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Capítulo 1: El reencuentro

Narrador Obi-Wan:

No había estado tan nervioso desde la primera vez que la vi, hasta hoy. Cuando el maestro Mace Windu y el Maestro Yoda, me dijeron que debía dirigirme a Mandalore, mi mente dejó de concentrarse por un momento y recordé a esa mujer joven y bella, que vi hace tantos años, junto con mi viejo maestro Qui-gon Jin; porque habíamos ido ahí, para protegerla de los contrabandistas que estaban atacando su planeta. También recordé todos esos momentos tan hermosos en los que ambos estuvimos escapando de piratas y guerreros que se ofrecían a matarla. Pero de algún modo, yo siempre sentí como una fuerza en mi interior, me decía que tenía que protegerla fuera o no mi deber.

Mace Windu: - Necesitamos que vayas a Mandalore a investigar sobre este supuesto asesino mandalorense - dijo sacándome de mis pensamientos - ya que como es un planeta neutral, el Senado no puede intervenir en ninguna investigación y menos, llevar un conflicto con ella.

Obi-Wan: - Estoy de acuerdo, pero conociéndola será difícil convencerla sobre nuestras verdaderas intenciones y tratar de no hacerla sentir presionada, va a costar trabajo - dije para tratar de disimular mis nervios por volverla a ver.

Maestro Yoda: - Trabajo costará Obi-Wan, pero confiar en ti ella debe, ya que amigos ustedes son - y cuando dijo la palabra "amigos", me sentí frustrado, ya que yo hubiera deseado ser algo más que un amigo por sobre todas las cosas.

Obi-Wan: - Es cierto maestro, bueno intentaré hacer lo mejor que pueda, para convencerla de que hay cierta corrupción en su planeta - sobre todo, quiero estar seguro de lo que siento por ella, hace años que no la veo y a pesar de la distancia, no he podido olvidarme de su rostro ni de su valentía, pero debo tener cuidado, si es que también quiero demostrarle el peligro que ella corre.

Después de una hora, me terminé de alistar con mi nave y mi androide astro-mecánico y en eso, me encontré con mi mejor amigo y hermano del alma, Anakin, quien venía sonriendo por verme.

Anakin: - ¿Maestro, a dónde va tan presuroso? - me preguntó inquisitivo.

Obi-Wan: - Me dirijo a Mandalore - y se me quedó viendo extrañado - el Consejo Jedi quiere que interrogue a la Duquesa por lo del ataque de aquel contrabandista mandalorense.

Anakin: - Me imagino, de todos me enteré que la Duquesa va a venir a Courusant, para aclarar esa situación y me pidieron que te ayudara a escoltar y a proteger a la Duquesa y a los senadores que la acompañan - y asentí confirmando nuestra misión y en parte, me puse más tenso, no sólo tenía que preocuparme porque nadie se percatara de mi nerviosismo, al ver al amor de mi vida, sino que ahora Anakin, va a estar presente y es posible que detecte ciertos sentimientos míos por ella y eso va a ser estresante. Luego de despedirme de Anakin, me subí a mi nave y registre las coordenadas hacia el sistema Mandalore, para encontrarme con lo que el destino me depararía.

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Narrador Satine:

Cuando me dieron la noticia, de que uno de los ciudadanos de Mandalore había intentado atacar un crucero de la República, primero me derrumbé por completo, porque no podía creer que los protestantes estaban luchando en nombre de Mandalore y sin mi autorización, claro yo nunca permitiría esa clase de cosas en mi planeta. Pero ahora, debo enfrentarme a la realidad para poder defender mi posición y demostrar que ningún mandalorense, fue el responsable de esa situación o al menos, que no estamos involucrados en esta guerra sin fin. Pero luego, cuando me enteré, de que Obi-Wan iba a venir a hacerme preguntas sobre lo sucedido, me paralicé por completo; ya que no lo había visto desde hace muchos años y debo decir que con sólo decir su nombre, se me enchina la piel y se me doblegan las piernas; porque, a pesar de haber tomado caminos diferentes, jamás dejé de pensar en él y la razón es, que yo lo he amado desde el primer momento en que lo vi y ahora que lo voy a volver a ver, no sé como reaccionar en cuanto lo vea.

Guardia: - Duquesa Satine, la nave del General Jedi ha salido del hiperespacio - dijo mientras me estaba terminando de arreglar, pero cuando me dijo que ya había llegado, sentí como el corazón saltó de un brinco por los nervios.

Satine: - Gracias, ¿podría mandar una nave que lo traiga hasta el castillo por favor? - y mi guardia personal asintió y salió de mi habitación y yo terminé de arreglarme lo mejor que pude, para impresionar a mi querido Obi-wan: no es común que yo haga eso, pero por tratarse del hombre a quien adoro, soy capaz de hacer lo que fuera por demostrarle cuanto lo he extrañado. Pero claro, debo mostrarme un poco indiferente para disimular lo obvio.

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Narrador Obi-wan:

Aterrizar en el planeta de Mandalore fue sencillo, lo difícil fue evitar que los recuerdos invadieran mi mente, sobre todo, aquellos recuerdos de cuando Satine y yo tratábamos de huir de los maleantes y pasábamos momentos inolvidables, que en ningún otro momento, pudimos haber tenido. Luego de bajar de mi nave, vi que uno de los guardias reales de Mandalore me estaba esperando.

Guardia: - Maestro Kenobi, la Duquesa lo está esperando - y en eso, me subí de inmediato a la nave que estaba en la plataforma.

Obi-Wan: - Entonces, no hay que hacerla esperar - dije ansioso, porque me moría de ganas por verla después de tanto tiempo, luego de cinco minutos, llegamos al palacio de la Duquesa de Mandalore y cuando entré al salón principal, pude apreciar todos los muros, ventanales y el techo del templo, que resplandecía con la luz del sol. En eso, pude sentir que alguien se aproximaba por el pasillo de la izquierda.

Ministro de Mandalore: - General Kenobi, ¡qué gusto me da verlo! - dijo cordialmente el señor ministro de Mandalore.

Obi-Wan: - Lo mismo digo, sólo que sería mejor en otras circunstancias - dije preocupado por la situación en la que nos atañe esta reunión.

Ministro de Mandalore: - Le doy la bienvenida a Mandalore, pero... - dijo inquieto - me inquieta lo que lo trae por aquí, mire el pasado violento de Mandalore quedó atrás, todos nuestros guerreros fueron trasladados a la Luna Concordia, todos fallecieron hace años.

Obi-Wan: - ¿Está seguro? Hace varios años, me atacó un hombre con uniforme de Mandalore, llamado Jango Fett - dije tratando de sacarle información, pero parecía que ya estuviera preparado para responder a mis preguntas.

Ministro de Mandalore: - Jango Fett era un cazarrecompensas, no sé como obtuvo el uniforme - y nos interrumpió una dulce voz, que acaba de entrar al salón principal.

Satine: - Obi-Wan Kenobi, mi Caballero Jedi al rescate otra vez - dijo con ironía, pero no me importó porque sólo pude concentrarme en la hermosa mujer que se ha convertido y no cualquier mujer sino "una duquesa".

Obi-Wan: - Después de tantos años, estás más hermosa que nunca - dije porque ya no podía ocultarlo más, pero traté de controlarme para no parecer obvio ante los senadores y la gente que entró a la sala.

Satine: - (Gracias, tan amable como siempre Obi-Wan) Un amable comentario que proviene de alguien que me acusa de conspiración ilícita - dijo seria.

Obi-Wan: - Jamás la acusaría de un crimen de esa clase duquesa, pero tengo un reporte sobre un hombre mandalorense que atacó un crucero de la República - y les mostré el holograma del ataque que había pasado hace unos días.

Ministro de Mandalore: - Ningún mandalorense haría algo tan violento, ya no ¿donde está ese prisionero? - dijo un poco nervioso.

Obi-Wan: - Se quitó la vida antes de responder preguntas - dije tranquilo para mantenerlos al tanto de la situación, pero me parece que a Satine no le cayó bien mi comentario. Bueno será interesante la discusión, ya extrañaba nuestras peleas - sé que estos guerreros pelearon en varias batallas, sobre todo en contra de los jedis.

Satine: - Todos mis compatriotas, son tan rectos como yo - dijo molesta Satine.

Senador Merrick: - Sé que es difícil de creer pero.... - y lo interrumpió Satine.

Satine: - Estoy segura de que su investigación está controlada por el Senado, porque está muy ansioso de meterse en nuestros asuntos - no sé si lo dijo así sin pensar o si fue una reacción muy rápida hacia mis pruebas.

Obi-Wan: - Mi investigación duquesa, la lleva a cabo el Consejo Jedi - y vi como relajaba su rostro.

Satine: - Entonces me retracto, General Kenobi, ¿me acompañaría a dar un paseo por la ciudad? - y me quedé sorprendido con su pregunta, pero de alguna forma, me llenaba el alma que me lo preguntara. Yo lo único que pude hacer era acercarme y tomarla de la mano, pero en cuanto nuestras manos se cruzaron por primera vez después de tantos años, pude percatarme de una sensación más fuerte por ella que antes, sentí como mi corazón di un vuelco al tenerla cerca otra vez. Y de ahí, la llevé del brazo para salir a los jardines del Templo - Me da gusto que estés aquí Obi-Wan, a pesar de las circunstancias, las cosas han cambiado mucho desde la última vez - dijo seria y triste, seguro no le cayó bien la noticia.

Obi-Wan: - Tú legado ha rendido frutos, Mandalore ha crecido bastante después de la última que estuve aquí - dije para tratar de confortarla.

Satine: - Gracias, pero a pesar de eso hay muchos quienes no creen que nuestros ideales pacifistas son una señal de progreso - dijo preocupada - hay un grupo de personas que se hacen llamar "Guardia Letal", que todavía creen en la violencia como una forma de vivir. Seguro, han de ser las personas que estás buscando.

Obi-Wan: - Mmmmm... ¿Qué tan extendido está este movimiento bélico? - dije tratando de analizar los hechos, junto con las pruebas de mi investigación.

Satine: - Yo no lo llamaría un movimiento, sino unos delicuentes que causan alborotos públicos, nada más; pronto los tendremos bajo custodia, tengo hombres investigando en la Luna Concordia, porque recibimos señales de que hay gente de Guardia Letal ahí.

Obi-Wan: - Pues espero que tengas razón - dije un poco angustiado, no sólo por su seguridad, sino del hecho, de que posiblemente hay una intervención bélica en su propio mundo y ella ni siquiera se ha enterado de la situación y lo peor del caso, es que posiblemente puedan querer derrocarla y/o hacerle daño.

Después de seguir caminando, Satine cambió de tema tratando de insistirme en que la paz sólo se puede conseguir hablando y tratar de llegar a un buen acuerdo; yo no digo que no sea cierto, de hecho, trato de hacerlo lo más que se pueda para evitar más muertes y alargar el conflicto. Pero muchas veces, cuando estamos en guerra, sólo podemos usar los recursos que tenemos para tratar de detener al enemigo.

Obi-Wan: - Sólo estando en el frente, se podrá recuperar la paz, para así derrotar al mal por completo - dije tratando de concentrarme en lo que me iba a decir.

Satine: - El trabajo de un oficial de la paz es evitar el conflicto en todos los sentidos, para así amenizar el orden y mantener la armonía entre todos, sobre todo es necesario trabajar en conjunto para lograr nuestros objetivos - dijo y sus palabras me llenaban el corazón.

Obi-Wan: - Una noble descripción, pero no es realista - dije serio tratando de regresar a la realidad.

Satine: - ¿La realidad es la que hace que un jedi olvide sus ideales o sólo es una respuesta a la conveniencia política? - y antes de que pudiera contestar, hubo una explosión en frente de nosotros, por fortuna no alcanzó a hacernos daño.

Obi-Wan: - ¿Estás bien? - le pregunté, para saber sino se había lastimado o algo así.

Satine: - Estoy bien - y en seguida fue a ver si había heridos y si todos estaban bien.

Obi-Wan: - Un simple delincuente no pudo haber cometido una explosión así - dije tratando de detectar o encontrar alguna pista que me mostrara lo que había ocurrido.

Satine: - Entonces debió ser obra de un extraño - dijo seria, pero luego volví a voltear a mi alrededor y vi algo que seguro le interesaría a Satine.

Obi-Wan: - ¿Estás segura? - y luego, se quedó pasmada por lo que vio.

Satine: - Es la marca de Guardia Letal.

Obi-Wan: - Esto va mucho más allá que simples alborotos... - hice una pausa tratando de revisar que nadie se le acercara a Satine - esto es una protesta hacia tu gobierno, aquí no estás segura debo llevarte devuelta al palacio - luego le pedí a los guardias de Satine, que mantuvieran a todos en el sitio, que después haría un interrogatorio; pero en eso, vi como un ciudadano huía por los pasillos y yo decidí perseguirlo, estoy seguro que él tuvo que ver con la explosión - ¡Hey! ¡Alto! - lo estuve persiguiendo un buen rato, hasta que llegamos a una de las terrazas del edificio - ¡Sólo quiero hablar! - pero el otro hombre me disparó con un bláster mandalorense, parece que tampoco quiere hablar; luego para mantenerlo quieto tuve que quitarle el arma y aventarlo al suelo para que no se moviera - Mira no quiero lastimarte - luego llegó Satine bajando las escaleras - ¡Atrás, duquesa! - pero en eso, el hombre se subió al barandal y habló en un dialecto extraño que no entendía y al final terminó tirándose al suelo. Cuando vimos que había caído, Satine y yo bajamos rápidamente para ver si podíamos salvarlo, pero también ya era tarde.

Hombre mandalorense: - (Hablando en el dialecto de Concordia) - Señor, apiádate de este hijo tuyo que se sacrificó por los demás - y Satine se hincó para acercarse a él - Señora, lamento mucho lo que hice déjeme ir en paz.

Obi-Wan: - ¿Qué está diciendo? - pero no respondió.

Satine: - (Hablando en el mismo dialecto) Puedes dormir en paz - y el hombre murió después de eso - hablaba en el dialecto que usan en nuestra luna Concordia.

Obi-Wan: - Me gustaría visitar esa luna, tal vez pueda llevar el cadáver conmigo - percaté una cierta inquietud en Satine.

Satine: - Tendré que escoltarte Obi-Wan, la Luna Concordia es un planeta provincial con su propio gobernador no lograrás mucho sin mi presencia.

Obi-Wan: - No creo que sea necesario - dije para no ponerla en más riesgo, pero al igual que Anakin, es muy necia cuando tiene algo en mente.

Satine: - Yo creo que sí, porque si te llevas el cadáver, pensarán que tuviste algo que ver con su muerte y no te dejarán investigar nada - me ofendí un poco, yo no tuve nada que ver con eso.

Obi-Wan: - ¡Yo no lo maté!

Satine: - Ya lo sé, por esa razón todavía te sigo hablando - y me dejó mudo, jamás me imaginé que me rematara con esa posición y de ahí, nos adentramos en una nave y nos dirigimos a la misteriosa Luna de Concordia.

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