Seis
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El pelinegro despertó al medio día aquél viernes de la siguiente semana. Había estado ensayando unas coreografías en el club hasta tarde cuando todos creían que estaba trabajando de camarero en algún restaurante para ir en la noche a su turno en un bar.
Caminó hasta la cocina y vio a su padre preparando el desayuno. Su padre era bueno cocinando y como era consciente del trabajo duro de su hijo en dos turnos decidía siempre prepararle la comida en lo que estaba en casa. Él no podía trabajar por una lesión que tenía en la pierna y eso le impidió que volviera a ser contratado como mecánico.
— Hola hijo ¿descansaste? — él asintió y se sentó en la barra donde su padre le puso el desayuno.
— Gracias papá. — murmuró y recibió de este una despeinada en su cabello. Cuando dio unas mordidas a su sandwich vio por el pasillo una figura muy delgada y pálida caminar con lentitud hacia ellos, inmediatamente se levantó para ayudarla.— Nena no deberías caminar sola, recuerda que debes mantener reposo. — le dijo con suavidad hacia la linda chica que a pesar de todo seguía viéndose hermosa.
— Kook, estoy cansada de estar acostada. — murmuró sonriendo débil. Él le devolvió la sonrisa por ese apodo de cariño que siempre le decía y la ayudó a sentarse en el sofá de la sala.
— ¿Quieres comer algo, Suni? — preguntó el mayor desde la cocina.
— Oh no, gracias pero estoy bien, no tengo hambre. — pronunció con su tono débil, el chico a su lado le acarició la espalda con suavidad y luego se acercó para besarle la mejilla que tenía su pómulo muy notable.
— Debes comer algo Suni. — ella lo miró cansada de eso y sólo negó sin ganas. Bajó la mirada a su regazo y él levantó la suya hasta conectar sus ojos con los de su padre, quien le dio una mirada de pesar.
Suni no había estado bien en los últimos días y debían llevarla mañana al médico para la cita que le habían programado.
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JiAh sentada a horcajadas sobre el regazo de su mejor amigo le sonrió de lado al estar ambos totalmente empapados del sudor que ocasionó la reciente excitante escena. Él con sus manos acarició los lados de sus muslos subiendo por sus caderas hasta pasar su cintura y llegar a esos pechos que le encantaba masajear.
— Me encanta cuando lo hacemos por celebración. — comentó el chico mordiendo su labio inferior. JiAh le sonrió con picardía y se acercó a los labios de él para darle un beso húmedo que lo encendería de nuevo.
— Bueno había que celebrar que tu primer trabajo con esa empresa fue un éxito. — comentó con tono coqueto y él enterró sus dedos en las hebras húmedas de ella para comerle la boca otro rato mientras ella empezaba a mover sus caderas. Estaban encendiendo de nuevo esa llama que JiAh quería apagar con algo que le guste a ella.
— Hagamos algo más divertido para celebrar. — susurró ella en sus labios. Él sonrió y le alzó una ceja, hizo un sonido pensativo y después la vio con curiosidad.
— ¿Cómo qué? — alargó esperando de ella una respuesta.
JiAh con una mirada traviesa se mordió el labio inferior mientras se acercaba a su oído. Empezó a susurrarle su idea y Jimin cerró los ojos con un poco de desacuerdo.
— Ah~ JiAh... ¿otra vez eso? no... — se quejó entre risas y JiAh borró la sonrisa de su rostro. Ella siempre estaba para complacerlo cuando él llegaba a su apartamento excitado ¿por qué no podía él también devolverle el trato?
Entonces rodó los ojos bajándose del regazo de quien se supone es sólo su mejor amigo. Tomó su brasier del piso y empezó a colocárselo bajo la mirada confundida del castaño; quien lo había teñido hace poco para una presentación que tenía; la cual fue un éxito y por eso celebraban.
— Entonces debes irte ya. — murmuró acomodando los tirantes sobre sus hombros.
— Oye JiAh, no es para que te molestes conmigo. — se quejó con tono suave mientras la tomaba del brazo— te recuerdo que ya hicimos eso y no me gustó mucho...
— ¿Pero no puedes simplemente hacerlo por mi, Jimin? Siempre he estado para tus calenturas, para bajarte el miembro cuando tu noviesita te lo deja despierto. — él la vio sintiéndose mal.— ¿Por qué no puedes simplemente tratarme como te trató yo a ti?
— Lo siento, JiAh... en verdad ¿si? — ella resopló y se levantó buscando una bata de seda para después mirarlo con fijación. Entonces Jimin supo que debía irse.
Se vistió tomándose su tiempo y luego se levantó para caminar hacia la puerta, al estar al lado de ella le tomó del codo e hizo que lo viera.
— En serio lo siento, soy consciente de lo buena que eres conmigo y... en verdad intento complacerte pero sabes que no me gusta mucho eso y... ¿prefieres probarlo sin ganas? JiAh el sexo sin disfrutarlo ambos no es divertido ni placentero.
Ella con sus brazos cruzados sintió su lengua querer salir para decir algo de lo que sabía se iba a arrepentir en cualquier momento.
— ¿Y qué crees que he sentido todas estas veces después de haberlo intentado? — lo soltó, sabía que se arrepentiría porque al ver el rostro de él sintió que en verdad se había pasado.
— Auch~ — sonrió con amargura.— una patada en los huesos dolía menos. — murmuró volviendo a sonreír de la misma forma. La vio otro segundo a los ojos y luego salió despavorido del lugar.
JiAh resopló escuchando la puerta de entrada cerrarse y luego puso sus brazos en jarra. No le iba a pedir perdón ahora que lo pensaba. ¿Por qué? Hay muchas razones...
Primero; él no debería estar haciendo cosas con ella al tener una novia, segundo; él siempre es el consentido, tercero; ella quería más y ya hay una persona que tiene en mente para cumplir todos sus deseos más húmedos.
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