Nueve
——— •⚜• ———
Nuevamente el lunes, día normal de trabajo en su despacho, donde leía un documento sobre uno de sus casos más recientes. Aunque su pensamiento se fue por un lado, recordando la noche del sábado donde aquel hombre sexy que se hacía llamar Mister J; le dio un delicioso y azotador orgasmo que la hizo hiperventilar. ¿En verdad ese hombre era capaz de excitarla tanto así? JiAh creía que todo era causado por ella misma al ilustrar a ese musculoso hombre en todas sus fantasías; posiblemente haya sido un grave error, pero era un error que le estaba costando su concentración en el trabajo.
Despertó de su ensoñación cuando el Fiscal Woo tocó la puerta y ella le dio el pase, se reincorporó y colocándose derecha en su silla lo vio pasar dándole el permiso a alguien más para que pasara. Y JiAh no lo pudo creer.
Mister J estaba entrando a su oficina vestido formalmente usando sólo una camisa blanca con sólo un botón desabrochado, mientras que su pantalón estaba bien agarrado de sus caderas con un cinturón de cuero, y sus botas clásicas; esas que a JiAh tanto le encantaban. Ese hombre era tan candente.
— Buenos días abogada Seo. — JiAh sonrió amable a ambos y luego intentó concentrarse en su jefe, aunque ese guapo hombre a su lado con el cabello algo rizado cayendo por su rostro la distraía por completo.
— Buenos días Fiscal Woo. — ella se levantó para hacer una corta reverencia y volvió a sentarse para esperar por la razón de que ese hombre guapo estuviera allí.— ¿En qué puedo ayudarles? — sonrió nuevamente.
— Tengo un caso para ti que seguro te encantará. — JiAh alzó las cejas.— es una demanda que estoy segura que ganarás porque requiere mucha pelea de tu parte. — JiAh lo miró interesada y extendió su mano para que le entregaran los documentos. El fiscal le hizo una seña con la cabeza a JungKook y este sonrió suave asintiendo y entregándole la carpeta, la abrió y empezó a leer por encima para pasárselo luego a JiAh; quien empezó a leer de inmediato.— es una demanda hacia un hospital y el médico encargado. — JiAh lo miró sorprendida y luego desvió su mirada al pelinegro sexy quien tenía sus brazos cruzados.— Bueno, los dejo para que se pongan al día. — pronunció para luego darle una palmada al pelinegro en el hombro.— ¿Seguro que quieres a JiAh? — la nombrada lo miró ofendida aunque interesada y este continuó. ¿Mister J la solicitó a ella? Eso era nuevo considerando que la evitaba a toda costa.— sus honorarios son costosos.
— Está bien para mi. — aceptó con una sonrisita.
— Bien, suerte. — deseó antes de salir.
Al salir el fiscal cerró la puerta y ambos se quedaron solos en la oficina. Mister J observó con una mirada lasciva a la chica y luego sonrió de lado. JiAh lo miró de mala manera al recordar la jodida escena del sábado, pero no negaba que le encantaba tenerlo allí frente a ella. Estaba tan guapo.
— Bueno, siéntate. — apuntó a la silla y el hombre se sentó para verla de frente. Estaba tan sexy el día de hoy con su cabello suelto sobre ese vestido de tirantes blanco y líneas negras que trazaban las partes de su cuerpo. Ella lo atrapó mirando sus pechos y carraspeó.— ¿Ahora eres tú quien me acosa? — preguntó alzando su ceja y él soltó una risita en un bufido.
— No te confundas preciosa. — negó con su sonrisa ladina.— Estoy aquí porque sé que eres una de las mejores abogadas del país; así como también una de las más fuertes en el juzgado... — se inclinó sobre el escritorio de ella y se recostó de sus brazos para verla más de cerca con sus ojos filosos pensando en que ella cedería porque estaba colada por él.— solicito de tus servicios legales preciosa. — sonrió de lado para comprar su Sí y ella movió la mandíbula indecisa.
— Es un caso extenso. — apuntó las carpetas en su escritorio y él amplió su sonrisa sabiendo que aceptaría sí o sí; si no, tendría que hacer algo para hacerla aceptar.— Te va a salir caro. — le alzó una ceja mostrando dominancia nuevamente. No dejaría que un hombre guapo y sexy como él la volviera a humillar como el sábado.
Él se encogió de hombros desinteresado y la volvió a ver con esa mirada perversa que demostraba todo lo que ella quería ver.
