𝙸𝚗𝚝𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚌𝚒𝚘́𝚗
JungKook saltaba con sus cuatro patitas de par en par, esperando el regreso de su traicionero esposo que había corrido a una tiendita de conveniencia para comprarle sus vegetales.
A pesar de ser un vampiro, no podía consumir demasiada sangre o eso le afectaría a él como híbrido de conejo, era más de comer frutas y verduras hasta solamente deshidratarlas estando en su forma animal.
Amaba a su pareja, pero TaeHyung a veces era demasiado rígido y no sabía divertirse, no tenía sentido del humor. Al menos no tanto.
Su vida era tranquila, eran una pareja amorosa como pacífica, sus peleas eran un poco infantiles pero al final del día terminaban en los brazos del otro con mimos y cariñitos.
Llegó hasta la sala de estar, movió su colita antes de inclinarse atrás y subirse al sofá para luego brincar a la mesita de cristal en el centro.
Su patita diestra delantera acarició su oreja cuando se estresó, estaba demasiado alto y largo para saltar hasta una de las islas.
Movió sus bigotitos con frustración, rápidamente pensando en cómo llegar allí. No podía dominar sus alitas de vampiro en su totalidad.
Pero nada perdía con intentarlo, quería agua y se le habían antojado unas uvitas que TaeHyung había dejado reposando en agua.
Cerró sus ojitos color violeta con una aureola carmín a su alrededor, haciendo esfuerzo en sacar sus pequeñas alitas en la parte posterior a su torso.
Se irguió en sus dos patitas, visualizando sus alitas agitarse con alegría cuando su pequeña cabecita dio un medio giro. Había pasado un tiempo de que no intentaba usarlas.
No ejercía el control absoluto sobre sus dos pares azabaches pegados a su pequeño lomo, eran un desastre al volar.
Su padre jamás le había enseñado a usarlas cuando era un cachorrito por el mismo motivo, nadie en su familia sabía controlarlas en su totalidad. De hecho, podría decirle a cualquiera que era el mejor de todos controlándolas.
Su linaje se remontaba a miles de siglos atrás, cuando un familiar de la realeza y dinastía Jeong desposó a un Príncipe Japonés híbrido de conejo para establecer sus vínculos y riquezas a lo largo de los tiempos.
En primera instancia todo marchó tranquilo, se suponía que la criatura que el Príncipe Consorte cargaría en su vientre tendría el gen dominante, es decir, el del vampiro purasangre; sin embargo, los médicos de aquella época no estipularon ni tomaron en cuenta que los genes del Príncipe híbrido serían tan puros como para no poder fusionarse en primera instancia.
De alguna manera el veneno, la sangre pura de ambos y sus linajes lograron contenerse en el mismo cuerpo. Por alguna extraña razón, las siguientes generaciones en la realeza fueron como fueron hasta que los reinados absolutistas llegaron a su fin.
Tanto el híbrido como el vampiro no supieron cómo hacer que sus descendientes controlaran sus poderes, aquellos que estaban un poco más allá de la capacidad de un mismísimo purasangre de linaje.
Los patrones se repitieron de generación en generación, ni los más grandes científicos y médicos certificados en las mejores escuelas a nivel internacional pudieron determinar una forma de que los híbridos purasangres pudieran regularse a sí mismos.
Emparejarse con uno era peligroso, y muchísimo más si era un híbrido alfa, pero también si poseía un rango vampírico opuesto al de la parte híbrida.
Era un caos que nadie logró, ni ha logrado resolver durante milenios. Pues aquellos seres eran de los más rebeldes de tratar, todo tenía un papel fundamental en su helada conciencia emocional y sus rangos en cada especie.
JungKook era un híbrido de conejo omega, pero también era un alfa vampiro. Lo que complicaba muchísimo más las cosas con su esposo Kim TaeHyung.
Poseía ambos tipos de rasgos y eso solo le hacía un poco más peligroso; su temperamento era más grande y toda una montaña rusa para el purasangre. No obstante, habían podido llevarse bien desde el primer momento en que se conocieron.
En diversas ocasiones era difícil para Tae llegar a un acuerdo con su lindo esposo, pero otras no tan difíciles como pensaba que serían. Y JungKook estaba al tanto de ello, pero simplemente no podía controlar ambos genes en su sistema, ni su temperamento y conducta. Era su naturaleza ser como era.
Había discusiones, pequeñas peleas donde era el híbrido que se lanzaba al llanto por causa de su insensible esposo con la tendencia a burlarse de adoptar su forma animal por rebeldía.
Esta vez, su amado había ido demasiado lejos con no darle la razón sobre un tema en el que claramente tenía, tiene y seguirá teniendo la razón.
Su marca. El lazo vampírico que poseían.
TaeHyung no lo había marcado primero, JungKook lo hizo, él había sido el primero en marcarlo. Pero todo se debía a una razón, una muy explícita que ambos sabían.
En la familia extensa de JungKook, tanto materna como paterna, ambos lados tenían la creencia que el híbrido era y debía ser quien primeramente enlazara a su compañero a sí mismo, dándole la oportunidad de entremezclar sus distintas habilidades con uno ajeno a su especie; excepto con humanos.
Las capacidades de un vampiro consistían en magia, levitación, fuerza bruta, la belleza inmaculada, habilidades especiales –una que se anteponía a todas sus cualidades– y la inmortalidad. Mientras que las de un conejo consistían en hechizos, conjuros de cualquier índole, mezclaban magia blanca con negra, podían actuar a sus anchas dadas sus capacidades como vampiro.
El lazo lo podía formar tanto un híbrido alfa como uno omega, en ellos no había menor o mayor capacidad más que al momento del apareamiento, que eran los híbridos omegas los sometidos a gestar en su vientre. Eso era entre los de su misma especie.
Con otras especies, los híbridos difícilmente se sometían a sus parejas, rara vez eran los que recibían la marca primero –fuera por naturaleza, tradiciones o propias convicciones–; eran demasiado rebeldes con sus parejas, posesivos y dominantes con quien se unieran en una relación amorosa de pareja.
JungKook no era la excepción, solo que, era a favor de las tradiciones y sus propias convicciones sobre el vínculo de pareja. El híbrido pensaba que siempre debería ser la persona con capacidad de gestar en su vientre aquella que dominara y dictara las decisiones finales en base a sus argumentos y capacidad para ver más allá de lo que la contraparte vería.
Su conflicto había sido el hecho de que Kim no apoyara su pensamiento, en cambio, le diera el voto final a una omega. Estaba celoso, ¡por supuesto que sí!
Su pareja la había visto casi toda la maldita noche mientras ella parloteaba hasta por los codos.
Estaba enojado, triste, celoso, y más. Su esposo le había ignorado tan cruelmente, hasta que llegaron a casa él notó sus nulos ánimos en todo.
No pudo evitarlo y terminó transformándose en su ejemplar animal, aplicándole la ley de hielo que su estúpido esposo intentaba levantar con hacer o darle todo lo que amara.
Luego de pasar por pequeños debates mentales terminó por prepararse para finalmente emprender su vuelo en busca de las deliciosas uvitas.
No obstante, justo cuando brincó en dirección a ellas, fue detenido por su traidor esposo vampiro.
—No, no, no, mi amor —negó él tomándolo con ambas manos de su pequeña cintura animal.
JungKook inmediatamente le gruñó, removiéndose entre las manos de su pareja, sus orejitas bajaron y su mirada era acusatoria pero no le miraba a él, estaba ocupado tratando de liberarse de sus manos.
—Sabes lo peligroso que es volar en casa. Destruirías nuestro hogar —se quejó caminando en dirección al sofá de su salita de estar para luego sentarse.
El híbrido de conejo vampiro le propició una patada con sus cortas patitas delanteras en el rostro luego de que el purasangre lo acercara para darle besitos a su cabecita.
—Auch —exhaló con una mueca falsa, sus golpecitos en su forma animal eran como una caricia de la seda—. Bomboncito, habla conmigo. Si no me dices no sabré la razón principal de tu molestia y no podremos arreglar nada —comentó con sinceridad.
JungKook despareció mágicamente de las manos del rubio, apareciendo nuevamente en la encimera de la cocina.
—Koo, incluso has puesto el muro mental para que no te hable, ni esté al tanto de tus emociones y sentimientos —se quejó llegando a donde había ido su berrinchudo esposo.
«Cómo si te importara.» Masculló mentalmente el conejo, sin darle el lujo a su pareja de hablarle mediante su lazo.
Estaba pasando por un mal momento, tenía un revoltijo de emociones que le hacían querer llorar, cientos de pensamientos se arremolinaban en su mente ante la hesitación que surgió en ese mismo instante.
¿Él lo dejaría algún día?
Su corazoncito se oprimía con tristeza ante tal pensamiento, lo amaba demasiado como para perderlo por culpa de una simple omega vampiro.
—Mi bella bolita de algodón, no sé cuál es tu molestia en sí, pero habla conmigo, también sufro cuando no me diriges la palabra —susurró con tono amoroso y deprimido.
JungKook no cedió, en cambio, tomó una uvita con sus patitas y se la comió, girándose a verlo cuando ya no escuchó nada salir de su boca.
Entonces, cuando menos lo esperó, su amado apareció a su lado convertido en un precioso conejo de pelaje oscuro, sus orbes rojizo brillando como un excelso diamante de rubí.
Él se acercó con la esperanza de ser acogido por sus patitas blancas con manchitas negras, pero no, JungKook desapareció en un abrir y cerrar de ojos al igual que él.
Ambos aparecieron en la comodidad del colchón que compartían para sus actividades de descanso, como de complacencia sexual o pasatiempo de cineastas.
TaeHyung intentó acercarse a él nuevamente, saltando en sus dos patitas oscuras hasta quedarse detrás de él, esperando que se diera la vuelta y le hablara. Mas en su lugar, el híbrido de conejo se dejó caer de pompas en la misma posición, ignorando los intentos de su esposo por llamar su atención, cruzando sus patitas una por encima de la otra, con sus ojitos cerrados.
No cedería ante él con facilidad.
El conejo oscuro suspiró volviendo a su forma original, sentado en la cama, viendo la pequeña espalda de su amado, indispuesto a charlar con él.
Necesitaba algo con qué atraer la atención de su sensual esposo, y lo lograría, costara lo que costara, así tuviera que seducirlo o fastidiarlo.
La intro con información necesaria y básica por el momento. Pronto nos veremos con la travesía de este dúo. <3
Edit. He vuelto a corregir esta introducción porque ahora que volví a revisar tenía varios errorcitos, además de la información que cambié con respecto al contenido de la obra en mis notas.
[260424.]
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