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Veintidos

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JiAh nuevamente estaba en aquel oculto e inculto club Dionysus, hacia unas dos semanas que no iba por no tener la necesidad; incluso su hermana le preguntó extrañada, sólo que ella iba a calmar su calentura viendo esos bailes sensuales que hacía Mister J... ahora que lo tenía cuando quería, ya lo dejaba en paz en su trabajo.

Pero... no podía negar que le hacía falta tomar unos tragos con su hermana y así aprovechar de ver nuevamente esos bailes candentes.

— Los números de Mister J han estado de infarto, sigo sin entender porqué no habías venido. — SunMi le tomó del brazo y la llevó hacia su apartado.

— Estuve trabajando. — contestó pidiéndole una copa de vino al camarero que pasaba por allí, haciéndole un gesto con su mano.

Jumm~ me parece extraño. — entrecerró sus ojos mirándola. Tomó una de las copas que su hermana pidió y se la llevó a los labios para tomar un poco.— pero te conozco... así que mejor no preguntaré.

Ambas soltaron una risita y vieron luego como Kahi se les acercaba, sentándose luego al lado de SunMi mientras les hablaba del espectáculo de hoy. JiAh sólo miraba como alrededor habían mujeres ricas bien vestidas usando joyería costosa, todas venían a presenciar el espectáculo especial.

— Disculpen, ya vuelvo. — dijo JiAh levantándose y caminando hacia la barra, le hizo una seña al apuesto bartender y este llegó a su encuentro para atenderla.

— Hola de nuevo hermosa. — sonrió de forma ladina y ella la imitó.— ¿Qué te sirvo?

— Quiero un Martini doble... — pidió con una sonrisa coqueta.

— Dame un momento. — Se dio la vuelta y empezó a buscar lo necesario para la bebida. JiAh mientras tanto se sentó en un taburete y casi de inmediato sintió una presencia detrás de ella, y aunque no lo veía sabía que no era él.

— Te extrañé, gatita.

Al oír ese susurro de una voz más profunda que la que estaba acostumbrada a oír sonrió de lado, Vante era tan ardiente con sólo hablar. Él mismo le dió la vuelta en el taburete y luego con sus manos apoyadas en la orilla de la barra la acorraló.

— Es bueno verte de nuevo Vante. — sonrió de lado viendo esa pícara mirada y su sonrisa maliciosa. El rubio definitivamente le quedaba demasiado bien.

— ¿Por qué no venías a verme? Te estás portando muy mal. — canturreó acercándose a su rostro con lentitud.— no sabes cómo moría por bailarte y luego darte cariñitos... — murmuró en el oído de ella y esta soltó una risita. Dios mío, Vante es un caso sin solución.

— ¿Que harás si lo estoy haciendo? — preguntó coqueta y él le mordió el lóbulo de la oreja, algo que la hizo sentir una corriente eléctrica por todo su cuerpo.

— Me gustaría que te atrevieras a averiguarlo por ti misma. — susurró nuevamente en su oído y bajó sus labios para dejarle un beso en su cuello. JiAh sonrió de forma ladina hasta que sus ojos miraron a lo lejos y sintió que la querían matar.

La mirada filosa de JungKook; o Mister J, estaba sobre ella... pero no era la típica mirada filosa de las ganas de follarla, en esa mirada la estaba acuchillando literalmente. Había empezado su número y ella no se había percatado. Como pudo alejó un poco a Vante para voltear y recibir la bebida del bartender.

— Me encantan las que me rechazan... me hacen querer cazarlas. — murmuró en un ronroneo que hizo a JiAh reír. A veces coqueteaba bien pero a veces hacía unas cosas raras.

Dejó su mirada puesta sobre el número de Mister J mientras lo veía bailarle a unas mujeres que le ponían las manos en el abdomen sudado, estaba usando una camisa blanca y ya estaba totalmente desabrochada; por lo que le dio a entender que su número trataba de un CEO. Llevó a sus ojos unos lentes de sol y siguió moviendo sus caderas a un ritmo tan sexual que le hizo sentir envidia a JiAh de las mujeres que podían tocarlo en ese momento... aunque ella se lo comía en su casa.

