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Capítulo 32: "Nunca te dejare"


(Último capítulo)

Un par de pelinegros abordaban un helicóptero.

¡Gracias por venir conmigo¡ decía el señor Android.

Yo solo voy acompañando a mi niña, dijo Gokú con firmeza.

Lo sé, no te preocupes, respondió el señor Android.

¡Gracias por estar conmigo siempre¡ dijo Milk mirando al joven de cabello alborotado.

No agradezcas mi niña, ya sabes que yo nunca te dejare sola además quiero saber que quiere decirte ese, respondió Gokú mientras la abrazaba.

Yo también quiero saberlo por ello acepte venir, dijo Milk con calma.

Capital Central: "Hospital"

Una rubia colocaba unas flores un florero mientras platicaba con su gemelo.

Mañana te dan de alta hermanito, así nos lo dijo el médico a mamá y a mí, decía la rubia.

Me da lo mismo ya salir o no salir de aquí hermana, respondió Diecisiete.

Hermano, arriba esos ánimos, estas vivo, eso es lo más valioso, dijo la rubia.

Vivo, dijo Diecisiete con nostalgia.

Si vivo y por ello debes estar feliz, tienes una nueva oportunidad para corregir tus errores y hablando de ello me da gusto saber qué piensas pedirle perdón a Milk por todo lo que le has hecho, respondió la rubia.

Ojala y acepte mi perdón, mi obsesión por ella hizo incluso que la lastimara, me di cuenta de ello gracias al apoyo psicológico que he recibido durante mi internamiento, por suerte ya estoy recibiendo tratamiento para ello también y el primer paso para mi rehabilitación es lograr el perdón de mi hermosa. Sé que ella ya no será para mí pero al menos quiero su perdón, dijo el joven de cabello negro lacio mientras su hermana le tomaba la mano.

Horas después:

Las puertas de la habitación de Diecisiete se abrían y por ella entraba su padre seguido de los pelinegros.

Hijo, aquí tienes a Milk y a Gokú, el quiso venir con ella acompañándola, espero y no te cause malestar ello, decía el señor Android.

No padre, está bien y agradezco la presencia de los dos, después de todo lo que le diré a Milk también le interesara a él, respondió Diecisiete mientras los pelinegros lo miraron con nostalgia.

Bueno me retiro, los dejo para que hablen, dijo el señor Android antes de salir del lugar.

Milk, dijo Diecisiete estirando su mano.

Aquí estoy, respondió la pelinegra mientras el joven de cabello alborotado la abrazaba.

¡Gracias por venir¡ ¡gracias a los dos por estar aquí¡ les pido que me escuchen sin interrupciones ¡por favor¡ como verán mi mentira se hizo realidad, estoy ciego y no volveré a recuperar la vista nunca pues el daño que sufrieron mis ojos es irreparable y les digo esto no para que sientan lastima de mí, sino para que sepan que esta experiencia me ha servido para reflexionar de todo lo malo que he hecho, llevo casi una semana hospitalizado, mis padres hicieron de todo para que yo pueda recuperar la vista, pero ello es imposible, primero no lo quise aceptar, pero luego con ayuda de unos psicólogos entendí que esta es una prueba para mí, una prueba para que yo pueda darme cuenta tal vez de los errores que cometí, en ese accidente pude morir pues fue mucho más fuerte del que sufrimos hace algunos meses hermosa y discúlpame que te llame así, pero siempre serás mi hermosa y así pienso recordarte siempre. Esta dura prueba que me ha tocado vivir me ha hecho darme cuenta de los errores que cometí, errores impulsados por mi obsesión hacia ti Milk, yo estaba muy enfermo contigo, mi obsesión era tanta que no me importo fingirme ciego para tenerte conmigo, para que tú me des un beso, un abrazo, una caricia, una caricia que nunca pude sentir de ti pues tu nunca me amaste, mis besos eran un calvario para ti, siempre lo note, pero trataba de no darle importancia pues creía que podría ganarme tu amor, pero nunca pude ello, tu siempre amaste a Son y ello me llenaba de rabia, pero como una vez me dijo Son , "el amor no se impone" y yo trate de imponerte mi amor y aquí están las consecuencias de mi mal actuar, te lastime mucho, te mentí, te herí profundamente con mis mentiras y por ello necesito tu perdón. Milk, nunca paso nada entre los dos, yo nunca te toque ese día, ni ningún otro bueno te abofetee muchas veces y hasta te golpee en mi ira y por ello te pido perdón, pero jamás, jamás te hice mía, si te mentí fue porque creí que con los días, con el trato diario y tú ya creyendo que eres mi mujer me terminarías correspondiendo de verdad,........., decía Diecisiete mientras la pelinegra escucha atónita la confesión.

¿No le hiciste nada?, dijo Gokú sorprendido.

No, no pude tenerla de esa manera, yo quería estar con ella de manera consciente, no inconsciente, quería que corresponda a mis besos, a mis caricias, quería que me llame por mi nombre, que me quiera, pero ello no podía ser, ese día tras la discusión que tuvimos Milk quedo inconsciente entonces a mí se me ocurrió la idea de aprovechar ello para engañarle que había pasado algo entre los dos y así lo hice. Milk perdóname por ello, en reparación al daño que te causado no pondré trabas a nuestro divorcio, ya se lo dije a mi padre y el me apoyara con ello. Con respecto a ti Son déjame pedirte una disculpa por mi agresión hacia ti, estaba cegado por el dolor, la ira, no es fácil sentir que tu esposa no te amé, que cuando duerme contigo llame a otro en sus sueños, no es fácil, sé que yo me busque ello al forzarla con mentiras para que ella se case conmigo pero ello no es pretexto para actuar contigo como lo hice,........., decía Diecisiete con sinceridad mientras los pelinegros lo escuchaban.

Luego de algunos minutos el joven de cabello negro lacio dijo: Perdóname Son, perdóname, de corazón espero que los dos sean muy dichosos de ahora en adelante, no volverán a saber de mí por mucho tiempo pues iré a prisión por el delito que cometí.

No te preocupes, no iras preso, retirare la denuncia en tu contra, ya suficiente es que estés ciego, solo te pido algo, dijo Gokú con firmeza.

¿Qué?, pregunto Diecisiete mientras la pelinegra miraba al joven de cabello alborotado intrigada.

Nunca más vuelvas a agredir a una mujer, las mujeres fueron creadas para ser amadas, respetadas y valoradas, no para lastimarlas, en realidad ningún ser humano debe lastimarse, dijo Gokú.

No, no lo volveré hacer, estoy con ayuda profesional para controlar mi impulsividad y concuerdo contigo en lo que dices, respondió Diecisiete.

Qué bueno, dijo Gokú.

¡Gracias Son¡ ¡gracias por decirme que retiraras la denuncia¡ respondió Diecisiete haciendo una pausa para luego decir con voz entrecortada: ¿Y tú hermosa, no me perdonas?.

Te perdono Diecisiete, te perdono, respondió Milk con calma.

¡Gracias, muchas gracias¡ son muy generosos, dijo Diecisiete estirando sus manos al tiempo que Gokú y Milk tomaron una de las manos del joven de cabello negro lacio y dijeron juntos: Una nueva vida empieza hoy.

Horas después: "Comandancia policial"

Retira la denuncia, decía un hombre de lentes mirando a un joven de cabello alborotado.

Si, dijo Gokú con firmeza.

Bueno, es su decisión, ahora mismo informo a mis subordinados ello, decía el hombre de lentes.

Él está arrepentido además suficiente castigo tiene con la ceguera, dijo Gokú.

Es muy noble de su parte retirar la denuncia por ello, sin duda usted y la señora Android son muy nobles al no querer continuar con el proceso, dijo el jefe de los policías.

Gokú no dijo nada solo sonrió mientras el jefe de la policía daba la orden de cancelar el proceso.

Eso es todo, ¿verdad?, pregunto Gokú al ver al hombre de lentes colgar el teléfono.

Si joven Son, ya puede retirarse, respondió el jefe de los policías.

Gokú salió lo más rápido que pudo de la estación policial, fuera de ella estaba la pelinegra esperándolo.

Milk, mi niña, dijo Gokú yendo a su encuentro.

Ya estás aquí, respondió la pelinegra con una dulce sonrisa.

Extrañaba esa bella sonrisa tuya, dijo Gokú mientras la rodeaba con sus brazos para acercarla a él.

Es hora de irnos, nuestro tren sale en media hora, decía Milk mientras el joven de cabello alborotado acercaba su rostro al de su amada.

Si ya lo sé, pero darte un besito no me tomara mucho tiempo, respondió el joven de cabello alborotado al tiempo que posaba sus labios sobre los de su amada.

Luego de algunos minutos el par de pelinegros rompieron el beso y tomados de la mano se dirigieron a la estación.

Semanas después: "Fri pan"

Un gigantesco hombre caminaba por su jardín con un par de sobres en la mano.

Hija, hija, decía el señor Ox mientras se dirigía a la parte trasera de su casa.

¡Papá¡ dijo una pelinegra que estaba sentada en el borde de una pileta.

Sí, es la voz de mi padrino, respondió un joven de cabello alborotado que estaba junto a la pelinegra mientras se ponía de pie.

Vamos a ver qué sucede, dijo Milk con dulzura mientras el jovencito de cabello alborotado asentía al tiempo que la tomaba de la mano.

El par de pelinegros luego de algunos minutos le dieron el encuentro al gigantesco hombre que tenía la sonrisa tatuada en los labios.

¿Qué sucede papá?, dijo Milk intrigada.

Si padrino, ¿Qué sucede?, pregunto Gokú.

Ya llego el documento que acredita que estas legalmente divorciada hija, ya no estas casada por la vía legal hija pero eso no es todo, la absolución de tu matrimonio religioso también fue aprobada, podrás casarte nuevamente por la iglesia hija, decía el señor Ox al tiempo que el joven de cabello alborotado abrazo a la pelinegra.

Ya eres libre mi niña, ya eres libre. El vínculo que te unía Diecisiete acabo, has vuelto hacer Milk Ox, bueno al menos por algún tiempo porque en unos meses tu y yo nos casaremos como lo teníamos planeado desde hace mucho, dijo Gokú sonriendo.

¿Planeaban casarse?, pregunto el señor Ox sonriendo.

Si, padrino, ¿aprueba nuestro matrimonio, verdad?, yo le prometo seguir esforzándome por ser el mejor luchador de artes marciales del mundo y así poder ganar dinero haciendo lo que me gusta además aún tengo que terminar de recuperar las propiedades de mis padres, quiero que ellos vuelvan no solo por unos días sino que se queden para siempre en su país, que disfruten de sus nietos,...........decía Gokú.

¿Nietos?, ¿acaso mi hija esta...? decía alarmado el señor Ox.

No papá, como crees, no ha pasado nada entre los dos aún, respondió la pelinegra sonrojada.

Esa es la verdad padrinito pero en cuanto nos casemos de hecho pasara y yo quiero que mis padres y hermano estén aquí para que disfruten de sus futuros nietos, dijo Gokú sonriendo.

¿Y cuándo piensan casarse?, pregunto el señor Ox.

En dos meses, dijeron los pelinegros.

¿En dos meses?, dijo el señor Ox sorprendido.

Sí, es que luego tengo que viajar a la Capital Norte allá abra un torneo de artes marciales en el cual me presentare y por supuesto pienso ganarlo, respondió Gokú.

¿Entonces nos casaremos y te iras?, pregunto Milk con nostalgia.

No, claro que no mi niña, yo nunca te dejare, tu vienes conmigo a donde yo vaya en cuanto nos casemos, no abra lugar que yo vaya que tu no vayas conmigo, dijo Gokú con dulzura mientras el padre de la pelinegra sonrió ante la respuesta del joven de cabello alborotado.

¿Y dónde piensan celebrar su boda hijos?, pregunto el señor Ox.

En Paoz, dijeron simultáneamente los pelinegros.

¿En Paoz?, dijo el señor Ox sorprendido.

Si, respondieron los jovencitos.

Bueno si ya tienen todo pensado, solo me queda darles mi bendición, dijo el señor Ox.

Semanas después:

Un par de pelinegros escribían en unos sobres los nombres de los invitados a su boda.

¿A Marón?, decía Milk alarmada al ver el nombre de la peliazul en la relación de invitados que su amado prometido le había alcanzado.

Sí, es la ahijada de tu padre, no podemos dejarla de invitar, ¿no?, además hace mucho que ella entendió que no la amo, que tú eres la dueña de mis pensamientos y de mi corazón, hoy mañana y siempre, respondió Gokú con dulzura.

Si, tienes razón, dijo Milk con una dulce sonrisa.

Bueno la última tarjetita de invitación que me falta poner nombre es para Vegueta, decía Gokú quedándose callado repentinamente al ver las iniciales de su nombre y el de su amada en la tarjeta.

¿Pasa algo?, ¿nos estamos olvidando de alguien más?, dijo Milk preocupada.

No muñequita, no, es solo que estoy viendo lo lindo que se ven nuestros nombres así unidos, respondió Gokú.

Si, se ven hermosos, dijo Milk con dulzura.

Bueno creo que ya están todas las invitaciones, ahora a entregarlas mi niña, dijo Gokú mientras la pelinegra asentía.

2 semanas después:

Gokú recibía con una cálida sonrisa a sus padres y hermano en su departamento.

Pasen bienvenidos, ¡gracias por venir¡ decía Gokú.

Como no vamos a venir hijo, es tu boda además tu padre y yo hemos tomado una decisión, dijo Gine.

¿Cuál madre?, pregunto Gokú.

Hemos decidido seguir tu consejo, nos quedaremos todos aquí, ya juntamos lo necesario para poder al menos recuperar nuestra casa, decía Gine.

Así es hijo, además con Raditz pensamos volver a emprender un nuevo negocio, sabemos que será difícil empezar de nuevo pero no queremos que nuestra familia siga tan distanciada además extrañamos Paoz, dijo Bardock.

Y queremos disfrutar de nuestros futuros nietos, dijo Gine.

Y yo pues pienso poner en práctica todo lo que he aprendido en el exterior en mi país, decía Raditz.

Me parece estupendo, yo cuento con dinerito que he estado reuniendo para ustedes, se los daré para que con ello puedan emprender un nuevo negocio, dijo Gokú sonriendo.

¡Gracias hijo¡ tú siempre tan noble, dijeron los padres del joven de cabello alborotado abrazándolo.

Bueno creo que ya va siendo tiempo de partir, ¿no?, dijo Raditz.

Sí, mi padrino mandara un auto por nosotros para que nos lleve a la estación y de allí a Paoz, mi niña ya nos está esperando allá, respondió Gokú emocionado.

Pues vamos no hagamos esperar más a tu niña, dijo Gine sonriendo.

Los Son salieron del departamento del joven de cabello alborotado con unas maletas en la mano y abordaron un auto el cual los llevo hasta la estación del pueblo para que aborden el tren con destino a Fri pan.

Horas después: "Paoz"

Los Son eran recibidos efusivamente en una bella casona por un gigantesco hombre y su bella hija.

¡Bienvenidos¡ ¡compadre que gusto verte nuevamente¡ dijo el señor Ox abrazando

Yo también estoy feliz de verte amigo, decía Bardock.

Bueno en unas horas seremos suegros también, respondió el señor Ox sonriendo.

Si es cierto, dijo Bardock.

Mañana les mostrare mis viñedos........., decía el señor Ox a su futuro suegro mientras el joven de cabello alborotado hablaba con su madre, hermano y prometida.

Sí que es hermosa tu futura esposa hermanito, dijo Raditz sonriendo.

¡Gracias¡ dijo Milk mientras el joven de cabello alborotado asentía.

Luego de algunos minutos los Son fueron llevados a sus habitaciones, para que puedan cambiarse para la ceremonia de matrimonio. Los pelinegros por su parte también fueron a alistarse para el enlace que se realizaría en la capilla de la casona.

Por la noche:

El señor Ox recibía en la capilla al sacerdote y juez de la ciudad que se encargarían de la ceremonia religiosa y civil.

Pasen, todo está dispuesto como me lo pidieron, decía el señor Ox mientras el sacerdote y el juez asentían.

Los hombres entraron al lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia en unos minutos al tiempo que el señor Ox fue por su bella hija.

El lugar no era muy grande pero estaba colmado de invitados que esperaban ansiosos el enlace.

Allá esta Gokú, dijo un calvo.

Sí, es cierto, y esos señores que están junto a él, ¿Quiénes son?, dijo un joven de cicatriz.

Sus padres insecto, sus padres y su hermano, dijo Vegueta al tiempo que el joven de cabello alborotado entraba a la pequeña capilla del brazo de su madre.

Gokú logro cumplir su sueño de amor, el venció las diferencias sociales, dijo un calvo sonriendo.

Si te empeñas, tu también podrás vencerlas, solo no te des por vencido sin haber intentado un acercamiento a ella, respondió Piccolo.

Si eso es cierto, dijo Ten.

Si tienen razón, Gokú será mi modelo a seguir, seré tan persistente como el, conquistare a la chica que me gusta sin importarme los prejuicios, dijo el calvo.

Así se habla insecto pero ahora guarden silencio que la novia acaba de llegar, dijo Vegueta mirando a la pelinegra al igual que todos los presentes.

El señor Ox entrego a su bella hija al joven de cabello alborotado quien la tomo de la mano tras darle un cálido beso en la mejilla, luego de ello ambos se arrodillaron para que se inició a la ceremonia.

Minutos después:

Un par de pelinegros sellaban su amor frente a todos los presentes con un dulce beso. Luego de la ceremonia religiosa se realizó la ceremonia civil que no duro mucho tiempo, después de ella los pelinegros y sus invitados pasaron al lugar donde se llevaría a cabo la fiesta en honor a su enlace.

Luego de bailar con sus familiares e invitados el par de pelinegros se despidieron de estos y tomados de la mano salieron del lugar.

¿En verdad quieres que lo hagamos o solo aceptaste por compromiso muñequita?, porque te dije que había preparado el lugar para hoy, decía Gokú con dulzura mientras tomaba las manos de su ahora esposa.

En verdad quiero ir allá, quiero pasar nuestra primera noche como esposos en ese lugar, dijo Milk con ternura.

Entonces vamos, bueno, esta vez no escalaremos, iremos en helicóptero, nos llevaran allá y mañana nos recogerán para llevarnos al lugar donde pasaremos unas semanas, respondió Gokú.

Pues vamos de una vez, ya quiero estar nuevamente en la montaña, dijo Milk feliz. Vamos, respondió Gokú.

El par de pelinegros caminaron hacia el lugar donde estaba un helicóptero estacionado y abordaron el mismo. A los pocos minutos ambos bajaban del helicóptero en la cima de una montaña.

Mañana vuelvo por ustedes, dijo un hombre de barba antes de partir en el helicóptero.

Los pelinegros tomados de la mano caminaron hacia una cueva. Al entrar a ella la pelinegra quedo maravillada al verla completamente iluminada con candelabros, el suelo de la misma estaba cubierta por pétalos de rosas rojas formando una especie de cama.

Es hermoso, dijo Milk caminando de la mano con su esposo mientras miraba las paredes del lugar.

Me alegra que te haya gustado mi niña, respondió Gokú dulcemente.

Mira aquí está, dijo Milk mientras posaba su mirada en una de las paredes de la cueva en donde estaba escrito algo que decía:


Gokú y Milk estuvieron aquí, fueron los únicos del grupo de expedicionistas que llegaron hasta aquí como prueba de que nunca se dejaran el uno al otro.


Eso es muy cierto, nunca nos dejamos el uno a otro ese día y a partir de ahora vuelvo a reafirmar ese juramento frente a ti mi amor, nunca, nunca te dejare, no abra lugar donde yo vaya que tu no vayas conmigo mi bella niña, dijo Gokú tomando las manos de su amada frente a aquella inscripción.

Yo tampoco, nunca te dejare, respondió la pelinegra con dulzura antes de sentir los cálidos labios de su ahora esposo sobre los de ella.




FIN





Nota:

¡Gracias a todas las personas que siguieron, votaron y dejaron sus comentarios para esta bella historia de amor¡ que hoy día llego a su fin y que me fascino escribirla.

Espero y la historia así como el final de la misma haya cubierto sus expectativas.

Mañana estaré publicando un pequeño epilogo de esta historia de amor.

Con mucho cariño.

PrincesaLirio. 

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