Estaba realmente agotada. Parecía que aquel día no iba a tener fin pero por una parte era lo que quería pues a la noche tendría que entregarse si o si era lo que se esperaba de una noche de bodas ¿no?

Cuando K'uk'ulkan le propuso matrimonio al principio no lo tomó en serio pues era una absoluta locura, ella no era nada comparado con él, Namor era un dios para su pueblo y ella apenas una recién llegada pero la seriedad en el rostro de Namor demostró que era evidente que hablaba en serio con aquella petición y finalmente Dorma aceptando.

Pensó que tardaría más la fecha en llegar pero en cuanto menos lo esperó estaba ahí siendo peinada y ayudada a vestirse por algunas doncellas entre las cuales estaba Mactzil quien reía feliz pues ella tenía claro que había mucho más en aquella relación que solo amistad o simple protección y cuando se anunció que K'uk'ulkan iba a tomar a Dorma como su esposa y hacerla con ello reina de Talokan todo se le confirmó.

Pero no era felicidad todo lo que parecía. K'uk'ulkan no era mal hombre, había demostrado que realmente se preocupaba por Dorma y que había algo latente entre ambos pero la fémina temía: temía no ser suficientemente buena. Temía no ser buena reina. Temía a la noche de bodas donde tendría que yacer con su esposo y todo esto lo pensaba mientras las muchachas habían estado arreglando su cabello oscuro en una mezcla bellamente dispuesta de trenzas y salpicada con jade y oro de menor tamaño. Aunque iba a ver opacado en parte por aquel penacho de plumas bellamente confeccionado aunque nada que ver con el de su futuro marido, el de ella era más sencillo y pequeño pero no menos hermoso.

Digno de una reina.

Igual que el vestido que llevaba, sencillo pues ese había sido su pedido, blanco con patrones rojizos bellamente confeccionados, adornando aquel vibranium dorado a modo de orfebrería. Si hacía menos de un año se hubiese visto así vestida a nada de casarse cuando vestía con harapos y bajo el yugo de otros, ahora a un paso de ser reina.

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La ceremonia fue bastante larga porque no solo era una boda si no también la coronación de Dorma como reina de Talokan. Pudo haberse negado en el último minuto e incluso huir pero le quería y cuando estuvieron juntos durante toda la ceremonia verlo jurándose entre los dos el amor, vestido como todo el dios que era dejando claro su posición como dios y rey, pero eso sí la pareja durante toda la ceremonia permaneció seria aunque por otra parte en ningún momento Namor soltó la mano de Dorma ni esta la de él, apretándole con fuerza debido a los nervios que se iban apoderando de ella en todo momento. Finalmente la ceremonia terminó con un beso sellando la promesa de amor y fidelidad entre la pareja. Oficialmente eran marido y mujer. Oficialmente la esclava se había convertido en reina.

Tras la ceremonia vino la celebración donde toda la capital fue engalanada para la ocasión pues no todos los días su rey tomaba esposa.

Durante toda la celebración Dorma pudo distraerse y no pensar en la noche de bodas, además estaba la promesa que Namor le había hecho de que no la tocaría hasta que ella se lo pidiese pero ahora era su marido y tenía el derecho de tomarla si lo deseaba.*

El ambiente era totalmente hermoso, música, colores.... totalmente festivo y pensar que era por ella....de no tener nada ahora ser el centro de atención que hacía que se sintiese un poco avergonzada y casi se estuviera escondiendo detrás de Namor todo el rato quien la empujaba a que socializase con las personas, que se dejase querer pues Talokan amaría a su reina... quizás como él la quería.

Si. La quería. Aquel matrimonio no solo fue porque veía en Dorma a su compañera ideal debido a sus características tan parecidas, quizás más adelante nacerían niños que tuviesen esas características, si no que fue también porque Dorma sacaba a la luz sentimientos cálidos que no había sentido desde qud perdió a su madre, no era que Dorma le recordase a su madre, si no que simplemente se sentía pleno a su lado, un sentimiento cálido que llenaba su pecho, su mirar, su sonrisa....y supo cuando la vio sonreír por primera vez que quería tener esa sonrisa siempre cerca y conforme fueron tratando y acercándose uno al otro supo que la quería a su lado para siempre.

No iban a pasar la noche de bodas en Talokan, si no que quiso llevarla a la cabaña de la cueva submarina para tener más intimidad y asegurarse de que no iban a ser interrumpidos aquella noches, pero Namor se quedó atrás dejando a Dorma sola en la superficie cosa que Dorma hizo sentir más terror ante lo que iba a venir.

Las doncellas habían esperado a la novia a la cámara nupcial y allí la habían preparado para la noche, despojándola de su traje ceremonial, le deshicieron las trenzas, masajearon su cuerpo con aceites perfumados y luego la vistieron con la túnica de noche más fina y delicada que Dorma había visto jamás. Después se marcharon y la dejaron sola, a la espera de que su nuevo esposo viniera a reclamarla cosa que hacía que la tensión que estaba en el cuerpo de Dorma fuese en aumento.

- Perdona la tardanza, mi niña - la voz de Namor hizo que Dorma se levantase de un salto de la cama pues se había sentado a los pies de esta esperandole. El rey había acudido a ella, ya no tenía el penacho ceremonial y se había cambiado de ropa a una mas cómoda.

