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꧁ Chapter 10 ꧂

Taehyung estaba muy nervioso. Literalmente no había podido pegar ojo en toda la noche. El miedo de ser el único en querer dejarlo todo por amor lo estaba consumiendo. No obstante, se reconfortaba así mismo al concentrarse en los bonitos recuerdos que hizo a lado de Jungkook. Y en esos bonitos ojos cielo que le observaban de esa forma tan especial.

A cada minuto que pasaba se repetía que no sería negativo, pues lo que tenían no podía describirlo de otra forma que no fuera verdadero. Porque de no ser el caso, ¿cómo explicaría que su corazón muerto volviera a latir con tanta fuerza desde que conoció al castaño?

Era cierto que sus primeras intenciones no fueron las mejores, pero desde que Jungkook le dio paso libre a que Taehyung pudiera mostrarse tal y como era, con la solo presencia del ángel se completó ese algo que su alma necesitaba pero que nunca creyó que fuera importante en su vida.

El poder sentirse amado. El tener unos brazos en los que podía refugiarse y sobre todo olvidarse de la soledad que lo acompañó desde sus inicios.

Y sí, el demonio también había cometido errores como cualquier otro ser, pero confiaba en esta esta oportunidad que la vida le estaba dando. La tomaría sin dudar y jamás se le cruzaría el tonto pensamiento de desperdiciarla.

Lo que más deseaba era hacer feliz a su ser de luz por toda la eternidad. Así podría redimirse de sus pecados.

No sonaba un mal plan, al contrario, le encantaba la idea.

Harían muchas cosas juntos a partir de ahora y eso sería lo que más atesoraría en lo más profundo de su alma.

Así sería porque Taehyung jamás faltaba a sus promesas.

Yoongi observó cómo su menor se marchaba de su lúgubre hogar, lo despidió con un ademán y luego se dejó llevar por sus propios pensamientos. El demonio estaba muerto de los nervios al igual que Taehyung, pero no por lo que este tenía que hacer, sino porque la parte que le tocaba no la consideraba para nada bonita.

Lastimosamente él debía ser el encargado de contarle a Namjoon sobre la buena nueva, por lo que esperaba no terminar quemado ya que puede que el general del inframundo no controle su enojo y Yoongi termine pagando las consecuencias.

"Ah, lo que hago por este mocoso".

Ojalá al menos le fuera bien.

Por otra parte, el arcángel que iba saliendo de su oficina, sin querer fue uno de los espectadores de la salida de Jungkook del palacio celestial.

¿Qué rayos le sucedía?

Giró su rostro y se encontró a un Jimin que le miraba con una cara difícil de leer. No obstante, lo dejó pasar.

—Kook salió hecho una bala de aquí, ¿acaso tenía algo que hacer? —interrogó y Jimin rápidamente negó con la cabeza.

—¡No, como crees! —exclamó sin poder evitarlo, pero al ver la ceja alzada de su mayor, carraspeó y continúo tratando de arreglar su error—. Pura imaginación tuya, hyung. Solo le gusta salir al mundo humano después de muchas tareas aquí en el paraíso.

—Sí tú lo dices... —le restó importancia, relajando su semblante—. Espero que no se le haga costumbre y mejor se aburra de hacerlo. En serio no quiero que se encuentre con algunos de esos indeseables.

—Claro. Ojalá que no encuentre con ningún demonio que pueda robar su corazón.

Seokjin le analizó confundido.

"Tonto Jimin, tonto". 

Se regañó mentalmente.

—¿Su corazón? Eso es lo que menos querrán, porque no les sirve, su alma querrás decir—le corrigió y Jimin rio con cierto toque de ansiedad.

—Sí, eso...

—Siempre lo tengo en mis oraciones, por eso estoy tranquilo.

—Por supuesto.

—Bueno, nos vemos más tarde Jiminnie—se despidió—. Y aprovecha a tomar un descanso, te ves un poco pálido y te siento despistado.

—Oh... De acuerdo, hyung. Gracias por tu preocupación.

El arcángel asintió y emprendió su camino, teniendo en mente que debía trabajar y para suerte del menor, dejándolo menos ansioso por su presencia.

—Ay—suspiró, dejándose caer en el suelo—. Ya me estoy arrepintiendo de ser el hyung confiable.

Observó su alrededor y al tener constancia de que no había nadie cerca, siguió hablando solo.

—¿Qué se le puede hacer? Si yo no le salvo sus alas, ¿quién más?

Se incorporó y se arregló su vestimenta que sin querer se desarregló.

—Sin duda me merezco el cielo después de esto—tomó aire por la boca, y fue con rumbo a su habitación.

No le quedaba de otra más que esperar.

Taehyung estaba esperando a que su lindo angelito hiciera aparición, mucho más relajado que hace tiempo atrás, confiando por una vez en lo que su corazón dictaba. Y aquello era que Jungkook lo quería de la misma forma que él, y eso bastaría para saber que podrían enfrentar todo.

—Tae—escuchó su voz y no tardó en reaccionar. Ambos se abrazaron con fuerza.

Segundos después, con suavidad Jungkook levantó su mentón y compartieron un casto beso, de esos que los dejaban sin aliento. Con ese pequeño roce de labios transmitieron todas las emociones que habían acumulado desde que sus hyungs hablaron con ellos.

—Kookie... Tenemos que hablar.

El demonio susurró contra los belfos contrarios, y el ángel asintió despacio, pero eso provocó que rápidamente lo apresara entre sus brazos. Como si le aterrara la idea de tomar distancia, por lo que se sentó en el césped; importándole muy poco ensuciar su vestimenta, acomodando al demonio en su regazo.

Taehyung se sintió complacido, adoraba ese tipo de gestos que tenía el ángel. Era como un refugio del que no quería irse jamás.

—Cielo— el demonio volvió a romper el silencio, haciendo contacto visual con su pareja—. Supongo que tu hyung ya habló contigo acerca de lo nuestro y lo que sucedió con Namjoon hyung y Seokjin hyung.

Por más calmado que estuviera el demonio, siendo sincero no sabía cómo abordar el tema y el ser celestial podía notarlo.

—Sí... De igual modo tu hyung lo hizo contigo y yo solo puedo decirte que a pesar de lo que haya sucedido con ellos, nosotros somos una historia aparte. 

El joven de piel canela lo observaba fijamente incitándole a continuar—. Así que, por ese motivo, si tú no quieres no te dejaré irte de mi lado, porque desde que te conocí te convertiste en el cielo nocturno donde quiero perderme. Apareciste en mi vida como la más maravillosa de las noches estrelladas y eso para mí no fue una simple coincidencia. Estoy seguro que así estaba destinado a suceder. Por eso, TaeTae, toma estas palabras con sinceridad. Dime que no estoy equivocado y que lo nuestro será eterno.

Taehyung tragó duro, sin poder decir nada, algo que por un momento preocupó a Jungkook, hasta que sintió como el demonio tomaba sus manos entre las suyas; acercándolas a su rostro para en un gesto cariñoso pegar el dorso de una de ellas a su mejilla, mientras acariciaba la otra con delicadeza.

—Kookie... Tú te has convertido en mi felicidad, una que jamás imaginé ser digno de poseer, así que esta mano que ahora me ofreces jamás la soltaré. Acabas de declarar que, si yo no quiero, nunca te irás de lado. Soy un demonio así que esa será la promesa que equivale a que no podrás librarte de mí. A partir de ahora estaremos siempre juntos.

Jungkook sonrió enternecido al ver los orbes púrpuras brillando, por lo que acercó más su rostro al de su precioso ser de la oscuridad para rozar suavemente sus narices; en un beso esquimal que calentó aún más sus corazones que parecían querer escapar de sus pechos.

—¿Y quién te dijo que yo quería librarme? —susurró coqueto provocando una risita en el contrario—. Me encantas tanto como la misma oscuridad a la que muchas veces pensé que era incorrecta adorar.

Y aquellas palabras terminaron por desmoronar en mucho amor a Taehyung. Estaba siendo un jodido sensible, pero... ¿qué más daba?

Puesto que, en una de sus primeras conversaciones, cuando se tenían confianza por más que no lo quisieran aceptar, el ángel le había expresado el temor de ser juzgado por sus compañeros celestiales si decía que prefería la oscuridad de la noche antes que la claridad del día y de su propio entorno, el resplandeciente paraíso.

El demonio en un tono juguetón le había respondido que eso era algo en lo que no debían opinar, porque simplemente era una preferencia que tenía y si a pesar de eso lo señalaban de "raro", podía decir que padecía nictofilia.

Jungkook le observó con una cara que era digna de retratar en un lienzo, por lo que Taehyung rio con ganas, mientras el contrario fruncía su ceño como un niño malcriado, así que rápidamente le explicó su significado.

"En pocas palabras, mi querido angelito, la nictofilia es la preferencia fuera de lo normal hacia la noche y la oscuridad. No te sientas mal por eso, porque la ciencia humana, más específicamente la psicología, le da veracidad".

Y después de aquella respuesta que dejó muy convencido al ángel sobre su gusto, recibió un tierno: "Ohh, sabes mucho del mundo humano Tae", dando como resultado que su ego se elevará más que el Everest, por lo que no tardó en fanfarronear sobre sus mil anécdotas y aprendizajes acerca de los humanos si con eso lograba que perdurará más esa bella expresión en el rostro contrario.

El demonio optó por esconderse en el cuello contrario, mientras sus lágrimas caían sin control.

—TaeTae... ¿Por qué lloras? No deberías—el ángel lo cuestiona, borrando su semblante juguetón por completo ya que todo su organismo se llena de miedo.

Él no quería hacer llorar a Taehyung. Eso era lo que menos deseaba y experimentarlo le llevó al punto de sentir que su corazón se hacía pequeño luego de escuchar los suaves sollozos.

Acarició su cabeza con suavidad pegándolo más hacia sí mismo, pues no formulaba ninguna palabra entonces lo menos que podía hacer era calmarle hasta que estuviera listo.

—No sé si te merezco, Jungkook... —susurró de tal modo que por un momento el contrario pensó que se lo había imaginado—. Eres mucho más de lo que pude imaginar tener a mi lado luego de siglos de soledad y mala vida.

—Hey, no pienses así... —alzó la cabeza del contrario y comenzó a dejar suaves besos en su lindo rostro, pasando por su frente, en los párpados, en su nariz y mejillas tratando de apaciguarlo y limpiar sus lágrimas—. Ambos nos merecemos, porque la vida lo quiso así. Somos el complemento que le hacía falta al otro. Por eso cumplamos el propósito de disfrutar de nuestro inefable amor sin preocupación alguna, porque esto es algo que se escapa de nuestras manos.

—Está bien, Kookie. Tienes razón, es que por ese tipo de actos conmigo es que me suelo deslumbrar mucho... Pues cualquier ser, no importa si fuera del inframundo o del paraíso desearía tenerte.

—Tal vez, pero yo... —tomó un pequeño mechón de cabello y se lo acomodó, avergonzando más a Taehyung, mientras establecía un fuerte contacto visual que los llevaba a un mundo donde solo existían ellos dos—. Solo quiero a un etéreo demonio de personalidad hechizante, que posee los ojos púrpuras más cautivantes que he visto en toda mi vida y que logran eclipsar toda la oscuridad a su alrededor... ¿Lo conoces?

Taehyung sonrió y lo abrazó por el cuello, besando la mejilla del ángel, causando una pequeña risita en este.

—Pues lo conozco y está muy feliz de que lo hayas elegido.

—No cariño, no lo elegí, él nació para estar conmigo—sonrió ladino y acercó su rostro lo suficiente como para que el demonio sintiera su respiración—. Así que, lo menos que este puede darle es una pequeña recompensa.

—¿Sí? ¿Cuál? —preguntó cómplice—. Puedo recomendarle algo.

—Mmm... Esta—respondió y unió sus labios en un dulce beso, donde sin poder evitarlo silenció una tierna risita por parte del demonio, mientras acariciaba con suavidad su estrecha cintura. Estuvieron así por unos considerables segundos, hasta que no les quedó de otra más que separarse. Aunque la adoración en sus ojos era muy obvia, tanto que los tenía adormilados por los sentimientos tan puros compartidos en aquel dulce contacto.

—Pues estaré complacido por toda la eternidad dándote estas recompensas.

—Bien, con eso estaré más que contento.

Taehyung asintió, pero no tardó en preguntar—. Entonces les tenemos que comunicar a nuestros hyungs la decisión para concretar todo lo de la ceremonia, ¿verdad?

—¿Tú quieres que sea ya? Podemos esperar si gustas.

—¿En serio? —su boca se abrió hasta formar una "o" que enterneció a su pareja.

—Sí. La verdad quisiera mantener nuestra relación, así como está por un tiempo, sin que nadie nos estrese con todo lo que se nos vendría luego que se revela este secreto entre los dos. Sobre todo, a nuestros otros hyungs que son a los que más les chocará la noticia.

—Vaya, creí que yo sería el que lo propusiera—estaba sorprendido, pero le agradaba que compartiera su opinión con él, al final la comunicación siempre sería lo más fundamental en una relación—. Pero estoy de acuerdo.

Su relación era reciente, pero sabían que sería eterna. Sin embargo, también querían disfrutarla sin presión alguna. A fin de cuentas, la inmortalidad les daba esa gran ventaja.

-Ya deberías saber que soy lleno de sorpresas, Tae.

—Y por eso me encantas, Kookie—canturreó y volvió a besarlo cortamente mientras el ángel lo disfrutaba totalmente—. Y como ya aclaramos esto, vamos a disfrutar en algún lado de la ciudad, ¿te parece?

—Contigo hasta el fin del mundo, TaeTae.

El demonio mostró su sonrisa cuadrada mientras tomaba la mano del ángel que se dejaba llevar con gusto, sin pensar en nada más.

Porque en esos momentos lo más importante era ver esa felicidad desbordante en su precioso demonio, con la promesa de que él también velaría porque se mantuviera así para siempre.

En el inframundo, Namjoon se estiraba un poco, su cuerpo estaba adormecido. Luego de eso, lentamente caminó hacia el ventanal que había en su habitación. Perdiéndose en el paisaje lleno de oscuridad.

—Mmm, siento que me estoy perdiendo de algo. Y yo jamás me equivoco con lo que percibo a mi alrededor—declaró en medio de su soledad—. O tal vez son ideas mías...

Nuevamente volvió a su cama, sentándose en el borde mientras cerraba los ojos. Todas las noches era igual, se sentía tan incompleto y por eso su mente no encontraba mejor forma de entretenerse que la de divagar sobre las cosas que sucedían a su alrededor. Simplemente desde que perdió a su otra mitad, el insomnio se volvió su mejor amigo.

—Por ahora me concentraré en lo importante. Pero si sigo con esta sensación en el pecho, tendré que encargarme y tomar medidas. Porque eso es lo que hace un buen líder.

Continuará...

Gracias por leer, espero les esté gustando mucho, cielos.

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