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Veintiséis

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Una muy perezosa castaña se empezó a remover en su cama cuando sintió que despertaba poco a poco. Sentía el cuerpo entumecido y cayó en cuenta de que era a causa de pasarse de tragos el día anterior; es por eso que cuando se percató de que ni siquiera había amanecido volteó a ver la habitación oscura y sintió algo extraño que la hizo sentarse, miró a su lado y una vista increíble yacía ante sus ojos: JungKook profundamente dormido con su melena negra despeinada mientras estaba sin camisa, abrazando la almohada con su rostro enterrado en ella. JiAh sonrió burlona aún con sus ojos entrecerrados y se recostó nuevamente para mirarlo unos segundos.

— ¿Por qué te despiertas? — murmuró contra la almohada dejando oír su voz ronca. JiAh soltó una risita con la ironía.

— Y tú pareces nunca dormir. — mencionó de vuelta.— Es raro que estés aquí.

— No traje mi moto, y no pude robar el tuyo porque no tengo estacionamiento para auto en casa... así que me quedé. — abrió sus ojos un poco y la observó, de pronto parecía muy despierto y ella dedujo que no había dormido.

— ¿En mi habitación? — preguntó burlona nuevamente mientras alzaba su ceja. No le creía nada sabiendo que podía haber tomado un taxi, pues cuando llegaron no era muy tarde.

— Si quieres me voy a otra habitación. — propuso y ella se encogió de hombros para fingir que no le importaba.— ¡Ah! JiAh, simplemente duerme. — se quejó tomándole el brazo para acostarla de lado y que le diera la espalda, al hacerlo se pegó a ella y le abrazó la cintura para enterrar su nariz en el cabello de su nuca.— Te diré un secreto. — susurró contra su cabello y JiAh sonrió de lado para hacer un murmullo afirmativo.— me encanta tu cuello. — susurró nuevamente y entonces ella rio un poco.

— Eso no es un secreto, ya lo sabía. — afirmó entre risitas.— ya sé que estás loquito por mi...

— Error... esa eres tu. — la apretó un poco y bajó su mano con lentitud por su abdomen plano y desnudo mientras su nariz le acariciaba la parte trasera del cuello.

— Eso lo sabes desde el principio... — soltó un jadeo bajo cuando esa mano traviesa llegó a su vientre.— nunca lo he negado... — soltó un gemido muy bajito cuando sintió los dedos masajearle con lentitud su parte íntima.— Además... tu fuiste quien armó una telenovela por no haber sabido de mí... — dijo entre jadeos y él rio por lo bajo.

— Pues déjame decirte que mis razones tenía... porque uno. — apretó su clítoris y ella gimió contra la almohada.— Vante andaba diciendo mierdas de los dos en mi camerino... dos. — volvió a apretar la zona sensible y ella gimió nuevamente.— Te dije que no me gusta compartir... y tres. — nuevamente presionó haciendo que ella apretara las piernas entre sí para evitar que moviera la mano.— Eres mi zorrita, no la de él. — gruñó en su oído y JiAh terminó por soltar un gemido liberador que la hizo respirar agotada.— Dios~ nada más mira lo sucia que eres. Te acabas de correr con simplemente apretar aquí. — presionó nuevamente y JiAh soltó un gemido un poco más alto por la sobre excitación que eso le provocaba.

Dios~ JungKook... eres una maldita escoria. — gruñó volteándose para dejarlo sobre la cama y colocarse sobre él, quien estaba sonriente.— Te daré un poco de tu propia medicina. — amenazó con sus manos sobre ese pecho fuerte mientras le veía la sonrisa cínica en su rostro.

— Anda mi Diosa... cabalga sobre mí ¿Sí? — mordió su labio inferior mientras le brillaban los ojos del deseo que sentía hacia ella. Quería verla montar su miembro como sólo ella sabía hacerlo.

Llevó sus manos al trasero firme que ahora estaba en su regazo y lo masajeó un poco antes de subir sus manos a esos pechos redondos.

— Quieto. — quitó de un golpe ambas manos de su cuerpo y lo vio sonreír con travesura.— no me vas a tocar. — Se levantó de la cama y él la vio confundido.

— ¿A dónde vas? — se quejó viéndola caminar hacia la puerta.— Ven aquí ya mismo, JiAh. — ordenó pero ella sólo sonrió de lado.

— Tu no me controlas. — le miró amenazante y él simplemente sonrió con travesura cuando la vio irse.

Sabía que volvería, es por eso que esperó pacientemente hasta que ella volvió con algo en sus manos. Le lanzó algo al pecho y él lo tomó para sentarse luego.

— Quieres jugar. — canturreó viendo el collar y lo llevó a su cuello para abrocharlo.— Pues juguemos entonces. — sonrió de lado mirándola a los ojos directamente.

JiAh sonrió ampliamente y cuando lo vio listo tomó la cadena que tenía el collar para atraerlo a ella levantando su cuerpo de la cama. Al estar de pie con sus prendas íntimas puestas ella tiró de la cadena llevándolo hacia la otra habitación... Al entrar ambos, cerró la puerta colocándole pestillo para luego llevarlo hacia la cama, allí con lentitud y sin dejar de verse a los ojos lo empujó de los hombros para sentarlo a la orilla de la cama.

Él sin borrar la seriedad de su rostro puso sus manos en esa cintura delgada y la acarició en cuanto JiAh se sentó sobre su regazo, sobre su miembro despierto... soltó un gemido en su boca cuando ella se movió un poco haciéndole sentir un fuerte escalofrío recorrer su cervical. Ella era buena dominando el placer en su cuerpo, tenía que aceptar que JiAh era una experta.

Ah~ eres una diosa, JiAh... — susurró con su boca abierta mientras sus manos fueron a la nuca de ella para así enterrar los dedos en su cabello.— Me encanta como te mueves sobre mí... — volvió a susurrar soltando un gemido bajito al sentir el roce en sus intimidades cubiertas a través del movimiento de ella.

— ¿Ah sí? — susurró de vuelta mientras le acariciaba los hombros y su espalda alta, sin dejar que la besara para torturarlo.— entonces te gusta que haga esto ¿no? — se movió nuevamente viendo el asentimiento de él mientras con sus ojos fuertemente cerrados y su labio inferior siendo mordido le apretó la cintura con sus manos.

— Sabes que sí... ese movimiento de caderas que haces es... imposible no amarlo. — mencionó sin abrir sus ojos pero sonriendo de lado. JiAh le miró todo el rostro sonriente y a pesar de la oscuridad de la habitación pudo verle el rostro levemente húmedo por el sudor, y eso lo hacía ver tremendamente guapo. Llevó una mano a su nuca y le apretó un poco el cabello.

— Quiero jugar un poco. — dijo con voz caprichosa y JungKook sonrió de lado para abrir los ojos.

— ¿Qué quiere jugar mi zorrita? — susurró mirándole los labios para llevar luego sus dedos a la barbilla delicada de ella.

JiAh sonrió ladina y se levantó para buscar algo en su closet especial, allí sacó dos pares de esposas de cuero y caminó hacia él nuevamente. Se las mostró y JungKook sonrió ampliamente mientras rodaba los ojos, pero luego simplemente le extendió sus brazos; allí le puso una a cada muñeca para luego atar las mismas a dos cadenas que caían del techo pero no le daba mucho espacio para estirarlas, por lo que sus brazos quedaban estirados hacia arriba.

— ¿Qué me vas a hacer, preciosa? — preguntó sonriendo en su oído cuando luego de amarrar una de las esposas JiAh empezó a besar su brazo hasta llegar a su hombro y así continuar hacia su cuello y barbilla, allí él volvió a cerrar los ojos mientras sonreía encantado.

— Darte un poco de cariño ¿eso quieres? — él asintió y JiAh dejó besos húmedos en su mandíbula.— Pero primero quiero jugar contigo un poco. — susurró en su oído y él giró la cabeza para buscar sus labios, pero ella se separó para no darle ese gusto; así que él se quejó.

— No me tortures... — mencionó, mordiendo su labio inferior luego.

JiAh simplemente sonrió y se alejó buscando nuevamente algo en la oscura esquina de la habitación que ya se estaba aclarando poco a poco por estar amaneciendo. De esa esquina JungKook la vio salir empujando un pequeño diván y esperó impaciente por lo siguiente. Ella prosiguió en búsqueda de algo en el clóset y al regresar le dejó ver al chico un vibrador del tamaño promedio de un miembro masculino; por lo que él se relamió los labios algo ansioso.

Cuando JiAh caminó de forma sexy hasta sentarse en el diván él supo que si salía vivo de allí sería un milagro.

— Juguemos. — murmuró coqueta.

— JiAh. — murmuró removiendo sus manos sin saber qué hacer para soportar la próxima escena.

Ella sin prestarle atención decidió jugar con la cordura del chico. Llevó su dedo índice a la boca y mordió la punta de este para sonreírle con travesura. Y él no podía dejar de verla.

Entonces empezó. Encendió el vibrador y empezó a pasarlo desde su clavícula para bajar a uno de sus pechos desnudos rozando el pezón erecto del mismo; repitió la acción con el otro sin dejar de verle el rostro a ese hombre guapo y sexy; además de excitado, frente a ella. Bajó el vibrador por su abdomen y empezó a respirar de forma acelerada para verlo a él de la misma forma.

JungKook vio como el rostro de ella cambió al llegar el objeto a su zona íntima, y la de él empezó a doler fuertemente con sólo ver cómo JiAh echaba su cabeza hacia atrás mientras soltaba gemidos por el placer que un estúpido objeto le estaba dando... por esa razón las cadenas que lo sostenían empezaron a sonar cuando él se empezó a desesperar.

Quería ser él quien la hiciera gemir, no ese aparato.

Oh~ esto es fabuloso. — lo miró y en sus ojos se vio la excitación misma cuando se mostró sudada y con la respiración más que acelerada.

Mierda~ JiAh... eso no se le hace a un hombre excitado, joder. — gruñó por lo bajo, se sentía frustrado.

— ¿Sabes qué es lo mejor? — él no dijo nada y sólo la miró de mal forma.— cuando lo introduzco lentamente mientras las vibraciones calan en lo más profundo de mi ser. — murmuró para sisear a lo último al empezar a introducir el aparato de la forma en que lo había descrito. Él sacudió sus manos sin éxito de liberarse, ni siquiera podía liberar su miembro encerrado en el bóxer; que le estaba apretando y lastimando demasiado.

Maldición~ — soltó en un gruñido al verla aumentar las estocadas del aparato.— Nena no seas egoísta y deja que te haga disfrutar más de lo que esa cosa podría hacerlo... — JiAh le sonrió y él vio ese rostro sonrojado y sudado pedirle a gritos que le ayudara.— preciosa... ¿Sabes el dolor que estoy sintiendo ahora? — preguntó con su respiración agitada y ella simplemente relamió sus labios.

Echó su cabeza atrás y siguió penetrando su cuerpo con ese vibrador de goma que pronto le daría su orgasmo... tal ves no era tan malo después de todo, pues verla alcanzar su punto límite sería demasiado estimulante para él.

JiAh prontamente sintió su cuerpo sacudirse y una ola de calor le recorrió el cuerpo entero. Se había corrido, y frente a él.

Su respiración agitada la hizo ver agotada aunque no era así. Levantó la cabeza y lo miró fijamente... él la veía... de la misma forma... serio pero con un brillo en sus ojos que lo hacía ver encantado con el show que acababa de tener para él solo.

— Eso fue fabuloso. — murmuró viéndolo de forma traviesa y él la miró de esa forma felina como siempre lo hacía. Se la iba a comer tan pronto lo desatara.

— ¿Por qué no desatas a tu papi para que él mismo te castigue por portarte mal? — preguntó con su tono juguetón. Y JiAh sin borrar su sonrisa se levantó del diván para revisar el closet y sacar un envase de sirope.

La idea de JungKook podría ser acertada, sólo que en la mente de JiAh ella era quien se lo iba a comer a él.

Se acercó destapando el envase en el camino y de inmediato al estar frente a él entre sus piernas abiertas a la orilla de la cama empezó a dejar caer el dulce líquido que esta vez JungKook percibió como chocolate. Soltó un gemido al sentir el sirope bajar por su pecho desde sus hombros, y cuando ambos se miraron a los ojos ella dejó caer unas gotas en su mejilla y labios; los cuales él no relamió para que ella se lo quitara de la forma más deliciosa: con sus preciosos labios.

— Se nota que te encanta todo esto tanto como a mí... ¿Quieres atención? — preguntó con falsa lástima haciendo un puchero. Él asintió embobado con sus labios hinchados y rosados.

Entonces se sentó sobre el regazo de él y sintió la dureza debajo suyo que la hizo suspirar al juntar su nariz con la de él, llevó sus manos por sus costillas hasta llegar a su espalda; así que empezó a besar su hombro para bajar y lamer todo el camino de chocolate hasta su pecho para ir al otro hombro, JungKook sin dejar de gemir llevó su boca a la oreja de ella.

— Por favor, desátame nena... — pidió en una súplica por querer tocarla como quería.

— No aún, cariño. — susurró en sus labios cuando llevó sus manos a las mejillas sonrojadas del chico. La excitación había llegado hasta el color de éstas.

Se bajó de su regazo y se puso de rodillas entre esas piernas ejercitadas, allí comenzó a limpiar todo el chocolate de su abdomen con la lengua y aprovechó de besar cada trazo mientras sus manos le acariciaban los muslos.

Llegó al punto de tomar el elástico del bóxer y se lo bajó para liberar su despierto y doloroso amigo; tanto que JungKook suspiró aliviado con la acción. Prosiguiendo con su mano delgada y cuidada le tomó la base del miembro y masajeó suave para luego succionar la punta con su boca.

Mierda~ se siente tan bien... — susurró echando su cabeza hacia atrás. JiAh introdujo poco a poco el miembro a su boca y lo humedeció con cada movimiento que hizo al sacarlo y volverlo a meter.

JungKook quería acariciarle el cabello, se lo merecía por el gran trabajo que estaba haciendo y no podía.

Ella siguió succionando pero JungKook no quería llegar al límite de esa manera. Él quería tenerla sobre él y apretarle el glúteo con fuerza mientras se vaciaba en su interior.

— Preciosa, para... — pidió con suavidad y ella se detuvo limpiando sus labios con los dedos para incorporarse y subirse a su regazo nuevamente, allí desató las esposas de las cadenas sin detenerse a quitárselas de las muñecas... aunque poco le importó a él porque llevó las manos a su espalda algo sudada. Se miraron a los ojos y JungKook decidió hablar con el deseo creciente en su mirada.—  ¿Cincuenta, cincuenta? — preguntó haciéndola recordar lo que ella le dijo semanas atrás.

— ¿Qué quieres? — preguntó curiosa.

— Sé que te cuidas más allá de los preservativos. — comentó y ella con su respiración agitada entendió que él había visto las anticonceptivas en su baño. Asintió y él llevó sus manos con suavidad a la parte alta de la espalda de ella.— hagámoslo... — propuso con ese reto en su cabeza, quería intentarlo sin ese látex, hacía mucho que quería intentarlo.

— No sé. — ladeó su cabeza indecisa pero aún deseosa de la propuesta que él le había hecho y que ella entendió sin mucha explicación; parecían tener sus pensamientos conectados.

— Anda... si estás al día podemos hacerlo. — bajó sus manos a esos glúteos redondos y mordió su labio inferior.

— Estoy al día... pero no sé si... — él siseó interrumpiendo y ella lo miró a los ojos de forma fija a esos ojos grandes y expresivos iluminados levemente por el sol a través de las persianas.

— Anda... no sabes cuánto quiero sentirte por completo... — confesó intentando convencerla. Ni siquiera él mismo sabía lo que estaba diciendo, pero fue un deseo y una fantasía que despertó al verla masturbarse, al ver cómo introdujo el vibrador y su humedad lo empapó rápidamente.

JiAh llevó sus manos a las mejillas de él para acercarse besándole con furor y un deseo incontrolable, pensando locuras de las cuales esperaba no arrepentirse luego. Él abrazó su cintura con los brazos y luego la subió un poco para tomar su miembro y acariciar la entrada mojada de ella con la punta. Ella bajó poco a poco y luego se empezó a mover de forma constante y algo rápida, provocando así los gemidos suaves de ambos en la boca del otro.

Maldición~ se siente tan bien, JungKook. — echó su cabello hacia atrás con una de sus manos mientras que el otro brazo rodeaba el cuello de él.

— ¿Sí? — ella asintió y él solo sonrió ayudándola a moverse más rápido.

La tenía, más que seguro estaba de que JiAh estaba totalmente colada por él.

Pasaron unas cuantas estocadas y gemidos continuos de ambos para que pudiesen llegar al orgasmo tan deseado. Ahora sí estaban cansados.

Ella lo miró a los ojos y él levantó los suyos de esos labios rosados para conectarlos con los ojos de ella.

— Deliciosa. — susurró sonriente para luego acercarse y besarle de forma húmeda. Le había encantado la escena.

Enredó sus lenguas en una danza apasionada y la acostó sobre las sábanas rojas de seda para seguir besando sus suaves y dulces labios.

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