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Veintitrés

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JiAh miró un punto fijo en la oficina mientras jugaba con su bolígrafo. No había dejado de pensar en lo que pasó el fin de semana.

Vio como SunMi entró a su oficina y se le hizo extraño que fuera sin avisar; porque ella generalmente estaba trabajando en el tribunal del estado por su labor como fiscal.

— Necesito que la señorita Seo JiAh me explique el porqué me abandonó en el club el fin de semana. — colocó sus brazos en jarra y la miró con falsa ofensa.

— Me sentía cansada, sabes que no he descansado muy bien por todo el trabajo que tengo y... bueno, ya sabes. — respondió JiAh para hacerla parar sus preguntas.

— Te juro que creí que te habías ido con Mister J cuando no lo vi por ningún lado... — comentó negando con su cabeza y luego siguió hablando.— pero luego apareció de pronto y se mantuvo junto a la esposa del gobernador toda la noche... — JiAh la miró de inmediato y se enderezó en su asiento sin escuchar lo demás que dijo. ¿Que JungKook qué?

— ¿Dijiste... la esposa del gobernador? — preguntó con un nudo en la boca de su estómago, un sentimiento muy extraño en ella.

— Sí. — asintió con normalidad.— desde hace unas semanas es su favorita en el club... siempre la escoge en sus actos para los pasos más candentes. — suspiró.— a veces envidio la suerte de algunas. — se dejó caer en el asiento y suspiró de nuevo.

JiAh no lo podía creer, movió su mandíbula de un lado a otro quedándose muda. ¿Así que eso era de lo que se había estado perdiendo al no molestarlo en su trabajo? ¿Por eso actuó tan raro?

Su respiración se volvió acelerada y trató de disimularlo cuando su hermana la miró.

— Ya no eres la favorita. — le apuntó con el dedo para entrecerrar sus ojos.— Te conozco... eso te pone rabiosa. — canturreó y la menor empezó a odiar que su hermana la conociera tan bien.

— Tu eres la fuente de información más confiable. — empezó con su estómago aún revuelto por la noticia.— ¿Sabes si se han acostado?

SunMi sonrió de lado y rodó los ojos antes de hablar nuevamente.

— JiAh ¿no te habrás enculado con él, verdad? — con sus brazos en los posabrazos de la silla y su torso recostado del espaldar con pereza la miró de forma acusadora. La menor no dijo nada porque prefería callar, pero SunMi lo tomó de manera afirmativa.— ¡Ah~ Seo JiAh! ¿¡Qué te he dicho sobre encariñarte de los idiotas!? ¡Todos lo son! ¡Ash~ con ellos sólo debe ser sexo! — regañó fastidiada con lo que se acababa de confirmar ella misma.

No le diría exactamente lo que pasaba con ella y JungKook, no quería darle los detalles que seguramente le pediría.

— SunMi, lo sé... sólo quiero saber, porque ese bombón tan bueno no me lo pueden quitar. — cambió su semblante mirándola con travesura; cosa que a SunMi pareció convencer por la forma en que sonrió imitándola.

— Bueno, si es así sí... — se inclinó sobre el escritorio y miró a su hermana con complicidad.— en el club se rumorea de que son amantes por su manera de actuar... pero yo nunca he visto nada más allá de sus espectáculos, prácticamente, especiales para ella... ¡Siempre es la suertuda! — exclamó cansada echándose en la silla.

JiAh la miró fijamente y fingió una sonrisa cuando por dentro estaba quemándose de la ira.

Maldito seas, Jeon JungKook.

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Al pasar los días llegando miércoles JiAh no le había escrito y eso extrañaba a JungKook; puesto que la chica era tan insaciable que pensó que después de la gran follada en el club lo buscaría nuevamente. Pero no, ella no le había escrito.

— Kook... ¿todo bien? — preguntó la pálida chica con pómulos notorios frente a él. Había estado enfrascado en el teléfono que no se percató que Suni había despertado.

— Oh, sí... buenos días preciosa. — se acercó a ella y le besó la mejilla.— ¿Has dormido bien?

— Sí... siempre preguntan eso. — rio un poco.— estoy bien. — dijo con voz débil para llevar su mano a la de él.

— Que bueno que has descansado. — llevó su mano al gorro de ella y lo acomodó un poco.

— Por varios minutos observé tu rostro y te ves preocupado... ¿En serio no ocurre algo? — le preguntó nuevamente y él forzó una sonrisa, pero Suni no era tonta; podría estar enferma, pero tonta jamás.

— Claro que no, todo está bien. — sonrió ampliamente viendo los ojos sin chispas de ella. Extrañaba mucho verlos chispeantes de alegría.

— Koo... — advirtió con suavidad y él empezó a borrar un poco su sonrisa hasta volverse algo melancólica.— ¿Es una chica? — inmediatamente el rostro de él cambió negando con su cabeza mientras su porte serio decía que no le había gustado mucho la pregunta.

— Suni, sabes que no tengo tiempo para eso, mucho menos lo quiero ahora. — le volvió a responder la misma oración que venía diciéndole desde tiempo atrás.

— No me gusta que te olvides de ti JungKook, tienes veintiséis años... no estás viejo, pero tampoco puedes dejar pasar tu juventud sin pensar un poco en ti...

— Suni basta de esto otra vez ¿Sí? — pidió cansado pero con voz suave.

— Koo tienes que entender que aquello ya pasó, y sabes que no me gustaría irme sabiendo que perdiste mucho tiempo por cuidar de mí. — añadió con suavidad y JungKook negó.

— Hermosa no hables cosas negativas ¿Sí? — le tomó ambas manos y las llevó a sus labios para besarlas.— Sabes que con el tratamiento... — ella negó cerrando sus ojos. JungKook sabía que dijera lo que dijera ella también tenía razón.

— Hay que ser claros Koo... no es necesario que veas esperanzas en algo que no las tiene, y que por ello te quites tan valioso tiempo como el que te estás quitando ahora...

— Suni, ya... — se levantó mirándola con cansancio.— Iré por algo para que desayunes ¿bien? — indicó viéndola asentir.

Salió por la puerta y fue directamente a la cocina para prepararle algo. Su padre había ido a un chequeo médico de rutina; por lo que se había quedado a cargo de Suni hasta que volviera.

Lo que se le hacía extraño era que ese día era miércoles y JiAh no se había comunicado con él para darle más detalles del caso, el juez la recibiría el viernes para que ella le expusiera el caso de Suni; necesitaba saber del avance y ella no le había marcado ni siquiera para pautar la cita que tanto quería con Suni.

Suspiró cansado luego de terminar el desayuno de la pálida chica en la habitación, lo llevó para que ella se alimentara y luego se disculpó saliendo de la habitación. Debía comunicarse con JiAh, no se podía desaparecer de esa manera en esos momentos.

— Hola. — murmuró a través de la línea para escuchar su voz profesional al otro lado de la misma.

Buenos días JungKook. — dijo con su tono más profesional.

— Buen día, JiAh... te llamo porque quería saber más detalles del caso de SunJi... habíamos quedado en que el viernes lo presentarías y hasta ahora no has hablado con ella.

Bien ¿nos reunimos mañana temprano? — preguntó de vuelta y JungKook frunció un poco el ceño. Muy extraño de parte de JiAh el no hablar de forma sensual, esa forma que lo estremecía.

— ¿Mañana? Ah... sí, pero debes venir a mi casa, SunJi no puede salir... espero... espero que lo entiendas. — murmuró y escuchó de JiAh una afirmación.

— ¿Te parece si mejor voy hoy después de almuerzo? — JungKook suspiró con seriedad y asintió antes de hacer un murmullo afirmativo.— Bien, te avisaré en lo que esté allí, envíame tu dirección.

— Bien, en un momento te la envío.

Al colgar la llamada fue hacia la habitación y se percató de cómo Suni mordió el sandwich que le había preparado pero luego escupió el pedazo en el plato. Últimamente no comía mucho; y eso que ella de por sí no comía mucho por su enfermedad. JungKook suspiró viéndola a escondidas y su corazón se quebró al verla soltar una lagrima pequeña que de inmediato limpió.

Él podía ser muy rudo con los demás, pero cuando se trataba de Suni se volvía muy débil.

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Su padre lo veía fijamente mientras recogía algunas cosas para ordenar la casa un poco. Le había comentado de la venida de JiAh y no quería que viera el caos de su casa.

— Espero que la abogada que contrataste en verdad pueda ayudar a Suni y evitar que vuelva a hacerse una injusticia. — su padre mencionó preparando una bebida que le ofrecería al llegar. JungKook lo miró luego de acomodar los cojines del sofá.

— La abogada Seo es muy buena en su trabajo y nunca ha perdido un caso... — se incorporó mirando a su padre de frente.— creo que esta vez sí es nuestra oportunidad, padre.

— Hijo... ¿y en verdad tienes el dinero para pagar sus servicios? Por lo que me has contado debe tener honorarios fuera de nuestros límites. — con su voz suave acomodó sus lentes sobre su tabique y JungKook miró a otro lado para volver a él.

— He ahorrado un buen dinero, lo guardaba para cualquier emergencia y...

— ¿Es ese el dinero que me contaste tiempo atrás? — el menor asintió sabiendo que recibiría su regaño.— JungKook, pero es el dinero para tu carrera... pensé que querías estudiar... esas cosas que te gustan. — dijo sin saber especificar lo que era la carrera.

— Lo guardaba para cualquier emergencia, padre, y esto lo es...

— Sabes que no. — lo miró cansado pero con una sonrisa leve.

— Iré a ver que Suni este despierta. — mencionó no queriendo tocar el tema otra vez. Se dio la vuelta para ir hasta la habitación de Suni, y al llegar a ella lo recibió su linda sonrisa.

