Treinta y seis
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JiAh con fijación miró al jurado y siguió caminando de un lado a otro, explicando con detalles todo lo ocurrido con SunJi. JungKook estaba entre los presentes junto a su padre y SunJi; quien tenía una manguera pequeña conectada a su nariz para darle oxígeno. Él miraba con fijación cada movimiento de JiAh, unos que junto con la vestimenta y su maquillaje la hacían ver esbelta e imponente.
Y veía en ella lo que todos los demás abogados temían: era una leona en el juzgado. Defendía a capa y espada su caso, y cada vez que el abogado defensor traía pruebas y argumentos, ella le daba con un arma de doble filo; lo que hacía poner al jurado nuevamente a su favor.
— El acusado no sólo jugo a su favor en el caso de la señorita SunJi, sino que también cometió injusticia con otros empleados de su mismo hospital... — miró a cada uno del jurado y continuó.— los despidió de manera injustificada luego de cometer muchos de sus actos delictivos... es por eso, su señoría. — observó al juez y prosiguió.— que quisiera llamar a atestiguar a la señora Song HaeJin.
— Objeción, su señoría. — se levantó el abogado defensor al oír ese nombre.— la fiscalía no puede traer a un testigo sin que la defensa tenga previo aviso. — justificó y JiAh lo miró fijamente, con una mirada que temería cualquier abogado que se enfrentara a ella.
— Su señoría, en el artículo número 223 de la Ley de Derecho Penal dice que "todo testigo que aporte evidencia fundamental al caso puede ser llamado a testificar en última instancia" — dijo de forma directa, sabiendo que con eso ya había ganado el punto a su favor.— y la señora Song tiene evidencia fundamental para este caso, la cual fue entregada a la fiscalía en horas de la tarde de ayer. — afirmó viendo la seriedad del Juez. Este suspiró con su rostro neutro.
— Denegada la objeción, continúe abogada. — permitió y JiAh asintió volteando a su escritorio para sacar unos documentos de su maletin. Elevó la mirada y vio los ojos de JungKook mirarla fijamente.
La noche anterior había sido asombrosa, pero no podía quitar de su mente todo lo malo que había pasado él.
Ya era hora que dejara de hacerse ilusiones.
Regresó al juez y le entregó los documentos al mismo para después ver el rostro molesto y nervioso del abogado defensor.
— La defensa solicita que se le otorgue una copia de esos archivos para revisarlos... — JiAh se devolvió buscando la carpeta que había dejado en el escritorio y se la entregó al abogado.
JiAh no podía explicar el sentimiento dulce de victoria al ver como el abogado Cho veía sorprendido las evidencias, siguió leyendo para intentar buscar un error pero ella sabía que no encontraría alguno. Mientras tanto la señora Song caminaba al estrado para sentarse y dar a escuchar su testimonio.
En los documentos estaban registradas todas las compras de los fármacos falsos, o sea los placebos que se encargaba de suministrarle a todos sus pacientes, así como también la lista de todos los pacientes a los que se les suministró. Era la evidencia que hundía a la defensa.
El testimonio de HaeJin se trataba realmente el como ella prestaba su firma para comprar esos fármacos con el mismo engaño que utilizaba el doctor con los pacientes, pues ella creía que eran verdaderos hasta que vio sospechosa la muerte de un paciente al que se le suministraba sólo esos fármacos, pues el hombre tenía el cáncer en una etapa donde podía ser tratado.
JiAh fue a su escritorio y miró a JungKook dándole una muy leve sonrisa oculta de los demás, una que sólo él vio. Se la devolvió de inmediato sintiendo algo cálido en su pecho.
Lo había logrado, JiAh había logrado tener el caso prácticamente ganado.
— Muy bien ¿Hay algún otro testigo o evidencia a presentar, abogado? — el Juez miró al abogado defensor y este soltó un suspiro fuerte.
— No, su señoría. — el Juez asintió y bajó la cabeza anotando algo en una hoja. El abogado defensor miró a JiAh y esta hizo lo mismo.
Una vez más habían perdido contra ella. Pues su arma letal siempre eran las evidencias a último momento; algo que el abogado defensor no había tomado en cuenta. JiAh era conocida por dar los más fuertes ultimátum.
— El jurado irá a discutir la decisión. Damos dos horas de receso. — sonó el mazo y todos se levantaron para salir en orden hacia el pasillo.
JiAh suspiró colocando su cabello suelto detrás de la oreja luego que este le estorbara en el rostro mientras ordenaba los documentos en su maletín. Salió al pasillo junto al Fiscal Woo mientras este le decía muy bajito sus opiniones.
— Les diste duro, JiAh... está más que seguro que la decisión del jurado será a favor. — animó viéndola sonreír un poco. Ninguno de ellos podían mostrar emoción alguna ante los demás, ni siguiera acercarse a otras personas hasta que el caso se diera por terminado.
