Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28: Te amo.


"Te amo más de lo que el mundo puede contener en su solitaria y arruinada cabeza".


Quizás...me empezó a gustar desde la primera vez que lo vi. Sí, ese encuentro tan vergonzoso. Lo primero que noté fue su color de pelo rojizo, luego, cuando miré sus ojos, me quedé intrigado, era muy raro ese tipo de color y eran...preciosos, luego noté un sonrojo en sus mejillas, aunque sea muy leve, a mi desnudes. Tal acto me dejó una intranquilidad en mi corazón que no pude contener y le terminé gritando por culpa del nerviosismo, no era menos, a pesar de que le hablaba, él solo me ignoraba.

Nunca nadie me había visto como él me vio...o eso es lo que yo percibí. De alguna forma, me había cautivado ¿y cómo lo demostré? Molestándolo y golpeándolo en varias ocasiones...sí, un desastre, yo era un desastre y no sabía cómo acercarme a él, en ese tiempo nunca tuve la necesidad de acercarme a alguien, solo los alejaba, tenía relaciones falsas, amigos falsos y por mi estaba bien, hasta que lo conocí y por primera vez sentí la necesidad de acercarme...

A pesar de todo el desastre, aún recuerdo una pelea con detalle. Fue ese día, después de 4 días fuera del instituto por culpa de mi padre, él me recibió de la mejor forma, cambiando mi comida por gusanos ¿De dónde mierda sacó gusanos? Es una pregunta que jamás obtendrá respuesta. En fin, ese día se lanzó para golpearme y de paso me tiró al suelo y lo peor, lo encontré...¿tierno? Descubrir que una cara tan dulce y tierna podía ser capaz de tener un carácter horrible, me volcó el corazón, ¿cómo era posible? Ni si quiera ahora lo tengo claro, a pesar de que le di muchas vueltas; después me enteré que teníamos mucho en común y mis sentimientos fueron en aumento como una bola de nieve en descenso. Sentía cosas que no podía explicar y sus ojos me decían que él los correspondían entonces qué importaba que nos conociéramos hace unos días, los dos estábamos cautivados y no pude contener mis palabras, le dije que lo amaba, a penas de conocernos, pensando que era la mejor palabra que podía describir todo lo que estaba sintiendo en esos momentos.

Sabía...sabía que no había caso en recordar todo lo que viví con él pero...

Suspiré, llevando ambas manos a mi rostro para masajearlo con suavidad. Basta...solo te estás haciendo más daño.

-Entonces...¿seguiremos actuando como si aquí no hubiera pasado nada o hablaremos? -abrí mis ojos con lentitud ya que hace un rato sentía punzadas en los dos, provocando un dolor horrible de cabeza.

Estaba tan concentrado en mí, que ni siquiera me había percatado de su llegada.

-No sé de qué estás hablando. -pronuncié, mientras me concentraba en los papeles que tenía en mi escritorio.

-Creo que ya pasó demasiado tiempo para seguir ignorándolo.

Suspiré. Levanté mi mirada hacia su rostro.

-Necesito concentrarme. -espete.

-Takumi, basta. Enserio no puedo seguir haciendo como si nada pasó entre tú y Alexander, desde esa noche te ves cada vez peor...sabes que puedes hablar conmigo lo que quieras.

-Mi aspecto físico es solo consecuencia del trabajo, sabes que no hemos tenido el mejor mes.

-Lo sé pero no solo hablo del físico, te conozco, sé que estás mucho peor que antes y me molesta que no sientas la confianza para hablarme de lo que te pasa. -claramente, escuché molestia en su voz.

-No se trata sobre la confianza, solo...no quiero hablar.

-Pero tienes que hacerlo, esa noche dañó a ambos, hace unas semanas visité a Alexander y se veía igual que tú, estaba sufriendo...los dos están sufriendo.

¿Sufriendo? Es razonable, esa noche no me contuve y le terminé gritando...

-Lo único que diré es que estoy en paz. -bajé mi mirada, nuevamente hacia el papeleo.

-¿Estás bromeando cierto? -resopló- No te ves en paz Takumi, ¿por qué sigues mintiéndote?

-Lo estoy, esa noche dejé las cosas claras, puede que no haya sido de la mejor manera pero por lo menos estoy seguro que por fin...todo acabó.

-Así que te diste cuenta.

-¿De qué? -levanté mi mirada con rapidez.

-De los sentimientos de Ale, esa noche en la cena, él en un momento se levantó al baño y al volver, no te quitaba la mirada de encima, claramente estaba esperando el momento para decirte algo, es por eso que yo fui al baño y luego me bajé en un lugar que ni si quiera conocía para que hablaran...¿por qué lo rechazaste?

-No lo rechacé, ni siquiera le dejé hablar.

-¿Por qué? Realmente no los entiendo a los dos.

-¿A qué te refieres?

-Los dos son iguales, antes también le hice saber a Ale, ustedes vuelven las cosas complicadas porque quieren.

-No se trata de eso...los dos nos hemos hecho mucho daño y estoy cansado de todo, de su maldita indecisión y carácter, dice ciertas cosas luego actúa de forma diferente, me mira y puedo sentirlo, aunque muy leve, aquel Alexander que me amaba y después escoge a su esposa...de verdad que estoy muy cansado de todo esto, solo quiero paz y tranquilidad.

-¿A costa de tu felicidad? -me quedé callado, sin saber qué decirle- Mira, entiendo que todo sea difícil pero así no se hacen las cosas y estoy seguro que por dentro lo sabes o ¿no te das cuenta que actúas igual que él en aquella vez? Sin dejarlo hablar y solo huir. Deberías acercarte y-

-Yuma...no puedo...ya no me siento con fuerza...no sabes el miedo que siento con tan solo pensar en su rechazo...la última vez yo estaba tan seguro que me escogería a mí...no podría.- intenté seguir pero el nudo en mi garganta me lo impedía.

-Lo sé pero sabes que las cosas no pueden terminar así tampoco.

-Sí...es extraño, intenté convencerme tantas veces que seguía siendo él pero lo miraba a los ojos y podía ver ese Alexander pero...no lo sé, como dormido, mientras que por fuera era como estar con otra persona. Enserio intenté parecer fuerte y decidido a pesar de todo para seguir enamorándolo pero ahora...ya no puedo más. -tomé aire para contener los quejidos, odiaba llorar frente a los demás.

-¿Sabes qué es más doloroso? Quedarte con la incertidumbre de no hablar y aclarar las cosas y no solo eso, hablar con sinceridad, los dos están escondiendo las cosas para hacer parecer como si nada pasara, lo que les hace peor.

Suspiré. No lo quería reconocer pero tenía razón.

-Piénsalo. -fue lo último que pronunció, se puso de pie y se fue.

Después de unas horas, al fin me encontraba sentado en el sofá de mi departamento. Hace semanas que no tenía tiempo, solo venía al departamento a bañarme, comer algo y luego tenía que salir nuevamente. Fue un mes muy difícil y todo augura a que siga así por un largo tiempo.

Miré a mí alrededor. Era un típico departamento de clase alta, en la decoración no se encontraba nada personal, que yo haya elegido, haciéndome sentir ajeno al lugar. En todos estos años me he cambiado varias veces por culpa de que ninguno lo sentía como un hogar y el cambiarme me hacía pensar que en algún momento, encontraría el correcto...o eso espero. Por ahora, creo que debería mudarme de nuevo.

Dirigí mi mirada hacia el gran ventanal que se encontraba a mi lado. Lo único bueno de este lugar era la vista increíble que tenía hacia la ciudad.

Un hogar...nunca tuve uno, a pesar de que somos 7 hermanos, unos padres no divorciados nunca tuve una buena relación con ninguno y fue así para todos, ya que apenas cumplían la mayoría de edad, se iban de inmediato de la casa. Lo único que pude considerar hogar por un tiempo fue...

Suspiré. No pienses más en él...

Cada vez que me quedo sin algo que hacer, sin darme cuenta pienso en él. Debería hacer algo...como cocinar pero en estos momentos no tengo hambre, entonces ¿qué más podría hacer? Es otra cosa que he estado meditando este tiempo. Desde la llegada de Alexander, me concentré tanto en él que cuando me rechazó, sentí un vacío gigante en el pecho. En mi tiempo libre siempre pensaba en planes para encontrarme con él o para viajar juntos con la excusa del trabajo pero después...nada. Siempre ha sido así, desde que mi padre me nombró como sucesor de la empresa, me obligó a concentrarme solo en eso así que todos mis pasatiempos quedaron en el pasado. Ni si quiera escucho a la banda que nos unió, hace años que no escucho música en general, entonces ahora soy una persona vacía, que ni siquiera tiene sueños o metas solo piensa en trabajar...la máquina perfecta creada por mi padre, ni siquiera pude ir tras Ale en ese entonces por su culpa.

También abandoné mi sueño...que nadie sabe...ni si quiera Alexander.

Observé el pequeño mueble que se encontraba al lado del sofá, allí se encontraba...mi alma...lo más preciado que tenía, junto a unas fotos de aquel día, ese día que lo invité a un parque de diversiones. A pesar de que él rompió la cámara, la memoria con las fotos no se destruyeron. Y claro, todo eso junto al collar.

Desde que lo conocí, mi vida entera gira entorno a él...¿cómo es posible? Tengo claro el porqué, después de todo fue la primera persona que me vio, se preocupó...me amó...primera y la última. Una persona vacía aferrándose a lo primero que le muestra cariño y afecto...pero...en aquel entonces pensaba que todo esto era una bendición, ahora...es lo que más me hace daño.

No pude controlar las lágrimas que abundaban en mis ojos, así que solo las liberé, inundando mis mejillas y mojando mi camisa.

No importa qué intente hacer...te amo y eso nunca va a cambiar.

Abrí mis ojos con lentitud y unas pequeñas gotas cayeron por mis mejillas. Los cerré con fuerza ya que los rayos del sol entraban con fuerza desde el ventanal.

¿En qué momento me había quedado dormido?

De inmediato noté un dolor constante en el pecho. Cada mañana amanecía con este tipo de dolor aplastante; a lo largo del día se volvía soportable pero en las mañanas, a veces hasta me costaba respirar con normalidad y todo por mis sueños. No recordaba mucho pero sabía perfectamente con quién había soñado, como siempre.

Dios...soy tan patético.

Me levanté para cocinar. Normalmente me daría una ducha primero pero ni siquiera recuerdo la última vez que me alimenté y ya lo estaba sintiendo, el mareo y las ganas de vomitar son provocados por eso.

Intenté mantener mi mente en blanco mientras comía y me bañaba pero era imposible. No me podía seguir haciendo el tonto, hoy a primera hora tendré una reunión con Asami en su empresa...sería la mejor oportunidad para acercarme a Ale pero ¿cómo exactamente? No puedo aparecerme como si nada hubiera pasado...le grité y le dije muchas cosas hirientes entonces ¿debería presentarme con unas disculpas?

Mientras más lo pensaba, más nervioso me ponía...cada vez estaba más cerca.

El nerviosismo no era lo único que inundaba mi cabeza y mi cuerpo, también me sentía entusiasmado, sentimiento que me era imposible reprimir ya que me encontraba en frente de la entrada. Respiré profundo y con decisión me bajé del auto. Al pasar el umbral mi nerviosismo aumentó, miraba cada esquina, cada puerta con rapidez, sentía que en cualquier momento los cruzaría él y por más que me lo repitiese, no estaba preparado para afrontarlo. Tan concentrado estaba a mi alrededor, que ni siquiera noté que la persona que me esperaba estaba enfrente de mí.

-¡Takumi! -por instinto, pegué un salto por la sorpresa y pude sentir como mi corazón se volcó pensando que era él el que me llamaba- Perdón hahaha, ¿te asusté? -se me acercó, para luego ubicar su mano en mi hombro.

-N-No solo estaba pensando en otra cosa... -no pude evitar expresar mi desilusión en mi voz.

Realmente esperaba que fuera...

-Dios, te ves horrible. -rió a carcajadas, ni siquiera intentó disimular.

-Y me sorprende que tú te veas tan bien con todo lo que estamos viviendo. -los dos comenzamos a caminar en dirección al ascensor.

-El secreto está en dejar la asesoría de la empresa a alguien más y solo aparecer en los problemas. -sonrió, para luego apretar el botón del piso 13.

-Sabes que lo tengo prohibido. -apenas se abrieron las puertas, nos subimos al ascensor.

-Lo sé, tu padre es muy estricto en ese tema pero lo entiendo, desde que estás a cargo, el bolsillo de tu padre no para de crecer. -ya en el piso, caminamos en dirección de su oficina.

Miré a mí alrededor muchas veces pero no había rastro de él.

-Bien, llegó el momento de hablar sobre cosas más importantes. -pronunció. Los dos nos sentamos en el cómodo sofá que se encontraba- Me hubiera encantado que Alexander nos acompañara en esta reunión, después de todo fue él que dio las ideas para resolver todo esto.

-Entonces...¿por qué no está aquí? -podía sentir como mi corazón latía con fuerza con tan solo escuchar su nombre.

-Hace unos días que está en el hospital y-

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! -sin querer, las palabras salieron de mi boca con rapidez.

-Tranquilo, solo fue por el estrés aunque fue un caos ese día porque lo encontraron desmayado en el baño así que todos se asustaron pero luego fue un alivio saber que está bien.

Mi corazón se apretaba con fuerza...no importaba cuánto tiempo pasara o si estuviéramos separados, me seguía preocupando por él, tampoco importaba todo lo que nos hemos dicho o todo el daño que nos hemos hecho...en estos momentos todo eso no importaba.

-Por si te interesa, está en el hospital regional.

¿Mi cara me había delatado?

-Entonces como decía, es una pena que no pueda estar aquí hoy, solo espero que este disponible el día en que tengamos la reunión más importante con todos los ejecutivos porque él tiene unas ideas muy interesantes y tú solo lo tenías como asistente, que desperdicio.-rió- También he escuchado que no has contratado otro asistente todavía, bueno, después de Alexander es entendible.

-Eh...sí, nadie podrá igualarlo...y tampoco me dio la oportunidad para ascenderlo...

-Bueno, aquí está muy bien para que estés tranquilo. -esbozó una gran sonrisa- entonces, comencemos la reunión.

La idea de que se encontraba en el hospital seguía rondando en mi cabeza. Cada cierto tiempo mis ojos se corrían hacia un reloj colgado en la pared, sentía como el tiempo pasaba lento...cada vez más lento. Con dificultad me concentraba en las palabras que discutíamos con Asami, a pesar de que era una reunión muy importante...en mi corazón se encontraba alguien más importante y no lo podía ignorar, por más que quisiera. Siempre era así, por más que lo intentaba alejar, él seguía apareciendo, en mis pensamientos, en mis sueños, hasta en mi vida. La verdad, antes pensaba que nunca más lo iba a volver a ver...quizás es por eso que no puedo ignorarlo, por más que quiera, por más que lo intente, sigue ahí, como una espina clavada profundamente en mi corazón.

Luego de 3 largas horas de discutir, al fin coincidimos en ciertas cosas y quedamos de acuerdo en los temas a discutir en la próxima reunión, más importante aún ya que asistían todos los ejecutivos de la ciudad y alrededores.

-Entonces, nos volveremos a ver para la próxima reunión, ah y, saluda a Alexander de mi parte...no me mires así, sé que ahora lo vas a visitar.

¿Nuevamente mi cara había delatado mi sorpresa? Era obvio.

Sin darme cuenta, ya me encontraba frente a mi auto, ni siquiera noté la rapidez con la que había bajado. Abrí la puerta y comencé a manejar. Por suerte el hospital estaba cerca y tampoco estaba lleno de automóviles así que llegué en un dos por tres. Estacioné el auto en el estacionamiento, al sacar las llaves noté que mis manos temblaban levemente. ¿Qué le diré exactamente? Era lo que pensaba una y otra vez, sin encontrar respuesta.

-Buenos días, busco a Alexander Williams ¿se encuentra aquí?

-Espere un momento...sí, él se encuentra en el segundo piso, habitación 315. -¿debe ser una broma?- antes de entrar tiene que registrar todos sus datos aquí por favor.

-Sí, no hay problema.

315...¿es solo una coincidencia?

Antes de tomar el pómulo de la puerta, dudé por unos segundos. A pesar de que había corrido por llegar lo más rápido posible, en mi corazón aún existía duda ¿debería acercarme? Antes quería terminar con todo solo para estar tranquilo pero...¿es lo que realmente quiero? Y ahora...¿de verdad quiero abrir esta puerta? Sabía lo que me producía verlo y sabía el profundo vacío que me producía alejarme nuevamente de él así que...tengo que estar seguro de abrir esta puerta.

...

Tomé el pómulo y lo abrí.

Allí estaba, toda mi intranquilidad y duda se esfumó. Se veía bien...a pesar de tener unas ojeras muy profundas. Me acerqué con lentitud, al parecer estaba dormido, lo cual agradecí, no me sentía preparado para hablar.

Ya a su lado, mi corazón se relajó y pude sentir cómo el vacío en mi pecho desaparecía...solo tenía que verlo y estar junto a él para sentirme así. Quería acercarme aún más y tocarlo, levanté mi brazo para hacerlo pero paré en seco apenas a unos centímetros de su piel. Hace mucho tiempo que no estaba tan cerca de él y ahora tocar su mano me hacía dudar. No debería estar haciendo esto...lo tengo claro, no debo acercarme más de lo necesario...no debo...

Solo dejé de pensar y tomé su mano...estaba fría...con lentitud y duda subí por su brazo hasta llegar a su rostro, masajeando su mejilla. Con rapidez, él movió su mano, agarrando la mía con fuerza. Por el susto, me congelé por completo. Mi corazón comenzó a latir con fuerza al pensar que se había despertado pero pasaron minutos y no había otra respuesta por su parte.

Suspiré aliviado. Ya más tranquilo, con mi otra mano acaricié su cabeza con lentitud. Luego de unos minutos, me acerqué a su oído.

-Estarás bien...

Escuché el sonido de la puerta y me separé con rapidez de él.

-¡Ah! Lo siento pero tengo que revisar la máquina. -me sonrió la enfermera.

-E-Está bien, yo ya me iba. -le sonreí devuelta y salí lo más rápido posible de la habitación.

Caminé y caminé sin ningún rumbo fijo, solo quería huir rápido de aquel lugar. Podía sentir cómo mis mejillas ardían con fuerza. Era obvio que ella había visto todo.

Por dios qué vergüenza...

Al percatarme que ya estaba muy lejos de la habitación, apoyé mi espalda en la pared y como siempre, me arrepentí de lo que había hecho. Me había obligado a mantenerlo a distancia para dejar de hacerme daño pero apenas tengo la oportunidad la rompo...Alexander solo me trae dolor, lo sé y lo tengo claro entonces ¿por qué? ¿Por qué me sigo comportando así?

Se veía bien pero...¿por qué seguirá aquí? Si el problema fue el estrés, sumándole mala alimentación entonces ni siquiera debió quedarse una noche...¿por qué él es diferente?

Sin dudar comencé a caminar.

-Disculpe, necesito saber el nombre del doctor que está tratando a Alexander Williams.

-Claro, ehh...es el doctor Himura Eiji.

-¿Se encuentra disponible?

-Lo siento pero en este momento está en horario de almuerzo y ¡ah! ¿Usted es Takumi Takaiichi? -preguntó sorprendida luego de ver la hoja que había llenado anteriormente.

-Si...

-Realmente lo siento, el doctor a esta hora se debe encontrar en su oficina, tercer piso. -me sonrió, nerviosa.

-Gracias. -le sonreí.

Mi apellido siempre me abría las puertas, no era algo que me agradaba mucho pero en estos momentos no podía quejarme.

Toqué la puerta antes de abrirla.

-Lo siento pero estoy en mi horario de almuerzo.

-Lo sé y perdón pero necesito hablar con usted. -pronuncié mientras me inclinaba mi cuerpo en una reverencia

-Ahm... -lo escuché suspirar- está bien pero tendrá que ser mientras como, no desayuné.

-No tengo problema con eso. -le sonreí- Necesito saber sobre un paciente suyo, su nombre es Alexander Williams.

-Normalmente no damos información de pacientes a personas que no son integrantes de la familia pero al verlo...¿usted es un Takaiichi verdad? -asentí- Eso me temía. -sonríe nervioso, igual que la mujer que me atendió hace un rato- Él se encuentra bien, fue internado por un desmayo a causa del estrés.

Esperé por unos segundos a que siguiera pero no fue así.

-¿Solo eso? Hace días que está aquí.

-Bueno...desde que está aquí, no hace más que empeorar.

Sus palabras rondaban en mi cabeza y podía sentir que algo no andaba bien en todo esto, puede que también lo presienta porque se trata de Alexander, todo lo que ocurra con él me preocupa más de la cuenta.

El timbre me obliga a salir de mis pensamientos, volviendo a la realidad.

Espero que no sea el que imagino. Me acerqué y abrí la puerta.

-¡¿Sabes lo horrible que fue hacerme cargo de todo?! -empujó la puerta apenas estuvo abierta.

Y sí, era quien esperaba.

-La próxima vez que te desaparezcas así avísame, así no estaré como idiota intentando contactarte. -exclamó furioso, dejando una pila de papeles en la primera mesa que divisó- Son las 9 de la noche, estuve todo el día buscándote mientras me hacía cargo de la empresa, ¡de nada!

Después de hablar con el doctor, solo pude rondar por la ciudad, no tenía cabeza para pensar en negocios...menos ahora. Ignoré por completo sus palabras, cerré la puerta y seguí preparando la cena.

-¿Tienes hambre?

-¿Es lo único que vas a decir? -sentía que en cualquier momento me lanzaría todos los papeles.

-Entonces no tienes hambre.

-No he dicho eso...¡maldita sea no me cambies el maldito tema! Te intenté contactar varias veces pero tenías el celular apagado, ¡hasta pensé que te había pasado algo!

-Lo siento, necesitaba despejarme.

-¡¿En medio de una crisis económica?! Ni si quiera se te ocurra volver a hacerlo. -su voz sonaba amenazante.

-Hmm. -la cual ignoré por completo.

-Eres insoportable a veces. -suspiró- ¿qué te hizo desaparecer así? ¿hablaste con Ale? -escuché el cómo se sentaba en una silla situada en la cocina, cerca de mí.

-Está en el hospital. -solté sin tacto.

-¡¿Qué?!

-Hace unos días fue internado por un desmayo a causa del estrés pero...sigue ahí, hablé con el médico y...Ale no está mejorando...

-No tenía idea...

En eso sonó mi celular que se encontraba en el sofá, me acerqué y al tomarlo, sentí cómo mi respiración se cortó de golpe. A pesar de que eliminé el contacto, me aprendí el número sin querer y podía reconocerlo con rapidez. Me tomó unos segundos intentar tranquilizarme y contestar.

-¿Aló? -esperé un tiempo su respuesta pero no pronunciaba ninguna palabra, solo podía escuchar su tranquila respiración-¿Hola? -¿pasó a marcar o sabía que era yo?- ¿Alexander? -ni siquiera alcancé a terminar de pronunciar su nombre y cortó.

Estaba al tanto que era yo y que este es mi número. Sentí una calidez aumentar en mi pecho y no pude evitar esbozar una sonrisa, aunque muy leve.

-¿Era Alexander? ¿Cómo está?

-Me cortó. -dejé el celular en su lugar y me dispuse a servir la cena.

-Pero te escuchas feliz.

-No debería estarlo...

-¿Qué pasó con ese cambio de humor tan repentino?

Ohh, ¿lo dije en voz alta?

-No es nada. -tomé los platos y comencé a repartir lo que había preparado.

-Otra vez con eso...¿enserio tengo que volver a recordarte que dejes de mentir y que puedes contarme lo que quieras?

Solo me quedé callado...no lo podía decir...pensar que lo mejor era separarnos me quebraba el corazón, decirlo me era imposible. Solo una pequeña parte lo creía y estaba seguro de que era lo mejor para los dos, después de todo el daño hecho...pero no quiero escuchar.

A pesar de que tenía un comedor grande y muy lujoso, nos sentamos a comer en la barra que se encontraba en la cocina.

-Tengo que decirte algo sobre Ale. -pronunció Yuma unos minutos después de que comenzáramos a comer.

-Parece que no quiero saber. -lo sentía por el modo en el que lo había dicho.

-Tuve una charla con él y su esposa sobre lo que le había pasado. -intenté mantener mi mirada a la comida pero no podía evitar escuchar con atención- Según ellos, Alexander tuvo un accidente automovilístico que lo dejó en coma por años, -me fue imposible mantener mi mirada, solo lo miré sin palabras- pero Mai y yo estamos seguros de que hay algo muy extraño en esa historia, en especial en Franchesca...los dos pensamos que ella es consciente de ti y tu pasado con Alexander pero actúa como si no fuera así.

Mi cabeza se confundió aún más...¿por qué ella escondería algo así?

-Te lo hago saber porque siento que lo que le está pasando ahora tiene que ver con esos años.

-¿En qué tendrían relación? -la calidez que se había impregnado en mi corazón se esfumó por completo, dejando paso a un sentimiento aplastante y sofocante.

-La esposa nos contó que después del coma, él tenía un tipo de recaídas extrañas, con dolores de cabezas fuertes y desmayos pero nos dejó claro que solo pasó unas semanas después de todo lo que pasó...entonces quizás ahora le esté pasando lo mismo.

-Sabía que había algo extraño... -murmuré

Todo esto seguía rondando en mi cabeza por días, hasta que recibí una llamada. Era su número, contesté con duda.

-¿Aló?

-Hola, ¿Takumi?

-Sí. -era la voz de una mujer.

-Soy Franchesca...necesito que vengas al hospital, ahora. -pronunció, casi dándome una orden y cortó.

Con muchas dudas en mi cabeza, tomé mi abrigo sin pensarlo y manejé hasta allá. Esta vez no pregunté en qué habitación estaba, nunca podría olvidar ese número.

Que ella me llamara...¿él estará bien? A pesar de que Yuma me hizo saber hace unos días que seguía igual...¿empeoró?

Y allí estaba ella, junto al doctor, fuera de la habitación. Con nerviosismo me acerqué.

-Hola. -habló ella primero antes de que si quiera pudiera formular alguna frase en mi cabeza.

-¿Qué pasa? -la ignoré, su presencia me molestaba así que solo quería ir al punto.

-Te llamé para que entres y le hables... -la miré incrédulo- Yo lo sé...sé de tu historia con Alexander y estoy segura que reaccionará ante ti. -no pude evitar mostrarme sorprendido.

Yuma tenía razón...y si es así ¿qué más estará ocultando?

-Pero...¿a él qué le pasa?

-No lo sabemos....no lo sabemos. -por cómo se escuchaba, era imposible que estuviera mintiendo, dirigí mi mirada al doctor Himura, él agachó la cabeza.

Mi pecho se apretó con fuerza. Todo esto no me gustaba...

Entré luego de darle muchas vueltas y quizás me hubiera gustado no hacerlo. Se veía mucho peor que la vez anterior, estaba pálido, sus labios secos, por el contraste, sus ojeras se veían más negras que nunca. Intenté tocar su mano, nuevamente estaba fría. Al escuchar con atención la máquina que replicaba el bombeo de su corazón...este palpitaba lento.

-Ale...Alexander... -susurré en su oído. Esperé unos minutos y nada. Acaricié su rostro una y otra vez pero no obtenía respuesta. Después de largos minutos, salí de la habitación.

A penas salí, Franchesca se me acercó desesperada, solo le bastó ver mi rostro para darse cuenta que mi presencia no había funcionado.

-Puedes venir todas las noches que quieras...ya hablé y no hay problema en que te quedes.

-Gracias... -es lo único que atiné a decir.

No hubo noche en la que no estuve a su lado pero seguía igual, a pesar de que no empeoraba, sentía como mi alma pendía de un hilo.

Antes de doblar la esquina, escuché una voz muy conocida, gritando con ira. Me acerqué y era el hermano de Franchesca...¿Daniel se llamaba? Le estaba gritando a ella en inglés pero británico, es por eso que no podía entender muy bien las cosas que le gritaba con fuerza...¿estaba llorando? En ese momento sentí mi celular vibrando, lo tomé y al ver el nombre respondí de inmediato.

-¿Qué quieres?

-¿Cómo que qué quiero? ¡Te escabulliste de nuevo al hospital mientras estamos hasta arriba de trabajo!

-Sabes que en la noche no puedo.

-Lo sé pero te necesito aquí, ahora, así que si no llegas en 10 minutos, yo mismo te iré a buscar.

-Sí, sí, sí. -le corté. Necesitaba concentrarme en la discusión. Algo andaba muy mal...¿por qué lloraba?

Una idea fugaz apareció por mi mente.

No...no...no puede ser...no pienses en eso...él está bien...estará bien...

Sin pensarlo dos veces, me dirigí con decisión a la oficina de Himura. Tuve suerte de encontrarlo justo cuando salía de allí.

-Quiero que me diga lo que le pasa a Alexander.

-Señor Takaiichi yo-

-¡AHORA! -grité, sin importarme las personas que caminaban alrededor

-E-Está bien pero entremos. -abrió la puerta y me dejó pasar primero, para luego entrar él.

-Quiero respuestas, ahora. -pronuncié seco, estaba cansado de no entender lo que le estaba pasando.

-Ahora no sabes qué le ocurre exactam-

-¿Entonces qué es lo que sabe?

-L-Lo siento pero es un tema muy delicado que tengo prohibido mencionar.

-¡¿QUÉ?! ¡¿Por qué no puedo saber?!

-Es delicado y-

-¡SE ESTÁ MURIENDO! ¡Y USTED NO ESTÁ HACIENDO NADA PARA EVITARLO! -lo tomé por los hombres y apreté con fuerza.

-No podemos hacer nada...todo depende de él.

-¡¿SE ESTÁ ESCUCHANDO LA MIERDA QUE ESCUPE?!

-Lo siento señor Takiichi pero es un hecho y debería...debería estar preparado para lo peor.

Eso fue la gota que rebalsó el vaso, solté sus hombros y abrí la puerta con fuerza. Si él no hablaba, ella sí lo haría pero al llegar, ya no estaba allí, entré a la habitación pero no había nadie. Me calmé al verlo...no puede estar pasando esto...no puede...

Me ubiqué a su lado y le hablé como siempre lo hacía y como siempre, no obtuve respuesta pero...

-Takumi.

-¿Ale? -susurré-¡Ale! -me acerqué más a él- Hey, estoy aquí, ¿cómo te sientes? -pude notar como lentamente sus ojos se llenaban de lágrimas.

-Por favor...por favor sácame de aquí. -pronunció apenas, casi como un leve susurro.

¿Sacarte de aquí?...¿Franchesca lo tiene aquí en contra de su voluntad?

-Abrázame...por favor hazlo... -sin dudarlo, me acerqué y lo abracé con delicadeza. No sabía exactamente lo que pasaba pero si él necesita este abra- Yo...te amo...

Abrí mis ojos lo más grande que podía. Mi respiración se detuvo en seco, mi cuerpo se tensó...¿yo...estaba alucinando?...no me importaba...lo abracé con fuerza, dejé que mis pulmones recibieran aire de nuevo y sin poder controlar, mis ojos se llenaron de lágrimas.

-Yo también...te amo. -le susurré al oído pero no hubo respuesta, me alejé y noté que estaba dormido. Me decepcioné un poco...lo más probable es que él estaba alucinando.

Al levantarme, mis pequeñas lágrimas cayeron en su rostro. Acerqué mi mano para limpiarlas...a mi corazón no le importaba si estaba alucinando o no, estaba feliz de al fin escuchar esas palabras...esas palabras que nunca pensé volver a escuchar...solo podía sonreír como idiota y sentarme en la camilla ya que mis piernas temblaban y de apoco sentía cómo perdía la fuerza para mantenerme de pie. Me dolía el pecho pero era por culpa de mis fuertes y constantes latidos. Poco a poco mi rostro lo comencé a sentir caliente, igual que mis orejas...lo había dicho...él me ama...¡él me ama!

Comencé a reír, llevando mis dos manos a la cara. Me era imposible creer en sus palabras, yo no-

Mis pensamientos se detuvieron de inmediato al sentir el cuerpo de Alexander moverse a mi lado.

-¿Ale? -ubiqué mis dos manos en la suya, esta seguía helada.

Al principio fueron espamos leves pero solo faltaron unos segundos para que su cuerpo comenzara a moverse sin control. Con rapidez me bajé de la camilla. La máquina a su lado emitía sonidos fuertes y constantes, provocando un dolor intenso en mis oídos. Solo pasaron unos minutos para que la sala estuviera llena de enfermeros y el doctor Himura.

-Tiene que salir por favor. -escuché una voz que me arrastró fuera del lugar.

Me quedé de pie mirando la puerta sin saber lo que sucedía. Otra vez volvía a la realidad...él no está bien...y es todo por su culpa.

Comencé a caminar decidido. Todo rastro de felicidad y calidez que me proporcionaron sus palabras se desvaneció, solo sentía ira.

-¡Takumi! -Yuma se encontraba en la puerta del hospital, solo lo ignoré y sigue caminando hasta llegar a mi auto.

Arranqué lo más rápido que pude. Hace mucho tiempo mis venas no ardían de esta manera así que si ella no me respondía, soy capaz de todo.

Gracias a la velocidad con la que manejaba, llegué en pocos minutos. Me bajé del auto y sin cerrar la puerta, caminé con rapidez a la entrada. Sin dudar, golpeé su puerta con fuerza y reiteradas veces. No paré, aunque escuchaba su voz dentro pidiendo que lo hiciera.

-¿Qué es lo que pasa? - pronunció, abriéndola.

-Quiero que me digas todo, ahora. -intenté calmar mi voz, lo menos que quería es que se asustara y no me dijera nada.

-Lo siento pero no lo sabe-

-No te hagas la tonta, hay algo más ¿no es así? algo de lo que no quieres hablar.

-No sé de qué estás hablando...

-¡Basta, me dirás ahora mismo lo que sucede! -le grité acercándome más a ella, quedando a escasos centímetros.

-De verdad lo siento pero yo no soy la indicada de-

No puse controlar la ira que me invadía así que con fuerza la agarré de los hombros.

-¡TÚ LO TIENES EN CONTRA DE SU VOLUNTAD! ¡POR TU CULPA ÉL ESTÁ EN ESE ESTADO Y MORIRÁ! ¡TODO POR TU CULPA!

-¡NO ES ASÍ! -me gritó, con lágrimas en sus ojos agarró mi abrigo con sus dos manos y apretó- No hables sobre temas que no sabes...

-¡Entonces explícame! Él...Alexander está muriendo y ustedes no hacen nada.

-¡No puedo decirte nada!

Apreté sus hombros con impotencia.

-Habla, ¡AHORA!

Solo por unos segundos me descontrolé, hace años que no sentía tanta rabia e impotencia, mi sangre ardía por respuestas pero ella...alcé mi brazo, lo preparé y solo lo solté. Sangre invadía su labio.

-¡TAKUMI! -escuché una voz conocido a lo lejos.

Al percatarme de lo que había hecho, la rabia se disipó y me volvía a sentir como en esos tiempos.

Ella solo comenzó a reír por lo bajo.

-¿De qué te ríes? -pronuncié, ya más calmado.

-Es divertido...ahora te preocupas por él...ahora hahahaha.

-Siempre.

-Mentira, yo sé que viste las cicatrices en su mano ¿no es así? -me miró, desafiante- ¿no quieres saber quién se la hizo? -apreté mi mandíbula, sí las vi la primera vez que lo visité pero las ignoré y me concentré en él- tú...siempre has sido tú...si no hubiera sido por Daniel, él no estaría aquí y todo por tu culpa...tú...tú le has hecho más daño...más daño que yo o su padre.

Mi pecho se apretó con fuerza. Solté sus hombros con lentitud, ella también me soltó a mí. Cabizbajo, me di la media vuelta y comencé a caminar en dirección a mi auto.

-¡Que mierda fue lo que hiciste! -Yuma se me acercó con rapidez.

No lo quería reconocer...no quiero hacerlo.

-¡¿Pasaste años en tratamiento por tu carácter agresivo para esto?!

Tenía razón...no solo ella...yo también la tenía...yo solo...

-Le hago daño. -murmuré.

-¡No puedes volver a descontrolarte así!

Apreté mis puños con fuerza.

Duele...duele mucho reconocerlo...

Pronto mi vista se comenzaba a nublar por culpa de las lágrimas que comenzaban a inundar mis ojos con rapidez.

Arde...en especial después de escuchar sus palabras...no podemos estar juntos...no...

Solo he traído dolor a tu vida...pero aquí termina.

-¿Takumi?

-L-Lo mejor... -aclaré mi garganta- lo mejor...es que cada uno viva su vida por separado.

No podía...

Yuma con rapidez me agarró antes de que tocara el suelo.

No podía mantenerme en pie, el dolor en mi pecho era aplastante e insoportable. Solo llorar y llorar, como nunca antes lo había hecho...mentira...como lo hice al principio de todo, ese día que no pude detenerlo en el aeropuerto...lloré igual que ahora. Era doloroso pero a su vez, era lo mejor...lo mejor...

Por favor...que no sea lo mejor y me esté equivocando...por favor

Ale...no quiero dejarte...




N/A: ¡Hola! Espero que todos se encuentren bien y hayan disfrutado el capítulo uwu.

Quiero hablar lo que pasa en todo el mundo ahora, sí, el virus, quiero que todos se cuiden muchísimo y tengan cuidado, procuren quedarse en casa la mayor parte del tiempo y si necesitan salir, no llevarse las manos a la cara si no se la han lavado bien. Si toman precauciones no les pasará nada uwu.

Ahora, cualquier duda o consulta o si solo quieren hablar conmigo pueden hacerlo por mensaje privado o por la página de facebook.

Por el momento, esto es todo, adiós y cuídense mucho.

¡Gracias por leer, votar y comentar!

¡Saludos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro