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III

El frio que calaba en mis huesos era abrumador, los latidos que retumbaban en mis oídos me aturdían de maneras que solo creía posibles en mis pesadillas. No estaba seguro si todo esto era obra de sus manos o del alarmante silencio de la noche que dejaba sin habla alguna en esta extraña tempestad que ocurría a mí alrededor.

Las calles estaban encharcadas y los automóviles pasaban como estrellas fugaces ante mis ojos. Ojos que estaban cansados de la oscuridad, pero que tampoco podían aguantar la luz, ojos que solo miraban fijamente la vida pasar ante ellos sin que esta diera algún indicio de detenerse. La vida sigue, al igual que las gotas de agua amarga que caían sobre mi delicado cuerpo.

Extrañaba el sol, pero la lluvia también servía.

Solo era cuestión de sentir algo en mi piel, algo que me hiciera sentir... Vivo.

Que no solo mis pulmones y mi cerebro me lo indicaran, sino también algo más, no solo alguien que solo podía ver en mis sueños y pesadillas durante días y noches, horarios en los cuales no se me permitía comer, ni beber. No podía hacer nada.

No.

Antes no podía hacer nada, ahora podía hacerlo todo.

Respirar dolía a horrores, pero atribuía el dolor a la maratón que había hecho para llegar a este lugar, honestamente no quería sacar conclusiones pero tampoco quería quedarme a averiguar qué tan mal estaba de salud. Resumiéndolo todo, tenía un frio infernal, estaba empapado de pies a cabeza, me dolía el pecho a niveles asmáticos, no traía zapatos y no tenía idea de en donde estaba o a donde debía ir.

Estaba solo en esto y debía aceptarlo.

– ¡Oye, niño! – Escuché que llamaban haciendo que volteara en dirección a esa voz. – ¿Necesitas que te lleven? – Preguntó consiguiendo sacar una ligera sonrisa de mi rostro.

Tal vez no tenga que conformarme.


(...)


Lo primero que sentí al despertar fue el punzante dolor en mi cara y cabeza, como si una migraña estuviera penetrando en mi cabeza cual cincel. Queriendo ubicarme trate de abrir mis ojos. Mala idea, apenas los abrí la luz me cegó causando que el dolor que punzaba desde la parte de atrás de mi cráneo aumentara y ahora taladrara mis ojos, afortunadamente solo duro unos segundos antes de que volviera a intentar enfocar mi vista a la lámpara que brillaba en mi rostro. ¿Quién la puso ahí de todos modos?

Tarde apenas unos segundos para darme cuenta que estaba en una cama, y que me habían despojado de mi bata. Luego de un tiempo de no sentir que otras partes de mi cuerpo dolieran (fuera de mi cabeza, que seguía palpitando) me di la tarea de voltear la mirada de la exasperante luz artificial y miré a mis lados para intentar orientarme. Estaba en el hospital, nada nuevo, estaba en una de las habitaciones públicas en donde habían varias camillas agrupadas con las cortinas cerradas a los lados, lo cual agradecía ya que no deseaba saber nada de los otros pacientes, menos con este dolor de cabeza, ahora la duda era ¿Qué accidente pude tener para acabar en una cama de hospital? No creía que hubiera tenido un accidente fuera de tropezarme o que me lanzaran algo a la cabeza que me llevara a la inconciencia.

Quise hacer memoria e intentar averiguar que pasó, pero el intentarlo solo agravaba mi dolor de cabeza.

Desistí en esa idea y resistí el impulso de levantarme no queriendo empeorar el dolor, solo deseaba una aspirina o lo que sea y largarme a mi casa, no quería ni ver a nadie. Sin embargo, mis deseos no fueron escuchados dado el hecho de que alguien había movido las cortinas dejando el paso a una de las muchas enfermeras que trabajaban en mi turno. La cual, al verme despierto, no tardo nada en cambiar su cara de estrés por trabajo a una mueca que debería ser una sonrisa.

– Buenas noches, señor Masters. Me alegra verlo despierto. – Dijo de manera monótona. – Ha sufrido un accidente en la habitación de uno de sus pacientes, pero no fue nada grave, uno de nuestros... – Inmediatamente la desconecté apenas mencionó al paciente. Por supuesto, estaba en la habitación de ese anciano que estaba sufriendo de horribles dolores antes de que yo interviniera.

Recordaba haberlo dejado con el suero el tiempo suficiente para que nadie sospechara, pero tenía que retirarme para hacer el papeleo de un paciente al que habían transferido y habían dejado a mi cuidado. Pero al regresar alguien estaba en ese mismo cuarto observando lo que había hecho, sin siquiera parpadear.

Siendo honesto, nunca había esperado que alguien se diera cuenta de las cosas que hacía en el hospital, al menos no después de cuatro años trabajando en esta institución. Llegué incluso a sorprenderme de lo estoico que era el muchacho durante toda la experiencia.

Y hablando de ello, ¿Alguien más habrá encontrado el cuerpo? Asumiendo lo contrario, explicaría porque no estaba bajo arresto, dado el escenario en donde ese enfermero me hubiera delatado (suponiendo que el supiera lo que yo había hecho), y de todos modos no había ocurrido nada, esta enfermera seguía tratándome con respeto, no estaba esposado a la camilla como esos criminales que suelen llegar por aquí con la creencia de poder escapar fingiendo una enfermedad, y no habían oficiales saltando a interrogarme por nada. En otras palabras, no se habían enterado, lo que me llevaba a la duda de porque no me había delatado, ¿Cuál sería su motivo para encubrir el crimen volviéndose innegablemente en cómplice del hecho?

Y entonces recordé sus ojos, o al menos el único que estaba visible, el cual brillaba cual piedra preciosa en un cuarto oscuro. Ese extraño brillo, que ahora que lo había detallado mejor, no podía ignorar.

–... De todas formas, él se encargó de sus heridas en el rostro y ya deberían estar mejor. – Continuó la enfermera captando mi atención de vuelta al presente, ella se acercó a la mesita a mi lado colocando un vaso de papel con agua y un par de pastillas. – En un momento le enviaré a alguien para que lo vea en caso de que necesite ayuda para volver a su casa, aquí le dejo un analgésico en caso de que sufra de dolores de cabeza. Llame a alguien si necesita algo más. Que se mejore. – Despidió la enfermera huyendo rápidamente de la habitación sin dejar de lado la rígida sonrisa que cargaba en el rostro. Se le notaba la prisa con la forma tan acelerada que usaba para hablar, ha de estar muy alterada. Las consecuencias de trabajar en este turno.

Apenas la perdí de vista no esperé ni un segundo más y me tragué las pastillas al seco sin siquiera mirar el agua, no podía con el dolor y no estaba para agravarlo más de lo que ya lo sentía.

Pero mi mente no parecía querer descansar, no dejaba de pensar en ese chico y en el hecho de que no me había delatado. Algo era extraño en todo el asunto, ¿Tal vez estaba demasiado aterrado por todo que decidió mantener la boca cerrada? Era una posibilidad, después de todo era natural el tener miedo a morir si decides hablar de más, quería creer que era algo razonable y que explicaba la situación, pero algo no me gustaba del asunto, algo al fondo de mi memoria me decía que, a pesar de la lógica reacción, aun debieron haberme atrapado. Pero no podía entender que era ese 'pero' en toda la teoría. Luego recordé la intravenosa, yo no la había desconectado para cuando el muchacho encontró el cuerpo, estaba todavía en su lugar cuando lo encontré admirando mi trabajo, si hubiera estado asustado entonces hubiera huido de la escena, no había razones para que encubriera ese hecho si estaba asustado por lo que pudiera hacerle, para él era mejor que me delataran en todo caso.

Dado que la intravenosa tenía el químico que había usado para matarlo, no me imaginaba como no me habían descubierto. No había una razón lógica para el silencio del muchacho ante todo esto.

... A menos que el fuera tan idiota como para no estar enterado de la conexión con todo y yo solo estuviera siendo paranoico. De todas formas, las punzadas en mi cabeza no me ayudaban a pensar correctamente con todo esto, nunca le encontraría lógica sino estaba en mejores condiciones.

Sin creer que fuera sano darle vueltas al mismo asunto con esta migraña decidí mejor descansar un poco en lo que el medicamente hacia efecto, ya después tal vez la situación tuviera sentido. Pero mi mente no pensaba lo mismo, luego de intentar descansar de la nada fui llevado de nuevo al recuerdo del enfermero de uniforme negro, enfermero el cual estaba de espaldas a mí admirando mi trabajo sin emitir ni un solo sonido o movimiento, la sala estando en completo silencio...

La sala estando en completo silencio.

Abrí los ojos nuevamente confundido. El cardiograma estaba desconectado... ¿Yo lo había desconectado antes de irme? No lo recordaba. Aunque no veo el propósito de desconectarlo, alguien debía encontrar el cuerpo, así se registraría su muerte. Bueno, alguien si lo había encontrado, pero no se molestó en avisarle a nadie, a pesar de que el cardiograma... ¿Alguien lo había desconectado antes de que el chico llegara a notar el cuerpo? Si fue así, ¿Quién?

¿Habría sido él?

No lo sabía, y el dolor de cabeza no hacía nada por disminuir. De repente sentí la garganta seca, miré el vaso con agua que estaba a mi lado y rápidamente tragué su contenido sintiendo inmediatamente como mi garganta se aliviaba por un segundo antes de que el escozor volviera, aunque esta vez era leve. Deseché el vaso tirándolo en el cesto al lado de la camilla y rápidamente me recosté contra el delgado colchón con la esperanza de que descansar un poco me ayudara con el dolor de cabeza.

Mis pensamientos dieron vueltas por un tiempo, recordé su expresión al verme esa mañana, sus enormes ganas de dormir y el deseo de muerte que pululaba en sus ojos. Y con una expresión satisfecha por mis acciones, me dejé arrastrar por Morfeo.


(...)


Parpadee un poco desconcertado antes de volver a mirarla incrédulo.

–Entonces, ¿quieres que vaya a revisar el estado del señor Master en tu lugar solo para que tú puedas irte temprano? – Pregunté lentamente observando como ella asentía con la cabeza dándome una sonrisa tiesa y un 'Sí' apresurado. – ¿Y cómo porque debería aceptar tal cosa?

–Bueno – Inició con un tono alegre completamente falso –, tú lo golpeaste en la cara por accidente, así que fueron tus acciones las que lo dejaron en cama inconsciente – volteo su mirada hacia los niños que estaban en la sala escuchando la conversación –, por lo tanto es tu responsabilidad hacerte cargo de él. Ya sabes, ¿hacerte responsable de tus acciones?

Cuando Spectra vino a visitarme a la sala de pediatría no creí que fuera para que me hiciera cargo del doctor Master, no quería ir a verlo, pero tampoco podía negarme, era una situación en donde debía pensar en lo que les estaba enseñando a los niños a mi cuidado y en lo que el negarme a tal petición les enseñaría, les estaría dando un mal ejemplo si me negaba.

¿A quién engaño?, esa maldita enfermera con más cafeína que sangre en sus venas no dudo ni un segundo en usar mi debilidad por los niños en mi contra para que aceptara cubrirla en su labor de cuidar del doctor cabecilla del área, o en turno para ser específico, con tal de que ella pudiera escaparse temprano sin tener que andar de un lado a otro haciendo papeleo del accidente, ¿y quién mejor para el trabajo que el culpable de tal suceso?

Era una jugada sucia, pero desgraciadamente efectiva, ya que acepté sin dudarlo, y una vez hecho me entregó una carpeta en donde estaba el papeleo a medio hacer y se fue sin ocultar su cara de satisfacción ante su victoria.

Suspiré. Debía tener más cuidado con ella y en donde me atrapaba, esta no era la primera vez que hacia esto, pero si la primera en que lograba convencerme de hacer su trabajo. Penélope ya era bien conocida entre los miembros del hospital por sus métodos de manipulación, los primeros en conocerla eran los nuevos, los más susceptibles a sus palabras, a quienes siempre les dejaba sus tareas para poder irse antes del final del turno.

Con una mueca fui directo a la habitación en donde el doctor se encontraba con tal de terminar esto lo más rápido posible.

En el camino resumí lo ocurrido las horas previas al accidente, como lo había catalogado en el reporte cuando di aviso de ello, dando pie a los recuerdos de esa ocasión. No sabía que me llamaba tanto la atención del caso, pero era obvio que no podía olvidarlo, era como estar en una especie de trance en el que los sonidos de fondo eran un mantra que me llevaba a un lugar completamente nuevo, uno tranquilo y sin estrés, solo para que una voz de ultratumba me despertara de ese estado ausente causando que me alterara.

Estaba pensando en esto mientras acariciaba mi codo de manera inconsciente, el golpe no me había dolido, aunque si me había impresionado un poco el horrible sonido que le siguió, honestamente no creí haberlo lastimado tan gravemente hasta que vi la sangre y actué en reflejo.

Fue como despertar en un mundo nuevo, y al mismo tiempo caer de bruces en la realidad. Pero eso fue lo de menos.

Sin darme cuenta ya estaba de pie frente a la puerta en donde se encontraba el doctor junto a otros cuatro pacientes, nuevamente suspirando, y aflojando mi postura recta, entre en la habitación sin preocuparme realmente de cómo proceder con el paciente, no estaba realmente interesado en el sujeto solo quería acabar con esto rápido e irme. Punto.

Apenas entrar noté que todos los pacientes estaban dormidos así que procuré ser lo más silencioso posible con tal de no alarmar a nadie. Miré dentro de la carpeta queriendo que su contenido me dijera en que camilla estaba reposando el señor Master, pero no decía mucho, más allá de lo básico del caso y lo que yo por defecto ya sabía, así que volví a levantar la mirada notando rápidamente a la única camilla que tenía las cortinas cerradas por completo. Por default asumí que ahí se encontraba el doctor, y no estaba equivocado.

Con cuidado abrí la cortina encontrando de inmediato al doctor recostado con las manos enlazadas en su pecho el cual mostraba un sube y baja uniforme. Me acerqué con cautela a su persona notando un ligero ronquido que resonaba de su nariz, respiraba que era lo bueno. Con la misma lentitud me alejé de él notando un arrugado vaso de papel desechado en el cesto de basura vacío, a excepción del vaso, quise creer que ya le habían dado su medicamento e indicaciones por lo que no había razones para estar cerca de él por más tiempo, así que con reprimida emoción abrí nuevamente la carpeta queriendo ver si no había inconvenientes con marcharme, de todos modos mi turno ya había terminado hace poco y esta era la única tarea "asignada" que me faltaba por verificar.

Al notar que no quedaba nada por hacer simplemente hice el procedimiento estándar y di media vuelta con la intención de salir de aquí. Por desgracia, al salir moví mi pie contra la rueda de la camilla causando que la cama se sacudiera, lo que en consecuencia ocasionó que, efectivamente, se despertara el doctor a quien deje en dicho estado, aparte de causarme un escozor en el dedo del pie por el golpe.

Por un momento me petrifique no sabiendo realmente que hacer, por un lado yo había ocasionado que quedara en cama, por lo que, en retrospectiva, debería estar asustado por que me descubriera. Por otra parte, era su culpa por haberme asustado, además de que no estaba realmente temeroso por haberlo despertado, bajo la lógica de "Es tu culpa que yo haya reaccionado así" relaje mi postura y voltee a verlo con una mirada estoica.

–Buenas noches, Dr. Master. – Salude manteniendo una pose recta con los brazos al frente sosteniendo la carpeta con su caso. Él parecía aturdido, algo lógico dado que lo desperté de improvisto sin realmente desearlo, su cuerpo estaba semi-levantado con los antebrazos sosteniéndolo mientras me miraba con desorientación, como si hubiera olvidado donde estaba, pareció caer en cuenta de lo que estaba pasando porque inmediatamente se enderezo y me dio una mirada extraña, parecía querer decir algo pero lo interrumpí – En vista de que se encuentra bien y que no parece tener secuelas por el golpe debo suponer que está en óptimas condiciones, pero en caso de que esté equivocado le sugiero descansar un tiempo antes de realizar cualquier actividad, fuera de todo eso, usted es completamente libre de irse cuando desee. Feliz noche. – Tan rápido como hable me di la vuelta e hice lo que tenía previsto hacer desde que entré en esta sala: Largarme.

No me despedí, no pregunté por su bienestar, fui directo al punto, no le dejé contestar e inmediatamente me fui. Todo en un solo movimiento.

No es como si pudiera juzgarme, odiaba hablar con la gente adulta, no solían darme buena espina, era la principal razón por la que era ayudante de pediatría, era más fácil hablar con los niños, además que se comportaban mucho mejor, en su mayoría. Admito que tal vez no debí ser tan seco con él, digo yo fui quien casi le rompe la nariz y quien le dejo con una cicatriz en la parte posterior del cráneo, pero eso no me obligaba a ser amable, es decir, no conocía de nada al sujeto salvo por los cuchicheos de las enfermeras que hablaban sobre él en las horas de descanso, y tampoco era un buen punto de referencia para decir que sabía de él.

Simplemente no me importaba. Honestamente esperaba no verlo otra vez.


(...)


El viaje en carretera no parecía estar lo suficientemente calmado, ya habíamos pasado por dos baches y el chico al volante tan solo parecía estar en sus pensamientos, aunque debes en cuando lo sentía mirándome, ¿tal vez mi apariencia era demasiado extraña para él?

Realmente no lo sé, y tampoco quería saberlo, por los momentos solo quería estar cómodo y dormir un poco, pero no confiaba mucho en eso, así que lo mínimo que pude hacer fue mirar por la ventana admirando el paisaje lluvioso. No parecía querer dejar de llover, y era mejor así, a pesar del frio de afuera, el interior del auto estaba templado, de hecho estaba mejor que afuera.

–Y cuéntame – Escuché al conductor logrando que girara mis ojos a su persona –, ¿de dónde eres? ¿Te perdiste de camino a la ciudad? – Volví mi mirada a la ventana sin realmente saber que decir.

No sabía si sería buena idea mentir pero tampoco sentí correcto decir la verdad, tal vez el me devolvería a ese horrible lugar si supiera lo que había pasado. O tal vez no, tal vez me alejaría aún más y me ayudaría a mantenerme oculto, pero honestamente no lo sabía. Volví a mirarlo, noté que me miraba expectante a pesar de estar conduciendo.

Tomé una decisión a los pocos segundos.

–Huí de casa. – No vi razones para decirle la verdad, aunque técnicamente no estaba mintiendo.

Lo oí suspirar antes de volver su cara a la carretera – Comprendo ese sentimiento – Dijo con una mirada soñadora –, a los dieciséis escape de casa sin mucho dinero y me fui a vivir con unos amigos. – Eso último llegó a captar mi atención por un segundo, 'Tal vez yo no era el único', pensé.

– ¿De verdad? – Pregunté, y apenas asintió no dude en seguir preguntando siendo manejado por la curiosidad – ¿Por qué?

–Bueno – Inició dando una extraña pausa antes de continuar –, digamos que mis padres me frenaban mucho.

¿Frenar? ¿Cómo un auto? ¿Este sujeto huyó de casa porque sus padres no lo dejaban conducir?

– ¿Qué quieres decir? – Pregunté muy confundido sin estar realmente seguro de que estaba diciendo. ¿El escapó solo porque no podía manejar un auto? ¿Qué tiene eso que ver con la libertad? Digo, sé que los autos te llevan a todas partes, pero...

–Lo que quiero decir es que mis padres no me dejaban seguir mi camino. – Dijo de nuevo siguiendo con esa cara soñadora, aunque esta vez se veía más como si estuviera presumiendo algo. – En casa las cosas no eran fáciles, mi madre siempre estaba afuera y mi padre era un vago, siempre en el sofá con una botella en la mano sin razón de existencia, gruñéndome como si fuera un extraño viviendo en su casa. – Dijo con una mueca al final cuando mencionó a su padre – Siempre éramos yo y mi madre quienes debíamos traer dinero, mientras él no hacía nada. Todos los días antes de ir a la escuela debía levantarme antes de las cinco y repartir el periódico en mi vecindario sin falta, y mi madre se iba al restaurante a trabajar sin despedirse, así era todo el tiempo – De la nada se detuvo antes de tomar una expresión algo tensa –, así fue cada día de mi vida. – Nuevamente se detuvo.

En eso escuche un ruido antes de sentir que el asiento rebotaba. Habíamos saltado otro bache, me frustre un poco por eso pero al menos el impacto pareció despertarlo.

–Pero en fin, eso es historia pasada, no tiene por qué importarte. – Dijo como si nada relajando su postura como si nunca se hubiera puesto tenso – Lo que sí importa es lo que sucedió después, cuando conocí a mi pandilla y a mi novia, ellos si eran mi familia, ¿sabes? – Me miró con cierto entusiasmo antes de volver a la carretera sin quitar su sonrisa – ¡Demonios! ¡Ellos son mi familia! – Gritó de improvisto dejándome algo desorientado – No hay día en el cual no agradezca haberme ido de casa de mis padres y haber arrancado al horizonte con mi novia montados en esa motocicleta, jamás lo olvido. – Gesticuló sonando muy eufórico, tanto que empezaba a marearme, en el buen sentido al menos – Ella es mi chica, ¿entiendes?, es decir, no hay día que no la ame, se lo digo todo el tiempo, es la mujer más increíble que he conocido jamás.

De repente empezó a aburrirme y solo desee desconectarlo, no parecía tener en cuenta el valor de la libertad, solo sonaba a alguien que no quería estar en casa de sus padres porque eran muy... ¿Aburridos?, entiendo lo de querer abandonar a su padre, al menos la mayor parte, digo, técnicamente él está diciendo que su padre no hacía nada, no me imagino estando con alguien así. ¿Pero abandonar a su madre?, este chico realmente no me estaba dando razones para su escapada, era simplemente aburrido.

Pero el tema de su novia me intrigó bastante, ella sonaba a alguien capaz de abrirte los ojos, o por lo menos era alguien manipuladora si convenció a este tipo a escapar de casa.

–Ella suena como alguien increíble – Dije sin creer realmente lo que dije, pero era lo que él decía y me parecía un buen comienzo – ¿Cómo se llama?

Él volteo a mirarme por un segundo antes de volver a la carretera.

–Su nombre es Katherine, pero todos la llamamos Kitty. – Contestó aun con ese aire enamorado. – Ahora que lo pienso, nunca te dije mi nombre. – Dijo de repente mirándome mientras bajaba la velocidad. – Me llamo Jonathan, pero tú dime Johnny. – Dijo mientras daba la vuelta saliendo del camino de asfalto a uno de tierra.

No pensé mucho en el camino y solo lo miré antes de decirle mi nombre concluyendo así la conversación.

Aún seguía lloviendo, por lo que se me dificultaba el ver hacia dónde íbamos, aunque Johnny parecía saber lo que estaba haciendo, por los momentos decidí no preocuparme y decidí, ahora sí, descansar un poco recostándome en el asiento. Sin embargo, no paso mucho tiempo antes de que tuviera que abrir los ojos de nuevo cuando sentí que nos deteníamos, levanté la vista viendo como Johnny apagaba su auto antes de voltear a verme.

–Espero que no te importe, pero la gasolina se nos acabó y no podre llenar el tanque hasta mañana – Dijo sacando la llave y haciendo unas cosas en el tablero que no pude notar mientras me enderezaba. –, así que pensé que te gustaría quedarte aquí hasta que dejara de llover.

Levanté la vista hacia el frente notando bajo la lluvia, y la poca iluminación del lugar, una pequeña casa en medio de un terreno de tierra con un estacionamiento lleno de motos y autos que no podía distinguir muy bien pero que sabía que ahí estaban.

Un relámpago retumbó en mis tímpanos antes de escuchar como abrían la puerta del pasajero, al voltear ahí estaba una persona cubierta por las sombras quien llevaba un paraguas, quien sin dudarlo me tomó del brazo y me arrastro al pórtico de la casa antes de meterme a trompicones al interior de la casa.


(...)


-Desempolvando el lugar- Hola queridos lectores ♥

Lamento realmente la tardanza, pero digamos que me dio un golpe de tristeza en los días (meses) que estuve fuera, pero recientemente inicie clases en la universidad, obviamente a distancia, y no fue hasta hoy en la tarde que la inspiración golpeo a mi puerta de la nada.

Y yo me dije: "ATRAPALA ANTES DE QUE SE ESCAPE"

Como podrán ver la atrapé justo a tiempo uwu

Y como podrán notar aparecieron más personajes para la trama, cabe aclarar que no pienso usar a todos los fantasmas de la serie original, pero si los que me parezca convenientes.

Noticia de última hora, la historia no tendrá solo 5 capítulos, no puedo calcular cuántos tendrá pero no creo que pase de 10, más que nada por mi salud mental y porque no me creo capaz de tanto qwq

Pienso honestamente cambiar el diseño del Danny enfermero yandere pero no estoy segura, tendría que pensarlo bien antes de hacerlo, además de que no he dibujado mucho de esta historia pero si de otra que he tenido en mente... Yo si soy mundial

Fuera de eso ansió completamente hacer los próximos capítulos, dado que curiosamente la inspiración siempre me llega cuando estoy en clases o haciendo algo para alguna materia en la universidad

Honestamente no sé si es algo bueno o malo, pero al menos tengo la certeza de que estaré escribiendo por un buen tiempo, o por lo menos por 4 años si es que me inscriben constantemente sin falta cada trimestre.

Que ese fue otro problema, las inscripciones.

Imagínate a una mini Saku a las seis de la mañana dándole recargar a la página de inscripciones cada dos segundos solo para que me apareciera un puñetero error y no me dejara entrar, uuuuggghhh, fue un completo martirio

Y YA HABIAMOS PAGADO ASÍ QUE NO HABIA MARCHA ATRÁS POR QUE SINO ESE DINERO NO SE REGRESA

Ok ya, me calmo

Afortunadamente pude inscribirme y no perdí mi dinero :D

Ya volviendo con el capítulo, espero que les haya gustado y que no los hayan decepcionado, honestamente ciento que fue muy corto cosa que va en contra de lo que prometí el capítulo anterior lo cual me exaspera, si desean que el formato de capítulos sea así en vez de más largo díganmelo para estar segura qwq

Cualquier error que vean no olviden decírmelo para corregirlo, que de paso publique esto sin corregir

Sin más me despido~

Bye~♥

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