[Segismundo García]
▶Publicado: 17/05/20◀
Se cambio de silla por decima vez en lo que iba de la tarde. Estaba esperando a que su hermano terminara de resolver sus cosas para luego ir a cenar, se suponía hoy tendría su día libre y lo pasaría con ella, pero surgió un asunto de suma importancia y tuvo que atenderlo.
—ti primiti qui vi i sir ripidi—murmuró para si misma, enojada y crusandose de brazos, inflando los morros como una niña.
Espero media hora más, y comenzó a vigilar a los oficiales que entraban y salían del edificio, pensando bien sus movimientos; estaba más que segura que su hermano la tenía vigilada.
En un descuido, la sala quedo sola, así que aprovecho y salió a correr como alma que se lleva el diablo.
Sus piernas se movían solas, sin saber porque-ya que nadie la seguía-. Llego al hospital, donde se estaban liando a puñetazos, ella quizo evitarlo, así que paso por al lado del disturbio.
En un descuido un hombre la empujo tirandola al piso, causando un leve raspon en su codo derecho.
—Qué te pasa culia'o—dijo enfadada, sacudiendo su ropa y parandose dispuesta a pegarle al culpable, pero era tanta gente que ni siquiera sabía quien fue.
Las sirenas de la Policía se comenzaron a escuchar en el lugar. La gente comenzó a dispersarse como si fueran un rebaño de ovejas arreadas por un pastor alemán.
Quería un poco de acción, así que corrió detrás de un chico azabache y subió a su coche.
—Hola guapa—la saludo el conductor con un asentó gallego que le encantó.
—Hola—contestó al tiempo que él avanzaba a toda marcha—¿dónde vamos?
—Voy a por unos amigos, te vienes o te dejo en algún lugar?—preguntó mirándola de reojo.
—vamos, hay que disfrutar la vida—contestó divertida—soy ________, por cierto
—Segismundo, pero puedes llamarme seximundo
La joven largo una carcajada, era una especie de risa mezclada con ternura, le resultaba muy dulce escuchar al chico hablar así.
Durante el camino, que no duro mucho a decir verdad, se la pasaron hablando de diversas cosas, para conocerse más.
—Así que tu eres el famoso "Folla cabras"—dijo riendo y haciendo las comillas con sus dedos.
Él asintió, riendo, contagiado por la risa de ella.
Se bajaron del coche en la zona de buzos, donde se encontraron con Horacio y Gustabo.
—Segis, hombre!—se saludaron entre ellos, mientras ______ se mantenía al margen de todo.
—Ella es _______, nos acompañara hoy—dijo Segismundo dando un paso atrás, integrando al grupo a la joven.
—Hola tía!
—¿Quieres ver un truco de magia?—preguntó Horacio con tono coqueto
—Vale...—contestó algo insegura de lo que pasaría a continuación
—Nada por aquí, nada por allá—dijo el de la cresta, haciendo un movimiento raro con las manos. Hasta que comenzó a gritarle a Gustabo, y saco una rosa de su oído.
—Mira, para ti Segismundo—se la entregó al nombrado, guiñando un ojo. Realmente no se la dio por nada en especial, solo tenía ganas de joder un poco.
El calor subió a la cara del gallego, dejando un sonrojo en sus mejillas que era increiblemente adorable. En los pocos minutos que había estado junto a él, ya comenzaba a sentirse atraída.
—Que les parece si vamos a dar unas vueltas, y de paso Horacio enseña su truco—preguntó Gustabo, subiendo a la parte trasera del auto.
Todos aceptaron la idea, y se montaron al coche, Horacio al lado de Gustabo, y Segismundo junto a _______ en la parte de delante.
Dieron vueltas por distintas partes de la ciudad, de a ratos se bajan y Horacio hacia su truco de magia, a diferencia de que en lugar de sacar una rosa, sacaba un pincho y los apuñalaba, por lo que tenían que subir al coche y correr antes de que llegue alguien.
Para su suerte todos los apuñalados eran rescatados a tiempo.
Para todo esto, Jack llamaba sin descanso a su hermana, pero ésta no le atendía.
En una de las tantas huidas, los vió la Policía, así que iniciaron una persecución, que a decir verdad no duro mucho, dado a que tiraron una hilera de pinchos que hizo que el coche pinchara las ruedas para luego salirse de carretera.
—Pero si no son nada más ni nada menos que Horacio y Gustabo—habló Volkov bajando a las personas del asiento trasero y esposandolas.
—Segis, ya la hemos liado—susurro la joven, para luego bajar con las manos en alto.
Segismundo imitó su acto, saliendo del coche y colocandose a un lado de ella.
—y aquí tenemos a Segismundo y... _______, al superintendente le petara algo cuando se enteré—algo de preocupación se alcanzaba a notar en la voz del comisario.
Ella sonrío con inocencia, sabía que se había metido en problemas.
La escoltaron en una patrulla aparte, y la dejaron sentada en la parte trasera esperando a que el comisario y otros oficiales aclararan las cosas.
Finalmente todos quedaron libres de cargos, menos Horacio, quien se llevo unos cuantos porrasos por hacerse el machote con los oficiales.
—Te llevarán?—preguntó Segismundo acercandose a ella, para hablar a través del vidrio bajo.
—si, pero quédate tranquilo que no es lo que tu crees—contesto, mientras veía por el rabillo del ojo como Volkov se acercaba a la patrulla—Nos vemos luego Segis—finalizó, dándole un beso en la mejilla, haciendo que el nombrado sonriera y le subiera un leve sonrojo a la cara.
—Le diré a Conway que tienes novio—dijo divertido el comisario arrancando el coche
—Oh, vamos! No seas sapo Viktor—contestó dandole un leve golpe en su hombro, de forma divertida.
En eso se escucho la voz del superintendente por la radio policial
—Quién coño tiene novio?—preguntó a travez del aparato, sabía que el comisario estaba con su hermana, pero queria ver si tenían los cojones de repetirlo.
Volkov estalló en risas, mientras _______ lo miraba con un poco de resentimiento. Ahora debería aguantar a su hermano haciendo una escena de celos.
Espero que sea de tu agrado missdimuu, mas vale tarde que nunca ♡ .
Muchísimas gracias por el apoyo gente ✨
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