corte, a ver cómo resulta esto.
Mientras cambiaba con Aneko a un costado mío, logré ver a la distancia a alguien con quien no quería toparme.
Mi cuerpo se tensó y mis ojos se abrieron por completo.
-¿Akina?-.
La nombré casi susurrando.
Aneko sintió lo rígido que se puso mi cuerpo y dirigió su vista a lo que observaba.
Era Akina, caminaba con sus amigas.
"¡¿Cómo pude ser tan idiota?! ¡Ella había dicho que vendría con sus amigas! ¡Lo olvidé por completo!".
Me dije a mi mismo, recordando los planes de mi ex amiga de la infancia.
En un rápido movimiento, la cabeza de Akina se posó enfrente y me vio.
Esto provocó un aumento en mi ritmo cardíaco.
Al estar cara a cara, su risa se detuvo.
Comenzó a caminar hacia donde yo estaba completamente estático.
Entré en pánico que escalaba progresivamente a miedo.
No se suponía que... ¿Yo no sentí nada por sus palabras? Estaba muy equivocado y ahora mismo fue que pude percatarme de ello.
¡Aún no estoy listo para nuestra confrontación! ¿Te parece si la agendamos el siguiente año?
De un momento a otro, dejé de verla.
-¿Q-Qué...?-.
Intenté preguntar qué pasaba.
Sin darme cuenta, Aneko me estaba jalando y yo corría detrás de ella.
-Por lo blanco de tu piel puedo suponer que no deseabas toparte con Akina, lo mejor en este caso es huir, vamos-.
Mi hermana es una diosa, supo exactamente lo que pasaba y actuó en un instante.
Nos alejamos unos cuantos metros, tomando otro camino a la peluquería y dejamos atrás a Akina y a sus tres amigas.
*¡LAS IMÁGENES EN LOS CAPÍTULOS SON EDITS, CORTESÍA DE AlphonseMondragon. !*.
*¡CRÉDITOS A SUS RESPECTIVOS AUTORES!*.
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