Alguien. Parte 1.
Antes de leer, les pido que pasen por el blog "libroscosmicos" de AnneVanSanten (el link lo dejaré en los comentarios para que le puedan dar click), quien hizo una grandiosa reseña sobre Rompiendo tus Reglas, sincera, precisa y concisa; y además me hizo una entrevista :x ¡Muchas Gracias! Me siento honrada. Este capítulo va dedicado a ella ;3
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ASTRID
Tomo un enorme sorbo de jugo. Debo tomar con mis dos manos el vaso de plástico para que no se resbale por el temblor de estas. De pronto me he puesto nerviosa ante la idea de conocer a mi "admirador secreto", la persona con la que, por una extraña razón, comencé a hablar aun siendo consciente que podría ser cualquier clase de persona detrás de una fachada. Lo que empezó con una boba frase, se convirtió en una extraña amistad virtual.
—¡Bien! —exclama Megan al ingresar los números. Una sonrisa ansiosa se asoma en su rostro. Alza su vista para mirarme, mientras dejo el vaso sobre la mesa— Ahora sólo debo llamar.
—¡Espera un segundo! —agarro su mano antes de que proceda.
—No me digas que te estás arrepintiendo, As —dice en tono monótono. Sus castañas cejas forman una línea recta y severa—. Porque si no quieres hacerlo tú, lo haré yo de todas formas, ahora, mañana o cualquier otro día.
—Es que... —lanzo un bufido— ¿Y si descubro quién es y luego se enoja conmigo por descubrirlo?
—¿Ah? —alza una ceja, interrogante. Con su cabeza relativamente ladeada me mira frunciendo el ceño— No tiene motivos para enojarse, tarde o temprano la verdad saldrá a la luz. Mira: descubriéndolo sabremos si es alguien de fiar o simplemente alguien que quería jugarte una broma.
Tiene razón. Tarde o temprano debo enterarme de su identidad.
Cuando Megan inicia la llamada, el corazón golpea mi pecho de una forma sobrenatural próxima a estallar o algo por el estilo. Nos acercamos con el celular en medio, escuchando el tono de la llamada esperando ser respondida. Un suspiro tembloroso se escapa de mí al tanto que mi estómago se retuerce por los nervios.
—¿Qué hacen?
La voz interrogante de James y sus manos sobre nuestros hombros causan que Megan y yo lancemos un grito ahogado, casi brincando de nuestros asientos. Mi amiga corta la llamada, refunfuñando; al instante, logro notar un cambio en su semblante. Por poco olvido que a Megan le gusta —o quizás gustaba— James.
—Llamamos a "Alguien" —respondo, observando de reojo a Megan.
—¿Tu psicópata? —espeta James con desdén, alzando una ceja.
—No le digas así, no es la clase de chico que parece uno... —niego con la cabeza.
—¿Te unes, James? —le pregunta Megan con timidez, moviendo su celular de lado a lado con una leve sonrisa. James se encoje de hombros en respuesta.
—Si les parece bien...
—Sí, bueno —Megan carraspea y como si hiciese un esfuerzo enorme, mira a James—. Tú vigila quien responde la llamada.
Con James vigilando a los estudiantes del comedor, descubrir a Alguien será más fácil. Más de alguno usa su celular para chatear y llamar en la hora de almuerzo, pero la probabilidad de que uno responda en el momento justo cuando hacemos la llamada es alta.
Megan y yo volvemos a nuestra posición, con el celular entre nosotras para escuchar la voz de Alguien al responder. James yace de pie tras nosotras. El plan se pone en marca. Sin embargo, cuando alcanzamos a escuchar un masculino "Aló" mezclado con el bullicio del ambiente, el timbre para volver a clases se escucha.
—¡Buuuuu! —abuchea Megan— ¿Alcanzaste a ver quién era, James?
Las dos giramos en busca de una respuesta por parte de James, pero lo único que conseguimos es un silencioso "no" con su cabeza.
Miércoles: Unas enormes ojeras delatan lo poco que dormí.
