꒰ ⌗ Doce (Final) ! ꒱
Estaban en la época de caza, muchas especies salían a rebuscar entre los pequeños pueblos familias desprotegidas, normalmente algunas especies que se alimentan de la caza son sustentados por otra base de alimentos como la carne de pequeños pájaros o incluso reparten parte de la pesca, pero muchas veces es insuficiente y los depredadores acaban con gran parte de familias obreras. Estos acontecimientos eran imparables y algunos de los habitantes de dichos lares afectados abandonaban la zona, dejando los conocidos pueblos muertos.
Dejaban sus casas y sus pertenencias tiradas por miedo a ser saboteados y asesinados por los depredadores.
Ya acostumbrados a la época de caza, los hermanos de Yoongi se refugiaban en el bosque del sur, donde las temperaturas eran más cálidas y los habitantes del bosque los acogían como si fueran de su familia, alimentándolos y brindándoles cobijo por unos dos o tres meses.
El destino para los padres de Yoongi se fue desencadenando de forma trágica cuando, junto sus doce gazapos, marchaban al sur sin saber que la caza ya había empezado. Por proteger a sus conejitos, ambos padres se sacrificaron dejando al mando a la mayor de sus hijas, poniendo sobre ella la responsabilidad de cuidar a los once restantes. Se separaron justo en la frontera, la señora Min quedó acorralada por varios linces que sobrepasaban su tamaño, su marido tuvo la misma suerte solo que éste luchó hasta el final por salvar a su hija más pequeña, liberándola de las garras de un gran zorro naranja.
Tras cruzar la frontera, los lobos de la manada de los Kim protegieron a los gazapos sin poder salvar la vida de sus padres.
Para la familia al completo fue difícil superar aquella pérdida tan desastrosa y pasaron los tres meses de caza totalmente atormentados sin poder valerse del apoyo emocional que les brindaban la manada de lobos que cuidaron de ellos como si fueran de la misma familia. No en todos los territorios llevaban la caza a tales extremos, pues los distritos donde se repartían bien los víveres para los carnívoros y proporcionaban protección para los herbívoros, aquella caza sangrienta nunca era llevada a cabo.
El territorio de los Choi no fue controlado de la misma manera que otros territorios y las bajas de cada caza eran cada vez más temibles, los obreros eran asesinados, los cachorros eran devorados y las almas de los inocentes eran arrebatadas por hambre. Por ello Yoongi había puesto sobre la mesa la posibilidad de contraer matrimonio con el hijo heredero del líder y así poder detener la desfachatez que cada año se celebraba.
Y si se hizo cargo de sus hermanos y hermanas fue porque la mayoría eran Omegas, su hermana mayor y otro de sus hermanos eran Alfas pero ninguno de ellos se sentía capaz de ejercer el papel que realizaban sus padres.
Con la confesión de Jimin y su propia confesión, Yoongi pudo traer al bosque del norte a su familia y todos ellos se establecieron en una enorme casa al lado de un antiguo campo de cultivo, tenían el río cerca y del mismo modo no se tardaban más de diez minutos en llegar al pueblo. Los once hermanos agradecieron a Jimin como si éste fuera su salvador, atesoraron la casa que les fue dada y pronto se les vio prosperar en el campo como bien habían aprendido de sus padres, asentados allí no debían preocuparse por salir antes del alba, tampoco por ir en parejas al río. Ya no viajarían al sur en época de caza.
Algunos de los Min decidieron trabajar en el pueblo, por lo que en poco tiempo los aldeanos les recibieron con los brazos abiertos pues encontrar una familia entera que se dedicase al cultivo y tuviera un buen dote para ello, era demasiado complicado. Los conejitos belier se ganaron un reconocimiento positivo.
A diferencia de sus hermanos, Yoongi no se fue a vivir con ellos cuando llegaron al territorio de los Park. Él y Jimin construyeron una casa de mediano tamaño en una zona cercana a donde solían jugar cuando eran pequeños, donde no habían muchos árboles y tenían un buen espacio para construir e incluso una pequeña parcela para darle utilidad a su gusto.
Esta casa la hicieron a escondidas, a ojos de los Park, ellos seguían siendo buenos amigos. Obtuvieron la ayuda de los hermanos Min y de algunos miembros de la manada de los Jeon, Taehyung también quería poner su granito de arena en la ayuda pero sus padres y los de Jimin eran amigos y cualquier movimiento en falso alertaría a los Kim y rápidamente acudirían a los Park para información. Así que Taehyung aportó su ayuda haciendo los planos y la distribución de la casa.
Justo en aquel momento, las obras habían finalizado y todo estaba listo para amueblar y decorar, Jimin se dirigía al pueblo en compañía de Woozi para conseguir lo necesario, mientras que Yoongi cruzó la frontera de los Kim para ir con Taehyung. Lo que irían a buscar en el territorio de los lobos era información confidencial.
—¿Qué harás cuando tus padres se enteren? -Preguntó inocente el conejito de glaciales ojuelos y cabello claro, el castaño sonrió con serenidad ante el parentesco tierno de los hermanos Min.
—Se los diré yo mismo antes de casarme con Yoongi, sé que mi padre se alegrará mucho por nosotros y eso tal vez me ayude a conseguir la aceptación de mi madre -Dijo llevando su mirada hacia al frente, escuchó a su acompañante soltar una risita nasal.
—Me hubiera gustado que mis padres te vieran a ti a Yoongi casarse, ellos le aconsejaron muchas veces sobre el matrimonio. Aún así mi madre le decía que no dañara tus sentimientos y que si decidía unirse bajo el nombre de la luna, respetara para siempre esa promesa -Contó con melancolía al tener presente a su madre y su padre en el relato- Así como ellos se unieron por amor, desearon para nosotros un futuro similar...
Jimin se permitió volver a verle de soslayo, el timbre dulce con gran pesadumbre al pronunciar el final le retorció un extraño sentimiento, como si comprendiera con claridad su aflicción y la sensibilidad de su corazón al decir aquello. Él no podía imaginar que un día cualquiera por jugadas desagradables el destino quitara de su camino a sus padres.
—Espero ser un buen Omega para Yoongi...
Woozi le sonrió al instante, con mucha seguridad y ánimo le respondió.
—Estoy seguro que así será, Yoongi ya hablaba maravillas de ti desde que éramos pequeños y tras estos meses conociéndote he visto en ti a una persona confiable y bondadosa, es de esperarse que seáis felices juntos.
Los rayos de sol rozaban el cristal de los ventanales dando la iluminación natural y cálida a la familia Park, quienes estaban empezando su desayuno algo cabizbajos. El osezno de los mayores tenía el estómago revuelto desde que abrió sus luceritos esa mañana, no tenía un apetito común como el resto de los días. Y aquel malestar perduraba cuando se sentó a desayunar con sus padres, el tenedor de plata movía los alimentos puestos en su plato y de tanto menear sin dar bocado, concedió la mirada de su madre sobre él.
—Jiminie, ¿te encuentras bien? -La señora con unas cuantas arrugas mostrándose en su cara de refirió a su afligido rostro, su esposo hizo recaer su atención sobre el castañito Omega.
—No me encuentro muy bien... no me apetece desayunar -Relamió sus finos labios subiendo por primera vez su mirada.
Los ojuelos brillantes del osito habían cambiado, la señora Park apreció el color sólido en sus iris donde normalmente brillaban chispas de vida ahora la penumbra reinaba
—¿Quieres ir a dormir? Tal vez el cambio de estación te ha sentado mal, siempre te cuesta dejar la primavera marchar...
Jimin dejó una suave y sincera sonrisa dibujarse en sus belfos, pero aquella mañana sentía que estaba siendo muy sincero en cuanto charlar con sus padres, por lo que apartando el plato de cerámica y dejando por fin el tenedor de lado, se dispuso a hablar con ambos.
—La primavera no me gusta tanto, el polen y el calor no me favorecen...
Su padre soltó una ligera carcajada pues más de una vez se les ha visto remojar al cachorro en el río para que se le pase la alergia.
—A ti sólo te gusta la primavera porque Yoongi se la vive visitándote -Su madre nombró al Alfa en un tono divertido, no con intención de burlarse, sino afirmando que la interacción entre ambos era más cuando llegaba la primavera.
—Nuestro osito siempre ha sido amigo de Yoongi, ahora no sé si fue buena idea presentarlos cuando eran tan pero tan pequeñitos...
Recordó el mayor de los tres dando pequeños sorbos a su café.
—Jimin cargó a Yoongi cuando nació, veías allí a un osezno de dos añitos jugando con un bebé de semanas de nacido...
El castañito nombrado abrió sus ojitos sorprendidos, era una de las pocas veces que hablaban sobre la infancia del osito en su presencia, y sorprendentemente la madre de Jimin no se mostraba molesta por su amistad tan estrecha.
—Te molestabas mucho con Yoongi cuando se llevaba a Jimin -Dijo el señor Park deshaciendo un poco su sonrisa- Con lo felices que estaban jugando y divirtiéndose...
—He de confesar que me ponía un tanto celosa dejar ir a mi cachorro en primavera, yo solo quería pasar más tiempo con él... -Removió su desayuno algo melancólica- Era tan pequeño que sentía que debía cuidarlo de todos y entre ellos estaba ese cachorro... siempre exigiendo atención, siempre distrayendo a mi osito...
—Los niños sólo querían jugar -El mayor interrumpió.
Mientras la conversación fluía, el menor sólo podía observar a su madre con atención y serenidad, escuchando sus palabras y encajando aquellos momentos que decía entre sus recuerdos.
—Jiminie fue el único cachorro que pude traer con vida a este mundo...
—Amor... -el señor había borrado totalmente la expresión de antes, donde compartían buenos momentos pasados, viendo a su esposa mencionar aquello tan doloroso para ambos.
—¿Mamá?
La señora alzó la cabeza ya repleta de canas, una melancolía palpable vislumbrando su rostro.
—Te quejabas de mí porque te prohibí ver a Yoongi por un tiempo, te denegué tu relación todas las veces que me lo pediste y siempre te enfadabas conmigo por el mismo asunto... Y-Yo sólo quería que mi único cachorro pasara tiempo conmigo, que además de madre... me viera como una persona en la que confiar...
Mientras hablaba dejaba ver una sonrisa, porque a pesar de sus palabras, recordaba a su pequeñito bebé ser feliz aunque no fuera con ella.
—Me siento muy culpable por impedir una amistad tan linda -Prosiguió- me arrepiento mucho de lo que pasó cuando te convertiste en Omega y si pudiera cambiar algo en todo esto... desearía haberte dado consejos cuando me los pediste... actuar como una madre y guiarte en el mundo que te rodea, ser un Omega aquí no implica ser inferior, Jiminie... Estoy segura que este territorio será próspero bajo tu mando, sé que nada más empezar en tu cargo, harás del bosque norte un lugar maravilloso...
Su esposo tomó una servilleta de tela para deshacerse de sus lágrimas, ignorando el hecho de ser el único con los sentimientos sensibles, tanto así que la madre de Jimin y él mismo, se burlaron un poco por verle llorar a moco tendido.
—Y-Yo solo quiero que te cases con Yoongi y que me muestres una camada de ositos antes de morir, así me iré feliz a la tumba...
El señor Park sentenció lo último, haciendo a los dos Park restantes a sonreír divertidos ante sus ocurrencias en un tema delicado.
Pero todos estamos de acuerdo en que seremos más felices si vemos una camada de ositos y de conejitos de Yoongi y de Jimin, ¿verdad que sí?
—¿De verdad tu madre me acepta? -Yoongi preguntó al osito meloso que comía fresas con miel sentado en la raíz de un enorme árbol que se encontraba en su parcela.
—Mamá dijo muchas cosas hace una semana... pero sí, en pocas palabras, dijo que podíamos casarnos -Sus labios se alzaron en un puchero al momento de decir lo demás- Papá dijo que tuviéramos una camada... -Sus espojoncitas mejillas se fueron encendiendo de un bonito y adorable color carmín.
Yoongi giró rápidamente su cabeza en su dirección abriendo mucho sus ojuelos negros.
—¿Una camada?
El mayor evitó su mirada y dejó las fresas y la miel a un costado, poniéndose de pie le observó caminar hacia él, esperando justo el momento para retirar las solapas de su abrigo marrón.
—Tengamos una camada, Yoonie... -Al extender su cobijo descubrió su pancita aunque el frío le calara los huesos, pues estaba invitando a su Alfa a mimarle y consentirle de forma más íntima.
Y no pasaron muchos segundos para ver al Alfa abrazar a su tierna pareja entre muchos besitos en sus coloreadas mejillas, así como de las risas que soltaba el más bajito al ser consentido de aquella forma por la persona que más amaba en aquel mundo. Ser así de libre como siempre había deseado, encontrarse totalmente ajeno a lo que era.
Porque siempre debía estar alerta de posibles ojos espiándolos, ahora sencillamente podía darse el lujo de ser feliz con Yoongi, con su Alfa mimoso e inocente que le amaba tanto como amaba la primavera.
Así como Jimin amaba la hibernación y el invierno, Yoongi lo amaba a él con una intensidad el doble de poderosa.
Porque para Yoongi, la primavera era lo más celestial que podía existir, en esa época de bellas flores y hermosos campos coloreados, donde los ríos fluyen y el hielo se descongela, justo cuando el clima concede una tregua y los cachorros juegan.
También tenía una importancia añadida a todo lo anterior.
En la primavera podía ver a Jimin, en la primavera podía estar con Jimin, en la primavera podía darle besitos a Jimin, y en esa misma estación... se enamoró perdidamente de un cachorro castaño de ojitos miel y de sonrisa cuadrada, por lo que tenía mérito adorar la primavera.
—Después de casarnos... -Yoongi murmuró restregando su nariz entre los cabellos del Omega casi dormido por sus caricias- Vamos a tener nuestra camada...
—¿De ositos y de conejitos belier?
—De ositos y conejitos belier, mi amor...
FIN
créditos fanfic: ifsvantaes
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
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