꒰ ⌗ Cuarto ! ꒱
—No han llegado ni a la adolescencia y ya están peleando por noviazgos, déjalos que jueguen ahora-
—Qué juegos ni qué nada, más de uno moriría por ese niño y, ¿me pides que lo deje pasar? Yoonie es un malagradecido, debería estar con Park Jimin no con ese-
—Cállate ya, si Yoongi quiere estar con Sunoo, estará con él -Atrajo al hombre con sus pocas fuerzas hacia la cocina para no despertar a los gazapos dormidos- Deja de atormentar a mi conejito, él sabe lo que hace...
El mayor bufó molesto rechazándole la mirada y el toque a la Omega que buscaba calmarle.
—Ya podría hacer algo por esta familia, enlazarse con ese niño nos sacaría de esta miseria en la que vivimos y a la que están destinados todos nuestros hijos, ¿te parece bien que nuestros Omegas tengan que enlazarse por dinero? ¿Que nuestros Alfas muerdan a Omegas por la jerarquía?
La menor soltó un breve suspiro ordenando las verduras recién llegadas, un balde de agua limpia tenía preparado para lavar las frutas.
—Que a nosotros no haya tocado ese destino no significa que nuestros hijitos sigan nuestros pasos forzados -Dijo pacífica sin darle la cara- Además, tenemos unos gazapos muy bien portados y con valores inculcados, no me preocupo por sus caminos, sé que lo harán bien.
—¿Desde cuando tienes novio? -El castaño preguntó masticando cada palabra, su cara en ningún momento volteó hacia el azabache bajito quien recogía tranquilamente margaritas.
Sus deditos arrancaban desde el tallo y las colocaba en orden en una pequeña pañoleta azul, escuchó la pregunta del osito y la procesó por pocos segundos, pero fue hasta que le escuchó gruñir que su respuesta fue dada.
—Sunoo y yo... no lo sé, un par de días -Musitó sin ser demasiado enfático en sus palabras, más bien estaba muy reacio a centrarse en su trabajo, con las manos llenas de barro alzó la mirada.
Jimin tenía la postura de un cachorro berrinchudo muy molesto, ya sea por el cruce de sus brazos por encima de su pecho o esa asesina mirada que parecía arder y echar humo, aunque el clima estuviera atentando con sus cuerpos, Jimin realmente estaba ardiendo. No era agradable hablar con Yoongi ahora, tenía un sentimiento haciendo presión en su pecho y tenía muchas ganas de gritarle lo que le molestaba y reprocharle en la cara que tenía celos.
Estaba más que celoso, demasiado triste por ser Yoongi quien no le tomaba ni un mínimo de importancia al asunto. Él le había dicho que lo amaba, ¿por qué ahora Sunoo era su novio?
—¿A qué has venido, Mimi? -Sus ojos brillosos se clavaron en los dolidos del osito, gruñendo apartó la mirada, como si acciones cotidianas ahora se viesen más bruscas y pesadas.
—A nada, me voy ya. Que tengan un feliz noviazgo.
Jimin pisó firme y su ida quedó grabada en la cabecita del niño azabache, en cuclillas observó a detalle cómo le dejaba solito entre los campos fríos y desolados, marchándose al bosque sin decirle absolutamente nada. Él ya había hecho un pequeño planning de su día, quería ir a las cabañas abandonadas, allí donde nunca va nadie y siempre está calentito. Pero supuso que era un mal día de Mimi, que no se encontraba de humor para jugar, simplemente no llegó a asociar su estado de ánimo con la noticia de su noviazgo pues aún era un niño que no entendía los lazos amorosos.
Yoongi se alzó, sus músculos se destensaron y sus manos dejaron de hacer presión sobre los tallos helados y verdosos, viéndose a las flores caer al suelo. No sabía porqué su Mimi había venido a verle, no supo el porqué se marchó de esa forma, ni siquiera recibió un abrazo o una caricia ese día.
Entristecidos luceros intentaron enfocar la silueta del niño, pese a sus intentos por encontrarle, Jimin se había marchado ya. Rodaron gotitas saladas por sus mejillas, su corazoncito inocente y frágil crujió en su cavidad y él, siendo solo un gazapo asustadizo, pensó que le había hecho algo malo a su Mimi.
