Parte Única.
Las puertas del camión de mudanzas se cerraron, Jungkook los miró partir y pronto ingresó a su nueva casa.
Cerró las puertas detrás de él para caminar hasta sus pertenencias, debía desempacar pronto.
Había dejado su ciudad natal en Busan para vivir en Seúl por una mejor oportunidad de estudios y trabajo. Actualmente viviría solo, pero esperaba en el futuro adaptarse o buscar un compañero para vivir juntos.
Después de acomodarse en la habitación se sentó en la cama, preparado para dormir mientras leía un poco sobre la Universidad a la que había ingresado.
Estaba concentrado leyendo cuando escuchó un golpe, dio un saltito ante el repentino sonido. Dejó su celular de lado para salir de la cama y caminar hasta la puerta de su habitación. Abrió y miró fuera de esta, las luces estaban apagadas pues ya dormiría. Lentamente salió de su habitación para caminar hasta la sala de casa, encendiendo todas las luces ya que repentinamente sentía el aire pesado y todo más oscuro de lo normal.
Al estar en la sala ese sonido volvió, pronto caminó hasta la ventana de casa para mirar a uno de sus vecinos haciendo algo fuera de su casa. Que mala hora para ponerse a componer una ventana rota. Pronto soltó el aire que tenía retenido para regresar a su habitación.
Apagó las luces a medida que caminaba, soltó un bostezo antes de terminar de entrar a su habitación y lanzarse a la cama a dormir.
De solo tocar esta, se había quedado completamente dormido.
Jungkook estaba soñando, se podía ver a él caminando por la playa de Busan, todo era alegre y cálido hasta que el escenario cambió y se encontraba en su casa nueva. Todo se volvía borroso, era como un recuerdo de las pocas horas que había vivido en aquella casa nueva, pero visto desde la perspectiva de otra persona. Se veía sentado leyendo en su celular, luego saliendo de la habitación hasta llegar a verse a él mismo durmiendo. Entonces la imagen se hacía más cercana, como si él estuviera caminando hasta su propio cuerpo. De pronto saltó a la cama y hasta él mismo.
Jungkook se despertó agitado y con el corazón latiendo al mil. Su cuerpo estaba erizado, nuevamente el aire estaba pesado y más frío de lo normal. Su alarma sonaba taladrando sus oídos.
Pronto apagó su alarma, mirando que tenía que arreglarse para ir a clases. Se había cambiado para el último año de Universidad así que tenía que esforzarse más.
Salió de casa, pero sentía que lo observaban. Miró a la ventana de su casa, un escalofrío lo recorrió. Suspiró largo, seguramente se debía a que vivía solo y se sentía más inseguro.
Lo ignoró para concentrarse en su nueva vida. Así fue como las horas pasaron y regresó a casa en la noche. Introdujo las llaves y entró encendiendo las luces.
Dio un salto al mirar a una silueta de una persona frente a él, o eso fue lo que pensó pues su cabeza le estaba jugando una mala pasada, ahí no había nadie, de verdad estaba cansado. Con el corazón todavía alterado dejó sus pertenencias en la sala para arrastrar sus pies a su habitación. Había sido un primer día cansado, necesitaba descansar más para pronto estar al corriente en todo y poder llevar su nueva vida con tranquilidad.
Terminó por lavar sus dientes para dirigirse a su cama, nuevamente cayó rendido. El sueño anterior regresó, era él siendo tranquilo y en paz cuando la oscuridad llegaba. Todo estaba oscuro y apagado hasta que una puerta se abrió, ahí estaba Jungkook entrando a casa, entonces las luces se encendieron y su vista era más clara. Se miró asustado, se miró tallarse los ojos y después ya no estaba más, ahora se miraba nuevamente desde la cama, no parpadeaba, solo se miraba fijo y no sabía cuánto tiempo había pasado, pero su alarma sonó y nuevamente despertó.
Aquel sueño se repitió por una semana entera, era como que algo interrumpía sus sueños felices para volverse una completa pesadilla donde se observaba a él mismo en diferentes situaciones, como si no estuviera solo en aquella casa, como si alguien o algo le mostraba que lo observaba en cada movimiento que daba.
La segunda semana comenzó a soñar con una persona, o eso era lo que parecía pues todo era borroso. Podía mirar un cabello oscuro, otro día eran unas manos delicadas, pero en ellas había suciedad, sus venas estaban moradas y su piel era completamente blanca. En otro sueño podía ver sus pies hasta que al fin lo vio. Era un hombre, él había aparecido en su sueño y lo miraba fijamente, podía sentir que lo hacía. Su rostro estaba completamente borroso y desprendía un aura oscura, de muerte.
Despertó asustado, cada día sus pesadillas lo atemorizaban más, llegó hasta el punto en que despertaba y se sentía paranoico, pensando que había escuchado o visto algo, pero era obvio que todo era producto de su imaginación.
Aquel día un compañero de la escuela iría a casa para una tarea, también porque Jungkook le había dicho sobre estar buscando un roomie. Ambos chicos llegaron, Jungkook lo dejó entrar primero. Extrañamente la puerta de su habitación estaba abierta y la puerta frente a la suya también. Claramente la habitación de enfrente nunca la abría, esta era para su futuro roomie y no tenía nada en el lugar.
Dejó al chico tomar lugar en la sala mientras él caminaba a las habitaciones. Cerró la puerta de una de ellas para dirigirse a la suya. Encendió las luces encontrándose con sus cosas tiradas, todo estaba en el suelo como si alguien hubiera entrado y desordenado todo.
—¡Jungkook, el lugar es bonito, pero tu roomie dijo que ya no hay otra habitación disponible! —gritó el chico desde la sala para que Jungkook escuchara.
Y Jungkook estaba tan confundido. A pasos rápidos llegó hasta la sala para mirar a su amigo.
—¿Qué? —le preguntó con mirada atónita.
—Tu roomie se presentó y dijo que ya no hay otra habitación disponible. Me hubieras dicho antes, Kook, me dio un susto de muerte —rio divertido.
Y Jungkook tragó con dificultad. Pronto tomó su mochila y su celular para tomar el brazo del chico y salir de esa casa. Su amigo le pedía que parara, pero Jungkook solo quería huir del lugar.
Alguien había entrado a su casa y no sabía si podía ser peligroso.
Aquel día se quedó en casa de su amigo con la excusa de terminar el trabajo, y sí, terminaron tarde así que les vino bien quedarse a dormir juntos.
A la mañana siguiente Jungkook regresó a casa, su celular tenía el número de emergencias listo para llamar e informar sobre aquel sospechoso.
De solo entrar todo estaba en silencioso y las cosas estaban como las había dejado el día anterior. A paso cuidadoso se adentró a la casa, sintiendo el aire pesado y su cuerpo tan alerta a todo a su alrededor.
Caminó por toda su casa buscando a alguien, pero no había nadie. Cerró todas las puertas y ventanas de la casa después de mirar en cada rincón. Seguramente aquella persona le había robado y después se fue, prefería eso.
Nuevamente cayó en un estado de sueño profundo, ahora escuchaba una risa, era un hombre riéndose, el sonido que emanaba de su boca sonando con eco y no era una risa siniestra, era una risa feliz y tranquila, pero todo cambiaba y ya no había más risa, ahora escuchaba un llanto lleno de rabia y desesperación.
Sus ojos cerrados se movían, su cuerpo también, Jungkook intentaba despertar, había algo en ese llanto que lo hacía querer ayudar en algo al chico. Entonces despertó. Sus ojos estaban completamente abiertos, sus músculos estaban tensos. Miró la hora en su mesita de noche, era de madrugada, hacía mucho tiempo que no despertaba en medio de la madrugada y ese sentimiento en su pecho le daba mucho miedo.
A lo lejos pudo escuchar aquel llanto que sonaba en su sueño. Su sangre se congeló, pero guardando su miedo había salido de su cama.
A pasos lentos caminó hasta la puerta, todo estaba en silencio y este fue roto cuando la puerta se abrió, escuchando el ruido casi de película de terror.
Al abrir la puerta podía escuchar más fuerte el llanto, este seguía sonando con eco, muy fantasmal, pero Jungkook lo ignoraba, no estaba pensando con claridad.
Caminó por toda su casa hasta buscar de dónde venía el llanto, llegando hasta una puerta que había sido clausurada en la casa. Para su sorpresa ya no estaba cerrada, el papel tapiz de las paredes estaba cortado en todo el marco de la puerta y ahora había un pomo en la puerta para abrirla. Su mano tomó el pomo, lentamente lo giró hasta que la puerta se abrió.
En frente de él había unas escaleras que bajaban a lo que supuso era un sótano clausurado pues la persona que le rentó el lugar nunca le habló de aquel sótano y por lo que había visto, volvieron la puerta parte de la pared, como si no hubiera nada más detrás de esa puerta.
Lentamente comenzó a bajarlas, su celular que anteriormente estaba en su bolsillo ahora iluminaba su camino. Las paredes se sentían frías y húmedas, en estas también había dibujos que no se comparaban para nada con dibujos de niños, eran cosas macabras y que lo tenían con los cabellos de punta.
Terminó de bajar, el llanto lo podía escuchar más cerca, como si de ahí viniera. Entonces hubo un silencio abrumador. Un silencio tan tenso y macabro. El miedo recorrió todo su cuerpo, quiso correr de ahí.
Al girar para regresar a las escaleras se encontró con la silueta de una persona. Con su celular iluminó su rostro, cayendo directo al suelo ante el gran susto que se había llevado.
Frente a él había un chico aterrador, sus ojos estaban completamente negros, sus labios eran morados, su piel completamente pálida y parecía que la piel de su rostro ahora estaba pegada a sus huesos. Su vestimenta no estaba mejor, esta estaba rota, parecía sucia al igual que todo su aspecto. Sintió el olor en el aire, este estaba cargado de muerte, tierra y azufre.
Intentó levantarse para correr lejos de aquel ser fantasmal, pero solo lograba retroceder hasta que chocó con algo. El hombre frente a él se agachó a su altura, una sonrisa diabólica apareció en sus labios.
Cuando pensó que ya nada podía ir peor, todo en la parte de arriba comenzó a caerse, el frío se hizo tan fuerte, la vibra era pesada, entonces lo escuchó. Unas pisadas sonaban desde arriba, estas no eran normales, sonaban a pisadas de animales. Lentamente estas caminaban hasta llegar a la puerta. Jungkook miró la sombra, era un hombre alto, si es que era hombre pues su sombra era humanoide y no precisamente la de un ser humano.
El chico que tenía frente a él despareció de su vista hasta que lo miró sentarse en las sombras, cubriendo su rostro entre sus rodillas y brazos. Algo en su pecho tuvo compasión por aquel ser, podía sentir su tristeza y su terror, pero eso no evitaba que siguiera alerta a lo que pasaba en las escaleras de arriba.
Al regresar la mirada, la figura de persona desapareció, ahora bajaba las escaleras con sus pies y manos como si fuera una araña, su cuerpo estaba girado por completo, era muy claro que aquello no era nada bueno.
Lo tuvo frente a él, su respiración se cortó, podía sentir el olor horrible que emanaba y antes de notarlo, de un rápido movimiento saltó al ente que seguía entre las sombras.
Jeon retrocedió decidido a largarse del lugar, pero no podía, el espíritu asustadizo ahora lo sujetaba de sus pies, sonriendo con locura y ojos de muerte, como si fuera controlado por la otra figura.
No fue tan difícil comprender que aquel ser mayor era un demonio. Se desmayaría, joder, su cabeza daba mil vueltas.
—¿Lo recuerdas? —una voz grave y horrible, el ser se acercaba a pasos lentos mientras el chico seguía frente a él en espera de una orden para atacar—. Él aparecía en todos tus sueños, yo lo mandaba.
—¿Por qué? —preguntó con voz cortada.
—Soy un demonio categoría diez, me puedo divertir de todas las formas posibles —soltó una macabra carcajada.
—¿Tú le hiciste esto?
—Eres un humano inteligente. Ahora te tengo, él ya no me sirve así que me llevaré su alma y tú serás mi nuevo juguete. La próxima persona que entre a esta casa ocupará tu lugar y también me llevaré su alma. Así trabajo.
Jungkook supo que no había salida más que la muerte. Con un chasquido de dedos el chico se lanzó a él. Soltaba sonidos extraños, sus garras se enterraban en su piel, lo podía mirar llorar mientras lo asesinaba lentamente hasta que todo terminó.
Sus ojos se abrieron grande, parecía que estaba reteniendo el aire mientras dormía así que luchó por aire. Junto a él sentía una rara presencia, al girar lo miró.
Era él, aquel chico de sus pesadillas. Muerte, esa era su única definición.
Pronto se levantó de la cama, cayendo al suelo al enredar sus pies con las sábanas.
—Vete, vete de aquí.
Una voz fantasmal.
Jungkook lo miró, el espíritu ahora estaba sobre su cama mirándolo con tristeza.
—Él ya viene, vete ahora.
—¿Por qué no estoy muerto?
—Te mostré lo que te pasará si te quedas aquí, después de todo soy un ente que obtiene energía de las pesadillas, puedo hacer que todos tus sueños se sientan tan reales.
Había tristeza en Jungkook por el chico y no lo entendía. Debía haber una forma para liberarlo, había leído un libro sobre eso cuando su amigo lo llevó con su abuela. Ella le dijo que tenía una gran carga en su aura que no era suya, se debía a un alma sufriendo y después de eso le dio un libro sobre cosas relacionadas.
Leyó sobre diferentes demonios y sus categorías, pero no recordaba la forma de liberar un alma.
Pronto se levantó para caminar hasta su celular, podía sentir la pesada mirada del chico en su espalda. Se sentía cansado, pero el chico se lo había dicho, su energía era para que él pudiera estar ahí en ese momento.
Le llamó a su amigo, por suerte este estaba con su abuela. Pronto les contó lo que sucedió, ella alarmada le dijo que escapara, no había mucho por hacer si era un demonio categoría diez.
—Solo hay una forma de liberarme —escuchó su voz, ya no le daba escalofríos, ahora era una dulce y fantasmal voz.
Al elevar la mirada el chico de aura de muerte ahora era un joven de piel preciosa, con cabellos rubios, ojitos brillosos y labios rosas.
—La única forma de liberarme es que tu tomes mi lugar... Pero no quiero que lo hagas. No quiero que a alguien más le suceda lo que a mí —una gruesa lágrima corrió por una de sus rosadas mejillas.
—No puedo dejarte aquí...
—Solo quiero que me hagas un favor, podré estar en paz cuando lo cumplas... Park Jimin, ese es mi nombre... Encuentra a mis padres y diles que el día que me encontraron muerto no fue porque me suicidé como todos pensaron, él me hizo esto. Quiero que ellos sepan que nunca pensé en hacerlo, fui feliz y amaba mi vida —más lágrimas corrían por sus ojos—. Mis padres viven en Busan, sus nombres son Park Jihoon y Park Haneul.
Jungkook lloró, no podía ser verdad todo eso.
—Ahora vete, él está cerca.
—No, Jimin.
Y toda el aura de Jimin cambió ante la mirada de Jungkook, volviéndose un cuerpo muerto, en pésimas condiciones y ojos negros como la noche.
Su mirada era intensa y pesada, sin parpadear mientras miraba a Jungkook. Entonces abrió la boca, soltando un grito desgarrador.
Jungkook cubrió sus oídos, dejándose caer de rodillas al suelo.
—¡Dije que te largues de aquí! —gritó con voz oscura y demoníaca.
Eso fue todo lo que necesitó para ponerse en pie y apenas tomar algunas cosas antes de salir de casa. Al hacerlo, la puerta se cerró detrás de él con total fuerza, incluso todas las luces se apagaron.
Al notarlo, estaba en camino a Busan, no tenía equipaje, vestía una camisa casual y pantalones de algodón, todo se había quedado en casa, solo logró tomar su cartera y celular antes de salir huyendo.
Pasaron algunas horas antes de que llegara a casa donde solo entró y corrió a su antigua habitación por ropa más formal y de la misma manera volver afuera. Sus padres no entendían que pasaba con su hijo ¿Se había vuelto loco?
Jungkook buscó por cielo mar y tierra a los Park, teniendo información de que se habían ido de su antigua casa después de la muerte de su único hijo, ahora no sabían dónde se encontraban, pero le dieron el número del señor Park, si es que ese seguía siendo el suyo.
Pronto los contactó, un hombre con voz cansada contestó, en cuanto le preguntó si era el Park que buscaba, este le afirmó y después de una breve información le pidió encontrarse con ellos.
La pareja se veía muy tristes y cansados, como si la muerte de su único hijo todavía tuviera un impacto depresivo en ellos. Jungkook ni siquiera sabía cómo decirles las cosas sin que pensaran que se burlaba de ellos y de la muerte de su hijo.
—Estoy aquí porque debo decirles algo importante sobre su hijo Jimin...
Y la atención de ellos estuvo en él.
—No quiero que piensen cosas malas sobre mí, no vine aquí con la intención de abrir la herida que dejó su hijo, pero... Él me dijo que viniera a ustedes —los Park estaban por decir algo, pero Jungkook volvió a hablar—. Viví en la misma casa que él y ahí lo conocí. Jimin está atrapado en el lugar, es un ente que entra en los sueños para volver todo en una horrible pesadilla. Me hizo escapar y me pidió que les dijera que no se suicidó, él estaba muy feliz con su vida, así que no tenía la intención de terminar con esta.
Un sollozo se escapó de los labios de la mujer. El hombre lo miraba con ojos llorosos y llanto silencioso. Jungkook también lloró.
—Odiamos este tipo de bromas. Por favor, retírate.
—¡No es una broma! Jimin me lo pidió y creo que podemos ayudarlo a ser libre.
—¡¿Por qué deberíamos creerte?! Nuestro hijo está muerto, no puedes hablar con él.
Una imagen llegó a su cabeza, era un sueño con Jimin, sabía que podía hacer que ellos le creyeran.
—En uno de mis sueños Jimin me mostró su habitación... Había muchas medallas y trofeos de baile, en algunas paredes había posters de sus artistas favoritos y junto a él dormía su perrito llamado Chimmy... Ayer soñé esto, así que la imagen sigue fresca. También me mostró una gran herida en su pecho, él nunca la tuvo hasta después de morir.
Ellos lo miraban incrédulos. Después de la muerte de Jimin todos sus trofeos y medallas de baile fueron quitados y guardados en una caja, su perrito murió tiempo después, sus padres creían que murió de tristeza y sobre la herida que hablaba Jungkook, Jimin nunca la tuvo, los forenses la notaron después que le hicieron la autopsia de su muerte. Pensaron que él mismo la hizo y lo dejaron como un suicidio. Nadie se enteró de aquello, los únicos que lo sabían eran los padres de Jimin y el forense encargado, pero era imposible que este dijera algo.
Ambos mayores se pusieron de pie, Jungkook entendió y comenzó a contarles todo mientras se dirigían de camino con un exorcista. Los padres de Jimin nunca creyeron en eso, en algún punto hasta se burlaron del hombre, pero ahí estaban, llamando a su puerta mientras el sol terminaba por caer.
El hombre los recibió, de inmediato posó su mirada en Jungkook, como si pudiera sentir el aura muerta de Jimin en él. Le explicaron todo lo sucedido, Jungkook les contó todo lo que sucedió en el tiempo que vivió en la casa y después de terminar, el hombre corrió por todo lo que necesitaría.
Regresaron a Seúl en el último tren del día, al llegar a la casa, el hombre sonrió con emoción, como si pudiera saber que estaba por conocer a un demonio.
La puerta de casa estaba tan cerrada que no podían abrirla, como si Jimin no los dejara entrar.
—Minnie, mamá está aquí —la mujer dijo con lágrimas corriendo por sus mejillas.
Y la puerta cedió al instante. Las luces estaban apagadas, todo el lugar se sentía frío y tétrico. De pronto las luces de encendieron, Jimin apareció frente a ellos, mirándolos con tristeza.
Los padres de Jimin lloraron con fuerza, Jungkook miraba la escena con mucha tristeza y el hombre parecía acostumbrado a ese tipo de presencias, incluso había comenzado a caminar por toda la casa, buscando la fuente de energía maligna.
—Él está cerca ¿Por qué los trajiste? —miró a Jungkook. El aura de muerte ya no estaba, solo un triste y fantasmal chico.
—Te dije que te liberaría de aquí y si tienes algo que decirles a tus padres, puedes hacerlo, a ellos los dejará más tranquilos escuchar la historia desde tus propias palabras.
