▶Publicado: 03/05/20◀

"Inhala, exala" se repetía la chica de pelo café mientras caminaba a la cafetería del instituto. Estaba realmente nerviosa, nunca le era fácil socializar.

Ella y su padre se habían mudado hacia unos dos meses a Queens. Vivir en San Francisco fue bonito, pero ambos necesitaban un cambio de aires, y ninguno tenia algo que perder; Eddie termino con Anne, y ella no tenia amigos a los cuales extrañar. Así que todo iba a estar perfecto.

—Gina, por aquí—grito Ned, haciendo señas para que se acerque.

—Hola Ned—saludo acercándose. Lo había conocido a primera hora de la mañana, eran compañeros en clase de matemática.

—Peter, ella es la chica nueva—automáticamente un calor intenso subió a sus mejillas, le incomodaba bastante que la presentara como "la nueva", pero que iba a hacer, no iba a reprochar, Ned solo quería que se sintiera integrada—Regina, el es Peter, ¿Recuerdas?, el amigo del que te hable.

Como olvidarlo, si literalmente no paro de hablar de él durante toda la clase.
Digamos que Ned estaba en campaña de buscar una nueva novia para Peter, ya que las cosas con MJ no habían terminado muy bien, y eso dejo a Parker algo deprimido.

—Hola, Reginna Brock, un placer Peter—dijo sonriendole al tiempo que se sentaba para comer su almuerzo—pero puedes decirme Ginna.

El tiempo paso, y los tres chicos se volvieron inseparables, incluso Peter le contó sobre su doble vida.
La vida de la castaña iba viento en popa, no se sentía así desde hacia un buen tiempo.

[...]

Era un viernes por la noche, el cielo amenazaba con dejar caer algún que otro chaparrón, pero el deber llamaba. En Internet se había difundido la noticia de que había un sujeto, traficante de armas, que trabajaba con material peligroso.
Peter y Ginna se dieron a su caza, digamos que ella era el cerebro y él el músculo. Eran un dúo mecánico.

Llegaron al lugar donde se encontraria el comerciante con los terroristas-si uno usa bien el internet puede enterarse muchas cosas-. Esperaron encontrar algo que los incrimine, que evidencie que estaban en falta con la Ley.

—¡Alto!—Grito Peter al ver que sacaban un arma desconocida, que se veía potencialmente peligrosa, pero como en toda película, se dieron a la fuga.

Ambos adolescentes corrían detrás de los malvivientes, hasta que uno de ellos logro atraparlos. Dieron una lucha digna de Hollywood, pero los criminales no se daban por vencidos.
Peter-con su traje de Spider-Man-vió la oportunidad perfecta para escapar y poder tomar alguna que otra arma del camión, como evidencia. Pero había un problema, si tomaba la evidencia no podría llevarse a Ginna, pero si se iba con Ginna no podría llevar evidencia; se encontraba entre la espada y la pared.
Tardo unos segundos en debatir entre su amistad o la credibilidad de Nick Fury.
Al ver que Ginna estaba dandole la del atún al hombre que la atacaba, supuso que podria contra dos. Así que logro inmovilizar a su atacante y uir con algo de evidencia.

Mientras tanto la chica, miraba por el rabillo del ojo como Peter se iba, dejandola sola, casi a la deriva. Es decir, sabia defenderse, pero le era bastante difícil hacerlo de dos hombres que casi la doblaban en altura y eran unos luchadores natos.
El sentimiento de enojo y decepción la invadió, sentía muchas ganas de darle una buena cachetada a Peter, o de gritarle miles de insultos; pero primero se concentró en liberarse de aquella situación.
Gracias a sus clases de defensa personal, movimientos escurridizos e inteligencia, logro,luego de un largo rato de pelear, noquear a los hombres; eso no quiere decir que haya salido ilesa.

Al llegar a casa-y luego de inventar excusas que seguramente nadie creería- recibió un buen regaño por parte de su padre, mientras le vendaba el tobillo. Para su suerte no había tenido consecuencias muy graves, solo algunos moratones-uno de ellos en su pómulo izquierdo-, un labio partido y uno de sus tobillos dolía como los mil demonios, cosa que hizo que pasase todo el fin de semana en cama.

El lunes por la mañana se levanto, su tobillo ya casi no dolia, al parecer los analgésicos y el reposo le habían caído muy bien.
Llego mucho más temprano de lo normal al colegio, solo para esperar a Peter. Cuando lo vio entrar, con su mochila colgada en el hombro y dirigirse a su casillero lo interceptó, tomandolo del brazo y llevandolo a un lugar alejado de todo.
Lo empujo contra la pared y coloco ambos brazos a sus costados para que no escapace. Inconcientemente miro sus labios, no podía negar que se moria de ganas por probarlos, pero eso no era lo que vinia a hacer.

—Hola Ginna—dijo nervioso, sabía lo que se venia, y no podía evitar sentirse una mierda al ver el estado en el que estaba, se arrepentia muchísimo de haberla dejado.

—Eres un estúpido Peter—escupió con enojó y seriedad—sabes lo que me costo...

No termino su frase, Peter la había interrumpido con un beso, tan repentino que la hizo abrir los ojos a más no poder por la sorpresa, pero poco a poco los cerro y se dejo llevar. Cuando se separaron, estaban igual que antes a diferencia de que ella ya no lo cerraba con sus brazos.
Él se acercó para unir sus labios nuevamente, en un intento de volver a sentir el placentero y dulce roce. Pero Reginna coloco su dedo indice ensima, evitando el beso.

—Estaba reprochandote—dice volviendo a su semblante serio, pero algo descontracturado—luego seguimos con los besos—argumentó sonriendo.