Se obligó a andar cuando las nubes taparon la claridad otorgada por el sol frío, subiendo sus ojuelos al cielo encontró el gris predominar sobre el azul, en sus tímpanos resonaron los lejanos truenos. Entonces sí optó por volver a casa. Dejando abandonadas las margaritas, la pañoleta y la cesta con miel y galletas.
Por el otro lado del bosque bajo el mismo cielo Jimin ignoró la humedad en su espalda, no le prestó atención a los lobos que husmeaban a sus alrededores, ni se preocupó cuando los truenos, con ojitos decaídos posados en el camino húmedo y con las mejillas siendo dos cascadas de lágrimas, él andaba sin fijarse en la dirección.
Estaba triste, demasiado molesto, con su corazoncito palpitando con pesadez. Tenía un manojo de feos sentimientos en su corazón, sentía que era rechazado sin saber por qué, él no conocía a su Omega, ¿por qué entonces se sentía remplazado? Como si su lugar hubiera sido hurtado, le arrebataron algo que la Luna le había otorgado.
Si se lo decía a su madre, ésta no le entendería, si acudía a su padre, éste no comprendería a un Omega.
Al único que podía ir era a Yoongi y justo con él tenía la bronca.
Taehyung estaba muy lejos de su territorio, tanto que no podía asegurar que llegaría antes del anochecer a casa, era peligroso ir por esas zonas cuando hay conflictos sin resolver entre las manadas líderes.
Jimin, al igual que Yoongi, sentía que una parte de él había dejado de estar presente.
—No recuerdo haberte dado permiso de salir -Había puesto un pie en casa y ya tenía la regañina encima- Estás en edad de obedecer, Jimin
—Deja a mi osezno tranquilo, vete a cazar si estás estresada. Yo le di permiso -Se escuchó a su padre, echándole una mano con su madre.
—Tu osezno es un desobediente, deja de malcriar a mi hijo de una vez -Replicó ella cerrando la puerta de la casa, el castañito sin ganas de pelear bajó la cabeza, tristón y con sus ojos hinchados de tanto llorar- Si no vas a ayudar en su educación, es mejor que no te metas.
—¿Es malo que salga? Si ya de por sí le estás quitando la hibernación, es lógico que se sienta encerrado y mucho más si comparte habitación contigo, no es malcriarlo, es darle su espacio y libertad.
Jimin no escuchaba a sus padres discutir a menudo, casi nunca empezaban a pelear frente a él, siempre les escucha alzar la voz cuando está en la madriguera, y si ahora lo hacen es porque han considerado que ya no es un cachorro. Ya estaba entrando en la adolescencia, su desarrollo como Omega y sus instintos saldrían a la luz en estos años.
—¿Libertad? ¿De dónde vienes? ¿Con quién estuviste? -El cuerpo del pequeño tembló, rápidamente temió un posible golpe, más bien esperaba que su madre arremetiera contra él- No estuviste con los Jeon, entonces, estuviste con ese conejo de campo, ¿cierto? No sé qué más hacer para que dejes de ir a ese maloliente campo, ese no es tu lugar Jimin. La madre Luna te enlazó a Jeon Jungkook, no a ese pobretón conejo, ¿entiendes?
Entonces... ¿por qué sentía tanta tristeza emanar de su corazón después de lo que le dijo Sunoo? ¿Por qué sentía todo eso? Si Jungkook era su media Luna, ¿por qué estaba enamorado de Yoongi?
—M-Mamá...
—De ahora en adelante tienes prohibido cruzar la frontera con los Choi, la única que puedes cruzar será la de los Jeon. Estoy harta de que huelas a ese niño, que te juntes con él y que vayas a verle.
—P-Papá...
—No, no -La mujer atrapó al osezno que había hecho el amago de huir de ella, del cuello de su jersey lo tomó, sus pies dejaron de tocar el suelo de madera y aterrado veía a su madre- Tienes prohibido volver a hablar con Min Yoongi.
꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎... ꒱
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