Vio a lo lejos el cómo JungKook estaba de cuclillas frente a SunJi en su silla de ruedas mientras le hablaba de algo que ella desconocía, viendo a SunJi asentirle a lo que sea que él le estuviese diciendo, al terminar le dio una suave sonrisa y se levantó dándole un beso en la frente.
— Al menos tendrán algo de justicia. — murmuró el Fiscal a su lado al ver donde ella miraba.
— Igualmente... si ganamos el caso, ella no podrá obtener la vida que le arrebataron. — murmuró afectada por lo bajo. Suspiró volteando a verlo y él asintió desganado.
— Vamos, te invito un café. — murmuró viéndola asentir con una sonrisa leve. Con su mano en la espalda de ella la guió hacia la cafetería al otro lado de la calle.
JungKook volteó la mirada y los vio salir del lugar, suspiró suave para no dejarse notar y luego sintió el toque en su mano de parte de Suni.
— ¿Por qué no le dices lo que sientes? — él la miró y le sonrió suave.
— Ya deja de estar buscándome novias. — susurró con una risita que ella imitó un poco mientras negaba.
Jeon JungKook y su terquedad. Pensó la débil chica.
— ¿Quieren que les traiga algo? — dijo JungSeok mirándolos. Ambos negaron y este asintió con una sonrisa pequeña hacia ambos.— Iré a la cafetería, necesito un americano. — avisó y estos asintieron de acuerdo.
JungKook se inclinó para luego ponerse de cuclillas nuevamente.
— ¿Por qué te quitas el collar, Suni? — preguntó en una queja suave. Ella por inercia levantó su mano y tocó su pecho sin sentirla, cambió su rostro a uno entristecido y lo miró.
— No, yo no lo quité. — contó preocupada.— ¿Se habrá caído? — preguntó nuevamente entristecida y JungKook le siseó para calmarla.
— Tranquila ¿Sí? Quizás se cayó en casa antes de salir o... o está en la silla. — le animó siendo positivo y ella asintió sin más.— en casa la buscamos. — prometió y ella asintió nuevamente.
Al transcurrir las dos horas del receso todos entraron de nuevo a la sala de juicio. Los nervios de punta en los que esperaban por un resultado positivo hacia la Fiscalía.
— Jurado número uno ¿tienen un veredicto? — preguntó con neutralidad.
— Sí, su señoría. — asintió y él Juez extendió su mano para pedirle acercar el papel entre sus dedos.
JungKook por su parte le tomó la mano a Suni y entrelazó sus dedos con cuidado de no lastimarla, le acarició el dorso con la otra y bajó la cabeza para mirar la mano sostenida sobre su pierna ejercitada.
SunJi a su lado lo miró y parpadeó lentamente para sonreír leve y levantar la vista hacia la parte trasera del cabello castaño de JiAh, volvió a mirar a JungKook y siguió sonriendo con la misma suavidad.
— De pie, abogados, por favor. — pidió el Juez y estos acataron el pedido.— Jurado número uno ¿Podría darnos su decisión?
— Sí, su señoría. De manera unánime el jurado ha encontrado al acusado Lee HaJoon culpable de todos los delitos que se le acusan. — dictó con voz firme.
Nadie habló, pero todos soltaron un suspiro de alivio al escuchar el veredicto. JiAh, al igual que JungKook y SunJi cerraron sus ojos y soltaron otro suspiro de alivio al escuchar que por fin se les hacía justicia.
— Orden, por favor. — pidió el juez tocando levemente el mazo. Todos volvieron a incorporarse y esperaron a oir la sentecia, el Juez observó al acusado y le habló.— observar todas las evidencias y testimonios me hacen pensar en que es decepcionante para un país entero tener a una persona como usted... — suspiró quitando sus lentes y le observó el rostro al inerte y neutral hombre; quien no demostró arrepentimiento alguno por los delitos cometidos, ni siquiera había hablado en todo el caso.— se le acusa de tres cargos por corrupción, un cargo de estafa, desviación de fondos compra ilegal de medicamentos falsos, suministro de medicamentos falsos y despido injustificado. — escribió en su hoja nuevamente y prosiguió.— Al acusado Lee HaJoon se le condena a cadena perpetua por los delitos. — otro sonido de alivio se escuchó de las personas.— su licencia será removida y tendrá prohibido el acceso a sus cuentas bancarias hasta que se dictamine cuanto dinero debe pagar al estado... y, por último concedo su última petición, abogada Seo. — al escuchar eso JungKook, SunJi y JungSeok voltearon curiosos.— a la señorita Park SunJi se le beneficiará con la devolución del dinero y el estado se encargará de pagar los gastos médicos que necesite de ahora en adelante. — golpeó el mazo nuevamente.— se cierra el caso. — culminó y los mismos tres pares de ojos vieron como JiAh era abrazada por el Fiscal.
No era para menos, se lo merecía por el arduo trabajo.
JungKook se quedó viéndola sonreír hacia su jefe y luego recoger todas sus cosas. Al tomar el maletin conectó la mirada con él y le hizo un asentimiento.
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