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Treinta y nueve

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— Sabes, Kookie. — él hizo un murmullo mientras tenía sus ojos cerrados y estaba con su cabeza acostada sobre las piernas de ella. Ambos estaban en un parque cercano mientras SunJi leía un libro y él dormía un poco.— No me importa que se haya ido... la verdad, si a ella nunca le he importado no tengo porqué darle importancia en mi vida.

JungKook abrió los ojos y se sentó para verla.

— Me estás mintiendo. — le dijo de inmediato, no tenían mucho tiempo de conocerse y parecían que ya lo habían hecho por completo. SunJi bajó la cabeza y él le tomó la barbilla para levantarle el rostro.— Suni, sé que te duele que se haya ido y te haya dejado... pero no estás sola, me tienes a mi y a mi padre... siempre cuidaremos de ti ¿bien? — ella asintió suavemente y él le sonrió leve para acariciarle la mejilla con su pulgar.

Se quedó por unos segundos mirando su rostro e hizo lo posible para perder el miedo y tomar valentía al acercarse para besarla como siempre había querido. Ella le correspondió y ambos se fundieron en ese beso que sería el primero de muchos para ambos.


JungKook sorbió su nariz recordando ese momento en que empezaron a ser más que hermanastros, donde empezaron a sentir algo más allá que un simple cariño, donde empezaron a amarse tanto que sentían que nunca volverían a sentir algo igual.


— La señorita SunJi tiene cáncer... — murmuró el doctor frente a ellos en el escritorio. Todos se quedaron mudos.— está a tiempo de ser tratado, podemos ofrecerle un buen tratamiento y con la quimioterapia podrá salir adelante. — contó y ella sintió la mano de JungKook en su hombro apretarle con suavidad.


JungKook sintió las lágrimas salir nuevamente y las limpió con el dorso de sus manos.


— Recurro a ti Kahi porque no tengo a quien más hacerlo. — habló con la voz temblorosa y la mujer frente a él lo miró estupefacta con lo que le estaba diciendo.— necesita entrar en tratamiento antes de que sea tarde...

— Puedo prestarte el dinero, JungKook, pero sabes que con esta gente no se juega ¿entiendes? — él permaneció quieto unos instantes y asintió luego.

— Yo... haré lo que sea, Kahi... sólo... ayúdame a salvar a Suni. — susurró con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada.

Kahi se quedó pensando un momento y lo observó de pies a cabeza, era verdad que su ex hijastro tenía un muy buen porte y parecía estar entrenando duro por como sus músculos se estaban desarrollando más. Suspiró tragando fuerte y volvió su rostro firme y serio.

— Está bien, pero te tengo una propuesta. — dijo con la voz seria y él asintió rápidamente, tragando fuerte antes de saber lo que ella le propondría.


Volvió a limpiar sus lágrimas con el recuerdo de eso y de inmediato otro le vino a la mente.


— JungKook. — llamó Kahi al chico, quien estaba practicando su nueva coreografía en el escenario del club. Él bajó con su porte serio y sudado, se acercó a ella luego de tomar su toalla y limpió su frente.— acompáñame.

Asintió siguiéndola a su oficina y ésta volteó para verlo con una sonrisa ladina.

— Cuéntame. — dijo aún serio y ella buscó unas copas para servir algo de vino.

— Hoy viene otra cliente, una nueva... es una de las mujeres más ricas del país. — contó animada, sabiendo que tomaría algo de dinero extra si el chico hacía bien su trabajo.— ella no es como YoungJin, ella es mucho mejor... — propuso y él alzó una ceja.— su nombre es Seo JiAh, una abogada muy reconocida nacionalmente, y... quiero que le bailes muy bien, que quede loca por ti. — le apuntó con su dedo y este suspiró. No quería seguir haciendo ese trabajo, pero necesitaba pagarle a Kahi lo antes posible para poder largarse.— Te diré en qué mesa estarán en lo que me confirme su hermana... — él asintió recibiendo la copa que ella le extendió.— Sigue así, Mister J, y te iras más rápido de lo que piensas.

Él suspiró bebiendo de la copa y al tragar el liquido recordó la discusión que tuvo con Suni cuando ésta descubrió lo que él hizo para pagar su deuda, una deuda de la cual tampoco sabía. JungKook le contó lo que había estado haciendo y ella le pidió que lo mejor es que no fuesen más que amigos, ya que sabía que no estaría mucho tiempo en vida y no quería quitarle el tiempo que él estaba perdiendo en una esperanza perdida.

Pero él no perdía la fe, ni siquiera cuando el doctor le dijo que ya no había algo que hacer por ella... él no lo quería aceptar.

— ¿JungKook? — llamó en un murmullo SoHee, quien le puso una mano en su hombro para apretarlo suavemente sacándolo de su ensoñación.

— SoHee... — susurró al girar a verla con sus ojos rojos. Ella se sintió afligida al verlo y lo atrajo en un abrazo. Un abrazo fuerte que lo hizo llorar a cantares y en silencio.


Ella le acarició la espalda y soltó unas cuantas lágrimas al ver a su amigo destruido de esa manera.


— Es que no puedo. — dijo levantándose de la cama para abrochar su pantalón. YoungJin se sentó en la misma sin entender al chico. Pues ellos habían estado teniendo relaciones antes y es raro que ahora no quisiera.

— ¿Es por ella, no? — Mister J la miró curioso y confundido mientras buscaba el blazer del vestuario de su espectáculo.— es por la abogada Seo... — él frunció el ceño y resopló.— todas sabemos que ahora es tu preferida Mister J... estamos celosas de ella. — dijo con su tono coqueto para tomar la copa de vino de la mesa a un lado de la cama. Él se sentó en el borde y resopló ofuscado, no sabía qué le pasaba ahora, pero no podía dejar de pensar en las curvas de JiAh.

YoungJin se acercó a su espalda y le dio un beso en su cuello que se repitió hasta su mandíbula, y cuando quiso llegar a sus labios él la esquivó levantándose nuevamente.

— Hago esto sólo porque debo, YoungJin... pero sinceramente no quiero hacerlo más. — negó suspirando.

— Sabes que Kahi se enojará si sabe que no lo hicimos hoy ¿no? — ella contó con algo de preocupación, puesto que el chico no era malo y aunque a ella le encantara como follaba no le gustaría que le fuera mal. A pesar de que hacía mucho tiempo que no lo hacían.

— Lo sé... — murmuró mirando al piso sin saber qué hacer.

— ¿Sabes? ¿Por qué mejor no estamos un rato aquí y así me cuentas un poco más de SunJi, la chica por la que haces todo esto. — él la vio y no quería contarle nada referente a Suni, pero era una oportunidad para que así ella pudiese entrar en un hospital a recibir un tratamiento.

Fue hasta la cama nuevamente y se sentó en el borde. Al menos los demás pensarían que pasó algo si tarda un poco más en la habitación.


JungKook se despegó del hombro de SoHee luego de recordar aquello y se separó de ella un poco para sorber su nariz y mirarla a sus ojitos aguados.

— Gracias, SoHee... — agradeció mirándola. Ella siempre había estado en todo para él y Suni.

— Sabes que no debes agradecerme... para eso estamos los amigos. — mencionó sonriéndole entre lágrimas.

Él volteó mirando al frente y la brisa de la mañana le dio contra el rostro. Otra vez los recuerdos lo invadieron y bajó el rostro para sumergirse en estos.


— Es hermoso, JungKook. — susurró con sus ojitos un poco brillantes, cosa que le gustó a él después de verla tanto tiempo con estos apagados.— Es nuestra flor. — susurró otra vez y él asintió con una sonrisa cálida.

— Sabía que te gustaría. — sacó el collar de la caja y se lo colocó para después verla lucirlo. Se le veía muy bien.

— Gracias, Kook. — ella le sonrió un poco tocando la medallita con sus dedos y de inmediato JungKook se percató que sus ojitos se aguaron.

— Hey. — se acercó sentándose a su lado para abrazarla.— no llores. — murmuró apretando con suavidad su cuerpo. Ella sorbió su nariz y luego recostó su cabeza en el pecho de él para sentirlo, pues quería aprovechar lo más que pudiera de sentir su calidez.

— Te quiero mucho, oppa. — susurró tras unos segundos y JungKook se reprimió cuando sintió sus ojos aguarse. No debía dejarse ver débil por ella, necesitaba ser fuerte para ella.

— Yo también te quiero mucho. — murmuró para darle un beso en su cabeza cubierta por el gorro.

— Cuando estamos así siempre recuerdo cuando eramos novios y nos sentábamos frente al Río Han a ver las luces... tardábamos horas allí y regresábamos muy tarde aquí. — murmuró recordando y JungKook la apretó con suavidad mientras recordaba eso también.

— La excusa era que estabas con tu hermanastro y él te cuidaría. — rio por lo bajo y Suni lo imitó con una suave.

— Y te escabullias aquí a mi habitación para acostarte a mi lado mientras hablábamos de cualquier cosa hasta que me durmiera. — añadió acariciando con su mano el pecho de él, este siguió sonriendo y besó su cabeza nuevamente.

— Hasta aquella vez donde decidimos explorar más allá. — recordó con tristeza, haciendo en su rostro un gesto triste.

— Fue una noche maravillosa. — susurró completando el relato. Él volvió a besar su cabeza con besitos cortos y soltó unas lágrimas mientras se aferraba a ella meciéndose.

— Lo fue. — susurró él dándole la razón mientras asentía. Ella levantó la cabeza mirándolo a los ojos y él la miró igual.

— Te quiero Kookie...

— Te quiero Suni... — murmuró soltando más lágrimas. Le dio un beso largo y sin movimientos para después seguir abrazándola.


Cerró sus ojos fuertemente al recordar ese momento en que le regaló el collar y nuevamente sorbió su nariz. Otro recuerdo, el cual fue uno muy sincero llegó a él:


— Lo sabía desde que la vi pisar la casa. — sonrió Suni mientras veía a JungKook caminar de un lado a otro molesto.— nada más ver la actitud de ambos me hizo entender lo que pasaba entre ustedes... tu eres el que es muy terco.

— Sólo era por compromiso, Suni... sólo era eso y... no sé qué pasó. — susurró mirándola con la voz entrecortada.

— Pasó que te enamoraste de ella... y eso está bien JungKook... no tienes porqué sentirte culpable. — negó con una sonrisita mientras lo veía desesperado nuevamente caminando de un lado a otro.

— Te fallé, Suni... — ella negó lentamente y él sintió sus ojos aguados. Se acercó a ella para ponerse de cuclillas a su lado y le tomó la mano.— cuando supiste lo que hacía te juré que sólo era por compromiso más no porque quisiera y... y te fallé. — susurró quebrado y ella lo vio con pesar.

— No, Kook... desde un principio no quería abrir el caso nuevamente... pero cuando la vi, supe que ella tenía todo para ser la persona que tú amaras; además de eso vi en ella un sentimiento más allá por ti que... sólo acepté seguir el caso para que tu estuvieras más tiempo con ella. — lo miró con ternura luego de confesarle su secreto y JungKook la miró sorprendido.— ahora me has confirmado que hice lo correcto, porque ella te ama y tu a ella... eso es todo lo que necesitan...

JungKook sorbió su nariz y se levantó para limpiar esta con el dorso de su mano.

— Corte toda relación con ella... ya no... ya no la volveré a ver de nuevo. — negó mirando un punto ciego.

— Ay Kook... ¿Qué hiciste? — le preguntó temerosa, pues sabía que con esa terquedad él solía regarla.

Ni siquiera preguntó por la situación, sino que fue directa y le preguntó qué había hecho él.


En medio de las lágrimas sonrió un poco al recordar el rostro de Suni cuando le contó lo sucedido.


— ¿Y por qué no le dijiste la verdad? — preguntó molesta y triste, se veía decepcionada de él, lo cual lo hizo tragar fuerte.

— Yo sólo... te había dañado lo suficiente como para seguir haciéndolo y... y no quería, Suni... — negó entristecido y ella lo llamó con su mano para que se sentara a su lado, él lo hizo y suspiró luego.— igual el otro tipo no podía saber que no había estado con YoungJin, sino... le diría a la persona que le debo y podría terminar todo en un desastre...

— Bueno, un desastre ya fue, Kook... — le indicó y él asintió.

— Sólo que por la molestia de ver lo que hizo... me hizo actuar como un idiota... y... le dije cosas muy feas... — negó con su rostro mientras veía a sus manos en su regazo.

— ¿Y te arrepientes? — preguntó viendo su asentimiento.

— Claro que sí... — susurró.

— ¿Y por qué no le pides perdón? Estoy segura de que ella también lo siente... que lamenta el daño que te hizo en ese momento... — él tragó fuerte y volvió a suspirar.— Sabes que ella no sabía nada de todo lo que hacías y el motivo de eso. Ella cree que le fallaste en la exclusividad que tenían y que te aprovechabas de ella. ¿Por qué no hablas con ella?

— Porque a veces pienso que es mejor que me tenga alejado... — miró a Suni y ella lo vio con un gesto de queja. Pero él no le diría la verdad.

Él no le diría a Suni que pensaba en lo mucho que podría dañar a JiAh en su sufrimiento cuando ella lo dejara. No sería capaz de decírselo.


Sintió una mano presionar su hombro y volteó a ver a su padre, quien vestía un traje negro al igual que su hijo, JungKook con sus ojos rojos lo miró y le sonrió muy levemente entre lágrimas.

— Sé que estará en un lugar mejor. — asintió el pelinegro y el mayor asintió entristecido también.

— Lo estará, hijo. — afirmó atrayendo al más joven a su cuerpo para abrazarlo fuertemente. En su hombro JungKook volvió a llorar pero esta vez dejando oír su llanto a los oídos del hombre que siempre lo apoyó.

El mayor lo aferró a él y después miró debajo de ambos, donde estaba la tumba recién sellada y una lápida que daba a indicar que una persona llamada Park SunJi permanecía allí, eternamente descansando.

Hay memorias en este capítulo, más que todo de la vida de JungKook junto a Suni.
También quizás si leen con calma puedan entender la situación de ellos.

De una les digo antes de que piensen mal.
JungKook y SunJi no eran pareja en el momento que él empezó a estar con JiAh.
Tal vez más adelante entiendan mejor. Si no, tendré que hacer un apartado aquí al final de todo para explicarles, si quedan con duda.

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