— Tu me debes tu orgasmo... así que me lo cobraré de allí. — dijo con travesura entre risitas cortas y ella lo vio ofendida.
— ¿Es en serio? No pagaría tanto por un orgasmo. — le extendió las carpetas nuevamente y él entre risitas las empujó de regreso.
— Tenías tres semanas seguidas persiguiéndome en el club, buscando mi atención... — susurró viéndole los labios.— buscando que te bajara la calentura... y te hice llegar con unos cuantos besos y mis dedos en tu interior... ¿Crees que eso no cuesta caro? — ella lo miró mal nuevamente y él volvió a reír suave.— no eres la única con precios altos, nena. — murmuró llevando su mano a uno de sus mechones de cabello para luego trazar con su dedo la línea de su cuello hasta su hombro.
— Pues que tengas suerte buscando un mejor abogado que yo. — le dijo con una sonrisa falsa entregándole los documentos. No se iba a dejar de ese hombre... ese sexy y candente hombre.
Él rio suavemente y tomó las carpetas para dejarlas sobre el escritorio nuevamente y empujarlas otra vez hacia ella.
— Tu vas a hacer esto. — aseguró con su sonrisa traviesa. Ella rio en un bufido.
— ¿Ah sí? ¿Por qué lo crees? — preguntó de vuelta para ver luego hacia arriba cuando él se levantó.
— Porque si fui capaz de masturbarte casi de gratis... ¿no quieres saber de qué soy capaz si haces algo por mi? — ella lo miró curiosa e interesada, él sólo sonrió de lado con travesura para guiñar un ojo y darse la vuelta caminando hacia la puerta.
— ¡Hey! — el hombre de caminar sexy se detuvo y volteó a verla un instante.— ¿Por qué estás haciendo una demanda hacia el hospital y su doctor encargado? — él borró un poco su sonrisa pero no del todo; y eso JiAh lo notó.
— Lee los documentos y luego hablamos del tema ¿te parece? — propuso regalándole otra sonrisa, esta vez una más suave para darle un motivo de que acepte. Aunque él sabía que ella aceptaría.
Abrió la puerta y salió de ese despacho con una sonrisa satisfecha en su rostro. Sabía que el interés de ella sobre él le serviría de algo.
——— •⚜• ———
Tres días. Habían pasado tres días donde ella se había dedicado a leer el caso del chico que se propuso demandar a u hospital; una demanda que no venía de parte de él, sino de una mujer llamada Park SunJi.
Ella leyó todo el caso y ahora sólo estaba repasando un poco los detalles. Con su taza de café en mano decidió levantarse de la cama y ponerse las pantuflas para ir a la cocina, dejó la taza vacía sobre el fregadero y luego cogió su teléfono de la mesa de centro de la sala. Al ir a su habitación nuevamente se sentó en su cama y buscó en la carpeta una pequeña tarjeta de presentación de una persona llamada Jeon JungSeok; era un número local que parecía ser de la casa de esa persona, marcó el número y tras unos cuantos pitidos alguien descolgó.
— ¿Hola? — murmuró una voz mayor y masculina al otro lado de la línea.
— Hola, buenas noches. Disculpe la hora en que le llamo pero, mi nombre es Seo JiAh y soy una abogada a la cual un chico... — mierda, cierto que no sabía cómo se llamaba Mister J. Entonces decidió improvisar.— bueno, el chico vino aquí con un caso de demanda hacia un hospital por parte de la señorita Park SunJi... — alargó mientras leía el nombre para no confundirse.— quería hablar con él ya que no me dejó dicho su nombre y...
— Sí, sí... — dijo rapidamente como si estuviera algo emocionado por el tema.— A de haber sido JungKook... — murmuró y JiAh sonrió un poco. JungKook... sonaba hermoso su nombre.— Él está dormido pero déjeme que lo busque y...
— No se preocupe, puedo llamar mañana temprano y...
— No, no señorita, créame que él ha estado esperando esta llamada. — dijo con la voz algo agitada y JiAh sonrió de lado. Así que la había estado esperando...— JungKook... JungKook... — escuchó en murmullos al otro lado de la linea y supuso que lo estaba despertando.— Tienes una llamada.
— ¿Quién? — preguntó con voz ronca y JiAh mordió su labio inferior.