Por la noche me dedique a buscar la fotografía perfecta para el concurso y, además, hacerle algún retoque que evoque la emoción que esperaba. Entre todas las fotografías que tome, finalmente, me quedé con una donde mi peor enemigo y su amiga Cassandra aparecen cruzando sus armas. Cuando por fin terminé de darte el toque en blanco y negro que deseaba, envié la fotografía al correo del concurso sintiendo el corazón apretujado por los nervios. Realmente tengo la esperanza de poder ganar con la fotografía y el deporte tan sofisticado que elegí. Y con ese pensamiento me dormí; sin embargo, dentro de mi placido sueño, el rostro angustiado de Mika volvía a estremecerme mientras musitaba mi nombre, provocando que despertara una y otra vez.
Y este es el resultado: Ojeras enormes. Ojeras que por suerte puedo cubrir con mis lentes... y bueno, un poco de distracción armándome dos trenzas con mi cabello para desviar la vista de mi rostro no están nada mal.
Al salir de casa, camino hacia el paradero para esperar el bus escolar. Como cada mañana, debo prepararme mentalmente para los incordios del chofer y las risotadas burlonas del amigo de James, quien ha tomado la mala costumbre de llamarme por mi apodo. No es que me moleste un estúpido apodo, sino la forma en que lo dice; James tiene una extraña chispa que no provoca la misma reacción que con su robusto amigo.
No obstante, al divisar el bus noto un ligero cambio en la forma de conducción; ya no avanza a toda velocidad en mi dirección, sino de una forma más tranquila. ¿El motivo? Cuando el bus se detiene frente a mí lo descubro: han cambiando al chofer. Ahora, el nuevo conductor, es un hombre de edad que me recibe con una sonrisa cordial, nada comparada a la del conductor anterior.
—Buenos días —me saluda al subir.
—Buenos días —respondo intentando no parecer una estúpida con la sonrisa enorme que se ha dibujado en mis labios.
Hablando seriamente, siento como si me hubiese sacado un peso de encima.
El bus se detiene en la próxima parada, por la cual el antiguo conductor nunca se detenía. Algo extrañada de ver a las afueras del bus cómo es la calle donde solíamos pasar a toda velocidad, logro dar con la persona que ha detenido el bus. Una chica rubia, alta y tan desaliñada como yo se sube, envolviendo mi mente hacia unos meses atrás, cuando Mika frecuentaba el minimarket para fastidiarme más de lo normal. Es la misma chica que entro gritando una saltada de cosas que ninguno de los empleados comprendíamos, pero que, sin embargo, bastaron para que el gerente la llamase loca y Mika saliera de la tienda con ella.
¿Será alguna amistad?
Lo dudo. Ella no parece el tipo de amiga que alguien como McFly tendría; sin embargo, por precaución me arrimo más hacia la ventana.
—"Tú saltas, yo salto, ¿recuerdas?"
Mamá se echa a reír cuando repito la frase que Rose le dice a Jack cuando el Titanic está en el punto culmine para hundirse. Hemos visto tantas veces la película que me sé el guion de memoria y, aún así, no me canso de verla. No sé si es ese romance encantador entre los dos personajes o el desastre que ocurre al final lo que más me gusta —no lo digo por las muertes, sino porque es la parte que más tensión tiene. Además lo efectos especiales son bastante buenos—. Siendo sincera, me gustaría tener ese romance pasional y amor imposible que Rose y Jack tienen, pero heme aquí, un viernes por la noche, sentada comiendo palomitas y esperando el correo que dicta si mi fotografía es seleccionada para la final.
—Creo que necesitamos contratar más canales para no ver siempre la misma película —comenta papá luego de beber un sorbo de su cerveza.
—Para eso está internet —me encojo de hombros—. Pero ustedes prefieren Titanic que una pelícu-
Corto mi frase en seco. Unos impetuosos golpes en la puerta nos dejan congelados a los tres por un momento. Papá es el primero en reaccionar ante los nuevos golpes que parecen querer echar abajo la puerta.
Es viernes por la madrugada, podría ser hasta algún ladrón.
—¡¿Quién es?! —pregunta papá buscando algo para defenderse.
Silencio absoluto. Mamá y yo seguimos a papá por detrás hasta la puerta principal. Afuera, desde el otro lado de la puerta, unas maldiciones delatan al causante de tanto alboroto.
—¡FISSHER!
Es Mika.
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Un alocado Mika ha llegado molesto a la casa de Astrid ¿qué pasará? ;O El próximo capítulo tendrá povs de Mika~ e intentaré subirlo pronto 7u7.
Muchas gracias por leer y por su paciencia ;* ¡Chocolate y pizza para todos! :D
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