El exorcista regresó hasta ellos para comenzar con todo. Hizo un gran círculo con sal en el centro, todos se asentaron, incluso Jimin que estaría dentro del círculo para protegerlo del demonio. Los protegió a todos con rosarios y velas blancas. Pronto comenzó a orar en latín, las luces parpadearon, las ventanas y puertas se agitaban, el aire era más fuerte. Sus manos que anteriormente estaban entrelazadas ahora parecían ser forzadas a soltarse, pero el hombre les gritaba porque resistieran, si se soltaba él entraría y se comería el alma de Jimin.
—...Tunc dimittes animam pueri hujus et non reverteris amplius ad locum istum. (Entonces soltarás el alma de este joven y no regresaras más a este lugar) —gritó mientras miraba a su alrededor.
—Quis es tu mihi imperare? (¿Quién eres tú para darme ordenes?) —dijo con voz profunda y llena de furia.
El hombre sonrió grande mientras miraba detrás de los padres de Jimin que no apartaban la mirada de su hijo que miraba al demonio con temor.
Jungkook apartó la mirada del demonio en cuanto este lo miró. Maldijo mil veces al sentarse junto al exorcista, podía mirar con claridad al demonio.
—Aquí estás —dijo divertido—. Fue muy estúpido de tu parte huir y regresar justo a tiempo para ocupar el lugar de Jimin.
—Esta vez no, perra —el exorcista escupió con diversión y poder.
Nuevamente comenzó a hablar en latín, el demonio retrocedió y retrocedió hasta caer de rodillas. Sus manos se habían atado a su espalda y sus pies también. Jungkook y Jimin miraban sin entender y con ojos grandes. Entonces se abrió un agujero en el suelo y este desapareció de ahí.
El hombre cayó rendido, todos se soltaron al mismo tiempo. Jimin se puso de pie, cadenas aparecieron en sus manos y pies, pero estas se rompieron y cayeron al suelo, desapareciendo de pronto.
—¿Qué acaba de suceder?
—Lo hice regresar a su maldito lugar, ese jodido demonio usaba a otras almas para que él no estuviera preso, pero ahora Jimin es libre y él regresó al maldito infierno —escupió al final con desprecio.
Jimin saltó a los brazos de sus padres, pero por desgracia, ni ellos ni él pudieron tocarse. Entre lágrimas entendió que ya no podría hacerlo porque ya no tenía un cuerpo, entonces les explicó todo lo sucedido, dejando a sus padres más tranquilos al saber que Jimin no se quitó la vida. Así fue como ellos le sonrieron una última vez y resignados por no poder regresar a su hijo a la vida, salieron de la casa, suspirando en paz al poder entender que su hijo siempre fue feliz. Al fin ellos estarían mejor, claro, con la pena de la pérdida de su hijo.
El hombre comenzó a levantar sus cosas, Jimin y Jungkook se dieron una mirada.
—Gracias —sonrió.
Y cerrando sus ojos su figura se había desintegrado en el aire, una gran luz blanca los cegó por algunos minutos. Al abrir los ojos Jimin ya no estaba, la casa se sentía diferente, ahora se sentía como un verdadero hogar.
Jungkook sonrió un poco antes de despedir al hombre y él regresar dentro de casa.
Caminó hasta su habitación donde se durmió al instante.
Las olas rompían en el pequeño muelle de Busan, Jungkook respiraba tranquilo, admirando la belleza de aquel infinito mar. Todo estaba tranquilo y se sentía en paz.
A su lado una persona se colocó, ambos miraron el sol esconderse poco a poco, dejando la mejor postal de todas.
—Me aseguraré de que tus sueños sean bonitos desde ahora.
Jungkook lo miró, Jimin le sonreía. Sus ojitos estaban escondidos ante su gran sonrisa. Sus mejillas y labios estaban rojitos y se miraba tan angelical.
Todo había terminado al fin.
¡Hola!
¡Feliz Halloween!
¿Qué les pareció?
Quería hacer este os más terrorífico pero me gustó este final donde ahora todo irá bien pero Jimin es un angelito :c
Espero les guste mucho 💜
¡Adiós!
~×~×~×~
✥Increíble portada y separador hechos por bngtandream- 💜
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