Ella de pronto cambió su gesto y entrecerró sus ojos aspirando profundamente.

— Vaya... — susurró mirándolo fijamente con sus ojos brillosos, como hacía tiempo no los veía.— hacía mucho que no te ponías ese perfume, Kook. — murmuró débil pero sin borrar la sonrisa.— ¿Acaso ya hay alguien a quien impresionar? — JungKook sonrió para soltar luego una risita mientras se acercaba a la cama. Al sentarse a su lado le acomodó el gorro que se le había subido mucho y luego le acarició la mejilla.

— Deja de decir eso, Suni. — ella rio suavemente bajando un poco la mirada, y al subirla nuevamente le sonrió enternecida.

— No lo había sentido desde el cumpleaños de papá. — mencionó con nostalgia por tantos recuerdos que le había traído ese perfume.

— Tranquila Suni ¿Sí? Sabes que el pasado y sus memorias no te hacen bien... — acunó su mejilla delgada con la mano y la vio sonreír un poco más.

— ¿Por qué usas ese perfume hoy? — pregunto en un susurro curioso.— Según me contaste viene un abogado que has contratado para mi caso. — mencionó mirándolo con advertencia, pues aún no estaba de acuerdo con reabrir el caso.

— Sólo, quiero que este día esté lleno de recuerdos... hoy debes contarle todo lo que pasó en aquel momento, para que el caso pueda ser explicado al juez. — le tomó una mano para cubrirla con las suyas.

— Sabes que no es necesario... — negó en un susurro y él bajó la mirada.— ya no te mortifiques por cosas que ya pasaron y que no tienen otro destino más que el que tuvieron...

El timbre sonó y él supo que era JiAh; pues le había dejado indicado al portero del edificio que la dejara pasar.

— Mi padre vendrá a ayudarte para llevarte a la sala ¿bien? — ella asintió con una suave sonrisa.— Vuelvo enseguida. — volvió a asentir y salió de la habitación para encontrarse con su padre a mitad del camino.

Al llegar a la puerta la abrió encontrándose con esa pequeña y sexy abogada, ella traía su cabello suelto junto a un bolso de mano muy acorde a su vestimenta de profesional.

— Hola JiAh. — murmuró casi sin aliento y ella le sonrió suavemente. Es que ese traje semi formal que utilizaba para su trabajo la hacían ver excesivamente hermosa y sexy, y su maquillaje suave resaltaba aún más su belleza.

— Hola JungKook. — devolvió en el mismo tono. Él se hizo a un lado para dejarla pasar a la casa y luego cerrar la puerta, al volver a observarla desde atrás se veía aún más hermosa; pues ese trasero que se cargaba se movía de un lado a otro al dar pasos.

Estando aún en el corredor que los guíaba a la sala él le tomó de la muñeca deteniendo su paso. Cuando JiAh lo miró él se dio cuenta que algo pasaba con ella, no sabía porqué pero estaba seguro.

— JiAh, antes que nada... ¿Está todo bien contigo? — preguntó confundido con su actitud de indiferencia. Ella frunció el ceño con una sonrisa suave y eso le hizo confirmar que algo pasaba; JiAh con él no era así.— No habías escrito... eso me pareció extraño.

— ¿Me extrañabas? — sonrió de lado y él movió su mandíbula inconforme con el cambio radical de su actitud. Llevó su mano delicada a la mejilla de él y la acarició con su pulgar.— Sólo he estado trabajando duro... nada más. — restó importancia.

— ¿Intentas ser profesional ahora y evitar sospechas de tus locuras? — cruzó sus brazos siendo lascivo. Obviamente que JiAh no ignoró el hecho de que ese movimiento hizo que se marcaran los músculos de sus brazos, además de usar un suéter ajustado al cuerpo y de cuello alto.

Para JiAh era el mismísimo Zeus mezclado con Lucifer.

— Si me muestras esos músculos se me hará difícil Jeon JungKook. — respondió con la misma lascivia. JungKook sonrió de lado y miró hacia la parte que guiaba a la sala, volvió a verla y con sus dedos le tomó la barbilla para acercarse.— Debo trabajar. — sonrió quitando su rostro de los dedos de él evitando el beso que queria darle, caminó hacia la sala y JungKook sonrió de lado sintiendo la ironía de la situación.

Ella lo estaba ignorando, y no es que le importara ese hecho, pero sí quisiera saber el porqué de ello. Entrecerró los ojos un poco siguiéndole los pasos hasta llegar a la sala donde ella prosiguió a sentarse luego de que le diera el permiso. JungKook se sentó frente a ella y la vio cruzar sus piernas para dejar ver un poco más allá del vestido semi formal de trabajo, una hermosa piel cubierta por las medias negras. Relamió sus labios cuando ella sentada en su pose sexy lo miró con picardía, sabiendo que él podía ver de más desde su posición.

Ya empezaba a creer que haber traído a JiAh a su casa fue mala idea.

SIGAMOS CON LA INTERACCIÓN  🌹

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