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Diecisiete

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Jungkook cerró la puerta de la habitación detrás de él haciendo que JiAh; quien estaba sentada a los pies de la cama, lo mirara de forma seductora. Él traía su mirada filosa lanzando llamas de furia... eso le excitaba a ella.

— Sabes que lo que acabas de hacerme lo vas a pagar caro ¿no? — murmuró caminando hacia ella con lentitud, aún traía el collar y las muñequeras; por lo que lo hacía ver más excitante ese hecho.

El dominado quería ser dominante, y por una parte ella no quería rechazarlo... pero si no lo hace se estaría cayendo su venganza... aunque ¿valía la pena dejar caer la máscara de la venganza por un buen polvo del gran Mister J?

Sí, en definitiva lo valía.

JiAh sonrió de lado con su pensamiento y desvió su mirada a la entrepierna abultada que le quedaba a la altura del rostro por estar sentada.

— El costo es lo de menos para mi. — cuando estuvo más cerca levantó la mano y tomó el borde del pantalón desabrochado para atraerlo a ella. JungKook elevó su mano y le acarició el cabello viéndola desde arriba.

Demonios, otra vez esa mirada a través de las pestañas... lo volvía loco.

— Yo sé que eres una chica buena y no me vas a dejar así... ¿verdad? — susurró con tono coqueto mientras le acariciaba su cabeza. Ella lo miró nuevamente a través de las pestañas y le sonrió.

— ¿Quieres que te la chupe, cariño? — murmuró con el mismo tono coqueto mientras con su mano le acariciaba el grosor de su miembro por encima del bóxers. Él mordió su labio inferior sonriente mientras asentía rápidamente para alzar las cejas en modo seductor.

JiAh simplemente sonrió amplio por lo gracioso que se veía haciendo ese gesto.

Con sus dedos bajó un poco el elástico del bóxers y sacó ese miembro erecto y algo mojado por el presemen, lo masajeó un poco y volvió a mirarlo mientras pasaba su lengua con lentitud desde la base hasta la punta, pasó su lengua por toda la punta para quitar el rastro de ese líquido preseminal. Escuchó a JungKook gemir bajito y decidió empezar el juego introduciendo el miembro en su boca para sacarlo de forma lenta, repitiendo la misma acción un par de veces y así poderlo escuchar gemir más alto. Él le tomó la parte de atrás de la cabeza y la mantuvo allí hasta que JiAh tuvo una arcada; lo cual lo hizo soltar un gemido más placentero.

Siguió dándole placer un rato más hasta que sintió cómo él bajaba el top de cuero que le cubría los pechos desnudos. Con su mano tatuada le apretó su pecho izquierdo y se sintió tan bien que pudo notar como sus bragas recibieron algo de humedad.

— Eso es, hermosa, sigue así... — susurró entre gemidos al sentir cómo JiAh empezó a utilizar su mano en el juego.

Cuando sintió la parte baja de su abdomen tener un espasmo sacó su miembro de la boca ahora mojada de ella. La vio relamerse los labios y le tomó un brazo con algo de fuerza para ponerla de pie y tomarle la mandíbula para acercarla a sus labios, haciendo que en la habitación se empezaran a oír los chasquidos de sus besos y sus respiraciones agitadas por el deseo que seguía aumentando.

Ella llevó sus manos al cuello de él y luego le acarició el cabello, enterrando sus dedos en las hebras detrás de su cabeza mientras seguían devorando los labios del otro. Pero de un momento a otro JungKook le quitó las manos de su cuerpo y las bajó para juntarlas, metió la mano en su bolsillo trasero y sacó la venda de seda que se había traído de la otra habitación, JiAh lo miró sorprendida cuando empezó a amarrar sus manos hasta dejarla inmovilizada, tragó fuerte y lo vio sonreír de lado.

— De esta no te escapas, zorrita preciosa. — le acarició la barbilla con sus dedos y dejo un beso corto en sus labios para tomarla de su espalda baja y empujarla hacia la cama.

JiAh se quedó muda esperando ansiosa lo que él iba a darle. JungKook empezó por quitarse el pantalón y el bóxer, quedando totalmente desnudo frente a ella mientras se veía extremadamente sexy con el collar y las muñequeras... y ni hablar de su cabello algo largo y revuelto por todo su rostro por la humedad del sudor. Este hombre era tremendamente caliente y la hacía mojarse con sólo mirarla.

Con algo de brusquedad le bajó el cierre del traje ubicado en su espalda, y con la misma fuerza lo bajó hasta quitarlo por sus piernas. Ella soltaba respingo cada vez que era un poco más brusco, y cuando llegó a sus botas altas se las quitó con más suavidad.

— Sube más. — ordenó con voz profunda y ella hizo caso haciéndolo con ayuda de sus pies. Él se subió a la cama y le tomó las bragas finas para bajarlas con una lentitud matadora mientras la observaba a los ojos.

Gateó sobre ella hasta estar a la altura de su rostro, le levantó las manos y las colocó sobre su cabeza; tal como ella lo había hecho con él. Tomó el trozo largo de tela de la venda que sobraba y lo amarró a una cadena corta que allí estaba; por lo cual la miró con picardía. Estaba tan preparada para usar sus juegos en cualquier parte de la casa, estaba tan obsesionada con el tema que no la iba a decepcionar justo ahora.

Luego de amarrarla y de dejarla inmovilizada besó un momento sus labios y fue bajando poco a poco con una tortuosa lentitud para ella. Pasó por su cuello y luego por su pecho; allí jugó un rato con estos mientras ella soltaba gemidos bajitos. Siguió bajando luego de haber jugado con ambos pezones y con su lengua hizo un recorrido hasta llegar a su ombligo. Al llegar a su vientre acarició con su nariz y luego le acomodó las piernas para colocarlas en sus hombros, abrió su boca y con su lengua empezó a jugar con ese clítoris hinchado por la excitación, tanto así que al chuparlo ella soltó un gemido algo alto y se removió inquieta.

Introdujo un dedo en su hendidura y le dio suaves estocadas mientras con su lengua volvía a jugar con su clítoris, levantó la mirada y la vio desesperada; eso lo hizo sonreír encantado. Ella empezó a mover mucho sus piernas y él con su mano libre le apretó fuertemente el muslo; lo cual la hizo detenerse.

Dios~ JungKook eres fascinante. — susurró ida en su mundo de excitación. El chico sonrió de lado orgulloso de su trabajo y continuó introduciendo otro dedo en su intimidad. Chupó su clítoris nuevamente y aumentó la velocidad de sus dedos. Tanto que la sintió contraerse en sus dedos.— JungKook~ — dijo suspirando luego de que el nombrado sintiera un líquido un poco más caliente en sus dedos. Se había corrido su zorrita preciosa.

— Te has corrido y esto no ha acabado, preciosa. — murmuró quitando las piernas de sus hombros para gatear sobre ella y llegar a sus labios para nuevamente besarla con algo de fuerza, dejándole sentir el sabor de su propio orgasmo de sus labios.— Espero que puedas aguantar mi ritmo. — susurró en sus labios y ella lo vio con sus ojos brillantes del gran orgasmo que acababa de tener.

Sin medir su fuerza y brusquedad le dio la vuelta dejándola boca abajo para luego estirarse hacia la mesa de noche y sacar del segundo cajón un preservativo. Volvió a ella para colocarse a horcajadas de su hermoso trasero y abrió el envoltorio para sacar el condón y así envolver su miembro con el látex. Tomó con su mano su miembro y le dio unos golpecitos a uno de sus glúteos sintiéndola removerse. Se acababa de correr y quería más, era una sucia pervertida. Con la punta de su miembro le acarició la entrada para escucharla jadear un poco, se empezó a introducir en ella con lentitud y al llegar a la mitad tomó una almohada para ayudarla a colocarla debajo de su regazo y así levantar un poco su trasero.

Oh dios~ — soltó en un gemido al sentir cómo él continuaba metiendo aún más su miembro hasta que estaba por completo dentro de ella.

Se empezó a mover con una velocidad normal y se inclinó un poco hacia ella para apoyarse de sus manos a los costados de su cabeza, se acercó un poco y le besó el cuello para subir a su mandíbula y mejilla. Olía tan bien que le encantaba besar esas partes de ella mientras la penetraba. Subió un poco la velocidad y notó como los glúteos se le empezaron a mover un poco por la fuerza con la que chocaban ambos cuerpos. Acercó su boca a la oreja y le mordió la misma con suavidad mientras aumentaba aún más la velocidad.

— ¿Quieres que vaya más rápido? — susurró en su oído y ella asintió con sus ojos cerrados por el placer que estaba sintiendo. Llevó su mano a la nuca de él y le acarició los cabellos húmedos.— Sólo si me llamas papi. — propuso y ella sonrió ampliamente con ganas de reír. Estaba loco si creía que lo iba a llamar así.— ¿Ah te burlas? — bajó la velocidad y ella lloriqueó un poco con ganas de sentirlo nuevamente.— anda, quiero oír tu boquita pidiendo más...

JiAh sintió desespero. No quería hacerlo pero necesitaba que se moviera con fuerza porque la sobre excitación la estaba matando.

— Papi... ¿Podrías moverte más rápido? — susurró mordiendo su labio inferior. Él rio un poco en su oído y ella soltó un pequeño gruñido por el desespero.

Maldito desgraciado.

— Con gusto, mi zorrita preciosa. — mordió con suavidad su cuello y movió sus caderas con más fuerza y rapidez, viendo a JiAh hundir su rostro en el colchón por el placer que estaba recibiendo.— Ah~ nada más mírate... te encanta, te encanta que sea yo quien te domine... — susurró otra vez más cerca de su oído.

Fue más rápido cuando sintió que su abdomen bajo se tensaba, tan rápido y fuerte hasta que se corrió vaciándose en el condón. Su respiración se volvió agitada y suspiró pegando su frente a la cabeza de ella. Ambos estaban agitados y cansados.

Salió de ella con suavidad y vio el condón muy lleno, por lo que al quitarlo soltó un poco sobre el piso. Fue hasta el baño y lo tiró a la basura para volver a la habitación sorprendiéndose de ver a JiAh sentada mientras hacía unas buenas maniobras para quitarse la venda. Era una experta, siempre pudo desatarse y no lo hizo.

— ¿Quieres quedarte hoy? — preguntó viéndolo con la respiración agitada y una gran sonrisa en su rostro.

¿Y cómo no? Si había recibido dos orgasmos de la forma que tanto le gustaba follar. Obviamente debía estar demasiado feliz.

— No creo que sea necesario. — murmuró recogiendo su ropa.

Al terminar de quitarse el collar y las muñequeras, y luego de vestirse; se acercó a ella y le tomó la barbilla para inclinarse y besarle cortamente los labios.

— Creo que puedo dejarte dominar en ciertas ocasiones. — murmuró viéndolo con una sonrisa pícara que él imitó para volver a besarla con suavidad y luego incorporarse para así guiñarle un ojo y salir de la habitación.

JiAh soltó la respiración en un suspiro y se dejó caer en la cama para sonreír satisfecha. Dios él seguía dándole los mejores orgasmos de su vida y ya no sabía como hacer para que esa jornada se extendiera más allá del caso que le estaba atendiendo.

Pero sin duda JungKook no era Lucifer, era el diablo mismo.

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