Treinta y uno
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— Me parece correcto que acompañes a la señorita Seo, hijo. — el mayor le pidió y el pelinegro lo miró para volver a JiAh. Nada más le gustaría que estar a solas con ella.
— Yo también debo irme. — recordó.— buscaré mi bolso y volveré. — mencionó mirando los ojos de ella para que ésta hiciera lo mismo, como si se dijeran todo con la mirada.
JiAh por su parte, estaba algo incómoda por tener que estar tan cerca de él solos los dos, no sabía tolerarlo.
Estos días había estado ocupada en su trabajo por el día, y por la noche estaba intentando olvidar cada trazo de piel de Mister J con un nuevo cuerpo... sí, había tomado la oferta del mismísimo Vante; quien estos días se había encargado de hacerle unos cuantos bailes para luego besarle todo el cuerpo de forma húmeda hasta llegar a su zona. Era muy bueno, pero no llenaba todo el espacio que Mister J había creado antes de su punto límite.
Lo sabía, JiAh estaba clara de que estaba siendo lo que JungKook siempre le decía: Estaba siendo una zorra... pero con tal de no tener que depender de JungKook haría lo que fuera... el detalle era que al parecer había agarrado el problema muy tarde. Tenía a Mister J y JungKook calado hasta los huesos.
No sabía definir si en realidad le gustaba o sólo estaba obsesionada con su forma de follar, con su forma de hacerla sentir en el infierno para luego llevarla al cielo. ¿Cómo definiría eso? Incluso le daba miedo buscarle una respuesta a esa pregunta.
— Bien vamos. — vio a JungKook salir del pasillo luego de traspasar la puerta de la habitación de Suni.
JiAh se despidió del padre de JungKook y luego fue detrás de este último cuando caminaron hacia la puerta. Al salir del apartamento quedaron solos y ella se sorprendió cuando simplemente caminaron al elevador sin decir una palabra.
— Nuevamente gracias por esto, JiAh. — murmuró mirando las puertas metálicas abrirse. Ambos entraron y JungKook acomodó el bolso en su hombro.
— No es nada, lo hago por Suni... nada más. — susurró en respuesta mientras sentía la mirada de él traspasarla por completo.
— Nadie se había interesado en su caso además de mi padre y de mi... Valoro eso. — murmuró mirando las puertas de en frente cerrarse para empezar su trayecto a planta baja.
— Lo hago también para evitar que se lo hagan a alguien más. — comentó bajando la mirada al piso para volverla a subir.
Segundos transcurrieron y llegaron a planta baja luego de ese ambiente algo incómodo entre ellos. No sabían porqué se sentían tan incómodos entre sí cuando hace poco se hablaban de manera tan informal y sucia. A veces las cosas cambiaban.
— ¿Trajiste tu auto? — preguntó al salir ambos de la caja metálica. Empezó a sacar sus llaves y JiAh tomó aire.
— No, está en el taller... llamaré un uber. — dijo de inmediato sacando su teléfono del bolsillo. Al estar marcando el número JungKook le tomó la muñeca y la detuvo para hacerla levantar el rostro y mirar sus ojos.
— No lo hagas... deja que te lleve. — JiAh se le quedó viendo a los ojos fijamente y negó luego con su cabeza.— Anda... traes Jeans. — le recordó con suavidad y una sonrisita, ella resopló maldiciendo el momento en que decidió usarlos.
— JungKook, es mejor que no. — insistió con su rostro serio, recordando que debía mantenerse alejada de él.
— Te prometo que iré con cuidado. — murmuró recordando que ella parecía temerle a las motos; aunque nunca lo supo con certeza.
— JungKook sabes que no se trata de eso. — volvió a negar con su rostro.
— Lo sé. — afirmó mientras se veían fijamente, diciéndose todo y a la vez nada. No había soltado su muñeca y ella tampoco se había removido para quitar su agarre.— Quiero que vengas conmigo... me encantaría llevarte a un lugar.
Entonces JiAh enmudeció cuando sus emociones empezaron a pelear entre sí. Una quería ir y conocer lo que él quisiera mostrarle, y la otra decía que era una pésima idea y que caería nuevamente redondita a sus pies.
Te odio Mister J. Pensó JiAh.
— ¿Prometes ir con cuidado? — él sonrió ampliamente y asintió.— Sólo un rato ¿bien?
— Sólo un rato, abogada. — susurró con su mirada coqueta. Ella quería sonreír pero se limitaba, no quería darle esperanzas a su orgullo.
Con su mano en la muñeca de ella la arrastró detrás de sí hasta llegar a la moto, allí le quitó el seguro y la puso de forma recta para subirse e introducir la llave. Al encenderla miró a JiAh y le sonrió de lado para extenderle su mano, ella la tomó y se subió detrás de él con su ayuda.
— Con cuidado. — le susurró en el oido y eso le causó un escalofríos por todo su cuerpo. La sexy abogada lo estaba dominando incluso fuera de la cama. Que miedo.
Él soltó una risita por lo bajo y luego le extendió el casco para que ella lo tomara y se lo pusiera, al él ponerse el suyo sintió como ella lo abrazó de la cintura apretando suavemente esa parte de su cuerpo; simplemente sonrió con ello y puso en marcha el vehículo saliendo del edificio.
Un edificio del cual una débil chica se asomó por la ventana viéndolos salir. Suni sonrió débilmente y se sintió feliz, para ella JungKook merecía tener a alguien a quien amar; y aunque él lo negara ella sabía que el pelinegro estaba sintiendo muchas cosas por JiAh... y eso era lo que la ponía feliz.
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JiAh bajó de la moto y se quitó el casco cuando JungKook lo hizo también. Quería saber porqué la había traído al Bosque de la ciudad a una hora tan temprana.
— ¿Y... qué hacemos aquí? — preguntó con suavidad mientras colocaba el casco sobre el asiento de la moto. JungKook hizo lo mismo y luego la miró fijamente al notar que el viento suave de la mañana le movía el cabello, los cuales ella con sus dedos inútilmente acomodaba.
— Simplemente quería venir aquí. — se encogió de hombros y JiAh suspiró mirándolo seriamente.
— JungKook tengo trabajo. — respondió suavemente y él asintió mirando al suelo y luego volvió a incorporarse.
— Sólo... demos un paseo ¿si? — ella lo vio con su cabeza inclinada a punto de negarse, pero él continuó dejándola con la palabra en la boca.— es que no quiero estar solo. — murmuró viéndola a los ojos con la seriedad palpada en los suyos.
La miró unos segundos más y se dio la vuelta para empezar a caminar, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón sintió como ella lo siguió para empezar su trayecto por el camino del Bosque. A pesar de la hora el clima estaba a su favor, la brisa era fresca y el sonido de algunas aves o ardillas se escuchaba en el ambiente.
— ¿Sabes? A Suni le caes demasiado bien... y ni se diga de mi padre. — sonrió suave y ella lo miró unos segundos antes de inevitablemente reír un poco.
— El señor Jeon es muy agradable y atento... quiere siempre recibir a las personas con jugos y galletas sin saber que lo importante es la calidez con la que trata a dichas personas. — murmuró mirando en frente de ella el cómo unas dos ardillas pequeñas subían a un árbol, se veían muy lindas. En cambio JungKook volteó a verla y su perfil hipnotizado con los animalitos le pareció muyhermoso.
— Sí... a veces el cómo nos ha tratado el mundo le hace pensar que debe hacer todo eso para agradarle a las personas. — murmuró en respuesta y esta vez JiAh le miró el perfil perdido en los árboles que adornaban el bosque. No quería preguntarle qué cosas le atormentaban para no involucrarse emocionalmente con él, quería simplemente alejarlo lo más posible, pero él se lo hacía difícil.
— Suni también es una chica muy agradable... a veces me pregunto cómo puede haber personas que son tan buenas y amables cuando el mundo ha sido injusto con ellas. — murmuró nuevamente viendo a lo lejos un pequeño gazebo que servía de mirador al lago. JungKook asintió a lo dicho y también levantó la vista para ver el lindo lugar.
— Yo también me pregunto lo mismo. — dijo muy bajito, como si lo estuviera diciendo sólo para sí mismo.
Sin esperar confirmación de ella caminó hacia ese sitio y al llegar se sintieron un poco más cómodos. La naturaleza alrededor era muy hermosa, el verde predominaba todo el lugar, el olor de la vegetación inundaba sus fosas nasales con el aroma más placentero, además sumando el hecho de que por la hora estaban casi solos en ese sitio.
JiAh observó a JungKook sostenerse de las barandillas del gazebo y observar al agua donde unos patos nadaban a lo lejos.
— Sé que te preocupas por Suni, y ella también lo sabe... — él escuchó atentamente sin inmutarse y ella continuó.— Pero es inevitable, JungKook, sé que lo sabes... — él relamió sus labios y tragó fuerte cuando sus ojos quisieron aguarse.— pero preocuparte tanto y que ella lo note no le hace bien... ella se vuelve intranquila con ello, me doy cuenta de eso y...
— Tu no sabes nada de Suni, JiAh. — negó con un tono que demostraba cuan dolido estaba con la situación. Ella simplemente relamió sus labios y no quiso seguir hablando, pues JungKook parecía cambiar su carácter totalmente cuando el tema de Suni llegaba a la conversación.
No quiso comentar algo más y también puso sus manos sobre la barandilla para observar a los patos con una muy leve sonrisa mientras la brisa movía su cabello. JungKook por su parte se incorporó y se recostó de uno de los pilares del lugar mientras observaba a JiAh de forma fija.
— En verdad espero que se le haga justicia a Suni. — murmuró viéndola voltear hacia él, dejándolo ver su rostro maquillado de forma suave.
— Habrá justicia. — aseguró. Ella estaba segura de su capacidad, y con las evidencias y testimonios que tenían podrían conseguir lo que buscaban.
JungKook se quedó viendo sus ojos brillantes y admiró esa seguridad que ella tenía. Estaba segura, y él confiaba en ella.