Él con movimientos sensuales le tomó la mano a una de las mujeres y la llevó con él hacia la tarima. JiAh esperando lo peor vio como la hizo acostarse en el escenario para luego él pararse de manos sobre ella y simular darle una estocada mientras sus narices y labios rozaban.

— Maldito. — susurró para ella misma. Vante a su lado la vio de reojo con una sonrisa pícara.

Mister J siguió haciendo sus movimientos atrevidos y se puso a horcajadas sobre la mujer para seguirle bailando. JiAh simplemente se tomó todo el contenido de su copa y se paró de taburete para ir al baño.

— Voy al baño cariño. — llevó sus dedos a la barbilla de Vante y este asintió viendo embelesado el rostro de ella. JiAh era preciosa ante los ojos del mundo.

Al ella ir al baño no se percató de la fija mirada de Mister J; quien ya había terminado su presentación y se estaba retirando del escenario cuando las luces se apagaron.

Entró en el baño y fue a un cubículo para así poder saciar sus ganas de ir. Al salir caminó hacia el espejo y se miró unos segundos para comprobar que seguía viéndose perrísima. Su camisa negra de tela delgada y transparente más su falda corta de satín y sus botas del mismo material la hacían ver como quería verse, y eso era uno de sus placeres.

Al lavar sus manos y secarlas salió del baño volviendo al pasillo oscuro, allí una mano la tomó del brazo fuertemente para empujarla hacia la pared, entonces vio esos ojos oscuros penetrarle el alma mientras parecía lanzar chispas a través de estos, al sentir su mandíbula ser tomada por su mano derecha también sintió su cabeza presionar la pared hasta que sus labios adornados por dos piercings la besaron de forma salvaje y húmeda, haciéndola mojarse allí abajo también. Elevó sus manos a la nuca de él y le apretó suavemente el cabello.

— Te fui muy claro al decirte que no me gusta compartir con nadie... no me provoques JiAh. — gruñó lo último y ella le sonrió traviesa con sus labios aún rozando entre sí. Se mordió el labio inferior mientras veía los de él húmedos por el reciente beso.

— Tu también estás haciendo de las tuyas aquí... así que no te hagas el ofendido. — contestó con su tono sensual mientras llevaba sus manos a ese pecho descubierto por la camisa algo húmeda en sudor.

— Vante casi te folla en la barra y seguro te hizo mojarte las bragas. — volvió a susurrar en sus labios; lo cual la hizo sonreír de lado mientras rodaba los ojos.

JiAh salió de su encierro y luego lo dejó a él sobre la pared de ese oscuro pasillo.

— Y si así fuese... — se acercó aún más.— ¿Qué? — preguntó pegando su nariz a la de él con amenaza mientras le miraba a los ojos fijamente. Sus manos traviesas fueron a parar a ese abdomen marcado y él suspiró encantado con esos dedos traviesos.

Empujó su lengua contra su mejilla y le miró todo el rostro antes de salir del encierro y tomarle del codo para llevarla casi arrastrada a una de las puertas de ese pasillo... esas habitaciones de "emergencia" que había habilitado Kahi. Mister J vigiló que nadie estuviese viendo y abrió la puerta metiendo a JiAh casi de un empujón, entró viendo ese rostro rabioso y bien maquillado para luego cerrar la puerta detrás de sí con pestillo.

— ¿¡Qué mierda te pa...!? — se quedó a medias cuando Mister J la tomó algo brusco detrás del cuello y la acercó a sus labios para comerle la boca de forma salvaje.

JiAh le correspondió de la misma forma y sintió las manos de él sacar su camisa del interior de la falda, así mismo la sacó por su cabeza sin despegar sus labios a excepción de cuando la tela los separó unos milímetros. Procedió a empujarla hacia la cama de sábanas sedosas y rojas para después posarse sobre ella y volver a comerle esos labios tan deliciosos para él. Y JiAh no podía evitar corresponderle cuando él mismo era tan adictivo; es por eso que con sus manos tanteó el cinturón de su pantalón y lo desabrochó mientras escuchaba sus respiraciones agitadas mezclarse entre sí, al bajar el cierre no se contuvo de masajear esa entrepierna despierta y sintió su gemido de respuesta en su boca.

— Voltéate JiAh. — ordenó con su voz ronca en un gruñido que aún denotaba molestia.

— No tengo condones aquí. — negó ella para luego ver el bufido de él mientras rodaba los ojos. Sacó de su bolsillo un envoltorio plateado y se lo mostró.

— Hoy yo resuelvo. — comentó tomando su cadera para voltearla de forma brusca. Ella escuchó cómo abrió el envoltorio y luego la hebilla del cinturón se escuchó moverse cuando seguramente se colocaba el látex.

Las manos de él volvieron al cuerpo de ella cuando apretó sus caderas y luego subió su falda hasta la cintura para hacer a un lado la tela de encaje de las pantis, poder introducirse en su interior era fascinante. Al escuchar el gemido femenino por sentirlo completamente dentro de ella; pegó la cabeza a su hombro desnudo con algunos mechones de su cabello despeinado para luego moverse con frenesí. JiAh olía demasiado bien y eso lo hacía sentir un placer diferente al que venía sintiendo con ella cada vez que follaban.

Giró su cabeza y dejó un beso en ese cuello blanquecino que pedía a gritos su toque. Es por ello que llevó su mano a la mandíbula de ella y empezó a besar su mejilla con humedad mientras seguía penetrando su hermoso cuerpo.

Oh~ Dios Jungk... — se detuvo a la mitad al recordar que no debe llamarlo por su nombre en ese lugar. Simplemente se dejó llevar con sus ojos cerrados para sentir ese toque que tanto le encantaba. JungKook le encantaba.

— ¿Te gusta así? — le preguntó enterrándose más fuerte en ella con estocadas lentas. Esta misma asintió perdida en esa nebulosa sin siquiera prestar atención a algo más que el sentimiento tan placentero que le causaba tener a JungKook; o el gran Mister J, penetrándola a escondidas en ese club bajo la música sensual de fondo y el color rojo de las luces neón.

— Sigue... — susurró perdida y él sonrió para morderle el lóbulo de la oreja. Quería asegurarse que seguía controlando sus emociones y ya lo había comprobado.

JiAh seguía estando coladita por él.

Siguió las penetraciones un poco más rápido y fuerte para sentir como ella se estremecía por tener contacto con su cuerpo. Es por eso que salió de ella y decidió darle la vuelta para verla totalmente sudada y perdida en la sensación exquisita que estaban sintiendo. Se acercó a ella y besó sus labios mientras volvía a introducir su miembro, esas piernas delicadas apretaron sus caderas y apoyó una mano sobre la cama para poder seguir follando cómodamente.

A medida que las penetraciones profundas se hacían rápidas y los besos se dejaban oír para ambos, esos mismos cuerpos necesitados llegaron a su punto límite; JiAh se dejó caer completamente en la cama mientras JungKook sobre ella también se dejó caer al vaciarse por completo en el preservativo.

No dijeron nada, en verdad no sabían que decir luego de eso. Habían follado de forma salvaje en un sitio donde los podían descubrir... ¿Qué podían decirse luego de eso?

Jungkook sacó su rostro del cuello de ella luego de besar esa parte y juntó sus narices para verle los labios y luego los ojos; misma acción que ella imitó luego de llevar las manos a su cuello sudado acariciando luego su cabello. Luego de mirarse fijamente por unos segundos sus respiraciones se calmaron y JungKook se levantó saliendo de ella, con su rostro serio quitó el condón y le hizo un nudo para meterlo en su bolsillo sin importarle, pues necesitaba botarlo en otro sitio.

— Creo que mejor me voy a mi casa. — mencionó JiAh rascando un poco su cabeza, JungKook la vio de la misma forma seria mientras abrochaba su cinturón.

— Te llevo. — dijo, JiAh negó recordando a su hermana.

— No, SunMi vino conmigo...

— No pregunté. — mencionó alzando una ceja mientras abrochaba su camisa, JiAh simplemente lo miró y tomó su camisa cuando el pelinegro se la extendió.— Buscaré mi chaqueta, ya vuelvo. — dijo dándose la vuelta para irse.

Al volver traía puesta una chaqueta de cuero que le quedaba demasiado bien, y al estar ambos listos salieron nuevamente al club y vieron que las mujeres de allí disfrutaban del show de Vante; quien con una bandana en el cuello de una de las mujeres la acercó a él y le besó la mandíbula.

— Todos ustedes aquí son muy regalones.  — comentó JiAh con una sonrisa ladina cruzando sus brazos para voltear a ver a Mister J; quien se encogió de hombros.— Iré a hablar con SunMi. — dio un paso hacia la nombrada y de inmediato fue detenida por un agarre en su muñeca.

— No lo notará, vámonos. — tiró de ella aprovechando la oscuridad del sitio y así irse sin ser notados.

Al salir a las escaleras las bajaron con calma hasta llegar al club donde muchas personas bailaban al ritmo de canciones pop y neo soul. Él siguió tirando de ella y al llegar al medio de la pista la atrajo a su cuerpo y dejó que sus rostros se juntaran desde sus narices, JiAh observó sus ojos oscuros mirar sus labios y ella hizo lo mismo; por sí misma se acercó hasta juntar sus labios en un beso lento y apasionado que él correspondió llevando su mano a su nuca para mantenerla allí mientras sus lenguas se enredaban. Al separarse unos centímetros él le acarició la barbilla con sus dedos y le sonrió de lado para girarse y seguir tirando del agarre hasta llegar a la puerta de emergencia.

— ¿Te dije o no que subirías nuevamente? — preguntó con tono burlón al estar montado en la moto mientras sostenía su casco antes de ponérselo. JiAh lo vio mal mientras se ponía el suyo.

— Sólo no vayas rápido. — murmuró seria para sostenerse de su hombro y subir detrás de él.

— Iré despacio si me abrazas fuerte como aquella vez. — se rio un poco y JiAh le golpeó el hombro escuchándolo reír un poco más.

Al él encender la moto JiAh llevó sus brazos a la cintura de él y lo abrazó por necesidad más que porque quisiera cumplir lo que él le pidió. Esta vez no le importaba llevar falda, en cuanto estuvo detrás de él sobre la moto se le subió pero prefirió no tomarlo en cuenta. JungKook estaba por arrancar y antes de hacerlo llevó su mano al muslo de ella y lo acarició suavemente con una sonrisa de lado detrás del casco.

— ¿Vas a arrancar o no? — preguntó apresurada de bajar ya de esa moto. JungKook sólo rio y colocó sus dos manos en el manubrio de la moto para así arrancar y alejarse del callejón.

En la vía hacia el edificio de la chica transcurrieron algunos minutos; de los cuales en un punto él sintió el fuerte agarre de JiAh en su abdomen, sonrió burlón por ello y bajó un poco la velocidad hasta detenerse en un semáforo, quitó una mano del manubrio y la llevó a donde estaban las de ella, las acarició suavemente y luego buscó contacto con sus dedos para así entrelazarlos con los suyos. JiAh por otra parte le parecía extraño esa actitud del chico el día de hoy, era muy extraño todo su comportamiento. Esperó a que continuara sin mencionarle nada y en poco tiempo la soltó para continuar el trayecto en cuanto el semáforo se puso en verde.

Frente al edificio ella bajó del vehículo y se quitó el casco para entregárselo.

— Gracias por traerme. — arregló su cabello un poco luego de quedar algo despeinado por el casco.

— No es nada. — dijo con tono esta vez algo cortante. Ahora sí que la confundía.

— Bueno... ve con cuidado. — él la vio a través del casco y decidió quitárselo.

— Lo haré... — la miró de pies a cabeza y se quedó en sus ojos.— esperaré a que entres antes de irme. — JiAh asintió y prefirió no preguntarle sobre su extraña actitud porque sabía que él no le respondería.

JungKook era un amante fenomenal, pero seguía siendo una persona muy extraña.

Ella se dio la vuelta para entrar en su edificio y luego volteó para verlo ponerse el casco nuevamente, a los segundos encendió la moto y se fue del sitio sin mirarla otra vez.

Todo era muy raro con Jeon JungKook.

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