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Catorce

——— •⚜• ———

JiAh alzó una ceja esperando alguna palabra del chico que le diera atisbo de algo positivo o negativo de su parte a lo que le acababa de mostrar. No lo hacía con cualquiera, SunMi conocía de eso, y Jimin lo probó con ella una vez... pero además de eso ella quería que JungKook lo supiera y lo probara con ella, quería tenerlo usando esos arnés que usaba en las presentaciones del club mientras ella jugaba con su sensibilidad. Necesitaba ya una respuesta suya.

— ¿Y bien? — preguntó y JungKook respiró profundo antes de suspirar y volver la mirada al closet unos segundos, la vio a ella y le miró todo el rostro.

— ¿Quieres que yo me deje dominar por ti? — preguntó aunque en realidad sonaba como una afirmación a la que JiAh le dio un asentimiento como respuesta.— ¿Y si digo que no? — ella apretó los labios y miró el closet.

— Este es el pago que quiero por ayudarte con el caso... si no, podría entonces pasarle el caso a otro abogado... aunque... no es por halagar o presumir, pero este caso es muy delicado porque estarías enfrentándote al gobierno siendo un hospital manejado por ellos. — suspiró.— no es un caso fácil... y sólo una abogada como yo podría ayudarte. — murmuró.

JungKook la miró con desaprobación. Era una mierda que los de la clase de ella se aprovecharan de las situaciones delicadas de otros para obtener lo que querían.

— ¿Y si te pago el dinero mejor? — propuso siendo capaz de dejar ir ese trasero hermoso que tenía ella si con eso puede ayudarle a resolver su situación.

— ¿Estás dispuesto a pagar mis costosos honorarios? — preguntó esta vez mirándolo fijamente, él tragó fuerte sin saber qué hacer ahora.— Tengo una gran reputación, mi trabajo es impecable, mi posición en el país es muy alta... ¿Estás seguro de que podrías pagar esa cantidad? — Él empujó su mejilla con la lengua mientras la miraba de forma filosa, con molestia y deseo a la vez.

— Eres una... — ella levantó la mano y lo hizo callar.

— Insultándome no vas a lograr nada. — aclaró. Cerró la puerta del pequeño closet y caminó hacia la habitación nuevamente para sentir como él la seguía.— seamos claros, JungKook. — se dio la vuelta y lo encaró.— Tu estás aquí conmigo ahora mismo porque necesitas de mis servicios legales, me follaste aquél día sólo porque acepté tu caso... — se encogió de hombros.— ambos buscamos algo del otro... tu requieres mi ayuda y yo requiero de tus servicios. — apuntó su pecho y le sonrió de lado.— así que piensa si quieres realmente... piensa si vale la pena dejar tu caso en la basura por rechazar una buena propuesta como la que te estoy haciendo.

Él entendía, JungKook entendía que ella realmente tenía razón. Él requería de su ayuda más que cualquier otra cosa, necesitaba hacer justicia por lo que les hicieron y solamente ella podía resolver un caso tan complejo como ese. Soltó un suspiro y la miró para meter sus manos en los bolsillos del pantalón dejando los pulgares afuera.

— ¿Hasta cuándo sería eso si aceptara? — preguntó con suavidad mirándole a los ojos.

— Por mi hazlo de por vida. — ella rio un poco pero él no se inmutó.

— Hasta que esté resuelto el caso. — propuso esperando su aceptación. JiAh parecía pensarlo un poco y luego no le quedó más que asentir.

— Si eso quieres pues está bien. — afirmó para verlo fijamente.

— Y que el trato sea mutuo. — se acercó un poco a ella y su pecho rozó con esos senos levantados por el brasier. JiAh sonrió de lado y rodó los ojos.— No voy a permitir que me sodomices sin tener algo a cambio. — con su mirada agachada por la estatura de ella le sonrió de lado y ella resopló una igual.

— Una de las cosas por las que me gusta esto es porque al dejarte tocarme y acariciarme ya te estoy controlando... — JungKook lo pensó por unos segundos y en verdad ella tenía razón... por segunda vez en la noche.

— ¿Por qué mejor no me das un ejemplo de introducción de lo que te gusta, pequeña? — dijo con burla nuevamente hacia su estatura.

— No soy pequeña... soy el tamaño ideal para caber en los brazos de un hombre. — él sonrió aún más con esa respuesta y negó con ésta para sentir que esa mujer lo iba a volver loco si lo seguía retando.— Quédate allí. — apuntó la cama y él asintió aún con su sonrisa mientras se acercaba a su rostro.

— Bien. — murmuró para luego agarrar su labio inferior entre los dientes y soltar luego con suavidad y seducción. Quería excitarla nuevamente.

Ella fue nuevamente al armario y JungKook se sentó a los pies de la cama para esperarla. Al verla regresar notó que traía una fusta y uno de los frascos que vio en la repisa. JiAh lo miró de forma seductora y luego elevó la fusta a su cuerpo para hacerlo sentir en su pecho el material de cuero.

— Desabrocha tu camisa. — ordenó con voz firme y él con una sonrisa cínica; que no se borraba de sus labios, cedió desabrochando los botones que quedaban y luego se quedó con el torso semi desnudo frente a ella.

Con la fusta le acarició desde el pecho hasta abdomen con suavidad, haciéndole sentir el cuero en ese roce tan delicado y suave que se elevó hasta su mejilla; donde bajó a sus labios. Ella mordió los suyos sin despegar los ojos de los de él. En ningún momento habían dejado de mirarse y eso sólo fortalecía la tensión sexual en ambos.

JungKook cerró sus ojos un momento y suspiró preparándose para cualquier cosa que esa loquilla tuviera en mente. Al abrirlos dejó de sentir la fusta y luego ella subió una rodilla a la cama para luego subir la otra quedando a horcajadas sobre su regazo, le empujó suavemente del pecho hasta que él tuvo que sostenerse de sus manos para no caer con totalidad en la cama.

JiAh lo miró a los ojos más de cerca y notó que estos brillaban en demasía, se veían muy bonitos la verdad. Le mostró el frasco y luego lo destapó para dejarlo sentir el aroma suave a canela, elevó el envase y con la misma delicadeza empezó a esparcir el líquido aceitoso por su pecho. JungKook sintió el aceite bajar por su torso y no lo sintió desagradable, más bien se sentía de alguna forma más agradable de lo que hubiese pensado.

Ella dejó el frasco ya sellado a un lado y luego con sus manos empezó a esparcir el aceite por todo su pecho y abdomen, sintiendo sus músculos tensos por haberse ejercitado hace poco, sintiendo la calidez que este desprendía a la vez que la respiración se estaba empezando a acelerar un poco. La chica elevó su mirada al rostro de él y lo vio con sus ojos cerrados disfrutando el tacto. Y eso quería, que disfrutara al igual que ella.

Se levantó de su cuerpo y lo vio abrir los ojos.

— Espera un momento. — Se dio la vuelta caminando al closet nuevamente y al regresar lo hizo con un antifaz y unas esposas de cuero también.— ¿Quieres probar? — le mostró las esposas y él las vio dudoso, pero luego de unos segundos asintió y le sonrió de lado. Se iba a atrever a hacerlo y probar qué tan placentero podía ser para que esa diablilla esté obsesionada con el tema.

Se acercó y le extendió el antifaz de una malla como la lencería, era negra y al menos le permitía verla hacer lo que fuera a hacer. Se la colocó y luego le extendió las muñecas con sus manos hechas puño, ella sonrió complacida con su aceptación y empezó a ponerle las esposas con delicadeza. Al terminar lo empujó sobre la cama y tomó la cadena que unía las dos esposas para levantarlas y dejar sus manos por encima de la cabeza mientras él no dejaba de verla. Se veía demasiado bien sobre él.

Empezó su hazaña con un beso húmedo en la barbilla y luego se fue hasta la mandíbula para continuar bajando por su cuello, todo eso bajo las respiraciones agitadas de él. En un momento se detuvo para verlo y su rostro era del placer absoluto... le estaba gustando y eso era lo que ella quería, sabía que él sería el indicado para esto.

Continuó con sus besos en el cuello y llevó una de sus manos a esa abultada entrepierna que escondía un muy excitado miembro que requería atención. Separó su mano de allí luego de darle unos suaves masajes y después se sentó sobre su regazo para sentir la dureza en su intimidad, empezó a moverse con suavidad en un vaivén más que placentero para ambos; lo cuál le permitió oír unos cuantos gemidos de parte de él, eso la motivó aún más a seguir probando sus sensaciones.

Se estiró sobre su cuerpo y tomó el gancho pequeño de la cadena de las esposas para ajustarlo a la cabecera de la cama; donde había otro pedazo mas corto de cadena a donde lo podía atar. JungKook al notar que no podía mover sus manos abrió los ojos y miró hacia sus manos para notarlas completamente inmovilizadas, levantó la vista hacia su rostro que estaba sobre el suyo y percibió esa sonrisa pícara de su parte. Sintió nuevamente sus besos en la mandíbula y volvió a suspirar entrecortado con la sensación que eso producía. Las manos delicadas que lo habían inmovilizado le acariciaron todo el torso y luego se sentó nuevamente para verlo desde esa posición mientras se movía lentamente sobre su entrepierna, provocando eso nuevamente gemidos de su parte mientras se desesperaba por no poder mover sus manos.

JiAh se detuvo y se echó un poco hacia atrás para poder liberar su miembro de la presión del pantalón, con lo grande y duro que estaba JiAh temía que el pantalón no soportara.

— ¿Estás frustrado? — murmuró coqueta con un tono lascivo lleno de picardía. JungKook soltó un gruñido y la miró fijamente esperando algo de su parte que lo ayudara.

Ah~ — soltó en un gemido al sentir su mano masajear su miembro por encima del bóxer.

— Mira quien es el que está tan excitado ahora. — dijo en otro murmullo con la misma picardía. Con eso JungKook sólo quería tumbarla debajo de él y follarla hasta que perdiera la voz por tantos gemidos.

Ella descubrió la punta de su miembro y luego con su índice le acarició la misma que ya tenía algo de presemen. Tomó el borde del pantalón junto con el elástico del bóxer y los bajó sólo un poco para descubrir todo su miembro, sonrió y lo miró a través de sus pestañas; una mirada que excitaba a JungKook desde que la conoció. Se colocó de rodillas entre las piernas de él y tomó el miembro con su mano masajeando un poco, le sonrió de lado antes de bajar su cabeza y después de eso JungKook soltó un gemido al ver como empezó a succionar con su boca la punta de su erecto amigo.

— ¿Te gusta esto? — preguntó con falso tono de inocencia mientras lo miraba a través de las pestañas. Él asintió rápidamente y JiAh sin quitar la mirada de esos ojos grandes y brillantes detrás del antifaz pasó su lengua desde la base hasta la punta del miembro.

— ¿Podrías... — relamió sus labios mirandola.— meterlo nuevamente? — pidió viéndola sonreírle con travesura.

— Te estoy consintiendo mucho hoy. — alargó con tono travieso y él le sonrió de lado; cosa que la terminó convenciendo.

Introdujo el miembro en su boca llegando sólo hasta la mitad porque le provocó arcadas que él disfrutó bastante, ella lo notó cuando vio cómo movía las manos desesperado. Siguió dándole placer con su boca y en momentos se quedaba por unos segundos succionando la punta del mismo; lo que lo hacía removerse aún más inquieto.

Y luego de empezar a usar su mano; cuando no podía abarcar todo con la boca, le hizo un trabajo un poco más rápido que terminó haciendo que JungKook se corriera en su boca. Ella se separó y empezó a sonreír con travesura mientras se limpiaba la boca.

— Te lo has tragado... eres una zorrita candente. — murmuró con su respiración agitada para luego sonreír ampliamente.

Le había encantado, en verdad le había encantado esa buena presentación.

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