— Ah... — levantó su brazo y miró el reloj en su muñeca.— Creo que debo irme. — murmuró y levantó la vista hacia él, quien aún la miraba de la misma forma, lo cual la incomodó un poco.
JungKook luego de unos segundos parpadeó rápidamente y se incorporó para suspirar luego.
— Sí, ah... te llevaré. — asintió con su cabeza y JiAh negó.
— Puedo llamar un Uber, estoy más cerca de mi trabajo que tu del tuyo. Es mejor que nos vayamos cada quien por su lado. — dijo segura de que era lo mejor para no involucrarse aún más.
Ironía del destino que al principio hiciera de todo por tenerlo cerca y ahora estaba haciendo lo mismo para mantenerlo lejos.
— JiAh, te traje aquí, así que yo te llevo... además no tengo problema alguno y lo sabes. — afirmó pero ella insistió negando con su rostro.
— Es mejor que no. — repitió, haciendo que JungKook recordara aquella discusión en el club, entonces suspiró y se acercó un poco a su cuerpo, poniéndola nerviosa de inmediato.
— JiAh... — susurró acercándose a su rostro y sus dedos le acariciaron los brazos cubiertos por ese saco que le quedaba espectacular.— no sé como te lo tomes pero... aunque no lo creas, he extrañado tanto tu piel, tu cuerpo... tus labios. — susurró nuevamente, llevando sus dedos a la barbilla delicada de ella para acariciarle el labio inferior con su pulgar.
— Por favor, aléjate. — susurró con su respiración entrecortada, no sabía porqué su corazón tenía que latir tanto cuando lo tenía cerca.
Estúpido.
— ¿Acaso tu no me has extrañado? — preguntó nuevamente en un susurro volviendo a acariciarle el labio inferior con su pulgar mientras mordía el suyo.
— JungKook. — se quejó en un murmullo sin dejar de verle los labios adornados por dos piercings.
— ¿No has extrañado tenerme dentro de ti? — suspiró pesado y ella lo imitó.— ¿mis besos en tu cuello... en tus pechos... en tu abdomen? — volvió a preguntar en el mismo tono.— ¿sentir mi boca allí abajo? ¿Sentir que te llevo al infierno y luego al cielo? — ella mordió su labio inferior viendo los suyos con ansias al decirle eso, eso que justamente siempre pensaba de él.
— JungKook basta, no hagas esto, por favor. — suplicó en otro susurro.
— ¿Pero, por qué? Si sabes que te vuelvo loquita con cada toque... ¿por qué te reprimes tanto ahora si sabes que nadie más te va a hacer sentir como lo hago yo? — relamió sus labios nuevamente viendo que ella no podía contenerse por mucho más.
— Porque no puedo seguir con esto. — aclaró sin mucha seguridad y él chasqueó la lengua.
— Simplemente disfruta del tiempo que queda hasta el juicio, luego de eso puedes desaparecer si eso quieres... pero al menos quiero cumplir con mi parte, y quiero pagarte todo lo que estás haciendo de la mejor manera posible. — volvió a susurrar y ella tragó fuerte.
Él le tomó la cintura y apretó sus dedos en cuanto la tuvo pegada a su cuerpo, juntó su nariz con la de ella y esta volvió a respirar entrecortado mientras sus manos se pusieron en ese pecho fuerte para mantenerse erguida y no desfallecer. Él levantó su vista y la vio a los ojos encontrando su mirada expectante y nerviosa, así que le regaló una suave y pequeña sonrisa antes de subir la mano a su nuca y acercarla.
— No, JungKook, no lo hag... — su voz se quedó corta cuando él la besó sin siquiera escuchar lo que estuviera por decir.
JiAh soltó un suspiro y correspondió casi de inmediato, levantando sus manos a ese cabello sedoso para acariciarlo y apretarlo con suavidad cuando él inclinó el rostro para profundizar aún más el beso, juntando sus lenguas para formar una danza apasionada que no sería bien vista por las personas si el bosque estuviese concurrido.
El beso continuó por varios segundos hasta que ella se separó lentamente bajando la cabeza. Él no la dejó alejarse mucho cuando le tomó la muñeca.
— Lo quieres... estás deseándome aún y te reprimes. — susurró viendo que ella no decía nada pero mordía su labio inferior, sintiendo el sabor de los de él.— aprovechemos el tiempo JiAh... y te prometo que te haré disfrutar demasiado. — murmuró viéndole esos brillantes ojos.— Me dejo dominar todo este tiempo si lo deseas, solo... — se quedó mudó unos segundos y luego continuó.— Sólo déjame probarte una vez más y te prometo que estaré sólo para complacerte a ti...
Entonces JiAh bajó la mirada al piso tomando aire profundamente para morder su labio inferior con fuerza, cerró sus ojos fuertemente mientras maldecía sus pensamientos... así que cuando soltó la respiración en un suspiro se volteó a él mirándolo a los ojos y luego a los labios para así acercarse tomándole la nuca para besarlo con dominancia.
Estúpida. Se repitió nuevamente en su cabeza a pesar de que estuviese disfrutando de los movimientos de sus labios.
Se había convertido en lo que tanto criticó en un principio: irónicamente se convirtió en una Leah.
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