8: Operación: Arma para Mikey
Decir que Carl no estaba feliz con Robin, era como decir que Daryl Dixon no amaba su querida ballesta.
El estar juntos había sido un habitó para ambos, la sonrisa de niño pequeño en Grimes salía con todo su esplendor, claro que Robin era un poco menos dulce que Carl, pero le mostraba cuanto lo había extrañado, sin contarle aún cosas del pasado.
La cabeza de Robin estaba alterandose, ella dormia teniendo pesadillas que no tenía desde que acabó con su trauma del canibalismo. Los recuerdos de los caminantes, de las muertes, sus ojos viendo el asesinato cruel y despiadado, odiaba tanto recordar que ella había tenido que aprender a usar un arma (aunque sus padres luego no se la daban), y que tuviera que sobrevivir luchando por comida. Ni la mini Robin imaginaria eso en sus juegos imaginarios con mini Carl.
Todo eso la llevó a despertarse en medio de la noche, y era horrendo, porque una vez despierta, le costaba un montón volver a dormir. Intento castigar a su propia mente pero no tuvo remedio más que levantarse de la cama y escuchar el ruido del viento cuando hacia mover cortinas de la casa, los ciudadanos dormían y los de vigilancia eran los que la acompañarian esa noche.
Genial... Pensó con sarcasmo tomando sus zapatillas, atandoselas y con una campera puesta se acercó a ver por la ventana las calles de Alexandria vacías. Tuvo la idea de explorar lo que ya había conocido, de noche y sola sería ¿interesante?. Abrió la ventana y un pie salió fuera de esta, con cuidado de no caer, se sostuvo todo el tiempo de la ventana por si acaso y al estar afuera de la ventana se fijo en el árbol, dando un salto que casi le juega la vida, acabo en la rama moviendo unas hojas y las más débiles del árbol cayeron al suelo.
Espero unos segundos antes de ponerse en acción, no quería que nadie la viera. Se fijó en el amado suelo y deseando caer de pie como un gato, dio un salto de la rama, cayendo en el suelo acostada con un leve dolor de espalda.
— Carajo Robin — murmuro un regaño a ella misma parandose y sacándose la mugre que seguro tenía de su cabello.
Encaminó sacándose la suciedad del pelo hacia el parque donde antes Enid y ella pasaban tiempo hace horas, cuando era de día. Era relajante el ver que todos dormían y los que vigilaban no la habían notado, más puntos a favor.
Podría hacer esto seguido. No amaba la tranquilidad de Alexandria, pero si le gustaba la tranquilidad así, donde parecía desolado y no había ruidos de infectados, le gustaba y no sabía bien el porque.
Quedó en frente de la casa donde su amigo de ojos azules descansaba, sus manos en los bolsillos admirando lo grande que era el hogar temporal de ese grupo. El haberse quedado parada sin hacer nada hizo que Rick Grimes la viera cuando abrió la puerta para ver como estaba el tema de la vigilancia. Hombre que quedó sin saber que decir ante Robin, lo mismo paso con la chica que se sintió nerviosa por las conclusiones que podría sacar Rick con el "Estar frente a su casa en plena noche como si fuera a hacerle algo a la casa o a ellos".
— Hola Rick... — murmuro con nervios y el mayor se acercaba a pasos lentos a la chica.
— ¿Buscabas algo en la casa, Robin? — ella negó — Si es a Carl es tarde como para andar buscándolo.
— No, solo me desperté y quería pasear — justifico con claro nerviosismo.
— Nunca puedes volver a dormir una vez que despertaste — recordó lo contado por la niña — no debes andar sola.
— ¿Por que?, ¿Estos débiles me mataran? — la burla no le cayó bien a Rick, que la señalo sabiendo que vendría una cagada a pedo.
— Son las personas que nos dan la casa, lo que comemos, todo. Debemos amoldarnos a las reglas si queremos vivir — ese hombre siempre era racional, o en parte lo era.
— Si seguimos esas reglas moriremos, me sorprende que aún siga con vida.
— No te mentire que sigo pensando como sigue de pie — le confeso poniendo una mano en su hombro — Entra a casa y quédate ahí, ya en serio no es bueno que andes sola.
La mirada de preocupación de Rick Grimes hizo caer redondo a Robin hacia la petición, le recordaba cuando su padre se hacía el bueno y la cuidaba cuando su madre casi la quería linchar por sus errores. Recuerdos que jamás olvidaría la adolescente, y que perdurarían en el tiempo para no olvidar quienes fueron las personas que la trajeron a la vida.
— Bien, pero comeré lo que haya — advirtió, Rick río aceptando eso.
— Esta bien, diviértete pero no tanto — le dio palmadas en el hombro antes de irse caminando como todo un Rey.
Admiro al hombre irse hasta que decidió empezar la orden del mayor, ir a su casa y robarle la comida, o mejorarla, tal vez tenía un Ratatouille dentro, robando comida y mejorandola, ¿no?
La casa estaba en silencio, y Robin estaba yéndose con rapidez a la cocina buscando algo que comer. Donde ella vivía, casi siempre había comida hecha por Carol, junto a Glenn habían hecho un trato de que cada uno en la noche comería algo sin delatarse quien era el glotón de la noche.
Efectivo trato.
Pero otro caso era la casa de Rick, donde no había tanto, ¡Faltaban las delicias!, ya entendía porque el mayor había aceptado la advertencia, ¡No tenían nada rico!. Robin se quejó por dentro cerrando un cajón haciendo un ruido más fuerte, al darse cuenta de eso quiso matarse por su equivocación.
Que no hayan escuchado, que no hay... Pasos se oyeron. ANDATE A CAGAR UNIVERSO, Robin mando un fuck you al cielo prestando atención auditiva a los pasos escuchados.
— ¿Robin? — la mencionada volteo sonriendo con nervios por la mirada amenazante.
— Hey, Michonne — murmuro dando pasos hacia atrás.
(......)
Ambas mujeres habían preparado un alimento de madrugada, pasaron así hasta que el Sol hizo presencia, Michonne y ella no habían estado charlando y solo se hacían compañia, al parecer no era la única que le costaba dormir si se despertaba. Y tuvo que explicar porque andaba en plena noche por su casa y en su cocina.
— ¿Conoces desde niña a Carl? — ella asintio — Bien... Mira, Robin, yo se que quieres a Carl y todo eso — la mirada de la mayor la atemorizo — Pero Carl, es un niño aún y no se si escondes algo... No quiero que lo lastimes.
— No lo hare, no soy una loca — defendió.
— Robin, no quiero que dañes a Carl, porque si lo haces, no tendré piedad contigo — volvió a asentir la menor.
De las escaleras justamente bajaba Carl Grimes, despertando con más paz, paz que no conocía luego de años y años de vida de supervivencia. Se saco las lagañas de sus ojos yéndose a la cocina, casi se cae al suelo cuando encontró a Michonne y Robin, ¡JUNTAS!
— R-robin, M-michonne — murmuro sorprendido y las dos llamadas lo notaron.
— Oh, Carl, estas aquí — la sonrisa tan despreocupada asustó más a Grimes.
— ¿Esta t-todo bien?
MICHONNE ME LA MATARA conociendo el cuidado que daba la morocha en el, podría asesinar a Robin. ¡Y no queria eso!
— Si, solo hablamos — murmuro la mayor.
— Exacto, se que es temprano pero Mikey nos había invitado a su casa, tendrá un desayuno allí — la mano del chico fue tomada por la tranquila Robin.
Sus ojos azules paraban de Michonne a Robin, y de Robin a Michonne. Y nada, sorpresivamente la mujer ignoraba que estaba cerca de ella siguiendo con su comida, no entendía nada.
Por lo estático que quedó Carl, Robin bufo tirando sin esperar su respuesta hacia la casa de Mikey. El tirón lo saco de vuelta a la realidad al chico que casi tropieza por el tirón.
Lindos... Michonne oculto la mini sonrisa al verlos salir por la puerta a ambos jóvenes.
(.....)
— Mikey... — el aún jugando la miro de reojo para que sepa que le prestaba atención — ¿Como vas con esto de la defensa personal?
Habían hecho la juntada al fin, Ron vendría más tarde para evitar reunirse con Robin por la chica, ya saben, así evitar que se maten como locos. Y así, podías ver al grupo jugar con las cosas que tenía el cuarto de Mikey con tranquilidad y sin tanta pelea.
Los tres sobrevivientes habían logrado hacer que el chico acabará prácticando defensa personal. Sabía defenderse con cuchillos, había mejorado su condición física y faltaba ahora un arma real, una pistola (pero no tenían ninguno eso por estar confiscadas).
— Bien, solo necesito una pistola. Enid dice estar creando un plan para conseguir una y salir de los muros — explicó el chico con tranquilidad— ¡AH, TAMBIÉN!
El grito asustó a Robin que estaba tranquila y sin prestar tanta atención, casi cayó por eso, pero fue sostenida por Enid que aguantó la risa con Carl de lo sucedido.
— ¿Que te pasa? — se quejó Robin y Mikey río.
— Perdón, quería decírte — suspiro para calmar la risa, miro a Carl que estaba ocupado sin prestarles atención y se acercó al oído de la chica — Decime cuando carajos te vas a los muros así creo excusas — le susurro.
Como Enid, saltaba los muros y Carl no lo sabía. Bueno, sabía que Enid lo hacía y el jodia que dejara de hacer tal cosa para evitar algún accidente, pero desconocía que Robin se escapaba a veces (no con tanta frecuencia), Mikey le hacía el aguante guardando el secreto dándole excusas a Carl o buscando cualquier forma que no supiera la verdad.
Conocía que Grimes podría hacer cualquier cosa para que no saliera, y no le daban ganas de salir regañada.
— Prometido — le dijo alzando el meñique, el cual (el con su meñique) enlazó.
Volvieron a prestar atención a como Carl jugaba a la consola, teniendo que jugar contra la computadora porque ninguno quiso jugar con el, triste. Estaban las cosas tranquilas, hasta que Enid bufo dejando el cómic.
— Oigan, tenemos algo que hacer.
Era raro oir eso de la castaña, los había sorprendió y a causa de eso, Carl perdió el primer round, logrando que se quejara por lo bajo, aun así volteo a ver a Enid.
(.....)
— Bien, Robin va a ir a dar galletas con Carl...
— ¿Por que yo debo ir?
— Porque si Carl, así que Chito — Enid al dar la orden esa hizo que el regañado pusiera los ojos en blanco.
El plan que daba Enid era sencillo, Mikey y ella irían con la llave de Olivia a donde guardaban las armas y sacarían una que pase desapercibida. Mientras que Carl y Robin harían lo más aburrido y lo más difícil, distraer a Olivia.
— Manos a la obra — concluyo Enid.
Todos bajaron con rapidez las escaleras cuando salieron del cuarto de Mikey. Sus padres dormían o estaban fuera del alcance para detenerlos, pero hubo algo que los detuvo y ese fue Ron Anderson en la entrada de la casa.
— Ron... — murmuro Mikey.
— Solo venía a decirle a Mikey que más tarde ire a casa. Hay cosas que debo que hacer — explicó el chico — ¿Y tu sigues aquí?
— Lo lamento, no me gusta vivir con caminantes — ironizó Robin y el chico recién llegado rodo los ojos.
— ¿Paso algo? — preocupado habló Mikey — ¿Queres ayuda?
Nadie entendió el porque ese cambio, siendo que tenían un plan. Carl tardo segundos en caer que el chico solo se preocupaba por su amigo, y Robin pensó que lo hacía para distraerlo. Eran ambos, porque Ron y Mikey se alejaron, siendo así que Enid, Carl y Robin salieran de la casa cerrando la puerta al estar afuera y comenzar su plan.
A buscar galletas.. Dijo Robin en su mente al pensar en una distracción
(....)
— Hace cara de niño bueno — Carl fruncio el ceño — Solo sonríe y actúa como un niño bueno.
— ¿Y eso que significa? — alzó los brazos desesperado.
— ¡Olivia, Hola! — ignoro a Carl al ver a su blanco.
Ella los vio sonriendo, tenía en manos una libreta que seguro estaría algo referido a las armas, además de tener justamente las llaves en mano. Que tremendo premio.
— Hola, mejores amigos — ambos le sonreiron con "inocencia".
— Hice galletas y bueno, quería saber tu opinión. Y debes ser sincera, no como Carl — el la miro ofendido y ella le saco la lengua de modo de burla.
Olivia cedió a las galletas ante la ternura y amor que daban esos dos jóvenes, no era algo relevante pensar en que ambos chicos quedaban muy bien juntos, y Olivia era de ese montón que pensaba así. Al probar una vio su expresión de que le había gustado.
¡Ja!, las clases con Carol sirvieron de algo. Con orgullo, Robin sonrió.
— ¿Podria... ? — señalo la bandeja y asintió, en el pase de la bandeja ella acabo dándoles los papeles y las llaves por accidente.
Olivia mientras comía muy alegre comentando varias cosas sobre lo bien que cocinaba Robin o hasta dandole consejos. Enid venía caminando casualmente pasando al lado de Carl (que conservaba las llaves en su mano). Así supo Pietro que ella tenía las llaves e iría con Mikey por el arma.
Ahora el sacrificio con Carl y Robin era escuchar toda la historia de vida de Olivia, no les era tan agradable oir cosas ajenas de gente que no conocían del todo o no les era importante. Robin suspiro preparándose para toda la narración, apoyo su brazo en el hombro de Carl y el se cruzó de brazos oyendo más tranquilo. Solo debían quedarse quietos, sonreír y escuchar, fácil.
Y para Carl en parte le favorecía, porque Robin no paraba de estar cerca suyo. Teniendo a su corazón dando latidos más rápidos que lo normal.
(....)
Olivia por tanto comer término avisando de una forma muy avergonzada que tenía que ir al baño. Así que aprovecharon los adolescentes para huir, Robin se le veía más molesta que Carl, que se reía ante la nariz arrugada de la chica.
— Ya deja de reírte — se quejó la chica.
— Estas tierna — fue como una ofensa tal halago, porque Robin le dio un golpe en su brazo — Auch, oye.
— Por idiota.
Carl sonrió burlón abrazando de lado a Robin, ella fingió más enojo pero por dentro le gustaba ver como Grimes dentro de todo la seguía tratando bonito.
Llegaron a la armería, que tenía la puerta abierta. Con cuidado de no hacer la puerta rechinar, pasaron con rapidez yendo con Enid y Mikey.
— ¿Pero que..? — Robin no supo que decir ante las armas caídas con algunos cartuchos en el suelo — ¿Llegamos tarde a la fiesta o que? — les sonrió con diversión y ellos compartieron miradas para señalarse el uno al otro.
— Fue Enid.
— Fue Mikey.
— No puedo creerlo — susurro Carl — ¡Junten las armas!
Los 4 se pusieron a juntar las armas y cartuchos que se les cayeron. Ninguno de los dos (Robin y Carl) querían saber el motivo de todo ese lío. Lo peor era que Olivia podría salir del baño y darse cuenta que no tenía las llaves, ¡El plan se arruinaba!
— Por eso debíamos ir nosotros — Grimes estaba molesto — Pero no, nadie confía en Carl y Robin, claro que no — dramatizo el estar "ofendido".
— Ay callate Grimes — la castaña que era su mejor amiga le tiro una caja de cartuchos, que de pedo pudo agarrar antes que se cayera.
Mikey tomó un arma, como la de un policía, la común. Este apuntó a un punto cualquiera, los miro sorprendido y feliz de tener porfin una pistola.
— Es... Wow, tener un arma, ¿podria...?
— No — Carl le saco el arma — primero no tiene balas, y esta el seguro.
Con Enid pudieron apreciar a los chicos hablar del arma, más bien Carl enseñarle cosas básicas. Como para cargar un arma, el seguro y como recargar. Y este escuchada atento tales cosas
— Si, y nosotras solas recogemos todo — Enid gruño agarrando unas cosas más guardandolas.
— Esto no hubiera pasado... — empezo Robin a comentar las palabras de Carl.
— Ay, ya callate — bufo ella haciéndo reír a Robin.
Los chicos siguieron ordenando, acabando en poco tiempo. Mikey recordaba cada detalle del arma estando emocionado, pensando de la nada en un juego, sonrió con más alegría y miro a los tres jóvenes.
— Oigan — Los tres se dieron vuelta viendo que apuntaba con el arma Mikey — Manos arriba.
Siguiendole el juego lo hicieron. Mikey quedó serio cuando les apuntó, hasta mostrar que era un juego sonriendo con burla.
— Y muevanlas con energía — empezó a cantar — Digan Ooh.
— Ooh.
Y si, Enid y Carl bailaban un poco siguiendo el juego de Mikey. También Robin, sumándose al baile con las manos alzadas. Se rieron parando el juego, Mikey bajo el arma y los otros tres bajaron sus brazos.
— ¿¡Que esta pasando aquí!?
El grito fuerte de Deanna asustó al punto que Mikey disparo, Y POR ALGÚN MOTIVO ESTABA CARGADA. Casi se le fue el corazón a Robin por eso, cagaron.
Observo a Carl acusatoriamente y este sonrió nervioso. Ahora había una pared con un agujero de bala.
Estában jodidos.
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