— Es una abogada que dice que quiere hablarte del caso de Suni. — murmuró nuevamente y a JiAh le dio más curiosidad. ¿Quién era Suni y por qué ellos estaban tan al pendiente de ese caso?
— ¿Qué? Dame el teléfono. — sonó agitado con tono apresurado y luego hubo silencio. Hasta varios segundos después donde nuevamente escuchó ruidos en la línea. Al parecer habían tapado el micrófono y lo volvieron a destapar.— Hola preciosa... — dijo con tono seductor y JiAh rodó los ojos. Bipolar.
— Hola JungKook. — decidió jugar y escuchó un murmullo molesto al otro lado.
— Mierda, ya sabes mi nombre. — masculló molesto pero luego se le escuchó chasquear la lengua.— Ya que... ¿has leído el caso?
— Sí, por eso te llamaba. — afirmó y continuó.— necesito que nos reunamos para compartirte mis ideas y sobre lo que vamos a hacer primero y...
— ¿Osea que has aceptado? — preguntó nuevamente y JiAh pudo discernir que estaba sonriendo de lado. Esa maldita sonrisa que tanto le encantaba.
— Nunca te dije que no, sólo te digo que te saldrá costoso. — murmuró esta vez ella con tono seductor.
— Y ya te dije que me debes así que es un trato justo. — contestó siendo lascivo y JiAh nuevamente mordió su labio inferior.
— ¿Por qué mejor no nos reunimos y hablamos para hacer un trato? ¿Te parece? — propuso nuevamente con su tono coqueto.
— No quiero, me das miedo. — murmuró con tono falsamente asustado.— si me violas ¿a quién voy a acudir? Tienes a toda la puta ley de tu lado. — ella no pudo evitar reír y eso lo animó a seguir hablando.— Hey, primera vez que te oigo reír... tienes una hermosa risa. — murmuró con voz ronca y seductora. Ahora JiAh no sabía realmente qué le estaba pasando con ese hombre, definitivamente tiene que llevárselo a la cama a como de lugar.
— ¿Entonces nos reunimos? — preguntó ignorando su comentario.
— Esta bien, iré con un guardaespaldas por si acaso. Me estoy metiendo en la boca del lobo al reunirme con mi acosadora. — ella hizo un sonido de fastidio y él rio de forma sexy.— ¿Dónde sería?
— Puedo ir a tu casa y así tu padre también se pone al tanto, lo escuché emocionado. — mencionó y el chico hizo de inmediato un sonido negativo.— bueno entonces puedes venir a mi casa, ya que mañana no trabajo y...
— ¿Quieres que vaya a ver a tu gato? No gracias, eso es una bandera roja... podrías secuestrarme y dejarme como tu juguete sexual... No, paso. — mencionó haciendo a la chica murmurar nuevamente fastidiada.
— Entonces dime un lugar hombre indeciso y desconfiado. — mencionó con tono molesto y fastidiado. Sí, le encantaba ese hombre pero también la fastidiaba; parece ser que lo hace desde que la marturbo el fin de semana pasado.
Entonces recordó su jodida voz dejándola en vergüenza. Cerró los ojos fuertemente y respiró profundo con la humillante escena en su mente. Le iba a proponer un buen trato que no iba a negar, estaba segura.
— Está bien, puedo ir a tu casa. — dijo simple y sin mucha explicación del porqué del cambio tan repentino.— ¿A qué hora podría pasar?
JiAh hizo un sonido pensativo mientras recordaba las citas de mañana; asegurándose de dejar la tarde libre decidió proponer:
— ¿Te parece bien a las cuatro de la tarde? — preguntó y él afirmó simplemente con un sonido.— Bien entonces, este es mi número, cualquier cosa puedes devolver la llamada si algo se te presenta...
— Iré, tranquila, ya me verás y calmarás tus hormonas ninfomaníacas con sólo mirarme. — JiAh ofendida iba a decir algo pero él continuó.— pero asegúrate de no mirarme mucho ¿sí? Me llenas de intriga cuando lo haces...
JiAh soltó un gruñido furiosa, y lo iba a insultar de no ser porque escuchó la llamada ser colgada.
— Ahh~ — gruñó golpeando su muslo con la palma de su mano.— es un puto manipulador... canalla ofensivo. — murmuró hacia el teléfono como si de verdad la estuviese escuchando.
Sea como sea tenía que tenerlo comiendo de su mano, no se iba a dejar vencer porque... ella nunca perdía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro