Veinticinco
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JungKook cerró la puerta de entrada detrás de él en cuanto JiAh salió y él le siguió el paso. Su padre tuvo la gran idea de decir "Hijo, acompaña a la señorita" cuando había terminado de conversar con Suni. No quería hacerlo luego de haber recordado algo de esos días en que no supo de ella.
— SunJi es muy hermosa. — mencionó una vez empezaron a caminar por el pasillo hacia el elevador.
— Lo es. — asintió con seriedad mientras asentía. Al llegar al elevador presionó el botón y esperaron a que llegara.
— Tiene una calidez impresionante, entiendo porque la protejes tanto. — murmuró mirando las puertas metálicas mientras mantenía su bolso de mano bien agarrado frente a sus piernas.
— No tiene a nadie más, sólo nos tiene a mi padre y a mi. — mencionó sin mirarla, quería que dejara de hablar de ello.
— ¿Su madre... nunca han sabido algo de ella? — preguntó con cautela y JungKook aún con su seriedad impalpable tomó aire profundamente.
— ¿Quieres dejar de preguntar sobre eso? — la miró con molestia pero sin borrar la seriedad.— Eres la abogada de Suni, abstente de preguntar cosas ajenas al caso. — miró nuevamente al frente y JiAh movió su mandíbula molesta e inconforme con la actitud de él.
Se decía a sí misma que era un canalla, que no merecía su ayuda luego de lo que supo por boca de su hermana, que debía aclararle que si va a estar con otras sería mejor no seguir con lo que tenían... pero había algo y ahora se le sumaba otra cosa: ella no quería dejarlo luego de que estaba obsesionada con él, y ahora al haber hablado con SunJi simplemente la había conmovido de tal manera que se sentiría pésima al dejarla sin ayuda y decepcionada una vez más, no quería que otra injusticia ocurriera en su vida antes de partir de este mundo; tal como se lo dijo ella.
El elevador llegó y JiAh caminó al interior del mismo, no vio ninguna mirada o expresión del chico y sólo presionó el botón de planta baja, las puertas empezaron a cerrarse y ella lo vio a los ojos una vez notó que la miraba fijamente; allí su mano detuvo las puertas y caminó apresurado hasta acorralarla contra la pared metálica y tomarle la mandíbula con su mano tatuada.
— ¿Dónde estuviste todos estos días? — preguntó serio y con su voz agitada.— ¿Por qué mierdas te desapareciste? Contéstame. — pidió serio pero sin sonar molesto.
JiAh sonrió de lado, puesto que eso era lo que quería ver en él: la intriga, la desesperación... los celos.
— Te he dicho desde un principio que yo te escribiría cuando te necesitara. — resopló una sonrisa de lado para mostrarle que no la intimidaba. Le daría en su ego.— y no te necesité estos días cariño. — le lanzó un beso al aire y sonrió de lado cuando este apretó un poco la mano en su rostro.
— Eso no es lo mismo que dice el maldito de Vante. — JiAh sonrió de lado nuevamente, pero esta vez con más ganas.
En esos días que no llamó al celoso y furioso hombre frente a ella, esta había contactado a Vante para un pequeño trabajito; pero no lo que pensaría cualquiera, sino para que le diera información a cambio de un buen dinero. A través de él se informó mejor de la situación que pasaba en el club y supo que JungKook y la esposa del gobernador no tenían una relación de amantes, pero sí le hacía unos bailes privados en una habitación del club. Así que ella decidió que el mismísimo Vante le hiciera unos a ella en casa.
— ¡Ah! Es eso... — soltó una risita y tomó la mano del chico para quitarla de su mandíbula.— Baila muy bien, no podía desperdiciar la oferta que me hizo en el club.
Le miró con lascivia y pasó la punta de su lengua por la punta de sus dientes, salió del elevador chocando con él y caminó hacia el estacionamiento; donde el portero le ofreció estacionar luego de una hermosa sonrisa que ella le regaló. Al quitar la alarma del mismo sintió que JungKook le tomó el antebrazo para apretarlo y girarla hacia él.
— Te dije muy claramente que no me gusta compartir... ¿Y con Vante? Mucho menos. — dijo con algo de resentimiento. Parecía tener una enemistad con este; quizás competencia del club.
JiAh empezó a sentirse furiosa con lo dicho y su respiración se aceleró de tal forma que se soltó con fuerza de su agarre.
— Y yo te dije claramente que esto se juega de a dos, Mister J. — dijo entre dientes con su voz más que seria mientras se acercaba a su rostro.— Y si vas a andar restregándote a la primera dama del estado yo también haré lo que me de la maldita gana ¿me entendiste? — murmuró con más molestia mientras sus narices chocaban.
Él le vio todo el rostro antes de enfocarse en esos ojos chispeantes de furia y con su mano le volvió a tomar la mandíbula.
— ¿Quién mierdas te dijo eso? ¿Fue el imbécil de Vante? — preguntó con rabia mientras la recostaba contra la puerta trasera del auto.
— No, ojalá, pero entonces quiere decir que él sabe mucho ¿no? — dijo con ironía.— ¿Creíste que no me enteraría que el gran Mister J le hacía trabajitos a la esposa del gobernador? — ella sonrió de lado pero con sarcasmo. Él mordió su labio inferior sintiéndose provocado por esa lengua viperina que nunca paraba de hablar... siempre tenía que callarla por sí mismo.
Y eso hizo, se acercó juntando sus labios en un beso apasionado que ella correspondió por unos segundos hasta separarse.
— ¿Cuándo aprenderás a callar esa boquita? — preguntó en un susurro y su sonrisa embobada por verle ese rostro adicto por él. La tenía a sus pies y ella creía que mandaba en todo.
Estaba muy equivocada. Sonrió con el pensamiento, pero pronto borró la sonrisa.
— Cuando te corte el pene y lo use como vibrador. — dijo seria para luego sonreír malévola y lo empujó un poco para quitarlo de encima de ella. JungKook mordió su labio inferior y sintió una punzada en su miembro de excitación.— ahora, debo irme y me estás quitando tiempo. — ella abrió la puerta y se sentó en el asiento piloto para después ver como él se apoyó de la puerta y se inclinó para verla más de cerca delante del volante.
— Córrete. — JiAh volteó para mirarlo con una ceja alzada.— no es lo que piensas pervertida. — sonrió de lado y ella rodó los ojos.— No tengo problemas con llevarte en mis piernas ¿sabes? — canturreó y ella movió la mandíbula.
— ¿Qué quieres? — dijo fastidiada de su presencia.
— Llevarte por unos tragos... ¿o prefieres ir en la moto? — ella volvió a verlo un poco más asustada.— tampoco tengo problemas con eso. — sonrió nuevamente y JiAh suspiró cambiándose al asiento del copiloto, al intentar pasar sus piernas a su puesto él las sostuvo impidiéndole hacerlo.
JungKook se sentó en el asiento del piloto pasando los pies de ella por encima de sus muslos, cerró la puerta y la vio con sorna cuando con lentitud le quitó los tacones negros dejando sus pies descalzos debajo de las medias negras trasparentes. Con sus manos le acarició los pies y se los masajeó suavemente mientras observaba que hasta sus pies eran perfectos, dándole la información de que JiAh cuidaba minuciosamente cada parte de su cuerpo. Al levantar la mirada y observarla a los ojos decidió por primera vez ser honesto con ella.
— No ha habido sexo si es lo que piensas. — empezó con su voz ronca, suspiró bajando el rostro y observó sus pies mientras los acariciaba.— Ella lleva buscando más de mi desde hace mucho tiempo y no he querido hacerlo... — levantó la mirada a los ojos de JiAh y se dio cuenta de que ella lo miraba también.— Ahora que sabes de Suni y estás celosa de que esté con otra te puedo explicar mejor sobre...
— No estoy celos... — dijo alterada pero él siseó para callarla.
— Lo estás. — aseguró y prosiguió.— lo que quiero decir es que... Kahi me dijo que el hermano de YoungJin maneja uno de los hospitales más importantes de la ciudad y... — volvió a mirarla.— que si le hacía algún baile privado... ella podría incluir a Suni en este hospital y darle tratamiento para su cáncer.
Al terminar de decirlo se quedó todo el ambiente en silencio. Hasta que JiAh decidió hablar:
— ¿Y sí fue así? — él suspiró y esperó unos segundos.
— Suni ha ido a dos consultas pero sigue sin querer aceptar la quimioterapia. — dijo un poco más decaído pero se compuso de inmediato. Se irguió y encendió el auto; entonces JiAh entendió que mejor no indagaba más en el tema.
— Entonces invitas los tragos hoy. — dijo para calmar un poco el ambiente y vio la pequeña sonrisa ladina de JungKook.
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Risas se escuchaban mientras abrían la puerta con torpeza, JiAh cruzó la misma dándose cuenta de la oscuridad del apartamento; sólo habían un par de luces amarillentas encendidas que daban un aspecto tenue a la casa. Al escuchar la puerta cerrar detrás de ella volteó viendo a JungKook recostado de la misma mientras la veía de forma filosa. Ella dejó su bolso en la mesa de entrada y caminó hacia él para colocar sus manos en su cuello y ponerse de puntillas para poder alcanzar sus labios con los suyos.
Sus respiraciones se volvieron cálidas y aceleradas cuando el beso cambió de ritmo a uno más apasionado sin llegar a ser salvaje. JungKook la tomó de la cintura y luego la empujó suavemente hasta recostarla en una de las paredes del pasillo de entrada escuchando después sus gemidos bajitos por los masajes que le estaba brindando a su cintura. Al él inclinarse un poco le tomó de los muslos y la hizo enrollar sus piernas en su cintura aún cubierta por el body negro de cuello alto. JiAh abrazó su cuello y le acarició ese cabello negro abundante mientras la llevaba a la habitación.
Allí la bajó y ambos quedaron nuevamente de pie y devorando los labios del otro. Separaron sus labios unos segundos y ella aprovechó de sacar su body del pantalón y subirlo hasta que con ayuda de él se deshizo de la prenda. Inmediatamente JungKook se fue a sus labios y empezó por desabrochar la prenda elegante que ella vestía hoy; hasta que la quitó por sus hombros dejando a la vista sus pechos cubiertos por un hermoso brasier rojo que lo sorprendió.
— Oh~ mierda... — susurró viendo sus pechos.— ¿Por qué me haces esto JiAh? — volvió a verla a los ojos.— créeme que intento controlarme, pero... — dijo con su respiración agitada y se lanzó a sus labios una vez más.
— No te controles. — pidió entre jadeos y él bajó a su cuello para morder suavemente la piel perfumada y delgada que allí poseía.
A los minutos estaban sin ninguna prenda y no se dieron cuenta de que era la primera vez que se deshacían de todas antes del encuentro sexual. JungKook con un poco más de lentitud para disfrutar mejor de cada parte de ella la recostó sobre la cama y buscó un condón en la mesita de noche, al ponérselo bajo la vista de ella se acercó y le acarició sus costados antes de subir sus brazos y evitarle moverse al amarrarle las manos entre sí con las medias que hace minutos tenía. Ya al estar inmovilizada desde la cabecera de la cama él besó sus labios con más delicadeza y bajó por su barbilla para hacer un recorrido por su cuello, pechos, abdomen y vientre; queriendo llegar a esa zona.
Colocó una de sus piernas en su hombro y le besó la cara interna del muslo sintiéndola temblar. Empezó a usar su lengua en su intimidad mojada y necesitada sintiendo de ella varios movimientos desesperados junto a sus gemidos.
— No puedo negar que extrañaba verte temblar desde este ángulo, preciosa. — murmuró viéndola con su cabeza echada hacia atrás y sus pezones erectos con la excitación.
