Narra Jimin
No había podido dormir absolutamente nada, ni siquiera pude cerrar los ojos e intentar dormir porque las lágrimas y el sentimiento depresivo me atacaban de nuevo.

Al ver cómo el sol se posaba por mi ventana decidí levantarme pero un dolor punzante en la zona de mis costillas no me lo permitió, abrí mi boca y tomé una gran bocanada para pararme de un solo intento y aguantando el dolor como si ni siquiera existiera. Fui al espejo que había olvidado cubrir con una sábana nuevamente, levanté con pena mi remera y jadeé de dolor al ver un manchón con tonos verdosos, amarillentos, violáceos e incluso negruzcos en mi costado derecho. Definitivamente esto no era normal.

Volví a bajar mi remera lentamente y me dirigí al baño para buscar algunas vendas o algo para hacer un poco de presión y que cuando me mueva no me duela tanto.

Al terminar, fui a cambiarme por el uniforme y tomé mi mochila, no sin antes maquillar los moretones que tenía en mi rostro, no quería preocupar a Tae.

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Caminé un poco más lento de lo normal hacia la escuela, mi costado aún dolía, pero no me permitiría faltar ya que odiaba faltar y tener que pedirle las cosas a Taehyung.

Llegué a la escuela y tomé una respiración que no fue muy profunda por la punzada que sentí en mi costado. Entré al edificio y simplemente me dediqué a caminar por los desolados pasillos, en serio agradecía por llegar temprano, tendría un tiempo para descansar y estar totalmente en paz.

Dejé las cosas en el salón y me dirigí a la biblioteca, leer un poco por lo menos despejaría mi mente. Entré a la dichosa sala que contenía un extenso conocimiento lleno de pasillos y en especial un lugar pacifico.

Sonreí al ver que no había casi nadie y me encaminé hacia donde sabía que se encontraba la sección de cuentos de Oscar Wilde... Mi ceño se frunció al no ver el cuanto de El fantasma de Canterville donde siempre estaba. Bufé y tomé El retrato de Dorian Gray y me dirigí hacia una de las mesas del centro de la habitación.

Me senté y empecé a leer totalmente entretenido, pero no pude evitar ignorar una presencia unas mesas más apartadas... Oh por toda la madre del ramen, es Min Hermoso Yoongi. Mis mejillas se calentaron rápidamente y vi en sus manos el libro que anteriormente quería leer y no pude encontrar, suspiré y sonreí al verlo leyendo Oscar Wilde.

Algún día me tendría que dignar a decirle mis sentimientos... Es más, lo podría hacer ahora.