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EPILOGO

——— •⚜• ———

JiAh caminó descalza hacia su cocina y sirvió café en su taza mientras sorbia su nariz. Había estado algo enferma por un resfriado que la agarró al mojarse con la lluvia luego de su trabajo. Terminó de servir y fue hacia su habitación, tomó el papel de la cama y se sentó a los pies de esta sobre la alfombra para recostar su espalda allí. Usaba un moño suelto y algunos cabellos se le atravesaban en el rostro, con sus lentes sobre el tabique elevó el papel y empezó a leer por milésima vez esa caligrafía.

"Querida JiAh, espero que esta carta llegue a ti para cuando ya no esté en este mundo, espero que tú sí puedas hacer feliz a la persona más importante de mi vida. JungKook es un chico muy hermoso, que si pasas mucho tiempo con él te enamora más y más... eso te pasa a ti... eso me pasó a mi... lamento nunca haberte dicho la verdad de nuestra relación, pero sentía que si lo hacía tu te ibas a alejar de él por tener compasión de mi... y no quiero eso...

JungKook se volteó hacia su padre y SoHee luego de observar al frente de él. Les sonrió con su rostro aún reflejando el dolor de su pérdida luego de un mes de ella, sus ojos estaban algo rojos pero la gorra lo ocultaba, se había quitado los piercings del labio inferior y los aretes que usaba en sus lóbulos.

Se acercó a su padre y lo abrazó, sintiendo de este la calidez y el amor que siempre le había dado.

...Quiero que en ti él consiga a la persona de la cual se pueda apoyar, que de tu hombro pueda llorar, que tu corazón lo pueda amar tanto como el mío lo hace...

— Ven acá rebelde sin causa. — SoHee sonrió atrayendo al chico de su hombro para abrazarlo fuertemente.— Te portas bien y... enorgullece a tu padre.

— Lo haré. — asintió riendo un poco con lo que su amiga siempre le decía desde que hacía sus travesuras en las ventanas de la casa, teniendo seis años sacándole la lengua a una niña más grande que él, esa era SoHee.

...Sé que JungKook se porta mal muchas veces, pero muchas de esas lo hace sin querer. Puede parecer muy machote y dominante, pero es como un bebé grande; siempre necesita cariño y mimos para sentirse bien. Es un chico muy travieso, en cualquier parte lo ves haciendo una de sus locuras, pero te aseguro que siempre te vas a reír de ellas...

— Oye, sé que mamado te ves buenísimo, pero no te vuelvas un gorila ¿sí? — JungKook soltó una risa amplia después de mucho tiempo y volvió a abrazar a su buena amiga y compañera de travesuras desde pañales.

...Además de su padre él no tiene a nadie más... perdió a su madre cuando tan sólo tenía cinco años, y desde ese día la ha extrañado demasiado... por esa razón te pido que lo cuides mucho, ya que no estaré para seguir cuidando de su corazoncito de pollo. Espero que le brindes ese amor que sientes por él de mil formas posibles, que le repitas a cada rato lo mucho que lo quieres... siempre le gusta eso. También ama la leche de platano y la cerveza... sé que te parece una combinación extraña pero así es él: es un chico de belleza extraña...

— A ver, quítate eso. — SoHee rio escondiendo la gorra y sacando su teléfono para tomarle una foto.— hasta pelón te ves guapo, condenado. — dijo tomándole la foto mientras este se tapaba el rostro.

Luego de eso liberó su cara y se tomó una foto junto a su padre, luego una junto a SoHee, hasta que al final se tomaron un selfie para poder estar los tres en la foto.

— Te extrañaré, baboso... sin ti el gimnasio no será lo mismo... — mencionó triste y JungKook la atrajo para abrazarla nuevamente.

— Volveré, tonta... — le hizo una seña a su padre para que se acercara y al final se dieron un abrazo de tres.— cuida a mi padre ¿Sí? — SoHee asintió separándose y JungKook le vio los ojos llorosos mientras sorbía su nariz.— ¡Ay deja de llorar, SoHee! me avergüenzas. — se quejó falsamente y ésta empezó a reír mientras se limpiaba los ojos alejándose de ambos un poco para calmarse.

— Cuídate mucho, hijo... sabes que estaremos aquí esperándote cuando vuelvas. — JungKook asintió y abrazó a su padre una vez más.

— Te amo, papá. — murmuró en el oído del mayor y este sonrió.

— También te amo, hijo. — contestó de la misma manera.

...En fin, esta carta básicamente es para contarte sólo un poco de él, lo demás lo puedes ir conociendo tu misma poco a poco con el tiempo... simplemente, es lo único que te encargo, porque en ti estoy dejando mi tesoro más preciado, te estoy dejando al amor de mi vida para que de ahora en adelante lo hagas el tuyo...

JungKook caminó hacia la entrada custodiada por militares y antes de entrar volteó a verlos nuevamente y se despidió con su mano viendo de ellos una igual. Volteó al frente y ajustó su bolso en la espalda antes de cruzar la puerta donde fue bienvenido.

...Muchas gracias por todo, JiAh... siempre estaré muy agradecida contigo.

Con amor, Suni."

JiAh limpió sus lágrimas nuevamente y parpadeó luego para sentir otras más caer. Leer esa carta se había convertido en un hobby para cuando estaba depresiva, y Suni siempre la hacía llorar con su último deseo.

Tomó del café de su taza y observó por la ventana la noche caer y la lluvia empezar a mojar las calles de la ciudad.

Ella había empezado a tener encuentros más seguidos con Jimin, y a veces; cuando este viajaba, calmaba sus ansias con alguien más... seguía siendo una Ninfomaníaca adicta a los juguetes sexuales, pero con Jimin no podía hacer mucho más que atarlo, y con otro si podía, pero eran taciturnos y a ella no le gustaba... a ella le gustaba que ellos disfrutaran como ella lo hacía, que tuvieran la misma pasión por los encuentros como...

Cerró sus ojos y se deleitó con los recuerdos de JungKook... de él besando desde la parte superior de sus pies pasando por pierna y la cara interna del muslo hasta llegar a su intimidad... de su boca allí haciendo un gran trabajo mientras ella estaba atada y desesperada... mientras con la boca con su oído soltando palabras sucias la follaba... de él atado con el antifaz puesto mientras sudaba cuando ella le hacía un buen trabajo con su boca... sencillamente divino.

Abrió los ojos y sonrió de lado para luego tomar de la taza de café.

Era más que obvio que estaba insatisfecha, y que el único que la llenaba en todos los sentidos tenía nombre y apellido... ese era Jeon JungKook.

Siguió sonriendo con la malicia apoderada de su rostro y pensó en él, pensaba en lo último que le dijo, en que esperaba volver a verla... y efectivamente eso aseguraba ella.


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