•Defectos•
Narra Jimin.
Ya con dieciséis años estaba en la secundaria, seguían burlándose y pegándome a veces, sí, pero intentaba no prestar atención y ser feliz junto a mi mejor amigo, Taehyung.
Él era mi ángel, cuando estaba junto a él nadie me molestaba ni me decían palabras hirientes, pero era por la gran reputación que tenía TaeTae, decían que parecía una muñeca de lo hermoso y delicado que era... Y claro que lo era, su cara y su cuerpo eran simplemente perfectos, pero yo estaba feliz por él.
[•••]
Me desperté a las 6:30, tenía suficiente tiempo como para arreglarme y caminar hacia la escuela para llegar temprano.
Me cambié por el uniforme de la escuela, el pantalón me quedaba un tanto ajustado y puedo admitir que mi trasero y mis muslos me incomodaban cuando caminaba mucho.
Suspiré al verme en el reflejo de mi espejo de cuerpo completo y decidí taparlo con una manta. Me puse mis converse, y tomé mi mochila para luego bajar. Ya había lavado mis dientes, hecho mis necesidades y acomodado mi cabello.
Me dirigí a la cocina y vi una nota pegada en la heladera por parte de mi madre; decía que debió irse a trabajar más temprano y que tomaría doble turno por hoy. Si, no paso mucho tiempo con mis padres, ya que mi madre es enfermera y usualmente le gusta quedarse hasta más tarde para ayudar a los pacientes, y mi padre es un empresario, y por esas mismas razones siempre viaja a todos lados para hacer contratos y arreglos con otras embajadas.
Tiré el papel en la basura y decidí tomar unas galletas que había encima de la mesa para comerlas rápidamente y luego salir en camino hacia la escuela.
[•••]
Al llegar y divisar que no había nadie, dejé mi bolso en el salón y caminé hacia el patio, donde se encontraban las canchas de fútbol y demás.
Respiré el aire puro y miré el pasto que estaba pisando debajo de mi.
-Es una pena que tengas que aguantar mi lamentable peso... Seguramente debo de pesar una tolerada y ahora mismo te estoy aplastando a más no poder...-Me senté en las gradas y separé mis pies del piso.-Estoy seguro de que estarías agradecido de que Taehyung te pise... Él es tan liviano y no te haría daño como lo hago yo...
Mordí mi labio inferior al sentir mis ojos cristalizarse un poco y rápidamente pasé mis manos por los mismos para intentar eliminar todo rastro de tristeza, aunque la presión en mi pecho aún estaba presente.
-¡Jimin-ah!
Levanté mi mirada del césped y vi a Tae con su mano levantada y corriendo hacia mi. Rápidamente plasmé una sonrisa en mi rostro a la par que mi mejor amigo llegaba a mi lado.
-Hola, TaeTae...
Creo que Tae notó mis ojos cristalizados ya que al llegar a mi lado, tomó mis cachetes y pasó sus pulgares por debajo de mis ojos con delicadeza.
-¿Ha ocurrido algo, mi ChimChim?
Sonreí cálidamente y negué con mi cabeza despacio ya que no quería que quitara sus manos.
-No, Gee, no ha ocurrido nada.
Me miró con una mueca en su cara pero al final terminó suspirando y dando un beso en la punta de mi nariz.
-Cualquier cosa, habla conmigo, sabes que odio que estés mal.
Sonreí quebrado, inclusive por dentro, y me oculté en su pecho, donde él me recibió positivamente y acarició mi espalda.
Quedé mirando hacia el pasto, y tuve que morder mi labio inferior fuertemente para que mis lágrimas no vuelvan a hacer aparición, junto con los pensamientos que me atormentaban.
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