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Veinte

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JiAh miró el documento en sus manos para verificar lo dicho por el juez. Tenían programado una cita para la próxima semana y debía hablar con JungKook para que le hiciera una cita con SunJi y así poder saber de ella misma lo que había pasado. Sabía que no necesitaba mucho de ella ya que estaba bajo la tutoría del señor Jeon; el padre de JungKook.

— Necesito que hablemos. — pronunció con su voz neutra para mostrar profesionalidad.

— ¿Justo ahora? — preguntó el chico con su voz algo ronca y agitada.— Estoy ensayando, pero...

— La fiscalía hizo sus respectivas investigaciones para atender tu caso... — suspiró y sonrió suave.— atenderán el caso la próxima semana, tenemos una cita en el juzgado y presentaremos el caso directamente... allí evaluarán y determinarán la fecha para el juicio.

— ¿En serio? — se le escuchó un poco más animado.— ¡Eso es genial! — murmuró más alegre y parecía tener cuidado con lo que decía.— Oye, en verdad te mereces todo lo mejor JiAh... no sabes cuánto tiempo estuvimos esperando una noticia como esta.

Jungkook en verdad parecía muy feliz, y en parte JiAh se sentía cómoda con ello; pues su trabajo estaba dando frutos.

— Te dije que nadie haría un trabajo como el mío. — contestó siendo coqueta y él rio un poco.

— Ya me lo has demostrado... y créeme que te voy a pagar muy bien. — respondió en el mismo tono y ella sonrió de lado.

— Eso espero... te está saliendo muy caro. — siguió con el mismo tono y escuchó su risita traviesa.

— Bueno ¿Qué tal si lo hablamos esta noche en tu apartamento? — propuso haciéndola sonreír. Le encantaba que ese hombre fuera el de la intención, pues aunque sabía que debía pagarle siempre le gustaba ver algo de interés de su parte así fuese el mínimo.

— Perfecto. — murmuró con su voz seductora.

Al finalizar la llamada salió al pasillo del bufete; donde hacía sus trabajos privados, con una sonrisa triunfante por haber logrado un reto más.

Jungkook y ella llevaban ya casi un mes en sus encuentros, cada uno de ellos más sensual que el otro, y eso sólo la hacía tener su capricho aún más fuerte... quería conseguir la manera de alargar su trato, así tuviese que pagarle por su tiempo; pero en realidad ese hombre era el indicado para cumplirle cada una de las fantasías. Era perfecto. Lo supo en los últimos encuentros que habían tenido.

【●●●】

JiAh se movía con sensualidad sobre la masculinidad del chico mientras este sostenía el agarre de cuero de la delgada cadena que la sostenía del collar en su cuello.

Hoy le había tocado dominar a él, cosa que no le desagradaba en nada.

— Eso es nena, así... Muévete como me gusta. — murmuró tirando un poco de la cadena hasta hacerla llegar a sus labios y así unirse en un apasionado beso con todas las letras.

Además del collar ella poseía unas medias de malla que le llegaban a los muslos, estas mismas complementadas con unos tacones negros de satín que brillaba bajo la luz roja de la habitación oscura y cama gris.

Era una escena candente donde los gemidos destacaban por sobre la música suave y el sudor humedecía las sábanas.

Jungkook le tomó de la parte trasera del cuello y empezó a besar el mismo con leves mordidas en el proceso. Soltó un jadeo suave cuando sintió que la humedad de ella aumentaba.

— Eres deliciosa... — susurró en su oído. JiAh con sus ojos cerrados y estando nublada en el mejor placer que había sentido simplemente suspiró con su boca abierta, sintiendo como sus cabellos despeinados se pegaban a su rostro por el sudor.— nunca decepcionas. — susurró nuevamente animándola, apareciendo una sonrisa traviesa en sus labios mientras sus ojos cerrados también lo hacían sumirse en ese placer que los consumía. Pasó su lengua por el lateral de su cuello y luego fue a sus labios para rozarlos entre sí.— una zorrita que necesita ser bien castigada... por portarse mal. — volvió a susurrar en esos labios hinchados por los besos que habían compartido hasta llegar allí.

Entonces JiAh recordó el cómo llegaron allí. Le había comentado un deseo nuevo que apareció en su mente perversa... un deseo que JungKook no compartió en ningún aspecto, y por eso decidió castigar a la chica haciéndole un oral sin dejarla correrse, además de que no le había dado penetraciones profundas ni fuertes, sólo la estaba provocando con movimientos lentos y tortuosos.

— JungKook déjame ¿si? — pidió en un susurro intentando convencerlo. Tenía buen rato sufriendo por su culpa.

— Te dije que cuando quieras algo tienes que llamarme papi. — le recordó con una sonrisa traviesa en su oído. JiAh sabía que él muy idiota sólo aprovechaba su debilidad para burlarse de ella.

— JungKook... — se quejó suave cuando él detuvo sus movimientos.

— Ya te lo dije. — volvió a decir en su oído para morder luego el lóbulo de este.

— Por favor Papi... déjame correrme. — pidió nuevamente entre gemidos suaves por la fricción.

— Así me gusta. — rio suavemente pero aún así era una risa sexy que le encantaba a la castaña.

Él presionó su pulgar en ese clítoris hinchado y necesitado para masajear con suavidad mientras JiAh se movía un poco más rápido.

— Ah~ Dios JungKook... sigue así. — se sostuvo de sus hombros desnudos y con músculos tensos, presionó sus dedos en estos y se acercó al rostro de él para rogarle que la besara, pero el muy desgraciado se alejó. Ella lo vio con sus ojos filosos y él sonrió de lado para luego morder su labio inferior mientras la veía desesperada.

Y así de esa manera se corrió sobre su miembro cubierto por el preservativo, juntando su frente sudada con la de él igual para después mezclar sus respiraciones agitadas con sus ojos cerrados.

— Eres una sucia JiAh... cada vez estás más pervertida. — su mano le apretó fuertemente el glúteo y luego le dio una fuerte palmada que la hizo chillar un poco.

— No sabes lo divino que es experimentar cosas nuevas en el sexo... — él con su rostro serio le tapó la boca con su palma y luego con su fuerza la empujó sobre la cama quedando sobre su cuerpo entre sus piernas.

— Mira zorrita... — murmuró viendo esos ojitos brillantes por el clímax.— que te quede claro una cosa, porque no pienso repetirlo una vez más. — la miró molesto y ella esperó a que continuara.— la próxima vez que me pidas hacer un trío yo mismo te voy a follar de maneras que ni te imaginas... y te juro... te juro que en verdad no vas a poder caminar del dolor.

Quitó la mano de su boca y pudo dejarla respirar con normalidad luego de eso. Ella lo vio levantarse de la cama y sacarse el condón para luego salir de la habitación, mientras por su lado simplemente llevó su mano a su cuello y lo masajeó con suavidad para calmar la molestia de los agarres del chico, sobre todo los cabellos de su nuca.

【●●●】

Desde ese día JiAh aprendió una cosa: No hacer enojar a JungKook.

Creía haber aprendido la lección de no compartir que él mismo le había impuesto.

Entró al auto luego de pensar en esa escena y se puso el cinturón para manejar a su apartamento. Debía preparar todo para la noche, quería hacer algo diferente y por eso pasó por una tienda de licores; muy popular de la ciudad, y compró algunas bebidas para esa noche, debían celebrar que el caso estaba avanzando; aunque en su mente JiAh tenía la idea de evitar a toda costa que JungKook dejara de reunirse para sus sesiones de sexo habitual.

No podía permitirse perder a ese hombre luego de tantos años buscando al indicado... él era perfecto para todas sus fantasías, no la había decepcionado ni una sola vez. Era la única persona que podía dejarse dominar y que la podía dominar a ella... eran la dupla perfecta para una explosión de placer.

Y eso quería hacerle entender al magnífico Mister J, que podían hacer tantas cosas juntos en la cama, que podían explorar nuevos deseos, nuevas fantasías... podían hacer explotar al mundo.

Sí, lo aceptaba, se estaba volviendo adicta a Jeon JungKook.

Por favor quisiera pedirles a los lectores antiguos de esta historia y que ya la conocen que por favor no hagan ningún tipo de spoilers... hay muchos que la leen por primera vez, eso arruina la emoción de la lectura. ♥

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