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El Castigo

- abuelo ándale cuéntame otra historia para dormir -

" Ya es muy tarde, se van a enojar tus padres"

- ándale abue solo la última y ya

" Esta bien solo una más, pero cuando termine prométeme que te dormirás"

- si abue, te lo prometo

Bueno, (tosiendo) ésta historia que te voy a contar está guardada en lo profundo de mi corazón, fue muy dolorosa y cruel, déjame decirte mi hijito que nadie lo sabe, solo tú ahora la escucharás.

Hace mucho tiempo cuando tenía 10 años, nos reclutaron a los niños huérfanos como yo en un convento de monjas como " horfanato"

Éste convento estaba del otro lado de la ciudad y solo podíamos llegar a caballo. Realmente el paisaje era muy hermoso, lleno de flores, árboles, se hallaba junto al bosque.

Nos llevaron a 20 niños en total (niños y niñas), salimos de la ciudad y llegamos al atardecer a aquel lugar.

Escuchábamos decir que ahí nos íbamos a quedar, pues nuestros padres habían muerto en la guerra que estábamos pasando por ese momento, en mi caso mi madre había muerto cuando yo apenas tenía cinco años por la enfermedad del sarampión y ya no tenía ningún familiar que se hiciera cargo de mí

Al llegar a la entrada del bosque nos subieron a unas carretas jaladas por un par de mulas, realmente el paisaje era fantástico, era tan placentero oler el aroma de los árboles.

A lo lejos se miraba una enorme casa que parecía una mansión pero ya muy vieja, nos preguntábamos entre los niños

- es ahí donde vamos a vivir?

Al llegar nos fueron bajando uno por uno y en nuestras manos nos colocaron un brazalete con varios números que obviamente no lo podíamos retirar.

Nos recibieron un par de monjas, sin embargo sus expresiones me llamaron rotundamente la atención, sus rostros se mostraban ojerosos y con aspecto de horror o sufrimiento.

Siempre permanecieron calladas, solo expresaban unas cuantas palabras de las cuales una de ellas se acercó y nos dijo.

- bienvenidos, ésta será a partir de hoy su casa, deben seguir las reglas de este lugar o de lo contrario recibiran castigos a la desobediencia -

La madre soledad era la que nos había dado aquel tenebroso discurso, al terminar nos mostró el dormitorio para todos nosotros.

Miré entonces al encargado que nos trajo preguntar:

- qué pasó con los niños que había aquí?

" Se fueron de este lugar a otro orfanato"

- y por qué?

" No sé, el gobierno fue quien vino por ellos según ya habían encontrado familias para los 10 pequeños que aún seguían viviendo aquí"

Acomodamos nuestras pocas pertenencias en nuestro lugar para dormir, realmente era enorme había demasiado espacio, sin embargo la instalación ya estaba muy vieja, tanto así que escuchábamos como pequeños ruidos por todo el lugar, y una de las hermanas (las monjas) nos decía que era la tubería vieja, pero lo que yo personalmente oía era como voces, muebles y cadenas quebarrastraban de un lugar a otro.

A partir de nuestra primera noche en ese viejo convento, escuchábamos todos los niños lo mismo, al principio nos asustabamos, pero con la explicación que hacían las monjas nos calmabamos poco a poco.

Pasaron unos días, después de repente llegó la madre "Piedad" a cubrir el lugar de la madre "soledad" quien se había enfermado y tuvo que irse a otro lugar.

Desde ese momento la vida se nosotros los niños cambió de manera perturbadora, la nueva madre era una mujer extraña y muy dura con nosotros, nos impuso un sin fin de normas y reglas para seguirlas.

Teníamos que levantarnos a las cuatro de la mañana para hacer una hora de oración, luego ayudar con el cultivo de hortalizas y el que no logrará culminar las tareas asignadas , no podía tomar el desayuno.

Realmente aquel lugar era muy grande y si me preguntas como me sentía en él, la respuesta es con miedo, o quizás tal vez nunca lo iba a poder explicar, solo sabía que mi cuerpo tenía sensaciones que a mí no me agradaban.

Tal vez yo fuí más sensible que los otros niños, pero yo sentía que algo raro pasaba ahí, percibía una extraña sensación negativa a parte de los ruidos y precisamente esa vibra era la que me preocupaba todo el tiempo.
Extrañadamente todos los días exactamente a las tres pm nos mandaban a la granja o a los cultivos, las tareas que nos asignaban nos demoraban exactamente una hora o dos.

Un día después de indicarnos ir a deshierbar los cultivos de zanahoria y maiz, me regresé al dormitorio porque se me había olvidado mi chaqueta, estaba haciendo algo de frío así que fuí por ella.

Al entrar a la vieja casa, no había nadie en la cosina, pasillos y el salón, las monjas no se encontraban por ningún lado.

En esos momentos una letanía de una alabanza escuché en el pasillo que se encontraba en el tercer piso, el lenguaje era muy raro, definitivamente no era el latín, ni Español.

La curiosidad de niños me envolvió por lo que sin dudar ni un segundo, me dirigí a buscar de dónde provenían esas alabanzas.

Subí las enormes escaleras y llegué por fin al tercer piso un poco exhausto, en realidad era una área que la madre Piedad nos tenía prohibido poder acceder y esa vez estaba rompiendo las reglas.

Despacio y en silencio me acerqué a aquel salón donde seguramente estaban todas las hermanas, y por la rendija se la llave heche un vistazo, y para mí suerte podía ver bien en el interior claramente.

Observé el interior dónde las hermanas se encontraban hincadas con la cabeza hacia abajo, la madre Piedad estaba de espaldas mirando una escultura horrible con las manos juntas como si estuviera haciendo una oración.

Aquella estatua era como de una cabeza de cabra de color negro y alrededor de esta había muchas veladoras prendidas pero igual de colores oscuros.

La madre Piedad recitaba unas palabras pero que no entendía que eran y después las hermanas las repetían una y otra vez, parecía un himno que entonaban todas juntas a la vez

Después cada una de ellas se desnudaba la espalda y la madre Piedad con una navaja cortaba la piel de cada una de ellas y al escurrir sangre, la vaciaba en una pequeña vasija colocandola después en ofrenda a la cabeza negra

Al presenciar tan espantosa escena, mis ojos se aterraron y el sudor me comenzó a inundar por todo mi cuerpo, le corazón impulsaba mi pulso a tal grado de perder mi equilibrio con un mareo. Tomé fuerzas y al querer retirarme de ahí al dar la vuelta tropecé y caí haciendo mucho ruido.

Una voz escuché que se acercaba a la puerta, mi corazón casi saliendose del pecho, me recordó que tenía que irme de ahí, así que junte mis manos para levantarme rápidamente y me logré esconder dentro de una cómoda vieja de ese mismo pasillo

Escuché que abrieron la puerta, era la madre Piedad, sacó únicamente la cabeza y mirando para ambos lados volvió a entrar y cerró la puerta.

Al asegurarme que ya no había nadie, salí aprisa del tercer piso y me regresé a mis labores en total nerviosismo que llamé la atención de los otros niños. Y aún recuerdo perfectamente el terror que sentía por todo mi ser, y supe que desde ese momento mi vida ya no iba a ser la misma.

Llegó la hora de la cena, extrañadamente mis nervios no habían sido controlados, una de las hermanas se dió cuenta y me preguntó lo que me estaba pasando, donde sólo le respondí "creo que me va a dar un resfriado"

Antes de irnos a la cama como era la norma rezar el rosario, ésta vez entró la madre Piedad a acompañarnos en la oración al dormitorio. Pero sus ojos se penetraban directamente hacia mí como si supiera exactamente que yo rompido las reglas.

Tomé un poco de aire para calamar mi ansiedad y terror y comencé a rezar. Al finalizar la madre añadió a todos nosotros con una tenebrosa y ronca voz

- "les recuerdo que en este lugar hay reglas severamente estrictas y que por ningún modo se deben romper, de lo contrario su castigo sería el peor de todos y no les gustaría saber de qué modo"

Nuevamente sus ojos me apuntaban hacia mí, y para evitar que los mios me delataran bajé la cabeza y apreté mis ojos hasta que ella saliera del dormitorio.

Esa noche fue una de las peores, entre mis sueños miraba aquella escena, las monjas desnudarse, la navaja, la sangre y sobre todo a la madre Piedad sosteniendo esa horrible cabeza que parecía de un animal vivo, ya que los ojos de ese animal brillaban como si fueran reales.

Exaltado por mis sueños de todas las noches terminaba por no dormir nada, pues el miedo y terror que me invadía era infinito y lo peor de todo es que no se lo podía contar a nadie, en realidad ningún niño debía saber que rompí las reglas y mucho menos de lo que miré.

Pasaron varios días y en uno de ellos llegó al convento de las monjas una nueva niña llamada Carolina, (le decían Carol) se integró con nosotros e hicimos una bonita amistad, también la madre Piedad le informó de las reglas del lugar y específicamente del tercer piso de aquel edificio.

Carol tenía un problema de salud, cojeaba de un pie por lo que no lograba hacer las tareas encomendadas al 100. En ocasiones se quedaba en el dormitorio o la ponían a limpiar el primer piso.

Nosotros continuábamos en el área de los cultivos como de costumbre. Aquel día nos dispusimos a ir a nuestras labores correspondientes, Carol se había quedado a fregar el piso, yo me regresé a media jornada para poder tomar un vaso de agua, en ese entonces no veía a Carol por ninguna manera, así que siligiosamente la busqué por el primer piso.

De repente nuevamente escuché aquellas alabanzas y el pecho se me exaltó de terror, pues había recordado lo que hacían ahí adentro las hermanas.

En contra de mi consiencia subí nuevamente las escaleras, era como si mi interior dijera "no vayas", pero mi cuerpo no obedeciera. Así que subi nuevamente al tercer piso y para mí sorpresa encontré parada en la puerta a Carol tratando de mirar por la rendija.

Pero en ese mismo instante fue descubierta, al momento que la madre Piedad abrió la puerta porque escuchó ruidos.

Carol cayó al suelo asustada y la madre la tomó del brazo con ojos de furia y le dijo:

- nooo sabes lo que has hecho! (Gritando)

- haaas desobedecido mis reglas!!

- lo siento muchísimo, te tengo que castigar (apretando su brazo lentamente)

Salieron las demás hermanas a ver lo sucedido, tomaron a Carol y le preguntaron

- dime qué viste?

" Nada no vi nada, solo escuché unas voces

- no me mientas, dime qué viste

"Enserio no vi nada absolutamente nada " (quejándose de su brazo")

De los ojos de Carol brotaron unas lágrimas de dolor y al mismo tiempo de terror, mientras que la madre Piedad completamente furiosa no dejaba de sostener cruelmente el brazo de Carol.

Al soltar a la niña, de inmediato ordenó a las monjas llevarla al interior de un salón principal, llamaron entonces a todos los niños de aquel viejo convento para informarles los hechos.

La madre Piedad había perdido totalmente el control y estaba totalmente furiosa y esque en verdad no entendía cómo es que le hubiese causado tanta molestia que pisaramos el tercer piso. Lo que hacían ahí adentro en verdad era aterrador, pero sólo era un niño y no sabía lo que eso significaba.

Ya estando todos los niños en el salón y al terminar su discurso, tomó a Carol frente a los demás. En sus ojos de mi amiga había un terror y llanto incontrolable, yo estaba helado por lo que no podía decir ni hacer nada, la madre parecía totalmente endemoniada y aterraba a todos los niños presentes.

Y ahí fue donde mis ojos miraron la peor escena que un niño pudiera presenciar, obligó a Carol a incarse en el suelo, levantando las manos hacia enfrente para pedir perdón a su falta. Al instante sacó una filosa espada y de un golpe cortó las dos manos de Carol.

El silencio enmudeció el salón y un grito de dolor salió de la voz de Carol, los niños quedaron helados y no decían ni una palabra, sólo se oía a Carol que estaba en el suelo desangrandose y gritando del dolor.

La madre Piedad bajó la cabeza y añadió unas palabras mientras mi amiga seguía gritando:

- que les quede claro, que no pueden desobedecer ninguna regla-

Y se retiró de aquella habitación limpiando su espada con su túnica negra.
Carol estaba en el suelo, llegaron entonces las hermanas y la levantaron yo les gritaba:

- ayudenla!! Por favor!!

Con todo mi llanto pedía que ayudarán a Carol, ellas se la llevaron mientras tanto yo no podía hacer nada, solo me detuve con llanto en los ojos mirando las manos de Carol que estaban en un charco de sangre en el suelo, lo peor de todo fue que pasaron los días y no supimos nunca de ella.

En el dormitorio nadie comentaba nada, los niños estaban muy asustados que no podían dormir por las noches.

Yo no pude soportar aquella pesadilla, tenía mucho miedo de poder pasar lo mismo que mi amiga Carol, así que sin pensarlo esa noche me escape.

Salí de aquel lugar huyendo muy pero muy lejos, pensé que iba a morir, pero afortunadamente hallé a una pareja de ancianos que me dieron refugio y con ellos me quedé.

Les conté lo que había sucedido y la anciana que le adopte el nombre de "mamá Chana", me dijo que en ese lugar las monjas entregaron sus almas al diablo y que los niños que llegaban ahí después los iban sacrificando. Que no era cierto que encontraban familias para los pequeños y qué suerte tuve yo de haberme escapado de aquel lugar.

La anciana me mostró sus manos, !! tenía los dedos rebanados!! , ella había huido de ahí también y conoció a todas las hermanas de aquel viejo convento:

Pero cómo era posible que aún se miraran tan jóvenes??

Mamá Chana entonces me explicó, que gracias a sus rituales que para ellas eran efectivos nunca envejecian y que también era probable que tuvieran gente de fuera como cómplices, los cuales se encargaban de llevarles a los niños.

Y ahora que ya estoy viejo, tú y solo tú mi niño ahora sabes lo que me ocurrió aquella vez que era niño, aunque déjame decirte que varias veces soñaba a Carol que me mostraba un viejo pozo el cuel se encontraba en la entrada del bosque y que nunca quise averiguar lo que trataba de decirme

Y tú te imaginas lo que trataba de decirme el mensaje de Carol????

Fin.

-Silvia Panti

#Minicuentos 📖

L'ho rubato, spero e a loro piace
LA PUNIZIONE

- Nonno, raccontami un'altra storia per dormire -

"È troppo tardi, i tuoi genitori si arrabbieranno"

- Vai nonno solo l'ultimo e ora

"È solo uno in più, ma quando avrò finito, promettimi che dormirai."

- Sì, nonno, lo prometto

Bene, (tossendo) questa storia che sto per raccontarti è racchiusa nel mio cuore, è stata molto dolorosa e crudele, lascia che ti dica mio figlio che nessuno lo sa, solo tu ora lo ascolterai.

Molto tempo fa, quando avevo 10 anni, eravamo reclutati bambini orfani come me in un convento come "horfanato"

Questo convento si trovava dall'altra parte della città e potevamo arrivarci solo a cavallo. Il paesaggio era davvero molto bello, pieno di fiori, alberi, era vicino alla foresta.

Ci hanno portato in totale 20 bambini (ragazzi e ragazze), abbiamo lasciato la città e siamo arrivati ​​al tramonto in quel posto.

Abbiamo sentito che saremmo rimasti, perché i nostri genitori erano morti durante la guerra che stavamo attraversando in quel momento, nel mio caso mia madre era morta quando avevo appena cinque anni dalla malattia del morbillo e non avevo più alcun familiare abbi cura di me

Arrivati ​​all'ingresso della foresta fummo portati su carretti trainati da un paio di muli, il paesaggio era davvero fantastico, era così piacevole annusare il profumo degli alberi.

In lontananza si vedeva una casa enorme che sembrava una dimora ma già molto vecchia, ci chiedevamo tra i bambini

- È dove vivremo?

All'arrivo siamo stati abbassati uno ad uno e nelle nostre mani hanno messo un braccialetto con diversi numeri che ovviamente non abbiamo potuto rimuovere.

Siamo stati accolti da un paio di suore, tuttavia le loro espressioni hanno attirato la mia attenzione, i loro volti erano incerti e sembravano orrore o sofferenza.

Rimasero sempre in silenzio, esprimendo solo poche parole a cui uno di loro si avvicinò e ci disse.

- Benvenuto, questa sarà la tua casa da oggi, devi seguire le regole di questo posto altrimenti riceverai penalità per disobbedienza -

La madre solitaria fu quella che ci aveva fatto quel discorso oscuro, alla fine ci mostrò la camera da letto per tutti noi.

Ho guardato il manager che ci ha portato a chiedere:

- Che cosa è successo ai bambini qui?

"Sono andati da questo posto a un altro orfanotrofio"

- e perché?

"Non lo so, il governo è stato quello che è venuto per loro perché avevano già trovato famiglie per i 10 piccoli che vivevano ancora qui."

Abbiamo sistemato le nostre poche cose nel nostro posto per dormire, era davvero enorme, c'era troppo spazio, tuttavia l'installazione era già molto vecchia, tanto che abbiamo ascoltato come piccoli rumori dappertutto, e una delle sorelle (le suore) ci ha detto che Era la vecchia pipa, ma quello che ho sentito personalmente era come voci, mobili e catene strisciavano da un posto all'altro.

Dalla nostra prima notte in quel vecchio convento, abbiamo ascoltato tutti i bambini allo stesso modo, all'inizio eravamo spaventati, ma con la spiegazione fatta dalle suore ci siamo gradualmente calmati.

Passarono alcuni giorni, poi improvvisamente la madre "Piedad" arrivò per coprire il posto della madre "solitudine" che si era ammalata e doveva andare altrove.

Da quel momento, la vita di noi bambini è cambiata in modo inquietante, la nuova madre è stata una donna strana e molto dura con noi, ha imposto una serie infinita di norme e regole per seguirli.

Ci siamo dovuti alzare alle quattro del mattino per fare un'ora di preghiera, quindi aiutare con la coltivazione delle verdure e chi non sarà in grado di completare i compiti assegnati, non potrebbe fare colazione.

In realtà quel posto era molto grande e se mi chiedi come mi sentissi, la risposta è con la paura, o forse forse non sarei mai stato in grado di spiegarlo, sapevo solo che il mio corpo aveva delle sensazioni che non mi piacevano.

Forse ero più sensibile degli altri bambini, ma sentivo che qualcosa di strano stava accadendo lì, ho sentito una strana sensazione negativa dal rumore ed era proprio quella vibrazione che mi preoccupava continuamente.
Stranamente ogni giorno, esattamente alle tre del pomeriggio, ci mandavano alla fattoria o alle colture, i compiti che ci venivano assegnati impiegavano esattamente un'ora o due.

Un giorno dopo averci detto di andare a diserbare le colture di carote e mais, sono tornato in camera da letto perché avevo dimenticato la giacca, faceva freddo, quindi ci sono andato.

Entrando nella vecchia casa, non c'era nessuno in cucina, nei corridoi e nel soggiorno, le suore non si trovavano da nessuna parte.

A quel tempo ho sentito una litania di elogi nel corridoio che era al terzo piano, la lingua era molto rara, non era sicuramente latino o spagnolo.

La curiosità dei bambini mi ha avvolto, quindi senza esitazione sono andato a scoprire da dove provenivano queste lodi.

Salii le enormi scale e alla fine raggiunsi un po 'sfinito al terzo piano, in realtà era un'area a cui Madre Piedad non poteva accedere e che il tempo stava infrangendo le regole.

Lentamente e silenziosamente mi avvicinai a quella stanza dove sicuramente c'erano tutte le sorelle, e attraverso la fessura presi la chiave, guardai, e per mia fortuna potevo vedere bene dentro chiaramente.

Ho guardato dentro, dove le sorelle stavano a testa bassa, madre Piedad era sulla schiena e guardava un'orribile scultura con le mani giunte come se stesse pregando.

Quella statua era come una testa di capra nera e attorno c'erano molte candele accese ma ugualmente scure.

Madre Piedad recitò alcune parole ma non capì cosa fossero e poi le suore le ripetevano ancora e ancora, sembrava un inno che cantavano insieme

Quindi ognuno di loro si spogliò la schiena e Madre Piedad con un rasoio tagliò la pelle di ciascuno di essi e, durante il drenaggio del sangue, lo svuotò in un piccolo vaso, quindi collocandolo in offerta alla testa nera

Quando ho assistito a una scena così orribile, i miei occhi erano terrorizzati e il sudore ha iniziato a inondarmi in tutto il mio corpo, il mio cuore stava spingendo il mio polso al punto da perdere l'equilibrio con le vertigini. Presi forza e volendo ritirarmi da lì quando mi voltai, inciampai e caddi facendo molto rumore.

Una voce che sentii avvicinarmi alla porta, il cuore quasi che mi usciva dal petto, mi ricordò che dovevo andarmene, così unii le mani per alzarmi rapidamente e riuscii a nascondermi all'interno di un vecchio cassettone nello stesso corridoio

Ho sentito che hanno aperto la porta, era Madre Piedad, ha solo tirato fuori la testa e cercando entrambi i lati in cui è tornata e ha chiuso la porta.

Assicurandomi che non fosse rimasto nessuno, lasciai rapidamente il terzo piano e tornai al mio lavoro in totale nervosismo che attirò l'attenzione degli altri bambini. E ricordo ancora perfettamente il terrore che provavo per tutto il mio essere, e sapevo che da quel momento la mia vita non sarebbe stata più la stessa.

Era ora di cena, stranamente i miei nervi non erano stati controllati, una delle sorelle si rese conto e mi chiese cosa mi stesse succedendo, dove risposi solo "Penso che mi farà raffreddare"

Prima di andare a letto come era norma per pregare il rosario, questa volta Madre Piedad entrò per accompagnarci nella preghiera in camera da letto. Ma i suoi occhi mi penetrarono dritti come se sapesse esattamente che ho infranto le regole.

Presi un po 'd'aria per calmare l'ansia e il terrore e iniziai a pregare. Alla fine la madre ha aggiunto a tutti noi con una voce scura e rauca

- "Ti ricordo che in questo luogo ci sono regole severissime e che in nessun modo dovrebbero essere infrante, altrimenti la loro punizione sarebbe la peggiore di tutte e non vorrebbero sapere come"

Ancora una volta i suoi occhi mi indicarono, e per evitare che i miei mi tradissero, abbassai la testa e strinsi gli occhi finché non lasciò la camera da letto.

Quella notte è stata una delle peggiori, tra i miei sogni ho visto quella scena, le suore che si spogliavano, il rasoio, il sangue e soprattutto Madre Piedad che reggeva quell'orribile testa che sembrava un animale vivo, poiché gli occhi di quell'animale brillavano Come se fossero reali.

Esaltato dai miei sogni di ogni notte, ho finito per non dormire nulla, perché la paura e il terrore che mi hanno invaso erano infiniti e il peggio è che non potevo dirlo a nessuno, infatti nessun bambino dovrebbe sapere che ho infranto le regole e Molto meno di quanto sembrassi.

Passarono alcuni giorni e in una di loro arrivò una nuova ragazza di nome Carolina nel convento delle suore, (la chiamarono Carol), si unì a noi e noi facemmo una bella amicizia, anche Madre Piedad la informò delle regole del luogo e in particolare della terza piano di quell'edificio.

Carol aveva un problema di salute, zoppicava su un piede, quindi non poteva svolgere i compiti assegnati a 100. A volte restava in camera da letto o veniva messa a pulire il primo piano.

Abbiamo continuato nell'area delle colture come al solito. Quel giorno ci preparammo per andare alle nostre fatiche corrispondenti, Carol era rimasta a pulire il pavimento, ero tornata a tempo parziale per poter bere un bicchiere d'acqua, a quel tempo non vedevo Carol in alcun modo, quindi la guardavo sciocca al primo piano

All'improvviso udii quelle lodi e il mio petto fu esaltato dal terrore, poiché mi ero ricordato di quello che le sorelle stavano facendo lì dentro.

Contro la mia coscienza salivo di nuovo le scale, era come se il mio interno dicesse "non andare", ma il mio corpo non obbediva. Quindi salii di nuovo al terzo piano e con mia sorpresa trovai Carol in piedi sulla porta che cercava di guardare attraverso la fessura.

Ma in quel momento fu scoperto, nel momento in cui Madre Piedad aprì la porta perché sentì dei rumori.

Carol cadde a terra spaventata e la madre le prese il braccio con occhi furiosi e disse:

- Nooo sai cosa hai fatto! (Gritando)

- Haaas ha disobbedito alle mie regole!

- Mi dispiace molto, devo punirti (stringendoti lentamente il braccio)

Le altre sorelle uscirono per vedere cosa accadde, prese Carol e chiese

- Dimmi cosa hai visto?

"Nulla, non ho visto niente, ho sentito solo alcune voci

- Non mentirmi, dimmi cosa hai visto

"Non ho visto assolutamente nulla" (lamentandosi del suo braccio ")

Lacrime di dolore e allo stesso tempo di terrore sgorgarono dagli occhi di Carol, mentre Madre Piedad, completamente furiosa, continuava crudelmente a tenere il braccio di Carol.

Dopo aver rilasciato la ragazza, ordinò immediatamente alle suore di portarla all'interno di una sala principale, quindi chiamarono tutti i bambini di quel vecchio convento per informarli dei fatti.

Madre Piedad aveva completamente perso il controllo ed era totalmente furiosa ed esca che non capiva davvero come le avrebbe causato così tanti problemi che siamo entrati al terzo piano. Quello che stavano facendo lì era davvero spaventoso, ma era solo un bambino e non sapeva cosa significasse.

Poiché tutti i bambini erano in classe e alla fine del suo discorso, prese Carol di fronte agli altri. Agli occhi del mio amico c'era un terrore incontrollabile e pianto, ero congelato per quello che non potevo dire o fare nulla, la madre sembrava totalmente demonizzata e terrorizzata da tutti i bambini presenti.

Ed era lì che i miei occhi guardavano la scena peggiore a cui un bambino potesse assistere, costringendo Carol ad affondare nel terreno, alzando le mani in avanti per scusarsi per la sua colpa. Estrasse immediatamente una spada affilata e con un colpo tagliò le due mani di Carol.

Il silenzio fece tacere la stanza e dalla voce di Carol uscì un grido di dolore, i bambini erano congelati e non dicevano una parola, solo Carol si sentiva sul pavimento sanguinare e urlare di dolore.

Mamma Piedad abbassò la testa e aggiunse alcune parole mentre il mio amico continuava a gridare:

- Sia chiaro che non possono disobbedire a nessuna regola-

E lasciò la stanza pulendosi la spada con la sua veste nera.
Carol era sul pavimento, poi arrivarono le sorelle e la sollevarono e io urlai loro:

- aiutala !! Per favore !!

Con tutte le mie lacrime hanno chiesto di aiutare Carol, l'hanno presa nel frattempo non potevo fare nulla, mi sono fermato con le lacrime agli occhi guardando le mani di Carol che erano in una pozza di sangue sul pavimento, la cosa peggiore di tutte Sono passati i giorni e non abbiamo mai avuto sue notizie.

Nella camera da letto nessuno ha commentato nulla, i bambini erano molto spaventati di non poter dormire la notte.

Non potevo sopportare quell'incubo, avevo molta paura che potesse succedere la stessa cosa della mia amica Carol, quindi senza pensarci quella sera sono fuggito.

Ho lasciato quel posto in fuga molto, molto lontano, pensavo che sarei morto, ma per fortuna ho trovato una coppia di anziani che mi ha dato riparo e sono rimasto con loro.

Dissi loro cosa era successo e la vecchia che adottò il nome di "Mamma Chana" mi disse che in quel luogo le suore davano la loro anima al diavolo e che i bambini che vi arrivavano in seguito le stavano sacrificando. Che non era vero che hanno trovato famiglie per i più piccoli e quanto sono stato fortunato a fuggire da quel posto.

La vecchia mi ha mostrato le sue mani !! Avevo le dita tagliate !! , anche lei era fuggita da lì e aveva incontrato tutte le sorelle di quel vecchio convento:

Ma come era possibile che fossero ancora così giovani?

La mamma Chana mi spiegò poi che, grazie ai loro rituali che erano efficaci per loro, non invecchiarono mai e che probabilmente avevano anche persone dall'estero come complici, che avevano il compito di portarli dai bambini.

E ora che sono vecchio, tu e solo tu, figlio mio, ora sai cosa mi è successo quella volta che ero un bambino, anche se lascia che ti dica che più volte ho sognato Carol che mi mostrava un vecchio pozzo il colletto era all'ingresso della foresta e Non ho mai voluto scoprire cosa stesse cercando di dirmi

E immagini quello che il messaggio di Carol stava cercando di dirmi ????

Fin.

-Silvia Panti

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