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Unique

Esta belleza no me pertenece, solo la estoy adaptando al HopeKook, gracias a beauchaos, por dejarme hacerlo. ^^ Pueden pasar a su cuenta a leer varias de sus obras, y las historias originales. :D

Jeon JeongGuk recuerda que en uno de esos días que se encontraba extremadamente aburrido desplazando su dedo por la pantalla de su móvil, deslizando hacia arriba cada que dejaba un me gusta o un comentario en las fotografías publicadas por sus amigos o soltando una pequeña carcajada por uno que otro meme en su página de inicio se topó con una de esas posts sobre datos curiosos. El vago recuerdo de aquel dato de información se hacía presente en su mente, escabulléndose desde lo más profundo de los cajones de su memoria. "El amor y la cocaína producen el mismo efecto en el cerebro" decía en letras muy llamativas. En ese entonces pensó que aquello era una tontería. ¿Como un sentimiento hermoso y delicado se podía semejar a una sustancia tan destructiva y venenosa? Pero ahora, en este instante, la línea entre la electricidad del amor y la adrenalina de la cocaína parecía inexistente. Ambos conceptos mezclándose, convirtiéndose en uno solo.



JeongGuk no era el tipo de chico que consumía cualquier tipo de sustancia, pero se burlaba de sí mismo. Se burlaba porque aunque sus pulmones estuviesen limpios, su hígado intacto y sus neuronas completas no logró escaparse de la fatalidad de la adicción al vicio. Aunque no había experimentado el apego a cualquier tipo de droga, lo entendía. Comprendía porque el chico que vivía un piso abajo de su departamento, Park JiMin, se sentaba casi cada tarde en la azotea para aspirar ilusión y suspirar el éxtasis que la marihuana le brindaba. Ya lograba entender porque su mejor amigo, Kim Taehyung, utilizaba su cigarro eléctrico para ingresar algo de nicotina en su sistema aunque su cuerpo estuviese tan entumecido por ella que ya nada lograba activar las mismas sensaciones que antes. Pero aunque la nicotina no tenía el mismo efecto en él era vital para su día a día. Porque Kim Taehyung deseaba y buscaba sentir algo más, algo que lo despertara de su estado actual. Sabía entenderlo porque Jeon JeongGuk sabía exactamente lo que era sentirlo. Me refiero a la adicción, no la nicotina.



Es divertido, su adicción tiene nombre y apellido. No es algo que puede confesar en un grupo de rehabilitación como testimonio de su intento y búsqueda por una vida mejor. Es todo lo contrario. Su adicción es el hazme reír de las adicciones. La vergüenza de la necesidad.



-Me llamo Jeon JeongGuk- se imaginó a si mismo decir. Sus piernas temblando, sus manos sudando y sus ojos evitando contacto con cualquier otro adicto en aquel semi círculo de lamentable necesidad.



-Hola, JeongGuk- dirían todos en unísono.



-Estoy aquí el día de hoy porque decidí que era momento de buscar ayuda.- En ese momento imagina que algunos aplaudirían con un sentimiento de orgullo aunque uno que otro miembro lo conoció en ese preciso momento. - Pensé en alejarme de la adicción que me estaba comiendo por dentro. Necesitaba alejarme de Jung HoSeok. El chico que envenenó mi corazón con falsas palabras de amor y destrozó mis esperanzas con un solo suspiro.-



Ese es el momento donde todos se mirarían entre sí y telepáticamente se dirían con decepción comentarios como "¿Este chico está hablando en serio?" O "¿No entiende que este grupo es para personas con problemas reales?" y JeongGuk no los culparía por ello.



Jeon ya no podía recordar un día sin Jung HoSeok. Uno en el que aquel chico no cruzara su cabeza o atormentara su vida con mensajes inesperados a las tres de la mañana. Al comienzo él mismo pensaba que aquellas llamadas o mensajes de texto repentinos le irritaban. Que la idea de que HoSeok lo buscara cuando estuviese aburrido, sólo porque no tenía a nadie más con quien hablar, hacia hervir su sangre, pero cuando los mensajes dejaron de llegar y el teléfono paró de sonar un vacío se instaló en lo más profundo de su corazón, anhelando otra oportunidad. Una en la que pudieran conversar hasta que saliera el sol sin importar la razón. Sin importar que HoSeok solo quisiera una cosa de parte de JeongGuk. Sin que interese que HoSeok le hiciera la misma promesa que le hace a los otros chicos con los que habla. No importaría porque en ese momento, en ese instante sería suyo y de nadie más.



"Quiérete un poquito", "Date a respetar" le decían sus amigos cada que acababa con el corazón en la mano. ¿Cómo aceptar que Jung HoSeok ya no era el mismo chico que lo trataba con delicadeza y lo tocaba con dulzura? Ahora parecía ser que se había acostumbrado a estar con él. Que ya no tenía porque hacerlo sentir especial. Era como que si Min sentía le necesidad de probar carne nueva sin dejar ir la vieja. Porque por más complicada que fuese su relación con HoSeok no es como que si fuese suyo. No hay título que la describa y no es como que JeongGuk está ansioso por encontrar una palabra que los defina. Jeon nunca le menciona esas inseguridades a HoSeok porque sinceramente le aterra su respuesta. Porque sabe que la verdad lo puede derrumbar en cualquier momento y JeongGuk no está listo para ello.



JeongGuk no lograba entender en qué momento había perdido la cabeza. ¿Cuando fue que comenzó a seguir su corazón en lugar de escuchar los reproches de su consciencia? ¿En qué instante dejó de querer y pasó a necesitar? ¿Cuando fue que HoSeok se hizo vital para su felicidad? Había olvidado ya lo que era sentirse suyo, lo que era sentirse completo. Lo único que Jeon desea es un poco de cordura, un empujón que lo ayude a salir de ese agujero que él mismo cavó. Sería tan sencillo encontrar una guía de autoayuda en internet. Una con un título poco creíble, pero llamativo. Algo como "Cómo superarlo en tres simples pasos" o "Cómo olvidarlo sin morir en el intento 100% efectivo", pero no existe una guía perfecta para deshacer el desastre mortal causado por la adicción del amor.



El sonido que llena su antes completamente silenciosa habitación lo hace saltar, sacándolo de la montaña de dudas y de pensamientos dolorosos en los que se encontraba sumergido.



-¿Quien llama a estas horas?- JeongGuk pregunta con un leve tono de irritación después de echarle un vistazo al reloj electrónico en su mesa de noche que en números verde neón anunciaba que eran las 3:12 am. Jeon siente su cuerpo pesado y con la poca fuerza de voluntad que le queda se levanta. La única razón por lo que lo hace es porque puede ser Kim Taehyung y la verdad que le hace un poco de falta el apoyo y compañía que su mejor amigo le puede brindar en estos momentos. Sin pensarlo mucho se acerca a su escritorio y toma su celular para acudir a la llamada.



Jung HoSeok.



Sus ojos se abren un poco más de normal gracias a la sorpresa que le causó leer aquel nombre en la pantalla, siente su boca seca y un cosquilleo, algo así como un escalofrío navegar su espalda. ¿Cuándo fue la última vez que HoSeok le llamó? Habían pasado ya un par de semanas desde la última vez que escuchó su voz. A pesar de todo, sin importar lo roto que se encuentra su corazón, JeongGuk desliza su dedo por la pantalla aceptando la llamada. -Hola, Seokie- susurró con una leve sonrisa pintada en su rostro.



Porque una vez que se encuentra a tu alcance es imposible negarte a probar el sabor prohibido de la adicción.


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