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꧁ Chapter 3 ꧂

—Ese angelito está muy fascinado por el mundo humano, ¿no crees, hyung? —cuestionó la potestad al arcángel que se encontraba arreglando unos papeles con los registros de las almas que estaban prontas a reencarnar—. Hasta fue capaz de soportar el regaño que le diste.

—Si te creo—el mayor levantó su rostro, encarando a su menor—. Lo regañé con verdadera firmeza, pero simplemente me respondió con un "lo siento hyung, no volverá a pasar".

Seokjin imitó la última frase para que Jimin pudiera comprender de mejor manera. El su susodicho asintió, y no tardó en continuar con la conversación para distraer al joven de pomposos labios, pues lastimosamente no podía ayudarlo al ser de una clase más baja.

Usualmente este se estresaba mucho cuando estaban en los apuros de ayudar a las almas a regresar al mundo, por lo que él como buen amigo, lo menos que podía hacer era acompañarlo para que no se ahogara entre tanto trabajo.

Ser uno de los encargados del funcionamiento de la jerarquía angelical era genuinamente difícil, pero digno de admirar. Aunque Jimin sabía que, si Seokjin no renunciaba, era porque no tenía otro motivo en el que gastar sus energías.

Ah, sí tan solo eso no hubiera salido mal, el arcángel estaría viviendo una vida de ensueño. En lugar de estar atrapado entre tanto papeleo que lo llevaba al borde de la locura.

—Exacto. Es raro, pero creo que podemos verle el lado bueno, ¿no? El mismo Jungkookie se ofreció a cuidar más de cerca a los humanos, y eso ya te deja más tranquilo. Con tanta tentación que hay, el trabajo aumentó con creces para los ángeles guardianes.

—Tienes razón, esto le ayudará bastante—estiró su cuerpo mientras dejaba soltar un suspiro por lo tenso que se encontraba—. Me agrada mucho que le haya ido bien para ser su primera vez...

Su mirada se perdió en algún punto de la habitación, detalle que no pudo pasar desapercibido para la potestad—En el fondo temía que no estuviera listo o fuera mucho para él, pero tal parece que solo fueron ideas mías.

—Es cierto, no quiero sonar grosero, hyung—el mencionado volvió a ponerle atención y Jimin no reparó en contener su honestidad—. Pero si era mucha sobreprotección de tu parte.

—Ay perdón, solo me preocupaba por él.

El arcángel rodó los ojos, y Jimin negó. Su hyung a veces se comportaba como un querubín de cincuenta años.

—Lo sé, hyung. Y no lo estoy diciendo para hacerte sentir mal. Solo quiero que comprendas que ya llegó el momento para que lo dejes abrir sus alas y volar lejos de aquí.

—¿Crees que no soy consciente de eso? —interrogó con auténtica duda—. Sencillamente hay algo que no me cuadra.

—¿Acaso es tu fuerte don de la intuición haciendo aparición?

Jimin respondió con otra pregunta, tratando de disipar la tensión que apareció de un momento a otro entre los dos. No era su intención dañar con sus palabras, al contrario, pero quería asegurarse de que sabía que implicaba el hecho de que Jungkook se aventurara en otro lugar que no fuera el paraíso.

—No sabría decirlo a ciencia cierta, así que si notas algo raro ya sabes que hacer, Jiminnie.

"No debo permitir que se repita la historia. Jungkookie no puede sufrir. No merece que su corazón tan puro se dañe por el dolor de los errores que su inocencia le pueda llevar a cometer".

—¿Un presentimiento? ¿Tal vez un mal augurio?

Los ojos de Jimin lo examinaban curioso. Seokjin afirmó con la cabeza, no tenía caso ocultar lo que sentía.

—Algo así, y sabes que nunca me equivoco. Por algo el creado me proporciono dicha cualidad entre muchas otras más.

—Un punto a favor para ti, hyung. Puedes estar tranquilo, estaré al pendiente.

—Gracias, Jimin... Sabes que tengo motivos de sobra para desconfiar.

—Sí, hyung.

Jimin esbozó una pequeña sonrisa, y acto seguido hizo una reverencia a quien también era su superior, para finalmente despedirse y salir de ahí. Justo ahora necesitaba perderse en lo más profundo de su mente.

"Lo había olvidado... Tu desconfianza es porque lamentas no haberla hecho cambiar de opinión. Y que ella haya escogido ese camino a pesar de lo que sucedió".

La potestad siguió caminando a paso lento, concentrado en sus pensamientos, hasta llegar al bonito jardín con el que contaba su hogar. A esas horas la vista que tenía de las nubes era simplemente espectacular. Todas esponjosas y bañadas por la luz solar, en contraste al celeste firmamento.

—A veces tengo tan mala memoria. Supongo que son los siglos pasándome factura— bromeó para sí mismo—. Sí, eso tiene lógica para mí. 

