𝑋𝑋𝑋𝐼𝐼: 𝐴𝑟𝑑𝑒 𝑊𝑎𝑘𝑎𝑛𝑑𝑎
Seguía en shock, Naab y ella eran demasiado unidas, literalmente habían venido juntas al mundo y siempre pensó que se irían juntas del mundo y se culpaba, si no hubiese atacado a esa mujer no habría herido a Naab y esta no hubiese muerto.
—No fue culpa tuya, Dayami
—¡Si lo fue Attuma! Si no hubiese atacado...por mi estupidez murió Naab, ¡Naab esta muerta por mi culpa! Mate a mi hermana indirectamente.
—Te repito que no fue tu culpa, Dayami— había llegado a odiarla en aquellas idas y venidas que tenían pero ahora que la armadura de Dayami ya no existía podía ver lo destrozada que estaba.
—¡Deja de ser condescendiente conmigo! — gritó fuera de si pero repentinamente se abrazó al mayor escondiendo la cabeza en su pecho rompiendo a llorar nuevamente, era la primera vez que se dejaba ver así tan vulnerable, solo la había visto así su madre o Naab.
Attuma no dudó en rodear con sus brazos a Dayami acariciando su espalda, odiaba verla así pero Dayami y Naab tenían un vínculo tan fuerte que era ahora como si Dayami hubiese perdido su otra mitad.
—Dayami yo...— ¿Qué podía decir que la animase? Nunca se había visto en esa situación de tener que consolar a alguien pues en la guerra eran cosas que pasaban pero lo de Naab no estaban en guerra.
—Ayúdame a convencer a mi padre de dejarme ir con vosotros a Wakanda, quiero redimirme, quiero ir y vengar a mi hermana.
—No vas a ir Dayami— la voz de K'uk'ulkan hizo que ambos se separasen de aquel abrazo, ¿Cuánto llevaba ahí que ni se habían dado cuenta? La muchacha agachó la mirada avergonzada de que su padre la viese así y peor en un abrazo con Attuma cuando su padre no sabía nada de aquella relación.
—Padre...
—Attuma, déjanos solos— dijo con severidad a lo que el general asintió y le dedicó una última mirada a Dayami quien le correspondió la mirada, una muy distinta a todas las que habían tenido esta vez era un "Te necesito" que no fuese sexual o apasionada si no que simplemente le necesitaba a su lado, Attuma quiso creer en ese momento que Dayami realmente le quería pero nunca pudo leer del todo lo que Dayami sentía.
— K'uk'ulkan yo...
—Tú nada. Luego me encargaré de ti— Attuma no tuvo otra que obedecer dejando solos a K'uk'ulkan y Dayami solos.
—Padre no era lo que parece...
—De eso ya hablaremos Dayami. No vas a venir a Wakanda.
—Por favor padre, necesito ir, necesito vengar a Naab, por favor....
—¿No entiendes que no quiero perderte a ti también?— tomó entre sus manos el rostro de Dayami limpiando con sus pulgares las lágrimas que empezaron a salir de los ojos de su primogénita —No puedo perderte mi niña, Wakanda ya nos ha costado a Naab no nos te va a costar a ti también.
—Padre, por favor....sé quien es la mujer que mato a Naab, Shuri la llamó Nakia.
—Nakia....
—Déjame ir, quiero luchar quiero vengar a mi hermana.
—¡¿Cómo que Dayamia va a ir al ataque a Wakanda?! — Dorma gritó fuera de sí cuando K'uk'ulkan le comunicó que Dayami iba a ir con él a Wakanda recibiendo la hostilidad de su esposa con él.
—Porque tiene derecho a vengar a su hermana.
—¿Y si le pasa algo? No pienso que Wakanda me cueste otra hija. Dijiste que no ibas a dejarnos en peligro....no quiero que a Dayami le pase algo.....— K'uk'ulkan agachó levemente la mirada y tomó su mano con suavidad.
—Tu vendrás conmigo. Itxchel se quedará en Talokan bajo supervisión pero tienes derecho a vengar a tu hija. Eres la reina de Talokan y si lo deseas vas a luchar tú también— Dorma se extrañó de aquel cambio de opinión y una oscura mirada se apoderó de ella alejando por unos instantes el dolor. Wakanda les había puesto en peligro, les había herido, y les había quitado a Naab.
—¿Por qué tu objetivo en sí es matar a la reina Ramonda? No fue ella quién mató a Naab si no esa tal Nakia.
—Porque esa mujer seguía ordenes ¿de quién? De la reina. Nakia fue el brazo ejecutor de llevarse a la princesa costase lo que costase pero quien dio la orden fue la reina. Es la responsable del plan— los labios de Dorma se apretaron y agachó brevemente la mirada para después mirar con ferocidad a su esposo, una ferocidad que no iba hacía él si no que era el fuego de la venganza de sangre por sangre y caerían tanto la mente como el brazo ejecutor. Y ella querría hacerlo o incluso dejar a Nakia viva y de tener un hijo....
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Wakanda no estaba tampoco en la situación más pacífica en ese momento, con la pérdida de hacía un año de T'Challa su rey y protector habían quedado a vista del resto del mundo desprotegidos, siendo presionados por la ONU para compartir sus recursos, el vibranium, llegando a atacar centros de investigación wakandiano en el extranjero y ahora con la amenaza de Talokan....el ambiente estaba crispado y enrarecido con una tensión en el ambiente que se podía palpar.
Shuri sabía que habían cometido un terrible error al haber atacado a esas chicas en la cueva, en especial a esa chica que tenía gran parecido con Namor intuyendo que era su hija y Nakia la había matado.
—¿Es cierto que viste un imperio submarino?— preguntó Aneka visitando a Shuri en el laboratorio pues quería devolverle un arma que le había regalado Shuri para probar.
—Sí, es precioso— dijo recordando como Namor la había guiado en Talokan, como le había presentado a la reina pero aún tenía el remordimiento de la muerte de aquellas chicas —Pero esa gente es peligrosa. Muy peligrosa. — Riri por suerte en ese momento estaba con su madre pues debían de pensar en como devolverla a Estados Unidos debido a que la CIA estaba tras ella por el ataque de Talokan a aquel barco estadounidense por la máquina que Riri había creado.
Era todo una situación complicada, ahora también sumándose a que Ramonda había expulsado a Okoye de las dora haciendo que Aneka desertase también.
Mientras estaban en el laboratorio, Nakia estaba reunida con Okoye, hacía tiempo que no habían estado juntas y menis teniendo una charla de corazón a corazón, extrañaba aquellas charlas pues aunque tenía en Haití una vida tranquila y pacífica, todo lo que conocía y una vez amó estaba en Wakanda además de ser el lugar que nació, se crió y...y le conoció. La muerte de T'Challa fue decisiva para que se alejase de Wakanda definitivamente, y además lo había perdido dos veces, primero cuando el blip en la batalla contra Thanos y después cuando la muerte le reclamó para siempre.
—Para todos él era el rey y Black Panther — musitó mirando a Okoye luchando por no romperse nuevamente por el recuerdo de T'Challa, su T'Challa —Pero para mi era mi todo, mi T'Challa. Cuando me lo arrebataron así de repente tuve que alejarme a solas con mi dolor. No podía seguir adelante como si no hubiera pasado nada.
La conversación entre ambas se cortó cuando Okoye vio como el agua del río que cruzaba la capital empezaba a desbordarse, como muros empezaban a gotear agua alertando a la ex generala.
—¡Nos están atacando!— pronto uno de los muros reventó debido a una de esas bombas acuáticas que tenían la fuerza del salvaje oleaje, pudiendo llevarse todo por delante. La capital de Wakanda empezó a inundarse, el agua arrasaba las calles haciendo que las diversas detonaciones de las bombas destrozasen edificios mientras la potencia del agua se llevaba todo por delante....y a todos. Los soldados de Wakanda y los equipos de rescate intentaban trabajar pero los talokanes arrastraban a las aguas a todo aquel que pudiese siendo masacrados en las aguas, ahogados....peor fue el ataque de hipnosis sónico, el canto de sirena que podía hipnotizar y llevar a la muerte a quien desease porque se lanzaban al agua sin pensarlo. Okoye y Nakia junto con los guerreros jabari que estaban bajo las órdenes de M'Baku y el propio M'Baku intentaban ayudar a rescatar a los civiles.
Pero estaba siendo todo casi imposible, incluso llegando a neutralizar el ataque sónico con mediante tapar los oídos, las bajas de los wakandianos iban a más, tan confiados estaban que incluso Attuma decidió ir a buscar a Okoye simplemente porque quería derrotarla al ser quien le hirió la última vez pero Okoye no entró en pelea si no que se dedicó a la ayuda de civiles en ese momento debido a que estaba desarmada y era más importante.
—Attuma, déjate de juegos, tenemos una misión más importante— Dayami no quería entretenerse jugando con civiles, quería encontrar a Nakia y ensartarla con su lanza pero no aparecía y dedujo al ver como Okoye y un niño eran ascendidos a una de esas naves wakandianas que podía estar ahí. —Hay que derribar esa nave, no podemos dejar que escapen.
Mientras, Dorma, Namora y otros guerreros estaban en la orilla del río cuando Namor emergió, imponente, vengativo...todo un dios que recibió la inclinación de los guerreros menos de Dorma.
—Sus defensas han sido atraídas lejos del palacio, ahora te toca a ti— Namora se dirigió a su rey, Dorma hizo un gesto con la cabeza hacía adelante indicándole que a su espalda aunque él ya se había dado cuenta al oír aquel grito y sólo levantando el brazo por lo que el arma de M'Baku se destrozó en mil pedazos ante sorpresa de este, Namor le miró y sin importarle nada, aunque había tenido el valor de atacarle directamente, simplemente no le interesaba y midiéndose un poco se giró hundiendo de un golpe el puño en el pecho del líder jabari destrozando la armadura de vibranium lanzándole varios metros.
—Al menos te intentó atacar directamente. Valiente...pero muy estúpido.
—Dorma, ve con Dayami y Attuma, Namora mantened las defensas alejadas.
—K'uk'ulkan ¿y si ha huido en una de esas naves? — Namor pese a la situación que estaban de pleno ataque no dudó en tomar la nuca de Dorma y acercarla contra si pegando su frente contra la de ella en un gesto afectuoso y cariñoso.
—Ellos mismos nos la entregaran, más les vale. Ten cuidado amor mío.
—Tú también cariño. Aunque sé que no lo necesitas— pese aunque no se hubieran despedido tuvieron que separarse porque una de las naves empezó a dispararles haciendo que todos menos K'uk'ulkan se lanzaron al agua. Dorma no lo dudó ni un momento de que él no pudiese solo, es más cuando desde el agua le vio alzar el vuelo y llegar a derribar esas naves wakandianas en el aire miró a los guerreros con firmeza.
—Seguid el plan. Las defensas alejadas del palacio, si podéis derribar alguna nave hacedlo pero no corráis riesgos innecesarios. Namora, encargate de ello, yo iré a por Attuma y Dayami.
—Si señora— dijeron los soldados y Namora se frenó un poco antes de que se separasen.
—Ten cuidado Dorma.
—Tú también Namora.
Incluso dentro del agua podía oir los gritos de desesperación de los ciudadanos que estaban siendo evacuados, los sonidos de los disparos de las naves y por un momento su corazón se encogió pensando en toda la destrucción y dolor que estaban haciendo pero después pensaba en Naab y Alietzel haciendo que el corazón de Dorma se endureciese como si estuviese forrado de vibranium puro, solo rompió su coraza cuando vió a un niño pequeño wakandiano llorando mientras luchaba por no ahogarse, Dorma debió de dejarle morir pero no se vio capaz y tomó a aquel niño sacándolo del agua mientras este gritaba y lo dejó en un lugar seguro recibiendo cuando por fin vio a su hija con Attuma dirigiendo esa parte del ataque.
—¡Madre!— Dayami se acercó a ella —Madre no la encuentro, lo siento ...
—Recuerda el plan Dayami, el objetivo es la reina esta vez, más les vale entregarnos a Nakia y a la científica y unirse a nosotros si no Wakanda desaparecerá de la faz de la tierra— las naves cargadas de civiles estaban alejándose y cuando la reina miró al palacio y vio allí en el aire a Namor supo que era la hora. Ordenó el cese del ataque y volver al agua pues estaban indefensos.
La lanza de Namor se clavó con violencia en el vidrio ante la mirada atónita de la reina que ordenó a Riri que huyese de allí porque nada podría haber quebrado aquel vidrio reforzado y cuando vio como Namor bajó de las alturas y tomó las bombas acuáticas que Namora le había dejado sin más las lanzó contra el cristal que reventó por la tremenda explosión y con la fuerza de un tsunami arrasó con el salón del trono inundandolo todo a su paso, destruyendo el trono y llevándose por delante a la reina Ramonda y a aquella niña que había puesto a todos en peligro.
—“ Esto lo hago por ti Naab ” — pensó observando al cabo de unos minutos aparecieron no solo la princesa Shuri también acudieron con ellas otras mujeres, dos dora milaje y otra que supuso que sería Nakia.
—¡Ella causó esto!— gritó observando como sujetaban a Shuri para que no se acercase al cuerpo de su madre a quien en vano trataban de traer a la vida —Dentro de una semana volveré con todo mi ejército y se unirán a nosotros contra la superficie o voy borrar a Wakanda de la faz de la tierra — los gritos desesperados de Shuri no le conmovieron, ¿tuvieron ellos algo de compasión con su gente? ¿Con su Naab? No — Ustedes mataron a mi hija y yo he matado a vuestra reina. Enterrad a vuestros muertos, llorad las pérdidas —señaló a Shuri —Ahora tu eres reina.
Se alejó volando para lanzarse al agua donde ahí estaban sus soldados pero sobretodo ahí estaba la familia que le quedaban: Dorma, Dayami y Naab, sin contar a Itxchel porque ella se encontraba en Talokan.
— Volvemos a Talokan.
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