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El lujoso mercedes se estacionó frente al edificio. La cena perfecta estaba en marcha y la cancha estaba lista, una reserva en un restaurante cerrado y elegante, una caja de chocolates y unas flores, el brazalete... un pequeño regalo.
El ascensor, los pasillos y la puerta a su cielo, tocó el timbre y la puerta se abrió inmediatamente; no era el único ansioso. Un pantalón de vestir rojo sangre y una blusa blanca atraparon sus sentidos. El cabello castaño peinado cuidadosamente pero no aplastado y un reloj de líneas delicadas en la muñeca izquierda. El demonio estaba danzando con su mejor pecado justo en frente de sus narices. Estaba acabado.
- Te ves muy bien Chanyeol. ¿Quieres pasar? Aún no he terminado con los preparativos. - se sonrojo.
- Sí... traje esto para ti. - le extendió los regalos.
- ¡Son hermosos! ¡Gracias! - Después de tomar con cuidado cada objeto. - Los chocolates son mis dulces favoritos, gracias.
- No te preocupes, me alegra.
Sehun se retiró por unos momentos a su habitación y él aprovechó para observar un poco. Una sala ordenada, fotos de mascotas y su amiga, nada de novios. No había piedras para remover.
- Ya estoy listo. - dijo Sehun mientras se arreglaba el saco que combinaba con el pantalón.
- Estas hermoso. - dijo mientras le tomaba de las manos para apreciar mejor el brazalete. - Te lo pusiste.
- Sí. - se sonrojo- Es bonito y se ve bien.
- Creo que no importa lo que te compre, todo se verá bien en ti.
- Gracias...
- Tenemos que irnos. - se dijo a sí mismo y soltó con cierta resistencia las manos de Sehun.
- Sí.
Durante el camino Chanyeol pudo apreciar como el nerviosismo atravesaba el cuerpo de Sehun de diversas formas. Desde labios apretados y rojos, hasta movimientos inquietos de sus manos. Se veía adorable y vulnerable.
- El lugar que elegí es muy bueno. Podrás pedir lo que quieras y la privacidad está asegurada, nadie va a molestarnos.
- Suena bien...
- ¿Qué te gustaría comer?
- Tal vez fideos y ensaladas.
- Bien, yo quiero una carne tierna y jugosa. - lo miró por unos segundos.
- Bueno...
- Lo siento, suelo tener mucha hambre.
- No te preocupes, yo también pero ahora no tengo mucho apetito.
- Cuando veas la comida lo tendrás.
- Si tu lo dices.
Apenas se detuvo frente al lugar se arrepintió, tenía un terrible presentimiento. Los llevaron hasta la mesa asignada, pero no podía evitar el terrible pensamiento de que lo estaban observando.
- ¿Qué ocurre Chanyeol? ¿Te sientes mal?
- No. - contestó secamente asustando a Sehun.
- Bueno...
- Lo siento, solo estaba aturdido. Vamos a nuestra mesa.
Chanyeol cuando se trataba de cámaras tenía un maldito receptor que rastreaba cualquier sonido que fuera similar a un flash. Todos sus sentidos podían reconocer a un fotógrafo, lo llevaba en la sangre y en ese momento se sentía perseguido por uno.
- ¿Qué elegirás del menú?
- Hay mucha comida deliciosa.
- Te lo dije, te abrirá el apetito.
- Ahora mismo quiero comer pizza.
- Bueno, pediremos la cantidad necesaria para ambos.
- ¿No comerás carne?
- Quien sabe, aún hay tiempo. - Sonrió.
- Bueno.
Unos minutos después allí estaba otra vez, esa sensación. Sehun se veía tranquilo y disfrutaba de la comida, no arruinaría la cena por algo tan tonto.
- Sehun, disculpame un momento.
- Sí.
Chanyeol se alejó un poco dirigiéndose a los baños, quería saber quién era el bastardo. Desde una esquina oscura observó las mesas y sobre todo la suya que estaba apartada del resto y cubierta por unas paredes falsas con dibujos rústicos. Y ahí lo vio. Un hombre se acercaba a paso seguro hacia Sehun; la posible cámara era el menor de sus problemas.
- ¿Oh Sehun? - el muchacho asintió algo aturdido y buscando con los ojos detrás del hombre- Lo siento, no quería molestarte pero no pude evitarlo. Mi nombre es Ahn Bo Hyun y soy un fan de tus obras.
- Yo... no sé qué decir.
- En verdad estoy muy emocionado, es decir, no estaba seguro... Nunca saliste en revistas o asististe a algunas de tus exposiciones, pero el otro día te vi y pensé que tal vez eras tú.
- Por favor, no le digas a nadie. - entró en pánico.
- No, claro que no. No necesitas pedirmelo.
- Gracias. Yo ahora estoy con alguien. - miró a su alrededor.
- Oh, sí, el fotógrafo.
- Park Chanyeol. - resonó detrás de él.
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