Simplemente hermosa. Pensó él con la boca entreabierta mientras respiraba por ella.
Continuó haciéndole un buen oral que le dejara en claro que nadie la iba a hacer disfrutar como ahora él lo estaba haciendo. Y claro que JiAh lo sabía.
Cuando decidió terminar sin darle su orgasmo subió a su rostro nuevamente y se miraron a los ojos unos segundos sin decir nada más que mezclar sus respiraciones, procedieron a besarse y él le tomó del muslo para subirlo a su cadera y hacer lo mismo con la otra pierna antes de desatar sus manos de la cabecera de la cama. Se sostuvo bien de su mano y acomodó su miembro en la entrada mojada de la chica que esperaba ansiosa volverlo a sentir.
— Ah~ Dios... — susurró al sentir cómo JungKook la llenaba de una sola estocada, moviéndose de forma rápida y consecutiva desde el inicio.— sigue así. — pidió en un susurro en su oído mientras le acariciaba el cabello con una mano y la otra le acariciaba la espalda con suavidad de arriba a abajo.
— Escúchame muy bien Seo JiAh. — gruñó en un susurro mientras tenía su nariz pegada a la de ella. Salió de su interior y se introdujo nuevamente de forma algo ruda; lo que la hizo soltar un gemido en su boca.— Eres mía... — mordió su labio inferior haciéndole sangrar un poco.— desde el momento que llegaste a la oficina de Kahi pidiéndome follarte... — repitió la accion de la estocada y ella volvió a gemir.— desde ese momento entraste a tu infierno de placer, así que no hagas enojar al líder... — volvió a darle unas tres estocadas y ella siguió soltando gemidos en su boca.
— Tu no me controlas, JungKook. — susurró sonriendo de lado.— porque aquí estás, sudado sobre mí embistiendo mi cuerpo... — él la miró con seriedad.— en mi cama... — le miró los labios y se enfocó en lo húmedos que estaban.— en mi habitación... — se enfocó en el lunar debajo de sus labios y luego subió a sus ojos nuevamente.— en mi casa... complaciéndome para obtener mi perdón por intentar revolcarte con otra, así que... ¿Quién ríe ahora Jeon JungKook?
Él le miró todo el rostro y se sintió atrapado en cuatro paredes, pero de alguna manera se sentía demasiado bien estarlo. Ella nuevamente estaba teniendo razón: él una vez más estaba siendo dominado por ella, y le estaba gustando.
Mierda.
— Me encantas, zorrita preciosa. — sonrió confesando lo que ella ya sabía.
— Lo sé. — respondió con egocentrismo y JungKook sólo sonrió para ver de los labios de ella una sonrisa igual.
La besó de forma apasionada y ella siguió acariciando su cabello y luego su espalda para sentir como él se dejaba caer sobre ella, metiendo sus brazos debajo de los de ella y así abrazar su cuerpo mientras le acariciaba la melena castaña y larga que ya estaba despeinada y húmeda por el sudor. Ambos estaban muy sudados y por fin luego de unos segundos alcanzaron su orgasmo.
JungKook metió su rostro en el cuello de ella y aspiró su perfume antes de besar esa parte en medio de su respiración agitada y cansada. JiAh por su parte le abrazó el cuello y acarició su cabello mientras con sus ojos cerrados disfrutaba de la acción del chico.
Estaba consciente de que estaba borracha, y no sabía si JungKook también; pero en esos momentos se sintió mareada y agotada.
JungKook salió de ella y se levantó quitando el condón, caminó al baño y JiAh estando cansada sólo abrazó una de las almohadas. Con sus ojos entrecerrados vio a JungKook caminar hacia ella y sintió su mano acomodarle el cabello esparcido por su rostro para luego cubrirle en cuerpo con la manta.
Escuchó la puerta abrirse y cerrarse, siendo esto lo último que escuchó antes de caer en la inconsciencia del sueño.
La escena del bar posiblemente se suba más adelante, luego les doy mas detalles.
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