-K'uk'ulkan- Dorma agachó la cabeza mirando al suelo directamente claramente nerviosa, unos nervios que el hombre podía notar pues aquel temblor nuevamente se había apoderado del cuerpo femenino anticipandose al tacto íntimo entre ambos. Se acercó a ella tomando delicadamente el mentón de su nueva esposa obligamdola a que le mirase a los ojos perdiéndose de nuevo en los pozos oscuros que eran los ojos de ella.

-Relájate, es tu noche de bodas no tu ejecución.

-Aún sigo sin saber por qué me elegiste a mí. No tengo experiencia, ni he sido educada para ser una reina. Todo este mundo es maravilloso... no quiero defraudar a nadie.

- Mi dulce niña...relájate, no pienses ahora en eso. Es una noche para celebrar- no se le ocurrió otra cosa para calmarla que besarla, se inclinó sobre ella cubriendo sus labios con los suyos tomando el rostro de Dorma con sus manos acariciando las mejillas, al principio besos tiernos y delicados no supo cuándo se dio cuenta de que ya no la estaba besando simplemente para tranquilizarla, sino porque ya no podía parar. Pero era tan agradable... Sus labios eran suaves, cálidos y dulces como su aroma y él se preguntó, distraído, si el resto de su cuerpo sabría igual de bien....

Dorma había respondido a aquellos besos cosa que le sorprendió, la muchacha apoyó sus manos en el pecho expuesto del contrario mientras sus lenguas danzaban suavemente y se entrelazaban con delicadeza, se sentía demasiado bien....los labios del dios rey se sentian muy bien....pero no sabía si podía llegar a más pese a que su cuerpo se sentía arder por aquellos besos que iban intensificándose pero en su mente los flashes de todas las veces que le habían obligado a tener sexo ...a su mente resonaron las palabras que le dijo una mujer cuando fue llamada por primera vez al lecho de su amo cuando ya sangró por primera vez.

-No llores cuando este dentro de ti. No te quejes ni hagas ruido alguno, cierra los ojos y todo pasará.

Aquellas palabras resonaban en su cabeza sintiendo que las caricias de Namor en su rostro en cualquier momento se iban a convertir en golpes o agarres brutales. Debía de acabar con eso cuanto más pronto mejor.
Al separarse ambos de manera jadeante Dorma se llevó las manos a los tirantes del vestido dejando que este cayera por su cuerpo formando un perfecto círculo a sus pies quedando totalmente desnuda a ojos de su nuevo esposo quien se quedó mirándola.
Era hermosa de eso no había duda. Piel canela suave, pechos redondos, vientre plano, caderas algo estrechas , en conjunto una belleza delicada y hermosa que hizo a Namor arder de deseo pero al ver el temblor de Dorma y como había vuelto a agachar la mirada avergonzada volvió a recordar la promesa que le hizo, de modo que superando su deseo se acercó a ella, agachandose y tomando el vestido subiéndolo para volver a colocarlo sobre el cuerpo de su esposa quien le miró incrédula y más cuando recibió un casto beso en la frente.

- Échate en la cama - dijo a lo que Dorma sin comprender del todo obedeció tumbándose en la cama, Namor no tardó en tumbarse a su lado y tomó detrás de ella una almohada y le dio la espalda tumbándose sobre el colchón apoyando la cabeza en la almohada.

- Buenas noches...esposa- Dorma se quedó alucinada al verlo, ¿iba a dormirse? Cuando al cabo de varios minutos notó que la respiración de Namor era regular y tranquila se quedó más sorprendida ¿Se había dormido?

-¿Te has dormido?- preguntó dandole con el dedo índice en el costado obteniendo como respuesta un bajo ronquido ¡Se había dormido!
No sabía como actuar....se había dormido, no le había obligado a yacer con él y solo se conformó con dormir juntos....se puso de rodillas en la cama mirando la ancha espalda de Namor, acercándose un poco para ver su rostro y confirmó que si, que dormía plácidamente.

Y estaba adorable....se le veía tan relajado, tan tranquilo...no supo como interpretar aquella ¿falta de deseo? Pero de todas maneras se inclinó sobre él dejando un casto beso en su mejilla.

-Gracias- musitó en un susurro antes de volver a tumbarse dándole la espalda a él, era una situación tan extraña pues en su noche de bodas iban a dormir y nada más.

Entre sueños sintió un movimiento y como Namor se había girado y la había abrazado contra si pegando la espalda de la fémina contra su pecho.

*Con esta me cancelan, a ver el contexto de esto nos seguimos situando en el siglo XVII mas o menos recordad que esto esta pasando durante la conquista así que perdón si sonó muy machista pero hablo del contexto histórico de la época y además recordemos que Dorma estivo toda su vida como esclava y aún tiene arraigado los traumas.

Si conocéis la serie Vikings veréis que tomé de referencia la escena de la noche de bodas de Rollo y Gisla porque me dio muy vibras de ellos.

Un besito y os dedico este capítulo por todo el amor que esta recibiendo esta historia con vuestros likes y comentarios 🖤