Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06

— ¡Alan! — exclamó alguien.

Escuchando cómo lo nombran con tanta desesperación, él se sacó sus auriculares, pero al hacerlo, todo se volvió negro. Así que tuvo que cerrar los ojos por un momento, pero al abrirlos vio a un niño mirándolo con mucha preocupación.

••

—¿Dónde estoy? — pregunté confundido junto con un sentimiento amargo y mareado.

No sé qué me pasa, pero me siento tan mal, aún sigo recordando toda esa mierda. ¿Por qué no puedo olvidarlo? ¿Por qué simplemente no puedo superarlo?

Me levanté con rapidez y antes que pudiera salir de la cama, una manito agarro mi brazo y lo miré. Sus ojos son tan bellos.

— Alan, ¿estás bien? ¿Te duele la cintura? ¿Quieres que llame a Nana? ¿Te duele el pecho? — Inquirió, haciendo todas esas preguntas y, por el último, no me di cuenta de que estoy tocando mi pecho, directo a mi corazón y lo solté, asustado.

¿Qué es esta sensación de angustia?

— Alan… —Pronunció mi nombre, su ternura y preocupación calentaron un poco mi corazón.

Cuando lo miré, cuando mi mirada dirigió a su cara, su expresión. Me sentí amado y un poco emocionado, rodeé mis brazos a su pequeño cuerpo, buscando con desesperación esa calidez y esa protección que él solo me da.

Apenas ya lo conozco y ya lo quiero. No sé qué me pasa con él, él me da tranquilidad, amor y paz. Hace que quiera protegerlo, cuidarlo y amarlo.

¿Tal vez sea un deseo del Dios o de mí mismo que busca amor?

No me entiendo, lo único que sé es que lo quiero para toda mi vida.

Él, sin dudarlo, me abrazó aún más fuerte y yo, como el cobarde que soy, lloré. Apreté mis dientes, tratando de no sacar más lágrimas y tratar de reprimir todo el dolor que hay en mí.

Aún recuerdo la sensación de abandono, de las muchas ocasiones en que mi padrastro me demostró que soy una carga y un inútil, en las veces en que me sentí incomprendido por mi propio padre y el hecho de haber tenido que aceptar que ya nada será igual que antes. Antes de la mudanza, antes de irme a otra ciudad y dejar a todos mis amigos atrás.

*Sniff.*

—Tuviste miedo, ¿no es así? — murmuró, él acarició mi espalda con suavidad—. No te preocupes más, Estás a salvo. Yo estoy contigo, yo te protegeré.

Su voz, su tono suave y tranquilizante provocó que los muros y mi propio caparazón, que empeñe para que pueda protegerme del mundo exterior, de las personas maliciosas y, tratar de olvidar sus palabras y acciones, temblaron. Y sentí que una grieta apareció, una grieta que siento que es capaz de hacer que se derrumben los muros.

Sentí que mis ojos se humedecieron y apreté mi labio inferior, tratando de contener ese sollozo.

Aunque me cuentes admitirlo…

Sí tuve miedo.

El miedo del que todos me desprecien, me abandonen y que nunca lleguen a quererme de verdad.

Él siguió aquí, tratando de darme ánimos y estoy tan agradecido con él. Te aprecio tanto, pequeño niño, pequeño príncipe heredero.

Entregándome el apoyo que tanto necesite durante casi 8 años.

Gracias, Dios, por darme esta oportunidad de conocer lo que realmente es que alguien te escuché sin juzgar.

—Alan — me susurró y siguió dándome palmadas —. Quiero que recuerdes que tus emociones son importantes, nunca los reprimas. Acéptalas con el corazón abierto, porque si lo haces, solo dolerá por un día. Pero si no lo haces, dolerá para toda la vida.

No supe qué decir, pero él tiene razón, pero aun así debo hacerlo. Las emociones nos hacen perder la racionalidad y hacen que actuemos con impulsividad. Las emociones lastiman, dañan y quedan marcadas en el alma.

Ellas nos hacen débiles, me hacen sentir que soy débil.

Ya lo he visto en múltiples ocasiones y cada una de ellas me hirieron de una manera profunda; aún recuerdo los ataques de ira de mamá cada vez que estaba estresada. Su frustración y tristeza ante los robos de dinero u objetos valiosos que hacía siempre mi padrastro. La felicidad de los demás con sus rostros sonrientes destrozaban mi propia felicidad, siendo machacado por la envidia.

¡Ya! Es mejor ignorar todos esos pensamientos absurdos, estoy cansado.

Me separé del abrazo y me distancié un poco de él. Él observó cada uno de mis movimientos. Su mirada fija en mí… ¿Por qué me está mirando de esa manera?

Toqué mis manos entre sí, nervioso.

Tratando de ignorarlo, dirigí mi mirada al gran ventanal y… Las estrellas se ven tan espléndidas, tan maravillosas.

 ¿Cuántas estrellas hay?

Uno, dos, tres, cuatro…

Y algunas parecen formar triángulos o arcos y otras forman una “C” o una “N”. ¿O tal vez sean una “Z”?

—Alan, ¿te gustan las estrellas? —Su voz, me desconcierto un poco e hizo que pisara los pies en la tierra.

Lo miré, tratando de esconder el leve temblado de mis piernas.

—Sí, me gustan.

Note como sus ojos se dilatan y una leve sonrisa apareció en sus labios. Tragué saliva y desvíe mi mirada hacia la puerta.

Justo en el momento en el que se abrió y entro la joven con una bandeja plateada con dos tazas finas con un cierto brillo dorado por el color.

—Nana — la llamó él, atrayendo la atención de la mujer, quien se acercó a pasos acelerados hacia nosotros y que se sentó al lado suyo para luego pasarnos la taza. Lo agarré y observé el líquido verde, pegajoso y tragué saliva por segunda vez, está frío—. Alan tuvo una pesadilla, ¿así que puedes contarnos un cuento, por favor? —Su tono preocupado y la manera tierna en que lo dijo, hizo que me mordiera el labio inferior y sintiera un apretón en mi corazón.

Realmente me siento culpable.

Este niño realmente quiso mucho al Alan original. Ahora, pensado en él…

¿Qué le sucedió a él? ¿Acaso… falleció?

Un escalofrío recorrió mi espalda. Realmente soy un invasor, un ladrón. Aunque… ¿Su vida fue tan mala? ¿Y por qué estoy en la misma habitación del niño? Pero por lo visto no somos familia. 

Todo es tan confuso, tal vez debería dejar todo esto para otro día. Me sigue doliendo la cintura.

Tomé el té de manera despaciosa.

—Lord Dair, ¿se encuentra bien? — Inquirió, observándome.

Negué con la cabeza, exhausto de muchas emociones. El niño tomo rápido el té y luego se lo dio a Nana. Para luego acostarse y acomodarse.

—¡Alan, toma rápido para que Nana nos cuente un cuento! — exclamó entusiasmado. 

Yo solamente le hice caso par a luego dárselo, Nana se levantó y puso la bandeja en la mesa, luego se nos acercó con una expresión angustiante. 

—Antes de leerles el cuento, Lord Dair y Joven Príncipe. Hay que rezar por su salud para que el Dios Lucifer nos escuche y traiga bendición a nuestro imperio, a sus futuros emperadores — dijo.

Me quedé mudo, sin saber cómo reaccionar ante esta declaración. ¿Futuros emperadores? ¿Yo…? 

Sí, apenas estoy aprendiendo a cuidarme. ¿Cómo podré cuidar a un imperio entero? 

Siento que el pequeño notó mi preocupación, así que agarró mi mano y entrelazó la suya, dándome ánimos. Así que decidí también acostarme y acomodarme. Nana nos tapó bien para luego juntar sus manos y escucharla murmurar algunas palabras. 

No entiendo casi nada, mis parpados empiezan a cerrarse y…

Fueron tantas emociones en un solo día, estoy realmente cansado. Y con simpleza, permití relajarme al sentir su calidez a través de este contacto. 

— Buenas noches, pequeño príncipe — murmuré antes de caer dormido. 

Nota de la autora:
¡Hola mis amores! ¿Cómo están?
Yo por mi parte, estoy un poco enferma, así que lo siento si no podré sacar pronto otro capítulo. 🤧

Bueno, sin nada más que agregar.
¡Nos vemos en el próximo capítulo!
Cuídense mis amores.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro