[Superintendente Conway]
▶Publicado: 03/05/20◀
N/A.: nose ustedes, pero me gusta mucho este personaje (GTA V roleplay) y eh estado buscando historias y esas cosas, pero realmente no encuentro,así que decidí escribirla yo. Espero sea de su agrado :)
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Se metía en problemas solo para verlo a él, estaba enferma por su atención y Conway se negaba a darsela, o eso era lo que hacia creer. Tenían una relación pura y exclusivamente sexual, nada de sentimientos, solo sexo.
Pero Olivia se negaba a eso, no estaba dispuesta a que las cosas sean así. Y siempre se hacia la misma pregunta ¿Por qué me empeño tanto? Pero es que si se trataba del Superintendente, todo en ella se volvía confuso y estúpido.
Hacia unas semana había estado en proceso de "olvido" y aunque no lo lograba-y nunca lo lograría-, tuvo un pequeño logro, dejar de estar al pendiente de él. Y a eso hay que darle crédito a Horacio y Gustabo, quienes habían llegado a la ciudad hacia poco. No era los mejores amigos, pero si colegas; siempre la pasaba bien con ese par y poco a poco la fueron integrando a "su mafia" o "la mafia del moco" como la llamo alguna vez Gustabo. Junto a Segismundo y algún que otro compañero se encargaban de hacer gamberreadas por la ciudad y de enfadar a toda la estación de policías.
Estos nuevos "amiguitos" de Olivia no le gustaban en absoluto a Conway y, aunque no lo admitiera, estaba celoso; el que le prestara más atención a ese grupo de mariconettis que a él no le agradaba nada.
Esta vez la habían liado, habían armado la gorda.
Intentaron incriminar a un hombre por portación de arma sin licencia y por "toqueteos indebidos" hacia Trujillo. No solo contaron una historia poco creíble y contradictoria, sino que, además, se escaparon en pleno interrogatorio e incluso estaban en pleno cambio de Look cuando los atrapó por segunda vez la Policía.
Ahora estaban todos esposados(Trujillo, Segismundo, Horacio, Gustabo y Olvia) y estaban por ser trasladados a comisaría.
—Ustedes dos, a mi puta patrulla, ahora—dijo el Superintendente dirigiendose a Gustabo y Olivia, con mucha autoridad y mal genio en su voz.
—Está vez si que la liamos Gustabo—comento por lo bajo la chica de cabello colorado, mientras caminaban a la patrulla.
Una vez arriba Gustabo comenzó a conversar con Conway, mientras Olivia iba perdida en sus pensamientos.
—Y tu no vas a decir nada mujersuela—el insulto salió algo forzado, intento que salga lo más natural posible, pero no salia de él insultarla, no podía. Pero hay que admitir que el mal tono no se le iba con nadie.
—Pero más respeto Señor Oficial, está hablando con una señorita—dijo el de gorro rojo, algo cabreado.
—Nosotros yo nos conocemos—estaba a punto de decir que eran pareja, para que luego no hubieran "percanses amorosos" entre los detenidos-aunque Gustabo estaba lejos de querer eso- cuando un auto impactó de lleno con la parte delantera de la patrulla, cosa que hizo que el Superintendente saliera de manera brusca del auto. Haciendo un par de pasos, hasta caer inconciente en la carretera.
De inmediato, de la patrulla que venia detrás de ellos, bajo el comisario y llamo a la ambulancia, mientras ordenaba a otros oficiales cerrar una parte de la autopista y reordenar el transito.
Todos los detenidos fueron trasladados en distintos patrulleros hacia la comisaría, donde los dejaron ir con la condición de regresar cuando los llamen para prestar declaración.
Luego de eso, Olivia se dirigió a El Hospital Central de Los Santos. Iba a ver a Conway, podrá ser un poco frío con ella, pero no iba a dejarlo solo ahora, no podía alejarse de él.
—Puedes pasar—dijo amablemente el doctor. Hacía dos horas que estaba esperando en esas incomodas sillas de los pasillos. Ella solo asintió sonriendo, en seña de gracias.
Al entrar un incomodo silencio inundó la habitación blanca, no se oía ni el zumbido de una mosca.
—¿Cómo te sientes?—pregunto Olivia, sin saber que decir.
—¿Como quieres que me sienta niñata?, me ha pasado un puto coche por ensima—Contestó con tono irónico. En ese instante la peliroja se dio una facepalm mental, lógico, como va a sentirse uno si te acaban de atropellar.
—Eh Eh, tranquilo vaquero—intento tranquilizarlo.
De a poco fue sentándose en la camilla, tomando la mano del mayor y envolviendola con la suya, mientras lo miraba fijamente a los ojos.
Por su parte, Conway, no podía despegar sus ojos de aquellos obres café, deseaba decirle que la amaba con cada fibra de su ser, pero no queria sufrir, no queria pasar por lo mismo otra vez.
—Jack—Eso desvió la atención del mayor, hacia mucho tiempo no lo llamaban así—se que esto va en contra de lo nuestro, si es que podemos llamarlo así, pero realmente siento que tengo que decirtelo, y perdón si llega a molestarte—dijo Olivia rápidamente, como tratando de evadir el tema—Me gustas y te amo, realmente me aterraba demasiado decirtelo. Y hoy cuando ocurrió el choque, me di cuenta de que me asusta más perderte.
Conway no estaba listo para esa revelación. Se quedo atónito, mientras la chica esperaba alguna respuesta o señal que le indicara que hacer a continuación.
—Vete—susurro, con el tono serio de siempre, el Superintendente. Esa pequeña palabra salio casi por inercia de su boca. Y luego de ver como Olivia se iba con los ojos cristalizados cayó en cuenta de lo que había hecho.
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