Su mirada se perdió en el paisaje, consiguiendo un poco de paz con esa mínima acción—Pero ya veré que hacer sí se llega a dar ese caso en particular.

"Ojalá sepa escoger la opción correcta, no pido más".

Taehyung llegó al inframundo, con una sonrisa perfecta decorando su rostro luego de aquella promesa con el bonito ángel. Todo su ser se encontraba entusiasmado sin poder evitarlo.

Definitivamente ya lo quería volver a ver.

En completo sigilo se adentró al palacio donde vivían la mayoría de los demonios que se habían ganado su derecho de estar ahí. Caminó a pasos lentos por el oscuro pasillo, sin querer llamar mucho la atención, pero tarareando en voz baja una melodía que escuchó en el mundo humano hasta finalmente llegar a su habitación.

Sin embargo, cuando el demonio de orbes púrpuras cerró la puerta detrás suya, terminó sobresaltándose al ver una figura ubicada muy cómodamente en su cama.

—Maldición, Yoongi hyung. ¿Qué haces aquí? —cuestionó sonando muy enojado—. No me gustan las visitas improvisadas.

El demonio sonrió orgulloso por su cometido. Molesta al demonio de menor rango. Con ese porte tan elegante que tenía le respondió con simpleza—Tae, primeramente, hola—le saludó con un tono divertido que hizo bufar al joven de cabellos oscuros.

—Hola, hyung—dijo de mala gana, tomando asiento frente al mayor—. A pesar de que sea un demonio no puedo evitar asustarme si te veo en mis aposentos sin ser invitado—recalcó y Yoongi no tardó en contestarle con obviedad.

-Si te asustas es porque vienes cometiendo algún pecado—ese tono burlón provocó que Taehyung rodara los ojos—. Además, llevabas esa sonrisita tan peculiar que solo aparece cuando haces alguna travesura, y por lo que veo eso te distrajo lo suficiente como para no conseguir lo que me prometiste.

Oh mierda, no se había acordado. Yoongi dio en el clavo, pero no se lo haría notar. Su orgullo y capacidad de engañar podían más.

—Son imaginaciones tuyas y no las conseguí porque cuando llegué a ese lugar, las almas ya habían sido llevadas al lugar de descanso eterno—soltó, mostrándose desinteresado—. Ya te recompensaré en otra ocasión.

-Lo esperaré entonces, sé un demonio de palabra. –pidió con firmeza. Al menos entre seres de oscuridad debían mantener la lealtad. - Y con respecto a lo otro, ¿acaso no has escuchado el dicho de que el diablo sabe más por viejo que por diablo?

—Por supuesto, y tú cumples con ambas—musitó ganándose una mala mirada de parte del más bajo—. Perdón, no pude evitarlo.

—Mocoso tonto—se incorporó, con la intención de acercarse a Taehyung. Mostrándole su ceño fruncido, mientras lo apuntaba con un tono amenazante, digno de un demonio de alto rango—. Si vengo a decirte esto es porque te advierto que, si me entero de que estás haciendo alguna tontería no voy a limpiar tus mierdas ni mucho menos cuidar tu trasero.

—No te preocupes, hyung. Igual lo de cuidar mi trasero no es algo por lo que te debas preocupar, ya lo hago a mi manera—movió las cejas, con una mirada atrevida, dándole una indirecta muy directa. Yoongi resopló, en definitiva, no quería saber eso.

—No me refería a eso idiota, no me importa que hagas con tu trasero—aclaró con molestia—. Esa información no te la pedí, solo quería que te quede claro que no seré más tu niñera y te aviso que Namjoon está buscando la manera perfecta para darte un buen escarmiento.

—Pues bien, no sucederá nada, solo di un paseo que me cayó muy bien, así que quédate tranquilo y por hoy déjame en paz, hyung—musitó haciendo un ademán para que saliera de su habitación, quería estar solo—. Estoy muy cansado como para reclamos. Sé lo que hago.

El mayor asintió sin ganas de seguir discutiendo con el otro demonio y salió de la pieza. Al instante sintiendo como cerraban la puerta con fuerza. Suspiró y se retiró con lentitud, pensando que tal vez el menor se cansó de escuchar lo mismo de siempre, pero tenía que entenderlo, a veces hacía muchas travesuras que con suerte lograba controlarlas.

Sin embargo, Yoongi todavía estaba con ese sentimiento de que algo iba a pasar y por más curioso que estuviera al respecto, no podría intervenir, mucho menos evitar. Porque en las cosas del destino, ningún ser por más divino o maligno que fuera, lograría cambiar.

Continuará...

Un capítulo muy tranquilo, gracias por leer, corazones. Si puedo más tarde vuelvo a actualizar en recompensa por la inactividad.

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