10: Final
JiMin miro hacia todos lados, bajando la vista a su celular para asegurarse de que no tenía ningún mensaje. Y suspiro, dándose cuenta de que era la quinta vez que lo hacía desde que la fiesta había comenzado.
Pero es que no veía a JungKook por ninguna parte.
Le había preguntado a TaeHyung, y solo le había respondido que no se demoraba, pero, por alguna razón, que le dijera eso no dejaba de lado que se preocupara porque no viniera. Porque, ¿y si se arrepentía? ¿si solo tenía cosas más importantes que hacer? ¿y si le paso algo?
Se mordió las uñas con suavidad, nervioso y tal vez ligeramente hundido en las penumbras del miedo. Abrió los ojos de par en par cuando las penumbras se trasladaron a la realidad, y de repente no podía ver nada, solo sentir el calor suave y tenue sobre su piel.
—¡Happy cy, JiMinie! —Murmuraron a su oído, y se estremeció, con el suave roce húmedo en su mejilla.
Era una ciudad nueva, donde casi no conocía a nadie, por eso se sorprendió cuando JungKook le dejo ver, acompañado por algunas personas que lo miraban con una sonrisa, y respondió igual, sonriéndoles con delicadeza.
—¡Es una cosita tan linda!
—¡WooSung! —Regañó JaeHyeong, avergonzado, mientras observaba a su novio apretarle las mejillas al rubio con regocijo y ni una sola gota de la vergüenza que JaeHyeong estaba sintiendo.
—L-lo siento, s-se comporta así a veces.
JungKook se rió, restándole importancia mientras le decía a los demás que tenían que hacer, y NamJoon le puso una mano en el hombro, sonriéndole con confianza.
—Todo saldrá bien.
—Eso espero. —Miro a JiMin, el rubio escapo entre risas de las manos que le sujetaban la cara y arrastro su mirada a él también, sus miradas cruzándose con una sonrisa que compartieron, apartando sus ojos del otro cuando JungKook suspiro, sacando la cajita de su bolsillo y caminando hacia el rubio, acuclillándose a su lado, con una sonrisa, y WooSung se apartó, entendiendo que necesitaban su espacio.
JiMin sonrió más grande cuando el pelinegro le tomo la mano, y entrelazo sus dedos con cariño, ambos sonrojándose después de darse cuenta de lo que estaban haciendo, pero no se separaron, permanecieron ahí, observando con ojos grandes sus manos juntas.
—Tú mano es pequeña. —Murmuró, acariciando los deditos de la mano que tenía sujeta, y JiMin rió, ladeando la cabeza. —La tua mano è piccola. —Dijo, y JiMin dejo de ladear la cabeza cuando le entendió, dándole un liviano golpe en el hombro, del que JungKook se volvió a reír. —Te tengo un regalo, bonito.
Se avergonzó, con la vista miel siguiéndolo mientras sostenía con más fuerza entre sus dedos la pequeña caja de terciopelo azul marino, y la extendió, desviando sus ojos al piso cuando el rubio la tomó de su mano, sorprendido, y apreciando la caja antes de abrirla, frunciendo los labios para no sonreír. Miro asombrado el conjunto de anillos, los bordados dorados y los sutiles vestigios de blanco rodeando el aro brillante en el negro más oscuro que había visto, suave y elegante, con una gracia encantadora que hizo que quedara encantando al momento de observar los divinos detalles.
Y tal vez, fue su error, o estaba demasiado ensimismado con el flujo centellante de sus pensamientos sobre la maravilla que tenía enfrente, y que no miraba, que no se fijó cuando esa maravilla se apartó de su lado, sino hasta que un suave carraspeo lo saco de su eterna paradoja.
Lo admiro, la sonrisa abochornada desapareciendo de sus labios cuando abrió la boca, aun titubeante e inseguro de lo que hacía, sujetando el micrófono para no caer, tambaleándose hacia adelante con un suspiro, el aliento caliente escapando de su boca mientras entrecerraba los ojos.
—Happy cy, JiMinie. —Jadeo, con el acorde de la guitarra ondeando en sus oídos como si temiera lastimarlo, pero tan confiado que le helo el cuerpo, sintiendo la sonrisa en sus labios extenderse como la brisa suave y tímida en un campo de flores, meciendo las hojas coloridas y filtrándose entre el pasto verde, sus ojos sin ser capaces de apartarse de ese pelinegro que se movía temblando, mirándolo solo a él, como si no existiera nada mejor.
¿Era demasiado cursi?
Lo más probable, pero le encantaba.
—Brilla sobre mí
Si me dejas para siempre y cambias
No, no hagas eso
No me dejes para siempre, no te vayas.
JiMin gimió, la voz suave tronando en sus oídos con la delicadeza que hacía que su piel se erizara y las piernas le temblaran, presionando entre sus dedos la caja vacía, desviando su mirada a los brillantes aros que escurrió por sus dedos con una sonrisa de ojos alunados, volviendo sus mieles orbes al pelinegro, deleitándose con todo aquello en lo que podía regocijarse, de todo lo que hacía a su corazón latir enamorado. Y se mantuvo quieto, mientras el peliblanco a un lado le palmeaba la espalda a JungKook, abriendo la boca junto al micrófono.
—Oh ego Dormio sigo lleno de tu calidez
(ego dormio)
Oh es Maria solo tú me aumentas la temperatura.
—No tengas miedo
Incluso con la tormenta
Sigues brillando.
Se rió incontrolablemente, con el pelinegro acomodándose y sin dejar de verlo, soltando las palabras con dulzura, dedicándole cada una de ellas:
—O Sole Mio, te quiero
Eres mi sol, no puedo esconderte
Me sofocas
No puedo evitarte
O Sole Mio, te quiero
Eres mi sol, oh mi chico
No puedo olvidarte
—O Sole Mio (oh ya ya ya ya)
O Sole Mio (oh ya ya ya ya)
—Brillas sobre mí, oh mi chico
Incluso en la oscuridad.
JungKook se acercó más al micrófono, presionándolo hasta que sus nudillos se volvieron blancos, y sonrió rebosante de la alegría infinita de ver aquellos ojos claros inundados en la ebúrnea ventura que las letras de la canción le otorgaban a JiMin, sentado en medio de la sala iluminada por las tenues luces que unas lámparas alejadas y colgantes desprendían, y en medio de tenuidad brumosa que los envolvía a ambos, sonrieron, regalándose una sonrisa uno al otro.
—O Sole Mio.
🔹🔸
Aún falta un epílogo, aunque tal vez sea más un capítulo extra que quise hacer 🍁.
Espero les guste.
💘 VinniePark
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro