Capítulo 9
!!!ADVERTENCIA DE SPOILER!!!
Si aún no te lees la saga de Price y la de Lenta no comiences a leer esta historia
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Se ajusta las guantillas y yo hago lo mismo. Creo que esto será algo para recordar.
—Por favor no te contengas solo porque soy quien soy. Solo así podré entrenar como es debido.
—De acuerdo. No lo haré.
Comenzamos a danzar por el ring. El primero en lanzar un golpe es él. Y lo esquivo con rapidez. Detrás de este golpe llegan otros seguidos de una patada. Y entonces aprovecho yo para lanzarle varios golpes a él. Tiene unos reflejos asombrosos.
—Tienes buenos reflejos. —le comento mientras le lanzo varias patadas y una de ellas acierta en uno de sus muslos.
—Ya sabes, mi profesión lo requería. —me lanza varios golpes y uno llega hasta mi rostro.
Retrocedo varios pasos. Deslizo mi antebrazo por la ceja y puedo ver un poco de sangre. Esa herida es la primera en abrirse siempre en las peleas. Vuelvo a arremeter contra él. Una combinación de golpes y patadas hasta que acierto uno en su rostro también. Y también comienza a sangrar.
—Estás sangrando.
—Si, una vieja herida. Tu igual.
—Si, siempre se abre en las peleas, aunque no me golpeen duro.
Volvemos a nuestra posición de ataque.
—Ya encontraron el vestido. — me comenta mientras lo hago retroceder hasta las cuerdas.
—Eso fue bastante rápido. —Daniel arremete contra mi y una patada va hacia mi pierna derecha.
Caigo de rodillas en la lona pero rápidamente me pongo en pie.
—¿Te encuentras bien?
—Sí. Normalmente ese es el primer punto que atacan todos mis contrincantes. Ya estoy acostumbrado.
Continuamos danzando en la lona. Su rapidez es increíble y también sus movimientos. Paso trabajo para golpearlo. No he podido adivinar la combinación de sus golpes pues no usa la misma nunca lo cual lo hace un contrincante muy difícil. Pero en un movimiento de descuido por su parte, logro hacerle un barrido y cae a la lona. Voy sobre él y lo inmovilizo hasta que golpea para que lo suelte.
Descansamos unos minutos y repetimos el asalto nuevamente. Media hora más tarde ambos estamos sentados en un extremo del ring y recostados contra las cuerdas. Cada uno tiene una botella de agua en una mano y una bolsa con hielo en la otra. Ambos estamos cansados y sudoroso. Ambos tenemos el rostro algo inflamado y sangre en él.
—Creo que hubieses sido un buen peleador de MMA. —comento mientras subo la bolsa con hielo hacia mi ceja.
—¿Lo dices en serio? —pregunta mientras bebe de su botella y pone la bolsa en su rostro herido.
—Desde luego. Tienes buenos movimientos y unos rápidos reflejos.
—Me siento halagado. Por cierto, he olvidado a lo que vine—se baja del ring va por la carpeta y regresa a sentarse a mi lado—. Aquí tienes una oferta de un sistema de seguridad completo y actualizado con lo último en tecnología que tiene nuestra compañía. Es el mismo sistema que tenemos instalado en la empresa y en nuestra casa.
—No sé mucho de eso, pero confío en tu elección.
—Gracias por tu confianza. Y no tienes que preocuparte por el precio, considéralo un regalo de bodas.
—¿Ustedes dos que están haciendo? —esa es la voz inconfundible de Lia.
—Te aseguro que estuvieron muy entretenidos toda la tarde.
Daniel y yo intercambiamos una mirada.
—No sé la tuya, la mía va a gritar cuando me vea el rostro. —murmuro bajo y Daniel a mi lado solo ríe a carcajadas.
Me pongo de pie dejando la bolsa de hielo en el suelo y después le tiendo la mano a Daniel. Salimos del ring y me enfrento a Lia.
Ella viene caminando con Kate y creo que está distraída.
—Espero que se hayan divertido eligiendo un vestido. —comento y solo entonces ella me presta atención.
—¿Qué te ha pasado? —camina rápidamente en mi dirección.
—No es nada, solo estaba entrenando con Daniel, ha sido todo un contrincante.
—Sí, ya veo que lo ha sido. ¿En que estaban pensando los dos? —murmura mientras toca mi ceja que se ha abierto.
—Daniel se ofreció a ayudarme a entrenar y la verdad ha sido muy satisfactorio.
—Ya veo que lo ha sido, los dos están muy magullados—Kate le acaricia la mejilla a su esposo y le sonríe— ¿Y quién ganó? —pregunta curiosa mirando hacia mí.
—Creo que eso no tiene discusión. La pelea por el campeonato es suya. —Daniel palmea mi hombro.
—¿Ya han terminado? ¿O les queda algún asalto más?
—Creo que por hoy ha sido suficiente—miro la hora en el reloj de la pared—. Mejor nos duchamos aun me queda un compromiso pendiente en el día de hoy.
Nos despedimos después de ducharnos, con la promesa de cenar juntos después de la pelea. Lia va muy callada en el trayecto hacia el apartamento. Debemos cambiarnos y dirigirnos hacia la conferencia de los dos contrincantes.
En el hotel Lia hace uso de un poco de maquillaje para cubrir el color morado que comienza a tomar el pómulo. Además de poner un punto de papel en mi ceja para que la herida se mantenga cerrada. Ahí también aplicó un poco de maquillaje.
La conferencia era todo lo que podías esperar. Ambos nos saludamos y tomamos asiento en la mesa larga junto a nuestros representantes mientras los periodistas nos hacen preguntas y nos sacan fotos.
De regreso al hotel estoy agotado. Hoy ha sido un día demasiado largo. Lia se ve agotada también, al parecer su día ha sido igual de ajetreado que el mío.
—Entonces, ¿encontraste el vestido?
—Kate tenía razón. El vestido perfecto si existe.
—¿Sabías que el esposo de Kate era un ex agente de la CIA? —le comento mientras me aflojo el nudo de la corbata.
—Sí. Las mujeres solemos cotillear más que los hombres. Sobre todo, mientras bebemos champagne. Ella también lo era. —comenta sacándose los zapatos.
—¿De verdad? —esto es algo increíble.
—Sí. Según ella le salvó la vida en dos ocasiones a su esposo.
—Eso es en verdad impresionante. —me saco la americana y la dejo sobre un sofá.
—Lo es. —se le escapa un bostezo.
—Vamos a la cama. Estás agotada y sé que es lo que necesitas justo ahora.
Lia se deshace de toda su ropa y sube a la cama ansiosa. Termino de sacarme la ropa y subo junto a ella que ya está acostada boca abajo.
—Ha pasado un tiempo desde el ultimo masaje que me diste.
—Prometo recompensarte. —murmuro en su oído.
Me levanto de la cama y voy hacia la maleta. Saco el aceite para masaje su regreso a su lado.
—¿Lo has traído? —pregunta cuando abro el frasco y el olor comienza a inundar la habitación.
—Desde luego, mientras estés conmigo, no saldré a ningún lugar si llevar el aceite de coco para masajes.
—Siempre estas preparado para todo.
—Para complacer a mi mujer, desde luego.
Vierto aceite sobre su cuerpo y comienzo a masajear con movimientos suaves y circulares. Lia gime con mi contacto. No es un gemido erótico, es un gemido de placer. Está disfrutando. Bajo por toda su espalda y masajeo sus piernas y sus pies y también sus brazos. Cuando he terminado ella se gira de medio lado.
—Eso ha sido delicioso, gracias. — murmura con los ojos cerrados.
Guardo la botella y me acomodo a su lado en la cama.
—Guarda las energías amor—murmuro contra sus labios—. Las necesitarás el día de la pelea.
Tiro de su cuerpo hacia el mío y ella me abraza dormida. Nunca pensé que podría volver a dormir así de esta forma con nadie. Miro a la mujer responsable de esto a mi lado. Creo que nunca podré agradecerle a Lia todo lo que ha hecho por mí. Quizás ella ni siquiera se ha percatado, pero desde que nos conocimos, mi mundo que estaba detenido, comenzó a girar nuevamente.
Hoy es el día. Despierto temprano como es costumbre ya y salgo a correr. La pelea es a las 4:00 pm así que he cronometrado todo lo que haré en el día. Este es el único entrenamiento que haré. Aun me queda pendiente algo con Lia que se ha convertido en una rutina pre-pelea. Y esto ocurrirá justo al mediodía.
Al regresar de mi carrera matutina no la encuentro en la habitación. Extraño. Reviso por todas partes y entonces busco mi teléfono y la llamo.
—¿Dónde estás?
—Los idiotas de la sesión de fotos de la revista necesitaban unas fotos de tu mánager. Estoy ahora con ellos sacándome unas fotos de último momento.
—¿Necesitas que te recoja?
—No te preocupes, he alquilado un hubber.
—No tardes, tengo planes que no me gustaría retrasar. —murmuro mientras me desnudo rumbo al baño.
—A mi tampoco, nos vemos en un rato.
—Te amo.
—Y yo a ti.
Me meto a la ducha pensando en Lia y esto es una mala idea. Ignoro a mi polla y me ducho rápido. Ordeno que me suban el desayuno a la habitación y cuando lo hacen comienzo a desayunar. Ha pasado una hora ya y Lia aún no regresa. Miro hacia la encimera. Creo que mi desayuno especial hoy no va a ser. Mi teléfono suena de repente. Es ella.
—¿Aún no llegas?
—Estoy en urgencias. Un idiota ha chocado el taxi. —me pongo de pie rápidamente.
—¿Cómo estás? ¿Qué te sucedió?
—Estoy bien, solo han sido unos rasguños, pero debo estar unas horas en observación.
—Donde estás. —y mientras ella me da la dirección del hospital comienzo a vestirme a toda velocidad.
El idiota que los chocó se quedó dormido al volante. Lia se dio un golpe en la cabeza y su rostro tiene unos pequeños cortes por los vidrios de las ventanillas. Estoy a su lado hasta que el médico nos deja marchar con unas indicaciones para las próximas veinticuatro horas. Durante todo el tiempo en el hospital lo único que pude hacer fue mirar al reloj.
Para cuando entramos a nuestra habitación son cerca de las 2:00 pm. Debo estar a las 3:00pm en el gimnasio para el pesaje antes de la pelea. El día no va como he planeado y eso solo me hace enfurecer. Todos mis planes se han ido a la mierda por culpa de dos idiotas.
—Relájate o vas a explotar. —murmura Lia mientras la acompaño hasta la cama para que descanse un poco.
Solo hay dos cosas que me pueden relajar en este momento y una ha quedado descartada. Lia está de reposo durante las próximas veinticuatro horas, así que nada de esfuerzo físico para ella. El sexo acaba de ser descartado. Solo me queda un saco de boxeo con el cual descargar mi furia y estrés.
—No quiero dejarte aquí sola.
—Estaré bien, no te preocupes.
—No puedes pedirme que no me preocupe cuando no sé cómo estarás.
Ella saca su teléfono y hace una llamada. No entiendo mucho de que habla, pero media hora más tarde alguien está tocando a la puerta de nuestra habitación. cuando abro me encuentro con Kate que me saluda preocupada.
—¿Dónde está ella?
—Acostada. —comento mientras ella pasa dentro de la habitación y yo cierro la puerta.
Cuando llego a la habitación las dos están allí sentadas, conversando.
—Ya te puedes marchar, no estaré sola y no puedes dejar que el imbécil ese gane por no presentarte.
Me acerco a ella y me siento con cuidado a su lado.
—No hagas ninguna locura, descansa.
—No haré nada, solo ver la pelea desde aquí. —murmura mientras se recuesta en la cama
Le doy un beso en la boca y salgo de la habitación.
—No pensarás asistir con el rostro así, ¿verdad? —me pregunta Kate que salió detrás de mí—Te pueden suspender la pelea por no estar en condiciones.
—Lia maquilló mis golpes la ultima vez, pero hoy no creo que esté en condiciones de hacerlo.
—Ven siéntate—me pide mientras entra en la habitación y regresa con maquillaje—. Adivina quien es toda una experta en cubrir golpes.
—Ya Lia me estuvo comentando sobre tu profesión.
—Hollywood debería contratarme como maquillista profesional. ¿Adivina a quien maquillé esta mañana antes de irse para la oficina?
No puedo evitar contener una carcajada. Cuando Kate termina conmigo, paso a despedirme nuevamente de Lia, pero está dormida. Beso su frente y me marcho rumbo al gimnasio.
La extraño más que nunca. Extraño que no esté junto a mi en todo momento. Mirar hacia la multitud y no encontrarla. Faltan 15 minutos para que comience la pelea. Mientras me coloco la segunda venda, pienso en Lia. Ella es la que me las ajusta siempre antes de cada pelea.
—¡Maldito borracho! —grito frustrado mientras lanzo varios golpes al aire.
—Creo que alguien está de mal humor.
Me giro hacia donde proviene la voz.
—¿Qué haces aquí?
—Conozco tus rutinas y sé que es lo que necesitas justo ahora.
—Necesitas irte, no puedes estar aquí.
—Yo decidiré cuando irme, primero—se agacha bajando mis pantaloncillos hasta el suelo y después zafa mi protector—. Necesitas relajarte antes de la pelea o no podrás concentrarte.
Y diciendo esto se mete mi polla a la boca. Dejo escapar un gemido y me sostengo del saco a mi lado. Bajo la mirada hacia ella. Sé que debo detenerla, que esto está mal, pero la parte egoísta de mí, me dice que no lo haga.
Su boca caliente es todo lo que necesito en este momento. Mi polla tiembla y palpita deseando mucho más, pero creo que se tendrá que conformar con esto por ahora. Bajo mis manos hacia su cabeza y me sostengo de ella. No quiero ser brusco, pero después del día que he tenido, solo puedo pensar en una cosa. Ella levanta su mirada hacia mí. Puedo ver en sus ojos que está pensando en lo mismo que yo. Así que comienzo a moverme en su boca, buscando mi ritmo, pero sé que no voy a aguantar mucho. Solo dos movimientos más y todo habrá terminado. Entonces ella se separa de mí.
—¡No! ¡No! ¡No! ¡No! — grito eufórico viendo como ella se aleja de mi y también mi orgasmo—. No puedes entrar aquí hacerme una mamada y dejarme a medias.
—Si puedo. Y justo ahora me voy a buscar mi asiento para ver la pelea.
—¡Maldita seas! ¡Regresa!
Pero ella no lo hace. Se marcha dejándome con una enrome erección y las pelotas adoloridas. No puedo ir a pelear así. Necesito terminar esto. Cojo mi polla en la mano y comienzo a masturbarme. Maldita Lia. Porque tuvo que hacerme esto.
—"Cinco minutos para la pelea"
—¡Mierda! —grito frustrado.
Llevo diez minutos y mi polla sigue estando tan dura como antes. No he conseguido venirme y es que no puedo pensar en nada que no sea en ella y su boca pecaminosa. Frustrado, me coloco el protector y me subo los pantaloncillos. Me ajusto las vendas y me coloco las guantillas. Me coloco la sudadera y justo en ese momento tocan a mi puerta.
—¡Estás listo!
Me levanto y me dirijo hacia allí. Abro y comienzo a caminar rumbo a la jaula. Cuando estoy por subir puedo verla. Está sentada muy sonriente junto a los padrinos de nuestra boda en la primera fila. Ella me sonríe y me saluda. Pero no puedo devolverle la sonrisa. Bajo la vista hacia mi polla y después de nuevo la miro a ella. Ella solo se encoje de hombro como si no me hubiese dejado más frustrado que antes.
Subo a la jaula con un objetivo en mente. Terminar la pelea para poder vengarme de ella por lo que ha hecho.
La campana suena y el primer golpe va a mi ceja partida. Doy unos pasos atrás y recibo varios golpes más. Tengo que dejar de pensar en ella y concentrarme en la pelea. Pero no ayuda el dolor que tengo en las pelotas.
Cuando el primer round termina estoy más golpeado que el saco del gimnasio. Mientras limpian mi rostro ella sube y llega donde estoy.
—Te están dando la paliza del siglo ahí.
—Tu tiene la culpa.
—¡Yo!
—¡Maldita seas Lia! ¿Por qué me dejaste así?
—Para que utilizaras tu frustración contra tu adversario.
—Eso no funciona. Solo he podido pensar en mi polla adolorida y en ti.
—Pues en el siguiente round vas a pensar mucho más en mi—me le quedo mirando sin entender nada. Se acerca y me susurra al oído—. No volveremos a follar hasta que no tengas el cinturón.
—¡No hablas en serio!
—Me ves riendo.
—Esta pelea no la podré ganar ya, el primer round fue demasiado duro. Perdí demasiados puntos ahí.
—Bueno Sr. O'Neal—dice levantándose de mi lado—. Entonces será para la próxima pelea. —y diciendo esto sale de la jaula.
No creo que ella esté hablando en serio, ¿oh sí? Se que Lia es capaz de cualquier cosa, me lo acabó de demostrar. Lo que quiere decir que si no gano la pelea estaré dos meses sin sexo. Eso es demasiado tiempo. Me pongo de pie y miro a mi adversario al cual no le he dado muchos golpes.
—«Lo siento amigo, pero no puedo estar sin sexo tanto tiempo.» —murmuro mientras la campana suena.
Y vuelco toda mi frustración en los primeros golpes. Con un gancho mi adversario cae a la lona y no se levanta. La multitud enloquece con lo que acaba de suceder. Le hacen el conteo y ni siquiera se inmuta. La campana suena y me declaran campeón. Ni yo mismo creo lo que acaba de suceder.
En cuanto tengo el cinturón puesto la busco con la mirada en su asiento, pero no está ahí. Daniel me hace una seña hacia los probadores y hacia allí me dirijo. En cuanto entro le paso el seguro a la puerta.
—Tengo el cinturón nena, he venido por mi premio.
—Usted es un hombre que promete mucho Sr. O'Neal. —sigo su voz rumbo a las duchas.
—¿Acaso dudaste en algún momento de que ganaría? —yo si tuve mis dudas, al menos en ese primer asalto.
—En lo absoluto. —llego donde está su voz.
Todas las duchas están abiertas con agua caliente y el vapor inunda todo. Solo en el fondo hay una ducha abierta con agua fría y puedo ver su silueta entre el vapor que la rodea. Me saco toda la ropa excepto las guantillas y entro a buscarla. Está de espalda a mí mientras el agua cae sobre su cuerpo. Tiene las manos apoyadas en la pared de azulejos. Unas vendas de color rojo cubren sus manos y un tanga de encaje de color rojo también son las únicas piezas de ropa que cubren su cuerpo. Inclina su trasero en mi dirección y mi polla da un salto.
—No debiste hacer lo que hiciste. —la regaño mientras apoyo mis manos en su espalda y las bajo hacia sus caderas.
—Funcionó, ¿cierto?
—Necesitabas hacer reposo.
—Y tu necesitabas ganar esa pelea, creo que los dos ganamos algo aquí.
—Yo gané el cinturón. ¿Qué ganaste tu?
—Sexo rudo.
—Humm. —en un chasquido su ropa interior cae al suelo hecha trizas.
—¿Listo para un último asalto, Lobo? —me pregunta mientras me mira por encima del hombro. Sonrío de lado.
—Nena, estoy listo para ti desde el primer asalto.
Y sin siquiera preámbulos me sumerjo en ella. Lia grita y yo también. Me aferro a su cuerpo húmedo y comienzo a moverme dentro de ella con violencia. Su humedad me envuelve y el calor de su interior hace que pierda el sentido. Y con solo tres embestidas colapso sobre ella.
—Creo que acaba de romper un récord Sr. O'Neal. —murmura ella con una sonrisa.
—Llevo media hora conteniéndome nena, prometo compensarte en la noche. —beso su espalda desnuda y salgo de su interior.
Ella se gira hacia mí y cuelga sus manos en mis hombros.
—¿Es una promesa?
—Es una obligación. Mi mujer no dormirá esta noche sin que le proporcione varios orgasmos.
La beso con fiereza y ella sonríe contra mis labios.
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Este capitulo está dedicado a oriycris
Espero les haya gustado el capítulo
¿ Que les ha parecido la pelea por el campeonato?
No olviden dejarme sus comentarios y votos.
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