No. Eso quiso decir.

Se permitió acariciar esos cabellos y tomar valor, no iría por el camino fácil pero doloroso. No estaba dispuesto a ceder por temor al rechazo. Debía ser honesto o lo lastimaría, se lastimarían.

- Sehun... creo que no fui honesto contigo, es decir, tal vez no fui lo suficientemente claro.

- ¿Sobre qué, Channie?- Sehun se incorporó y le sonrió.

- Yo quiero algo... quiero mucho más de lo que una amistad puede darme. ¿Quiero tú amistad? Sí, por supuesto. ¿Quiero tú compañía? ¡Claro! Pero también quiero cosas que no sé pueden obtener fácilmente, quiero ser el único en tus ojos, el único en tú corazón y el único que se pueda unir a ti de todas las maneras que existen.

- Chan...

- Sé que es chocante, no planeaba engañarte. Sin embargo, No puedo verte con otros ojos. No puedo sentirte de otra manera. Quiero que seas mío.

- Yo... - Chanyeol tomó sus manos y las acercó a su pecho y luego a sus labios.

- No puedo ser sólo tu amigo Sehun, no lo soportaría. Entendería si no quieres volver a verme, pero dame una oportunidad y te juro que no te arrepentirás.

- Channie...

- Me gusta cuando me miras de esa manera, tan inocente. Voy a devorarte, Sehun. Si no me detiene ahora, no habrá marcha atrás.

El cuerpo del joven se desmoronó frente a la atenta mirada del otro. Un contacto dulce y leve, apenas húmedo; un choque áspero y a presión; las lenguas, una tímida y la otra no tanto, se agitaban entre líquidos; uno de ellos encerrado contra el sofá, el otro, preparando la cerradura. A penas vestidos, se arrastraron hasta la habitación.

- Pediré disculpas después, ahora te necesito. - con sus dedos acarició su ano y lo expandió lentamente.

Los gemidos de Sehun apuñalaron su cordura y decidió probar ese sabor, conocerlo, corromperlo. Su lengua estaba celosa y hambrienta. El músculo húmedo lo penetró hasta el interior, degustandolo.

Recogió con sus manos las nalgas y las mordió un par de veces. Tenía tanto para probar y tocar, una obra de arte hecha carne. Juntos crearían la mejor composición, harían las mejores poses y se pintarian de todos los colores. Grabaría cada imagen, cada perspectiva.

- Abre tus hermosas piernas para mí. Somos colores y formas, Sehun. Ahora mismo, eres mi paisaje favorito y voy a tomarte con mi cámara, transformarte, posa para mí, Sehun.

Él le creyó cada palabra. La extraña sensación lo golpeó con vergüenza, el encuadre lo hizo la cama y el cuerpo de Chanyeol era como un trípode. Esos ojos lo fotografiaban, podía sentir los flash fragmentado su cuerpo. El ritmo en su parte baja era de sucesivas instantáneas, calientes, explosivas, demandantes.

Si pudiera verse. Si pudiera escucharse.

El contraste, la iluminación, los besos, las penetraciones, composición, composición .

Chanyeol era para él un Dios, solo un Dios. Le entregó el alma, su cuerpo y sus creencias. Se pintarian de colores. Su cama estaría repleta de huellas al amanecer y, Chanyeol. Cerró sus piernas aceptando el trato.

- Quiero... quiero más.

Sus paredes se apretaron y los engranajes y extenciones de su compañero se resolvieron en su interior; la explosión.

El líquido vital corrió por sus entrañas salpicandolo todo. Él se vino sobre la piel.

- No.

Sehun abrió los ojos.

- No puedo pedir perdón. No me arrepiento.