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Capítulo 25: Perdóname.

Abrí mis ojos lentamente. Por alguna razón sentía un gran dolor en mi pecho.

La imagen de Takumi aquella vez en el instituto cruzó mi mente como un relámpago.

Sí...este sentimiento ya lo experimenté.

Mantuve la mirada en el techo...esperen, este no es mi techo. Observé mi alrededor, encontrándome con Midori a mi lado, claro, ella me pidió que me quedara a dormir.

Mientras observaba me di cuenta que mi vista estaba nublada. Me senté en la cama, al mínimo movimiento, cayeron unas cuantas gotas de mis ojos, despejándolos.

¿...Por qué...?

Intenté recordar lo que había soñado con desesperación pero no conseguí nada. Aunque presentía con quién. Si no me equivoco, espero que al pasar el día no lo recuerde.

Me moví a la orilla de la cama y ubiqué mis brazos en mis piernas, agaché la cabeza y me escondí.

Ahhh...quiero que todo esto termine.

—¿Papá? —escuché una dulce voz detrás de mí.

—¿Si? —salí con rapidez de mi escondite y le sonreí.

—¿Pasa algo?

—Nada, está todo bien —me acerqué a ella y acaricié su cabeza.

—¿Qué hora es? —preguntó para luego empezar a bostezar.

Tomé mi celular, el cual se encontraba en la mesita de noche, y miré la hora.

—Son las 8:15 —sonreí.

—Entonces puedo seguir durmiendo —me devolvió la sonrisa para después cerrar sus ojos.

—Claro que sí —me acerqué a ella y besé su pequeña frente.

Aún es temprano pero los rayos del sol pasaban con firmeza entre los pequeños agujeros que las cortinas no podían rellenar. Me acerqué a la única ventana que hay en la habitación y abrí un poco más la cortina. Se nota que estamos a principios de Septiembre, se sigue sientiendo un poco el calor húmedo que dejó el verano aunque estemos ya en otoño.

Cerré la cortina y me dirigí a mi habitación para tomarme un baño y después ponerme ropa de casa.

Me pregunto dónde está Franchesca, ya que no se encuentra en la cama y tampoco en el baño.

Al terminar, bajé al primer piso y caminé hacia la cocina, encontrándome con ella.

—¿Qué haces aquí?

—¡Ah! Amor, me asustaste —giró su cabeza y luego me sonrió.

Me acerqué a ella y me ubiqué a su lado. Ella tenía un vaso con agua en su mano.

Estaba a punto de preguntarle si estaba bien cuando escucho que alguien toca a la puerta.

—Yo voy —pronuncié, dirigiéndome hacia allá.

Cuando me encontré frente a la puerta, dirigí mi mano hacia el picaporte y lo giré, abriéndola.

—¡¡Sorpresa!! —gritó la voz que estaba al otro lado.

—Ustedes...

—Hola —me saludó Yuma levantando su mano. Él se encontraba detrás de Mai.

—¿Qué hacen aquí? —pregunté, desanimado.

—Estamos aquí porque te tenemos una gran invitación —pronunció Mai, con una gran sonrisa en su rostro.

—No gracias.

Como mi mano seguía agarrando la perilla de la puerta, empujé para cerrarla. Pero antes de siquiera moverla unos centímetros, Yuma rápidamente la empujó, abriéndola por completo.

—Di que sí, por fiiiis —suplicó Mai, poniendo un puchero.

—Ya dije que—

—Cariño ¿quién es? —me interrumpió Franchesca, mientras caminaba hacia mí.

—Solo unos compañeros de trabajo pero ya se van —le sonreí, mientras comenzaba hacer fuerza para poder cerrar la puerta pero ni si quiera se movía un centímetro. Intenté hacer más presión pero ya era demasiado tarde, Franchesca estaba a mi lado.

—Así que tú eres Franchesca —le sonrió Mai.

—Em, sí..

—¡Un gusto conocerte! ¡Alexander me ha hablado tanto de ti! —Mai tomó su mano y comenzó a moverla de arriba a abajo, en forma de saludo.

—¿E-Enserio? —tartamudeo Franchesca, pude notar que estaba sonrojada.

—¡Claro! ¿Cómo no va a hablar de una esposa tan linda? —sonrió.

—G-Gracias —sonrió junto a Mai, sonrojándose aún más.

—Bueno, basta de blabla, ustedes tienen muchas cosas que hacer así que ya se van —les sonreí, enojado.

—Pero ¿por qué no se quedan un rato más? Pueden quedarse a desayunar —sonrió Franchesca.

—¡Con mucho gusto nos quedamos! Además, tampoco es tanto lo que tenemos que hacer, ¿verdad Alexander? —me sonrió, victoriosa.

Fruncí el ceño.

—Entonces, pasen —pronunció Franchesca, para después dirigirse hacia el living.

Mai la siguió, con una gran sonrisa en la cara, mientras que Yuma, quitó la mano de la puerta y caminó detrás de ella.

—Quita esa cara —pronunció mientras pasaba a mi lado— te van a salir arrugas —rió levemente.

—¡Tch! —pronuncié enojado, para después cerrar la puerta.

Caminé hacia el living.

—Es muy linda tu casa Ale —dijo Mai con una gran sonrisa en su cara.

—Gracias —sonreí con ironía.

Ellos se encontraban sentados en el sofá y Franchesca estaba de pie, cerca de la entrada que da hacia la cocina; me ubiqué a su lado.

—¡Ah, qué maleducada soy! No me he presentado —exclamó Mai— mi nombre es Mai y él es Yuma.

—Hola —saludó a Franchesca con la mano.

—Hola —sonrió Franchesca— mi nombre es Franchesca, la esposa de Alexander —dijo sonrojada.

—Hablando de eso, es increíble la paciencia que tienes —sonrió Yuma.

—¿Por qué? —preguntó Franchesca, con tono de sorpresa.

—Porque aguantas el carácter de Alexander.

—¡Eh! —exclamé enojado.

—Jajajajaja —rió Franchesca— la verdad, Ale por dentro es muy amoroso.

—Muy dentro.... —susurró Mai pero de igual forma, todos pudimos escucharla.

Los tres comenzaron a reír, mientras que yo, me encontraba completamente enojado, con el ceño fruncido.

De repente se escuchó un fuerte sonido proveniente de la cocina, el cual indicaba que el hervidor ya había terminado.

—Prepararé las cosas, esperen unos minutos —sonrió Franchesca, para luego entrar a la cocina.

Me acerqué a ellos y me senté en el espacio que quedaba entre ellos dos, para luego tirarme hacia atrás, haciendo chocar mi espalda contra el sofá.

—¿Se podrían ir por favor? No estoy de humor para aguantarlos.

—No digas eso —respondió Mai— te prometo que lo pasaremos genial —esbozó una gran sonrisa.

—¿A dónde me quieren llevar? —miré el techo.

—A unas cabañas que arrendó Yuma, están a las a fuera de Tokio, también tiene piscina, ¡lo mejor para aprovechar el poco calor que está quedando! —se escuchaba animada.

—No lo sé, hoy tengo que estar a las 21:30 en la empresa...

—Recuerda que también voy así que te vienes conmigo en mi auto - pronunció Yuma.

—Mh...realmente no lo sé...

—Alexander —me llamó Mai— sé que estás así por lo que pasó con Takumi y—

—No lo digas —la interrumpí con rapidez para luego ponerme de pie y volver a mi ubicación anterior.

Vi como ellos se miraron y luego me miraron, preocupados.

Suspiré.

—Está bien —pronuncié al fin.

Hoy no tengo ganas de pelear.

—¡YEI! —exclamó Mai, corriendo hacia mí, abrazándome con fuerza.

—Sí, sí, está bien pero...me ahogo.

—¡Ah si! Lo siento jijiji —rió, mientras me daba palmaditas en la cabeza.

—Bien, está listo —gritó Franchesca desde la cocina.

—Yo iré a buscar a Midori.

—Está bien.

Caminé hacia la escalera, para luego subir al segundo piso y dirigirme a su habitación.

Al entrar, me di cuenta que seguía durmiendo así que me acerqué a ella para despertarla.

—Midori, despierta —la moví levemente— hay que bajar a desayunar.

—Pero me dijiste que podía seguir durmiendo —se sentó en la cama para luego bostezar.

—Lo sé pero después saldremos —sonreí.

Su cabello estaba completamente desordenado, apenas podía mantener los ojos cerrados y bostezaba cada dos segundos, se veía tierna, lo que hacía que mi pecho doliera un poco menos.

—¿Eh? ¿A dónde? —preguntó, ya con más ánimo.

—Ya lo verás, mientras, te tienes que vestir y después te peinaré —acaricié su cabeza con cariño.

Mi tía me enseñó a hacer muchos peinados cuando era pequeño, por suerte no se me han olvidado y por fin se los haré a alguien además de ella. Así que cuando estuvo lista, le hice dos trenzas a cada lado.

­Bajamos en dirección a la cocina, ella iba delante de mí, tarareando una canción. Es interesante ver como el sueño que apenas le dejaba abrir los ojos, desapareció sin dejar rastros. Ah, la energía de los niños, si estuviera en la misma situación, estaría emocionado pero muriendo de sueño...me siento viejo.

—¡Hola, así que tú eres Midori! —pronunció Mai al vernos entrar. La niña rápidamente se esconde detrás de mí— Tranquila, no te haré daño —sonrió.

—No es eso, es un poco tímida. Vamos, ve a saludarlos —sonreí.

Ella me miró y asintió con la cabeza, algo dudosa se acercó.

—Hola mi nombre es Mai —le sonrió, transmitiendo confianza.

—H-Hola, el mío es Midori —alzó su mano para saludarla. Ella lo recibió con gusto.

—Que linda niña —pronunció, para luego acariciar su cabello.

Pude ver que Midori estaba sonrojada hasta las orejas. Reí por lo bajo.

—El mío es Yuma —se acercó y él alzó su mano. La pequeña la tomó sin dudar esta vez y le regaló una gran sonrisa.

Creo que ya sé con quién tomó confianza.

Terminada la presentación, todos nos sentamos en nuestros lugares, comenzando a comer.

—A todo esto, Mai, ¿cómo sabes el nombre de Midori? —pregunté.

—Yuma me habló sobre ella camino acá y Franchesca también —sonrió—¡Dios! Esto está delicioso —pronunció, para luego tomar otro bocado y expresar a través de su rostro que lo está disfrutando.

Arqueo una ceja. ¿Pondré la misma cara cuando disfruto la comida? espero que no sinceramente.

—Muchas gracias —respondió Franchesca con una sonrisa en el rostro.

Cuando terminamos de comer, yo me dispuse a lavar los platos mientras que Franchesca acompañó a Midori al segundo piso.

—Y bien Ale ¿qué recuerdas exactamente? —escuché a Mai detrás de mí.

—¿Sobre qué? —le pregunté, desinteresado.

—Cuando estuviste en el instituto.

—No mucho y si recuerdo algo, lo olvido a los minutos después.

—Ohhh, que extraño.

—¿Extraño?

—Sí...tu mente está muy frágil y eso no lo provoca un daño emocional.

—¿Por qué estás tan segura? —ya había terminado de lavar así que ahora me dispuse a secarlos, mientras lo hacía, me di la media vuelta para prestarle atención.

—Porque soy psicóloga —me sonrió— bueno, algo parecido puede pasar cuando la persona es muy frágil pero que yo recuerde tú no lo eras.

Me quedé callado. Yuma y Mai me miraban atentamente, buscando como si estuviera escondiendo algo.

—¿Qué hiciste estos 10 años Alexander? —preguntó Yuma, rompiendo el silencio del momento.

—Nada importante, terminé los estudios allá y luego trabajé en la empresa de mi padre.

Los dos se miraron por unos segundos y nuevamente me miraron, buscando algo.

—Así que psicóloga, no tenía idea, yo pensé que trabajabas en lo mismo que nosotros —pronuncié, intentando cambiar de tema.

—Ale, no estarás escondiendo algo importante, ¿verdad? —preguntó rápidamente Mai.

—No —respondí para luego darme la media vuelta, tomar un par de platos y comenzar a guardarlos.

—¿Takumi sabe sobre esto?—entró Yuma en el interrogatorio.

—No tiene que saber nada y por favor, no hablemos de él aquí —al terminar de guardarlos todos, me senté y comencé a beber lo poco de café que quedaba en la taza.

Me seguían observando intensamente, provocando que naciera en mí un sentimiento de intranquilidad. Pasamos unos minutos así y al final, no pude aguantar.

—Está bien —suspiré— ustedes ganan.

Los dos sonrieron victoriosos. Yo agaché mi cabeza, mirando ahora la taza vacía. Hoy realmente no estoy de humor para contradecir a nadie.

—Tuve un accidente que me dejó en coma por 4 años más o menos —alcé mi cabeza y los miré. Los dos estaban sorprendidos.

—Wow...ehhh, eso cambia mucho las cosas —dijo Mai después de procesar lo que dije.

—¿Qué tipo de accidente? —me preguntó Yuma, lo miré, por alguna razón, en sus ojos veía duda.

—Mi padre me dijo que había sido automovilístico.

—Pero no lo recuerdas —prosiguió.

—No...después de despertar a veces tenía colapsos pero mi padre me dijo que era normal.

—¿Colapsos de qué tipo? - preguntó Mai, se le escuchaba preocupada.

—No lo sé...ehh, que recuerde, por un momento no me percataba del tiempo que pasaba y cuando volvía en mí, estaba en cama y había pasado una semana sin darme cuenta.

Me miró atentamente y luego agachó la cabeza. ¿Dije algo malo?

—¿Te sigue pasando? —continuó Yuma.

—No, hace años que no me pasa.

Los miré a ambos. Yuma miraba al vacío, intentando procesar todo lo que dije...aunque en sus ojos veía inconformidad, como si en mi historia faltara algo. Luego miré a Mai, ella seguía con la cabeza un poco inclinada hacia abajo así que no puedo descifrar lo que está pensando. Después de unos largos minutos, Yuma preguntó:

—¿Ibas solo en el accidente?

—No —respondió una voz— yo iba con él.

Los tres miramos al lugar dónde provenía la voz. Franchesca se encontraba de pie afirmada en la entrada de la cocina.

Yo no sabía eso...

—Por suerte, yo desperté una semana después del accidente.

Fruncí el ceño pero no de enojo, intentaba digerir lo que acababa de decir. ¿Por qué nunca me lo dijo? Ni si quiera mi padre; puede que para ellos no haya sido nada pero aún así me lo ocultaron, ¿por qué?

—Ale, Midori quiere que la ayudes a elegir ropa —me miró. Tenía sus cejas levantadas al medio y bajadas a los lados, expresando pena.

Relajé las mías.

—Está bien —me levanté y me dirigí al segundo piso.

Cuando tenga tiempo hablaremos de esto.

Ya cuando estuvimos todos listos, nos subimos al auto, Yuma conducía, Mai estaba junto a él, mientras que Franchesca, Midori y yo vamos atrás. En todo el viaje Mai hablaba con Franchesca, preguntándole todo tipo de cosas, lo cuál se lo agradezco, no me gustaría que se formara un silencio incómodo. Pude sentir que alguien me miraba, deducí que es Franchesca pero en ningún momento se la devolví, solo miré hacia fuera.

Por momentos solo miraba un punto fijo y me dejé llevar a la nada, cuando volvía, me daba cuenta que estaba intentando recordar el sueño otra vez e inmediatamente me detuve.

Basta Alexander, si lo recuerdas lo más probable es que no te guste.

—Ya llegamos.

Escuché y luego el auto se detuvo. Me bajé para bajar nuestras cosas.

¡Dios! Esto no es una simple cabaña, ¡es más grande que mi casa!

—¿Impresionante cierto? —me habló Yuma mientras se bajaba del auto; sólo atiné a asentir con la cabeza, estoy realmente impactado— tenemos que aprovecharla ya que sólo la arrendé para hoy —me sonrió.

Y así pasamos el día, Midori, Mai y yo fuimos los que más disfrutamos la piscina, Yuma apenas se metió y Franchesca no lo hizo, se veía desanimada, pasamos unos momentos solos en el lugar e inmediatamente me intentó hablar pero la ignoré, hoy...solo por hoy no quiero saber nada, estoy realmente cansado de todo.

Ya llegada la hora, nos subimos al auto de Yuma, el cuál ya estaba en el lugar, y volvimos a la ciudad. Mai llevará a los demás un poco más tarde en su auto.

—Cuando te fuiste tu esposa habló con nosotros —pronunció, apenas nos alejamos de la casa.

—¿Qué les dijo? —lo miré rápidamente, intrigado.

—Nos dijo que ya sabía que Mai y yo somos antiguos amigos tuyos.

—¡¿Qué?! —abrí los ojos como plato.

—Al parecer no sabías —me miró de reojo.

Llevé mi cabeza al frente.

Fruncí el ceño. Franchesca...¿tú cuánto sabes? y ¿por qué no me has dicho nada?

—Y no sólo eso, también nos pidió que no te obligáramos a recordar —lo miré— ya que tus colapsos anteriores eran a causa de eso.

—P-Pero...cuando llegué aquí comencé a recordar muchas cosas y no me pasó nada —pronuncié, completamente confundido.

—Lo sé, quizá es porque tu cerebro lo olvida por tiempos para no sobrecargarte y así no hay colapso.

—Tiene sentido —susurré para luego agachar la cabeza.

Ahhh...tengo un muy mal presentimiento de todo esto.

—Ale, sinceramente siento que aquí hay algo muy raro...—pronunció, sin despegar la vista de enfrente pero me mira de reojo a ratos.

—¿De qué hablas? —subí mi cabeza y lo miré.

—Cuando Franchesca nos dijo todo eso, la vi y la sentí extraña, también Mai, sabes que es psicóloga, ella con tan solo ver a las personas puede saber si están mintiendo o no y no, no estaba mintiendo pero hay algo raro, los dos lo notamos y la verdad...siento que no es nada bueno...lo siento - se escuchaba preocupado.

—No tienes que pedir disculpas...después de todo yo... —suspiré— siento lo mismo...

—¿Cuánto sabes sobre Franchesca? —preguntó, después de unos cuantos minutos.

Miré al frente...nunca me había preguntado eso y ahora sólo pensarlo, me invade un sentimiento de intranquilidad. A pesar de que hoy no hice mucho, me siento más cansado que en la mañana...realmente es mucho para mí en estos momentos...me pregunto qué fue lo que soñé que me dejó de esta forma...

—Perdón, no debí haber preguntado eso...

—Está bien...solo no lo había pensado...creí que antes la conocía pero desde que llegamos a Japón a estado actuando muy extraño.

—¿Crees que sepa sobre Takumi?

—No lo sé...—suspiré— lo más probable...

—¿Seguro?, ¿pero por qué no ha hablado contigo?

—Ahh...no lo sé, realmente no lo sé— llevé mis dos manos a la cara y la sobé con fuerza— lo siento, me siento cansado así que dormiré un poco.

—Está bien.

Cerré lo ojos y suspiré. Me duele el pecho...

*

Abrí mis ojos con rapidez al darme cuenta que el auto no se estaba moviendo. Miré hacia fuera; estamos en la entrada de la empresa.

—¿Y Takumi? —pregunté.

—No lo sé, le mandé un mensaje hace 20 minutos y aún no baja —lo miré, tenía el ceño fruncido —¿podrías ir a buscarlo?

—¿Tengo que ser yo?

—Sí, tengo que dejar el auto en el estacionamiento, si sigo aquí me pueden poner un parte.

—Ahh...está bien —desabroché el cinturón de seguridad y luego me bajé. Inmediatamente Yuma encendió el auto y se fue.

Miré hacia arriba. No me siento preparado para esto...

Sin más, entré; si lo sigo pensando, al final nunca entraría.

—¡Oh, Alexander! —escuché la voz de Natsuki— ¿Por qué llegas a esta hora? —se me acercó, con una sonrisa gigantesca.

—Takumi me dio el día libre porque hoy tenemos una reunión en 30 minutos más.

Esperen...yo ayer le dije cosas horribles, ¿por qué está tan animada?

—Él está arriba, si quieres lo llamo —se dirigió a la recepción, tomó el teléfono y marcó.

Me acerqué y me afirmé.

—Lo siento, no contesta...

—No importa yo iré —sonreí sin ganas.

—¡Después tenemos que hablar! ¡Pasó algo muy loco en la mañana! Jajajajaja —rió y luego subió el pulgar.

—Bueno...

Subí al ascensor y apreté el último botón.

¿Habrá hablado con Takumi? No...si lo hubiera hecho, me odiaría...ahhh, qué más da, me siento un poco aliviado, lo que le hice ayer...normalmente me daría igual pero ahora...

Las puertas del ascensor se abrieron así que salí, caminé hasta la oficina de él.

Suspiré. Tranquilo, manten la mente en blanco y sigue adelante.

Tomé el pomo de la puerta y la abrí.

...

¿Por qué tengo que ver esto ahora?

Sentí como mi pecho se apretaba aún más.

Al parecer, ninguno de los dos escuchó la puerta abrirse.

Tranquilo...solo...solo...por la mierda...

Mantuve mi mirada al frente. Vamos Alexander, tú puedes, mantente firme.

Carraspeé con fuerza pero aún así no me escucharon.

¿Es enserio?

—T-Taku... —bajé la voz.

¡No titubees Alexander!

—¡Takumi!

Inmediatamente dejaron de besarse y me miraron, él no se veía sorprendido, ni tampoco alarmado, solamente neutro.

—¿Qué haces aquí? —pronunció, desinteresado.

—Hace 20 minutos te estamos esperando abajo —eso, mantente firme.

Miró el reloj de muñeca que traía.

—La reunión empieza en 30 minutos más.

Suspiré.

—Hey, tú, sí, tú —la chica me miró— ¿nos puedes dejar solos? —sonreí levemente.

—Claro, no hay problema —me sonrió.

No se veía avergonzada por la escena que acababa de ver, solo se levantó de las piernas de Takumi, tomó una blusa y una chaqueta que estaban en el suelo, se peinó un poco y se dirigió a la puerta. Me hice a un lado para que pudiera salir, pero antes de hacerlo lo miró y le guiñó el ojo, yo rápidamente miré hacia otro lado, no creo poder aguantar mucho. Cuando sentí que por fin salió, cerré la puerta.

Normalmente le diría que tiene que mantener su vida privada fuera del trabajo y muchas cosas más pero hoy...no puedo.

Lo miré, él tenía la camisa desabrochada, afirmó su brazo en el escritorio para luego afirmar su mejilla derecha y su mentón; me miraba atentamente.

—¿Quieres arreglarte un poco antes de salir? —pronuncié, rompiendo inmediatamente con el contacto visual, para luego darme media vuelta e intentar salir.

—Espera un poco, tengo algo que hablar contigo —pude escuchar que se había levantado de su asiento y por sus pasos, se me estaba acercando.

—¿Qué cosa? —me di la media vuelta. Lo miré con firmeza...no puede saber cómo me siento ahora.

Quedó a varios metros de mí. Por suerte, ya se había abrochado la camisa.

—Hoy en la mañana cuando llegué, encontré a Natsuki llorando en la recepción, por alguna extraña razón, cuando le hablé para saber porqué estaba así, me miró enojada, luego me explicó las barbaridades que había dicho sobre ella y después me dijo que Alexander le había dicho todo —hizo una pausa— ¿ni te inmutas? —hizo otra pausa, lo más probable es que espera que le responda pero no lo hice— pero tranquilo, le dije que era un malentendido, que estaba hablando de otra persona y se tranquilizó, de nada, arreglé tu desastre.

No sabía qué decirle, un "¿gracias por no delatarme?" realmente nunca me importó o más bien preguntarle "¿por qué no me delataste?", al final, solo me mantuve callado, me di la media vuelta y abrí la puerta pero rápidamente me tomó del brazo.

—Ni si quiera te voy a preguntar el porqué pero Alexander, ¿cuántas veces tengo que decirte que no te metas en mi vida? Tú te fuiste solo y ahora yo te estoy expulsando, entiéndelo de una vez —pronunció, se le escuchaba enojado.

Ni si quiera lo miré, tiré mi brazo para que me soltara, lo conseguí al primer intento y luego salí y cerré la puerta detrás de mí.

Una gota cayó por mi mejilla izquierda, con rapidez me sequé las lágrimas que tentaban en salir.

¡Por la mierda Alexander, contrólate! Antes pudiste, ahora puedes, ¡¿Por qué mierda me está afectando tanto ahora?!

Cerré fuertemente los ojos por unos segundos, me tranquilicé, suspiré y luego me dirigí al ascensor. Mientras lo esperaba, escuché una puerta abrirse detrás de mí pero no me giré, sabía perfectamente quién era, se ubicó a mi lado y cuando el ascensor llegó, subimos, sin mirarnos o hablarnos.

—¡Ya era hora! —dijo Yuma totalmente enojado, podría ver como le latía una vena en su frente.

—Lo siento —le sonreí con miedo.

—Pues vamos —pronunció Takumi para después comenzar a caminar en dirección a la salida, Yuma y yo lo seguimos.

—¿Tienes tu auto afuera?

—Sí.

—¿Enserio? ¿No te ponen partes?

—Sí pero después las pago.

—Jajajajaja,no esperaba menos de ti.

—¡Que les vaya bien! —Natsuki ensanchó su sonrisa.

—Gracias —dijimos los tres al unísono.

Nos subimos al auto, Yuma al lado de Takumi y yo atrás.

Me siento un poco nervioso por la reunión, después de todo no tengo buenos recuerdos de Shido y le pegué en la entrepierna. Reí levemente al recordarlo.

Después de unos minutos, llegamos al restaurante, se veía muy lujoso.

Entramos, el lugar estaba lleno y se nota que todos tienen dinero.

—¿Tienen mesa reservada? —preguntó el recepcionista.

—Nos espera Shido Yamada —respondió Takumi.

—¡Ah! Es por aquí —nos comenzó a guiar hasta la mesa, los tres lo seguimos por detrás.

—¡Takumi, al fin llegaste! —sonrió la única persona sentada en la mesa que nos llevaron.

¿Él es Shido? No recordaba que fuera rubio y aunque esté sentado, se nota que es excesivamente alto...esperen, ¿un japonés rubio? ¿será teñido?

—Por favor tomen asiento —los tres nos sentamos, al lado mío está sentado Yuma y al lado de él Takumi, nosotros frente a Shido— Alexander, que gusto volver a verte —me sonrió de manera sensual, yo le sonreí incómodo— y trajiste a Yuma, claro que el mayor accionista de tu empresa este aquí, en una decisión tan importante.

—Déjate de rodeos—dijo Takumi, serio.

—No te pongas así —hizo un puchero— hay que saborear la comida de este lugar primero y hablar de la vida, ¿no crees Alexander?

Los tres me miraron. Ahhh, ¿por qué me meten? Aunque...tengo hambre así que...

—P-Por qué no —sonreí exageradamente.

—¡Ese es mi Alexander! Jajajaja —tomó la carta que estaba en la mesa y como nos separaba una silla, él se sentó en ella— ¿qué te gustaría pedir? —me ofreció la carta.

La tomé y la abrí...DIOS MÍO, está llena de todo tipo de carnes, hasta pescado, sándwiches y mucho más; mi padre tenía plata pero yo nunca fui de lujos, después de todo, fue mi tía la que me crió de esta manera. Pasé varios minutos viendo la carta, mis ojos iban de arriba hacia abajo pero no importa cuanto lo vea, no me puedo decidir por una.

—¿Quieres que pida por ti? —preguntó amablemente Shido.

Lo miré, repasé nuevamente la carta y lo volví a mirar. Él rió al verme.

—Yo lo haré, tranquilo jajajaja —le entregué la carta y se la pasó a Yuma— ¿Y cómo has estado? A mí todavía me duele la entrepierna.

—Siento eso pero no estabas atacando después de todo.

—Es verdad jajajaja, yo también me disculpo, no era yo en esos momentos —me sonrió.

Tiene razón, no lo recordaba de esta manera, antes cuando me sonreía, me recorría un escalofrío por todo el cuerpo que me indicaba que corriera, ahora está muy cambiado.

—No recordaba que tenías los ojos tan lindos —se me acercó unos centímetros. Lo sentí muy encima así que me corrí un poco hacia Yuma.

—N-No son nada —reí levemente, incómodo.

—Shido, ¿nos reuniste aquí para hacer negocios o para coquetear con mi asistente? —era Takumi, escuché su voz enojada.

—Mmh, ¿estás celoso? —le sonrió, burlón.

—Estamos en horas de trabajo.

Há, mira quién lo dice.

—Eres tan aburrido —otro puchero por parte de Shido.

—Señores, ¿ya saben lo que van a pedir? - apareció un camarero, Takumi le entregó la carta y él se fue.

—Lo interesante de este lugar es que la comida llega rápido a la mesa, ¿no creen que es lo mejor?

Ni Yuma, tampoco Takumi le respondió, de alguna forma, sentía que tenía que hacerlo yo pero...¿Qué le respondo? un "sí" sería muy seco y cortaría de inmediato la conversación, entonces tendría que contar una anécdota de algún restaurante parecido pero es mi primera vez en uno...estoy en un callejón sin salida.

—Agh que son aburridos, está bien, iré al grano —pronunció, serio— quiero ser socio de tu empresa Takumi —esbozó una increíble sonrisa.

—No —respondió en seco.

—Vamos Takumi, sabemos que nos beneficiaría a los dos.

—Lo tengo claro pero no confío en ti.

Suspiró.

—Mira, sé que empezamos con el pie izquierdo y—

—La última vez que nos robaste, sabes perfectamente que no fue la primera —le interrumpió.

Yuma y yo nos encontramos fuera de la discusión.

—Lo sé —rió levemente— pero créeme cuando te digo que cambié, me tienen completamente dominado.

¿Dominado? ¿A qué se refiere?

En ese momento, aparecieron dos camareros con nuestros platos, los cuales eran bastante grandes, los dejaron, hicieron una reverencia y luego se fueron. Miré mi plato, no tenía idea lo que era, bueno, sé que es carne pero lo demás y qué tipo de carne es ni idea. Todos comenzamos a comer, mientras que Shido y Takumi seguían hablando entre ellos; vi a Yuma, pude notar que está muy atento a lo que hablan pero yo, me fui desde el momento en que probé esta comida, ¡está deliciosa!

Sin darme cuenta, nuevamente me encontraba pensando en el sueño que había tenido, ¿por qué estoy tan obsesionado con eso? Ni si quiera me doy cuenta que estoy pensando desesperadamente para record...

Abrí los ojo como plato, mi cuerpo se tensó por completo, estaba apunto de llevarme un pedazo de carne a la boca pero me quedé completamente congelado, mis manos comenzaron a temblar y lo único que puedo escuchar son los rápidos latidos de mi corazón.

L-Lo recordé...

Intenté mantener la compostura pero sin mucho éxito, ya que cuando bajé mi mano, el tenedor chocó contra el plato, produciendo un sonido para nada agradable. Bajé la cabeza, para que no pudieran ver mi rostro.

N-Necesito salir de aquí.

—L-Lo siento —tranquilízate— necesito ir al baño —pronuncié y me dirigí rápidamente a los baños.

Por suerte, son baños individuales y el de hombres está vacío. Entré y puse el seguro lo más rápido que pude, para luego apoyarme en el lavamanos.

Mi respiración está muy agitada pero no es por cansancio...

Me miré en el espejo y recordé con claridad.

Me desperté porque sentí una caricia arriba de mi nuca. Abrí mis ojos y me encontré con la persona que necesitaba ver. Él me sonreía pero no como siempre, apenas tenía los labios curvados hacia arriba, era mínimo pero podía sentir todo lo que me entregaba así que inmediatamente, el dolor de mi pecho desapareció. Luego vi sus ojos...ahhh...sus ojos, tan azules como el cielo, me miraban como si yo fuera lo más preciado que tenía en su vida y al fin, podía tenerme a su lado. Mi respiración se detuvo, mi corazón se aceleró y sin poder evitarlo, las lágrimas comenzaron a caer. Cerré mis ojos, lo agarré por la cintura y lo abracé lo más fuerte que pude, dejando que las lágrimas cayeran sin límite.

—Tranquilo, estoy aquí —susurró y me abrazó tan gentilmente que solo hizo que me apegara más a él.

—Por favor...no te vayas —apenas susurré entre sollozos.

—No te preocupes, nunca...o...har...

Fue corto, muy corto...pero todo lo que sentí, está volviendo.

Me dejé llevar por la gravedad y caí de forma brusca al suelo, llevé mis manos a la cintura, las crucé y apreté, para luego comenzar a llorar.

Ahh por la mierda...no...no puedo más con todo esto, solo quiero que Takumi me abrace y no me suelte más, quiero que me vuelva a mirar de esa forma, quiero que se preocupe por mí otra vez, quiero que me diga que soy lo más importante en su vida, lo quiero todo ¡lo quiero a él! ¡¿Por qué mierda es tan difícil?! ¡¿POR QUÉ MIERDA TAN SOLO NO LO PUEDO HACER?! ¡¿POR QUÉ NO PUEDO ROMPER ESA PROMESA?! ¡¿POR QUÉ NO TIRO TODO A LA MIERDA Y YA ESTÁ?! ¡¿POR QUÉ?! ¡¿POR QUÉ ALEXANDER?! ¡RESPONDE!

—Señor, ¿le falta mucho? —escuché una voz al otro lado de la puerta, mientras la tocaba.

Por la sorpresa, se me escapó un sollozo e inmediatamente llevé mi manos a mi boca. Tranquilízate, inhala y exala con lentitud, traga saliva, eso, bien, ahora responde.

—Ya estoy por salir —pronuncié con firmeza.

—Está bien —respondió.

Miré el suelo por unos segundos, ya más calmado, luego me puse de pie y me miré en el espejo. Mi rostro está hecha un desastre y mis ojos completamente rojos. Abrí el grifo para después mojar mi cara una y otra vez, hasta que sentí que ya era suficiente, lo cerré y tomé un papel para secarmerla. Aún con las manos mojadas, peiné mi cabello hacia atrás. Cuando me sentí listo, saqué el seguro de la puerta y tomé la perilla pero antes de salir, me miré nuevamente en el espejo.

De un momento a otro, el dolor de mi pecho desapareció. Me sonreí a mi mismo.

Lo siento papá, no podré cumplir la promesa que te hice, lo siento Franchesca por hacerte esto pero tomé una desición y sé que no me voy a arrepentir.

—Pase —pronuncié al abrir la puerta y ver al tipo que estaba esperando fuera.

Él me miró un poco extrañado y luego entró. No habrá creído que me drogué adentro, siempre que lloro los ojos se tornan rojos y lo peor es que se mantienen por un buen tiempo.

Caminé con seguridad hacia la mesa pero aún así me sentía nervioso.

—Vaya que te demoraste —me sonrió Shido.

—Lo siento, estaba ocupado cuando llegué —le devolví la sonrisa para luego sentarme y seguir comiendo.

Miré a Takumi, como era de esperarse, él no me miró en ningún momento, aún así, no le quité la mirada de encima después de varios segundos. No me había dado cuenta que traía unas ojeras enormes pero sus ojos aún así, seguían siendo el foco de atención...por favor, mírame, aunque sea una vez...

Y como si él estuviera escuchando me miró, yo rápidamente agaché la cabeza, clavando mi mirada en el plato. Mi corazón corría a full, ¿No lo dije en voz alta cierto? ¡¿No lo hice verdad?!

—Takumi, ¿es enserio? Yuma, ya dio el visto bueno a lo que estoy proponiendo y sé que tampoco confía en mí pero intentémoslo...

Ahhh, que alivio...no lo dije.

—¿Y tú Alexander qué opinas? —me preguntó Shido.

Levanté mi mirada hacia él.

—Bueno, no estaría mal intentarlo por lo menos —dije, sinceramente.

—¿Ves Takumi? ¡Vamos anímate!

Mantuve mis ojos en Shido, estoy muy avergonzado como para ver a Takumi a los ojos de nuevo.

—No lo sé —suspiró— tengo que pensarlo, vámonos— se levantó de golpe, tomó su abrigo y comenzó a caminar hacia la salida.

Yuma y yo nos miramos, para luego hacerle caso e ir detrás de él.

Es una pena, no terminé de comer, adiós comida sofisticada y deliciosa, nos veremos en otra vida.

—Alexander, ¿en dónde están los baños?

—Están al fondo a la derecha.

—Gracias —me sonrió y caminó con rapidez al lugar que le indiqué.

Seguí caminando. Antes de salir, me percaté que afuera estaba Takumi y a su lado Shido, pude ver que le dijo algo al oído y luego se fue con una gran sonrisa en su rostro. Cuando llegué me ubiqué a pocos metros de él.

C-Creo que este es el momento.

Giré mi cabeza para hablarle y me di cuenta que tenía un cigarrillo encendido en su boca.

—No sabía que fumabas.

—Solo cuando estoy enojado —pronunció seco, mientras el humo salía de su boca.

Que raro, cuando estábamos en la mesa estaba tranquilo, ¿será por lo que le dijo Shido antes de irse?

—¿Y Yuma?

—Pasó al baño.

—Mmh.

Agaché la cabeza. Pasaron varios minutos...ah, esto se está volviendo incómodo. M-Me encantaría decirle todo lo que siento y pienso p-pero...

Levanté la mirada y sin quererlo, mis ojos terminaron en su rostro.

Tengo el pecho tan apretado que las palabras no me salen...

—Deja de hacer eso—pronunció, su tono de voz era seria.

—¿Qué cosa..?

—Tsk...- exclamó, botando el cigarro al suelo y pisándolo, para luego comenzar a caminar, alejándose de mí.

—¡T-Takumi! —le seguí por detrás.

—¡Que lo dejes! —gritó enojado, dándose la media vuelta, mirándome directamente a los ojos - ¡Deja de mirarme de esa forma! ¡Deja de meterte en mi vida! ¡Deja de ilusionarme de esa forma!

Su mirada es...aterradora.

—P-Pero yo—

—¡No! Para Alexander, ya...no puedo más con esto.

—Takumi, solo escúchame...yo—

—¡CÁLLATE! - gritó, agarrando mis hombros con fuerza —¡Estoy cansado de ti y tu maldita indecisión! La elegiste a ella pero me miras de esa forma, ¡¿POR QUÉ ME HACES ESTO?! ¡Lo mejor que puedes hacer es salir de mi vida! ¡VETE! ¡SAL Y NUNCA VUELVAS! ¡¿ME ESCUCHASTE?! —apretó aún más, moviéndome de atrás hacia delante con fuerza— ¡NO TE QUIERO VOLVER A VER! —paró en seco, para luego agachar su cabeza.

Su respiración está agitada. Sin notarlo, mis ojos están como plato, mi boca semiabierta y luchaba para que las lágrimas no salieran frente a él.

Terminó el contacto físico con rapidez y caminó en dirección hacia el auto.

...¿Qu...qué acaba de pasar..?

Sus últimas palabras percutían una y otra vez en mi cabeza.

¡AH POR LA MIERDA! ¡¿POR QUÉ MIERDA ESE SUEÑO ME AFECTÓ TANTO?! ¡SI ESTUVIERA COMO SIEMPRE ESTO NO HABRÍA PASADO! ¡NO TENDRÍA QUE...haber...escuchado eso..! Y estaría bien tan solo con estar a su lado...pero ahora...

—¡Alexander! —escuché la voz de Yuma— ¡vamos!

Cerré los ojos, suspiré y caminé hacia el auto.

No sentamos de la misma forma que antes.

—A esta hora tu esposa ya debería estar en casa, ¿no te a llamado? —preguntó Yuma, mirándome por el retrovisor.

—N-N... - bajé la voz y luego tragué saliva con rapidez. No me había dado cuenta del gran nudo que se había formado en mi garganta—No...

—¡Ah! Mai me acaba de mandar un mensaje, dice que vienen de camino.

—Está bien.

Después de unos minutos, el auto se acercó a la orilla y paró.

—Bien, yo me bajo aquí, Takumi te llevará a casa, nos vemos —bajó del auto, me sonrió y se despidió moviendo su mano de derecha a izquierda.

El auto volvió a partir.

Solamente miré hacia fuera todo el camino. Tampoco intenté ver si me estaba mirando...basta por hoy. Después de varios minutos, comencé a reconocer unas cuentas casas, ya estaba cerca.

El auto paró.

Miré la casa que estaba al frente, mi casa.

—¿Y bien? No tengo todo la noche —pronunció frío.

Si salgo por esta puerta...todo va a terminar aquí...

Escuché un suspiro por parte de él.

Tengo tantas ganas de decirle lo que siento...pero...a la vez tengo miedo...mucho miedo...

—Perdóname... —pronuncié por la bajo.

Abrí la puerta y luego la cerré.

Lo único que quedó fue el sonido del auto alejarse y luego silencio.

Me dirigí a la puerta, saqué mis llaves y entré. No encendí las luces, solo la de la habitación a la cual me dirigí, el baño. Cerré la puerta con llave.

Me afirmé en el lavamos y me miré en el espejo.

Perdóname...por favor...algún día, perdóname...que yo...nunca lo haré.

Golpié con fuerza el rostro que se reflejaba en el espejo, quebrantándolo.

Yo nunca me perdonaré por lo que te hice.

Odio...odio...odio...¡LO QUE VEO!

Seguí golpeando con fuerza una y otra vez, no me importó la abundante sangre que fluía de mi puño, yo seguí golpeando y las lágrimas seguían cayendo, hasta que el reflejo desapareció por completo.

Me sentí débil así que me senté en el piso, alejado de los cristales esparcidos.

Miré un punto de la habitación fijamente, dejé de pensar y comencé a sentir. Sentía como la sangre brotaba y seguía brotando de mi interior hasta el suelo del baño, inundándolo todo de color rojo; sentía el incesante ardor que provenía de mi mano derecha y sentí como, poco a poco, un dolor en la cabeza comenzó a surgir, hasta convertirse en fuertes punzadas.

Después de varios, muchos minutos, las punzadas desaparecieron pero el dolor seguía, persistente.

Sentí como el celular comenzó a vibrar, lo tomé. Era un número desconocido así que corté sin pensar, apenas pasaron unos segundos y comenzó a llamar nuevamente.

Contesté.

—¿Hablo con Alexander Williams?

—Sí, ¿con quién hablo?

—Con Asami Fukushima, te llamo para saber si lo pensaste.

—Sí...lo pensé...

—¿Entonces?

Él lo quiere así...y así será.

—Acepto.

—¡Excelente! —se escuchaba feliz— como todavía no te proporcionaban contrato, puedes renunciar sin ningún problema, mañana a las 10 te quiero aquí.

—Está bien pero, no sé dónde queda.

—No hay problema con eso, mandaré que te vayan a buscar

—Entiendo...

—Entonces, nos vemos mañana.

Al parecer el sueño...será algo imposible ¿eh?

Todo terminó...no hay vuelta atrás.





N/A: Hola :) Feliz San Valentín, Feliz Navidadx2 y Feliz año nuevox2...o es x3? Bueno, son detalles jajajaja...jeje(?)jiji.

La verdad, tengo mucho que decir pero siento que serían solo excusas, así que, en vez de eso, me concentraré en escribir el siguiente capítulo, el próximo y el próximo, hasta que la novela termine, desde mí punto de vista, es la mejor forma de pedir disculpas, espero que lo vean de la misma manera.

Y tú, persona que estás leyendo, muchas gracias por esperarme, no sabes lo especial que eres para mí, lo eres, créeme <3 después de todo, sé que hay muchas personas que la novela les dejó de importar o ni si quiera se acuerdan de que existía, bueno, no los culpo, soy yo la responsable pero, si tú, personita, me recordabas y a esta novela, te guardaste un lugar en mi corazón.

AVISO IMPORTANTE: Planeo hacer un "Preguntas y Respuestas con Sorata_sama" (io jejeje) así que si les interesa preguntarme cosas, entren a mi perfil, luego váyanse a la historia creada llamada "11 pasos" y apreten la última entrada que hay (al final de esa entrada, doy unos cuantos ejemplos de lo que me pueden preguntar).

Esto es todo hasta el momento, adiós y cuídense.

¡Gracias por leer, votar y comentar!

¡Saludos!

¡Y FELIZ AÑO DEL PERRO<3!


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