Capítulo 24: "Nuevamente juntos: Sospechas"
Un apuesto jovencito de cabello alborotado compraba de una tienda de la Capital Central algunas cosas mientras pensaba: Necesito un buen disfraz para poder acercarme a ella sin generarle problemas con su esposo, porque aunque él este ciego bien puede tener vigilancia alrededor de ella, yo ahora estoy más que seguro que él está tras aquellos hombres que impidieron mi avance hacia Milk en su boda, Milk me dijo que ella no me envió la tarjeta para su boda pues lo que menos quería era lastimarme, que ella dejo que Diecisiete decidiera a quien invitar, que jamás imagino que él me invitaría, entonces si él considero invitarme estoy seguro que lo hizo por molestarme, yo siempre sentí que le caía mal, tal vez el tenia sus sospechas de mis sentimientos hacia Milk, tal vez hasta sospechaba de lo nuestro, por ello contrato a esos hombres para su boda para que estén alerta si en caso a mi se me ocurría ir a la iglesia.
El pensamiento del apuesto jovencito se vio interrumpido por la presencia de una vendedora.
Joven, ¿en qué puedo ayudarle?, dijo la mujer.
Necesito un par de lentes oscuros, una gorra, peluca, bigote postizo y lentes de contacto, respondió Gokú mientras pensaba: Necesito cambiar de imagen por precaución además necesito también acercarme a él, yo estoy seguro que él esconde algo es mas me atrevería a pensar que tal vez este aprovechando su ceguera para manipular a mi niña, él siempre quiso algo con ella y pues ahora pudo conseguir esa oportunidad debido al problema que tiene.
Claro joven, acompáñeme por aquí, dijo la vendedora mientras el joven de cabello alborotado asentía.
Kame House:
Un joven de cabello negro lacio miraba a una jovencita pelinegra que llevaba la misma ropa del día anterior dormir profundamente sobre una cama.
No puedo creerlo, ni siquiera se levantó a cenar y ya van hacer las diez de la mañana y la señorita porque a pesar de ser mi esposa sigue siendo aún señorita sigue profundamente dormida, pensaba Diecisiete con molestia mientras se acercaba a ella para moverla con suavidad.
Milk, Milk, despierta, despierta, decía Diecisiete mientras acercaba su rostro al de la pelinegra para besarla.
¡Gokú, mi amor¡ dijo Milk entre sueños, haciendo que el joven de cabello negro lacio se aleje de ella y bajara de la cama furioso arrojando una de las almohadas al piso.
¡Maldición, sigue pensando en el infeliz ese¡ dijo furioso Diecisiete golpeando con el puño de su mano el tocador haciendo que de este se caigan algunos frascos de perfume que estaban en el borde del mismo al piso causando tal ruido que hizo que la pelinegra se despertara aturdida.
¿Qué paso? ¿Qué paso? decía Milk desesperada levantándose de impulso de la cama al tiempo que Diecisiete fingía dolor tomándose la mano.
Me golpee Milk, me golpee, respondió Diecisiete.
Pero te encuentras bien ¿verdad?, dijo Milk preocupada al llegar junto a él.
Si, si, aunque creo que debido al impacto de mi cuerpo contra el tocador hice que las cosas que estaban sobre este se cayeran pues escuche ruido como de vidrios, decía Diecisiete fingiendo nostalgia.
No te preocupes, eso es lo de menos, lo importante es que tú estés bien, respondió Milk.
Milk, ¿Qué hora es?, siento que dormí como roca, dijo el joven de cabello negro lacio con ironía.
Pues son las diez de la mañana......, decía Milk quedándose callada repentinamente para luego volver a decir: Desde ayer por la tarde estuve dormida.
Pues si son las diez de la mañana no solo tú estuviste dormida desde ayer hermosa sino también yo, creo que comer mariscos no fue buena idea, respondió Diecisiete fingiendo una sonrisa mientras pensaba: Claro que no fue buena idea pues mi plan de estimular el libido en ti al comerlos me fallo.
Pues dormí cual roca que hasta me quede con la misma ropa del día anterior, pero tú estás con ropa limpia, decía Milk intrigada.
Es que me la cambie como pude, me puse de pie y fui por ella palpando las cosas y cuando intente volver junto a ti tropecé y produje este desastre,......, decía Diecisiete lo más calmado posible.
No te preocupes por ello, lo importante es que no te hayas lastimado, recogeré los vidrios y luego saldremos a buscar algo para desayunar, respondió Milk.
Me parece bien hermosa, dijo Diecisiete.
Capital Central:
Gokú miraba su nueva imagen en un espejo mientras pensaba: Con esta nueva apariencia podré acercarme a ella y a él sin levantar sospechas, me hare pasar por un turista en apuros, tengo que conseguir que me den hospedaje en su casa, así podre estar cerca de mi niña, podre cuidarla, vigilarlo a él, ganarme su amistad y aconsejarle que se evalué nuevamente, si él recupera la vista tal vez Milk ya no sienta culpa y le pueda plantear el divorcio, lo único malo es que ya no podremos casarnos por la iglesia ya que lo hizo con él, pero al menos ya podríamos estar juntos sin impedimentos a menos que él quiera hacernos el favor de solicitar la anulación de la boda religiosa, eso sería maravilloso porque mi mayor sueño desde que conocí a mi niña fue casarme por la iglesia con ella.
Gokú se colocó su gorro y lentes oscuros, tomo su pequeña maleta y salió del lugar donde estaba con un solo pensamiento: Voy a tu lado mi muñequita bella, voy a tu lado como te lo prometí pues yo nunca te dejare, nunca, nunca.
Horas después: "Kame House"
Un apuesto joven de bigote, gorra y lentes oscuros tocaba la puerta de una casa de playa con desesperación.
A los pocos minutos la puerta se abrió y por ella salió una bella jovencita pelinegra que vestía un vestido floreado y sandalias.
¡Buenas tardes¡ ¿Qué se le ofrece?, dijo Milk con extrañeza mirando al apuesto joven de bigote, lentes y gorra que la miraba a ella embelesado.
Mi niña, no imaginas como te extrañe, respondió Gokú con dulzura mientras la miraba.
¡Gokú¡ dijo Milk sorprendida con lágrimas en los ojos.
Si soy yo, pero en este momento finjo ser un turista en apuros mi niña, necesito estar cerca de ti, respondió Gokú sonriendo al tiempo que una voz dijo: ¿Quién es Milk?.
Un turista, respondió Milk.
¿Un turista?, escucho la pelinegra.
Si un turista, dijo Milk.
Dile que estoy buscando hospedaje pues no hay ninguno disponible en esta isla y pues pensé que tal vez ustedes podrían brindármelo, respondió Gokú al tiempo que Diecisiete caminaba hacia la puerta con un bastón para seguir con su farsa.
¿Y qué quiere?, dijo Diecisiete con molestia mientras se acercaba a la puerta.
Que le demos albergue por un tiempo pues no hay ningún hospedaje disponible en la isla, decía Milk al tiempo que el joven de cabello negro lacio llego tras de ella.
¡Buenas tardes¡ dijo Gokú con calma.
¡Buenas tardes¡ respondió Diecisiete con molestia mirando al atractivo turista de pies a cabeza mientras el joven de cabello alborotado lo seguía con la mirada.
¿Me parece que me estuviera mirando de verdad o será que me parece ello?, pensaba Gokú.
Diecisiete el joven es un turista que está buscando un lugar donde quedarse hasta que se desocupe alguna habitación en el hotel de la isla, dijo Milk con calma mirando a su esposo.
Aquí no es albergue, respondió Diecisiete con molestia.
Señor solo unos días hasta que se desocupe una habitación, yo me acomodo en cualquier lugar, ¡por favor¡ se nota que ustedes son buenas personas, decía Gokú con calma.
Estamos recién casados, queremos privacidad, respondió Diecisiete con firmeza.
Ni sentirán que estoy aquí, ¡por favor¡ no me nieguen un techo donde quedarme, las noches aquí son muy frías, decía Gokú.
Diecisiete, solo unos días hasta que consiga habitación, el joven tiene razón las noches son muy frías aquí, dijo Milk con calma.
Si joven, ¡por favor¡ en cuanto una habitación quede libre en el hotel me voy de su casa, lo prometo, decía Gokú en tono de súplica.
¿Y porque no vas a pedir alojamiento en las otras casas?, respondió con molestia Diecisiete.
Ya lo hice y nadie quiso dármelo, ustedes son mi última esperanza, apóyenme, no me dejen dormir en la calle, decía Gokú en tono de súplica.
Diecisiete, ¡por favor¡ dijo Milk en tono de súplica.
Está bien, solo por unos días, estamos recién casados y pues los agregados estorban, dijo Diecisiete con molestia.
Le aseguro que solo serán unos días, como le dije ni notaran que estoy aquí, además solo necesito un lugar para dejar mi equipaje y dormir ya que la mayoría del día me la paso fuera, ¡ah¡ disculpen soy un mal educado mi nombre es Bardock, dijo Gokú sonriendo mientras estiraba su mano.
Un gusto Bardock, pasa, mi nombre es Milk y el es mi esposo Diecisiete, la hamaca que esta acá fuera es muy cómoda al igual que el sofá de la sala, en cualquiera de ellas puedes dormir, respondió Milk mientras estrechaba la mano del joven de cabello alborotado.
¡Gracias señora es muy amable¡ y un gusto conocerlo señor Diecisiete, dijo Gokú con calma.
Diecisiete no respondió nada, tampoco tomo la mano del joven de cabello alborotado.
Mi esposo es invidente, dijo Milk.
¡Ah¡ un gusto señor, dijo Gokú tomando la mano de Diecisiete para estrecharla mientras este lo miraba furioso con disimulo.
Espero y pronto consigas alojamiento, respondió Diecisiete con molestia.
Pasa, pasa, para dejes tus cosas, dijo Milk evitando mostrarse nerviosa.
¡Gracias señora¡ respondió Gokú.
Gokú ingreso a la casa y dejo su maleta junto a un sofá mientras Diecisiete lo seguía con la mirada.
Pediré que nos traigan servicio de comida a la casa, dijo Milk con calma.
Bien, respondió Diecisiete mientras la pelinegra se acercaba a tomar el fono del teléfono.
¿Y de pueblo vienes?, pregunto Diecisiete con molestia mirando al joven turista.
De la Capital Sur, respondió Gokú girando a mirar al joven de cabello negro lacio mientras pensaba: Es extraño pero me parece que me mirara.
Espero y no te quedes mucho tiempo en mi casa, dijo Diecisiete con molestia al tiempo que fingía palpar con su mano su alrededor para continuar su camino.
Nos traerán algo en 30 minutos, dijo Milk.
Bien, voy a la habitación, me avisas en cuanto llegue la comida, respondió Diecisiete.
Está bien, dijo Milk.
Gokú y Milk quedaron solos en la sala. La pelinegra se acercó con cautela a su amado y le dijo en voz baja: También pedí algo para ti.
¡Gracias muñequita bella¡ respondió Gokú.
Gokú, no puedes quedarte muchos días aquí, así me de alegría tenerte cerca a mí, no puedes quedarte aquí, dijo Milk en voz baja y atemorizada.
No te preocupes, solo serán unos días y ahora con mucha más razón necesito estar aquí. Sabes tengo la sospecha de que Diecisiete te ha estado engañando para conseguir lo que quería, respondió Gokú.
¿Qué?, dijo Milk.
Estoy seguro que el aprovecho las circunstancias del accidente para poder manipularte, para conseguir hacerse tu novio y casarse contigo, él no está ciego, no lo está, estoy seguro que no lo está, respondió Gokú tratando de mantener la calma.
Gokú deja de decir esas cosas, el pobre Diecisiete está ciego, ciego, no puede ver, como te dije lo han revisado muchos especialistas y........, decía Milk siendo interrumpida por el joven de cabello alborotado.
Hoy sentí que me miro, Milk, aprovechare los días que este aquí para desenmascararlo, estoy seguro de ello, decía Gokú al tiempo que la puerta sonó.
Es el pedido, dijo Milk antes de dirigirse a abrir la puerta mientras pensaba: Fingirse ciego, no eso es imposible, no creo que el este fingiendo así ¿o sí?. De ser así ya no nos iríamos al extranjero, podre anular mi matrimonio y ser feliz de verdad junto a Gokú.
Una vez que la pelinegra recibió el pedido lo coloco sobre la mesa y fue a la habitación de su esposo bajo la mirada de nostalgia de Gokú.
¿Ya llego la comida?, dijo Diecisiete al ver a la pelinegra entrar al lugar.
Si, respondió Milk mirando con disimulo al joven de cabello negro lacio: Sera que fui tan tonta que me deje engañar por él y en realidad no está ciego como dice Gokú.
Que bueno porque ya tengo hambre, ¿me ayudas Milk?, dijo Diecisiete.
Si, respondió la pelinegra.
¿Y ese ya se largó a comer fuera?, dijo Diecisiete con molestia.
No, el comerá en casa, me pidió que le pidiera un platillo para que lo comiera aquí, respondió Milk lo más calmada que pudo mientras observaba con disimulo a su esposo.
No me gusta que un extraño este bajo nuestro techo, ¿Cómo es?, por su voz puedo decir que es joven pero físicamente, ¿Cómo es?,......... dijo Diecisiete con molestia.
No, creo que Gokú está equivocado, Diecisiete en verdad está ciego, en verdad está ciego y todo por mi culpa, el pobre no puede ver, tal vez Gokú llevado por la esperanza de encontrar mi libertad anda imaginando cosas, pensaba la pelinegra mientras su rostro entristecía.
Milk, respóndeme, ¿es atractivo?, decía Diecisiete con molestia mientras pensaba: Se perfectamente como es ese chiquillo a pesar de llevar lentes y gorra se nota que es apuesto el infeliz y lo que menos quiero ahora es algún estorbo que pueda poner en riesgo mi matrimonio además ahora tendré que ser más cuidadoso, Milk hasta ahora no ha notado mi farsa pues ella se siente culpable de mi ceguera pero un extraño si permanece mucho tiempo en casa podría notarla y yo no estoy dispuesto a arriesgarme a ello.
La verdad ni me fije, dijo Milk lo más calmada que pudo.
Sabes tengo miedo de que alguien te pueda apartar de mí, yo moriría si algo así pasa, tu eres la luz de mis ojos Milk, tu eres todo para mí, sin ti mejor prefiero la muerte, la muerte, decía Diecisiete incrementando más los sentimientos de temor y culpa en la pelinegra.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro