Capítulo 19: "Yendo en tu búsqueda: Dolor"
Un joven cabello de flama esperaba expectante la respuesta de un jovencito de cabello alborotado que tras algunos minutos de silencio dijo: Iré a la Capital Central, tengo que hablar con ella, tengo que despejar todas las dudas que hay en mi corazón, necesito saber ¿por qué me uso?, ¿por qué jugo con mis sentimientos?, ella no ha terminado aún conmigo, sigue siendo mi novia por lo tanto tenemos mucho de qué hablar, dijo Gokú con firmeza.
Entonces ve amigo, ve, yo me encargo de explicarles todo a los señores del torneo, tal vez te perderás este torneo master pero abran otros en los que podrás nuevamente presentarte y demostrarle a todos lo talentoso que eres ahora lo más importante es que despejes todas las dudas que hay en tu corazón y la única manera como puedes lograrlo es hablando directamente con ella, respondió Vegueta.
Lo sé, gracias por todo amigo, voy por dinero y mis documentos a mi casa luego de ello voy a la estación, dijo Gokú.
Bien Kakaroto, suerte, respondió Vegueta.
Capital Central:
Una entristecida pelinegra se levantaba aturdida al escuchar los gritos de su prometido.
Milk, Milk, Milk, ayúdame, ayúdame, escucho la pelinegra.
¡Diecisiete¡ dijo Milk desesperada poniéndose de pie de la silla para ir corriendo a la habitación del joven de cabello negro lacio.
Una vez que llego a esta la pelinegra lo busco con la mirada al no hallarlo en la habitación fue a los servicios higiénicos y allí lo encontró en el piso con la frente sangrado.
¡Diecisiete¡ dijo Milk preocupada mientras ayudaba al supuesto joven invidente a ponerse de pie.
Quería lavarme las manos y como te llame muchas veces y no venias supuse que te habías ido a tu departamento, entonces como pude vine hasta aquí pero tropecé, no sé con qué, y me caí hermosa, me caí. Soy un desastre, un desastre, soy un infeliz ciego que no sirve para nada, para nada, decía Diecisiete para generar culpa en la pelinegra.
No digas eso ¡por favor¡ no lo digas, ya puedes movilizarte mejor en tu casa, mejor vamos para curarte la herida que te hiciste en la frente, por suerte fue algo leve pero hematoma si va producirse por el impacto, te pondré alguna pomada para evitar ello, mañana no puedes estar moreteado en la boda, decía Milk con calma mientras caminaba con el joven de cabello negro lacio hacia su habitación.
Mañana, si mañana será el día más feliz de mi vida pues seré tu esposo, contigo me siento seguro Milk, tú me cuidas, tú me proteges, ¡gracias¡ ¡gracias por estar junto a mi¡ decía Diecisiete.
No hay nada que agradecer, respondió Milk.
Cúrame la herida Milk, no quiero parecer un mostro en nuestra boda, dijo Diecisiete sonriendo.
No seas exagerado, solo es un rasponcito, respondió Milk con calma.
¿En verdad?, dijo Diecisiete.
Si, respondió Milk.
¡Gracias por ser mis ojos Milk¡ no sé qué haría sin ti, dijo Diecisiete mientras la pelinegra llegaba con él a su cama.
Siéntate, ya estamos junto a tu cama, iré por el botiquín para curarte, respondió Milk con nostalgia.
Si mi amor, ve, ve, dijo Diecisiete.
Una vez que la pelinegra salió de la habitación Diecisiete dijo: Hare que cada día que pases a mi lado te sientas más culpable de mi ceguera tan culpable que nunca podrás dejarme por esa culpa.
Fri pan:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado de rostro entristecido salía presuroso del departamento donde vivía mientras pensaba: Tengo que llegar antes de la boda, tengo que llegar antes, necesito hablar con ella, necesito aclarar muchas cosas con ella, por suerte en las cartas que me enviaba esta la dirección del lugar donde vive.
Gokú salió a paso rápido del pequeño edificio donde vivía y abordo un taxi.
A la estación de trenes por favor, dijo Gokú.
Si joven, respondió el chofer.
Mientras tanto:
Un joven cabello de flama hablaba con los encargados del torneo y con los sponsor del joven de cabello alborotado.
Es una lástima que haya tenido un problema familiar y que haya dejado de participar en este torneo, muchas firmas están aquí solo por verlo a él, dijo uno de los encargados del torneo.
Si lo se señor pero como le dije tuvo un inconveniente familiar, ¿a menos que se le pueda reprogramar su duelo de mañana para otro día el podría participar entonces?, dijo Vegueta.
Pues eso me parece justo, si es por un problema familiar podrían hacer una excepción con él, ¿no?, dijo uno de los sponsor de Gokú.
¿En cuanto tiempo crees que se resuelva su problema?, pregunto uno de los encargados del torneo.
En tres días creo que ya estará aquí, dijo Vegueta con seguridad mientras los encargados del torneo se miraron entre sí.
Creo que podríamos reprogramar su batalla para el fin de semana próximo, con el cerraríamos las batallas preliminares ya que la siguiente semana serían los octavos de final, dijo uno de los encargados del torneo.
Pero su contrincante querrá reprogramación, recuerden que si él no se presenta a la batalla el rival gana automáticamente y yo creo que cualquiera que sea su rival y tenga la opción de ganar sin luchar con él, la tomaría, ¿no?, muchos de las personas que se presentan a este torneo ya saben de su gran talento, dijo otro de los encargados del torneo.
Si ello es cierto además ya se hicieron público todos los combates preliminares, dijo otro de los encargados del torneo.
Entonces no hay nada que hacer, dijo con molestia uno de los auspiciadores de Gokú.
Claro que hay que hacer, aún no sabemos la verdadera respuesta del rival de mi amigo, no podemos adelantar nada, dijo Vegueta.
La respuesta será negativa eso es un hecho, respondió otro de los sponsor del joven de cabello alborotado.
Pues nada se pierde intentándolo, ¿no?, si gustan yo hablo con su rival, dijo Vegueta.
Está bien, hazlo pero hoy mismo, respondió uno de los auspiciadores.
Si, está bien, hoy mismo hablare con él, dijo Vegueta.
Estación de trenes de Fri pan:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado abordaba el tren que lo llevaría a la Capital Central.
Su boleto, dijo un hombre uniformado al tiempo que Gokú le entregaba el mismo.
¿Ya puedo subir?, pregunto Gokú con calma.
Si, suba joven, respondió el hombre.
Diez horas de viaje, llegare por la madrugada y mañana es tu boda, tengo que hablar contigo así sea de madrugada, tengo que hacerlo antes de tu boda, pensaba Gokú mientras tomaba asiento.
Capital Central:
Una pelinegra platicaba con una rubia en una habitación.
No comprendo a mi hermanito, no invitaron a nadie de nuestro pueblo y yo que pensaba que mi amigui Bulmis estaría aquí, decía la rubia.
Yo le deje la decisión de elegir a los invitados a tu hermano, después de todo es tu familia quien corre con todos los gastos del matrimonio, dijo Milk.
Eso no tiene nada que ver, tú también debiste de invitar a tus amigos, en fin no quiero discutir por ello, yo estoy aquí por ti como quedamos, el auto nos está esperando fuera, la noche previa a tu boda la pasaras en el hotel donde mamá y yo nos alojamos, ¿ya se llevaron el vestido, verdad?, decía la rubia.
Si tu madre vino por el muy temprano, la verdad no comprendo porque tengo que ir a un hotel a pasar la noche y arreglarme, decía Milk.
Bueno la verdad yo tampoco comprendo ello pero nuestros padres acordaron ello, según lo que escuche la tradición dice que el novio y la novia no pueden verse hasta la hora del matrimonio y pues viviendo los dos en el mismo edificio pues tu podrías ver a mi hermanito salir vestido de novio y eso pues trae mala suerte, respondió la rubia.
Yo pensaba que ello solo hacía referencia a que el novio vea a la novia vestida de blanco, dijo Milk con calma.
La verdad yo también pero nuestros padres piensan distinto, bueno vamos Milk, vamos, respondió la rubia.
Si, dijo Milk con nostalgia sin que la rubia llegara a percibir la tristeza de su voz.
Fri pan:
Un joven cabello de flama platicaba con un joven de cabello de morado.
Y es por ello que él no puede estar presente, decía Vegueta.
Es una lástima, yo quería destrozarlo con mis propias manos ¿o es que se enteró de mi fuerza y se acobardo?, dijo el joven.
Claro que no Hit, Kakaroto no es ningún cobarde, él estaba muy emocionado de que tú seas su rival pero le surgió un problema y tuvo que viajar, respondió Vegueta.
Que yo sepa Gokú, Kakaroto o como se llame no tiene familia aquí, yo estuve investigando de el en cuanto lo vi ganar el torneo juvenil, me pareció muy bueno para las artes marciales y empecé a preguntar el pueblo por él, una chica me dijo que él estaba solo viviendo en la casa de su padrino que por cierto también era padrino de ella, que los padres de él estaban en el extranjero,............, decía Hit.
Marón, Marón, ¿Por qué tuviste que hablar de la vida de Gokú con los demás?, pensaba Vegueta con molestia.
Y si con esa mentira pretendes aplazar mi combate con tu amiguito yo puedo decir lo que se y no solo lo descalificarían a él, sino a ti también por mentiroso, dijo Hit con firmeza.
Está bien te diré la verdad, tal vez a pesar de ello te mantengas en tu posición de presentarte mañana al torneo y eliminar a mi amigo por no presentarte y estas en todo tu derecho pero de igual manera te lo diré si después de lo que te diga sigues firme en tu decisión la respetare solo te pido que lo que yo te diga quede entre nosotros, que nadie más lo sepa, dijo Vegueta con firmeza.
Bien, habla, respondió Hit.
Mi amigo fue tras el amor de su vida, lo que sucede es que............, decía Vegueta comentándole al joven de cabello morado lo que su amigo le había dicho a él.
Minutos después:
Y es por ello que él se fue, como veras, él está sufriendo mucho, tiene el corazón destrozado ahora y solo podrá encontrar paz para su corazón hablando con la niña que supuestamente lo está traicionando, dijo Vegueta.
Está bien, me convenciste, que reprogramen nuestro combate, si fue tras el amor para aclarar sus dudas no tengo nada que reprocharle, además yo quiero medir mis fuerzas con él y eliminarlo, respondió Hit.
Pues lo harás, gracias por aceptar la reprogramación, en cuanto Kakaroto regrese se lo hare saber, dijo Vegueta sonriendo.
Horas después: "Capital Central"
Gokú bajaba de un tren en medio de la oscura madrugada.
Ya estoy aquí, ahora a tomar un taxi que me lleve al lugar donde vives mi niña, pensaba Gokú mientras caminaba presuroso hacia la salida de la estación.
Una vez que estuvo fuera abordo uno de los pocos taxis que pasaban a esas horas.
A esta dirección ¡por favor¡ dijo Gokú entregándole un papel con la dirección al taxista.
Bien joven, respondió el hombre al tiempo que encendía su auto.
Mientras tanto:
En una habitación de hotel una entristecida pelinegra se encontraba acostada en una cama secándose las lágrimas que habían humedecido todo su rostro mientras pensaba: Mañana es el día más triste de mi vida, me casare sin amor, me casare con alguien a quien no amo, si solo soportar que me bese me lastima el corazón pues con sus besos el borro los besos de mi amor, esos besos que me estremecían que me hacían inmensamente feliz, pero tampoco puedo rechazarlo porque me da miedo que intente hacerse daño si lo rechazo además se supone que soy su prometida y mañana nos casaremos, nos casaremos, ¿cómo hare para evitar que me toque?, yo no quiero ser de él, no lo quiero pero tampoco puedo decírselo o se deprimiría por mi culpa, al casarme con él, él querrá ejercer su derecho y yo no podré evitarlo, ¿qué hago?, no solo rompí nuestra promesa de casarnos sino además estoy sucia, mis labios ya no son solo tuyos, ya no. Ya no te merezco, ya no te merezco.
La pelinegra tomo su almohada y la abrazo fuertemente mientras sollozaba en la habitación al tiempo que en otro lugar de la ciudad un taxi se detenía frente a un lujoso edifico.
¡Gracias¡ dijo Gokú antes de bajar del taxi.
Una vez que estuvo frente al edificio Gokú camino a paso firme hacia él.
¿A dónde va?, dijo un hombre de uniforme que vigilaba el mismo.
Voy a visitar a alguien que vive aquí, respondió Gokú.
Estas no son horas de visita jovencito, todas las personas que viven en el edificio ya están durmiendo, dijo el hombre.
Lo sé pero necesito hablar con Milk, dijo Gokú con firmeza.
¿Milk?, dijo el hombre de uniforme.
Si, Milk Ox, ella vive en el piso........, decía Gokú siendo interrumpido por el vigilante.
Si, si se dónde vive esa niña tan hermosa, que lastima que se nos case, ¿verdad?, ¿usted es familiar de ella?, dijo el vigilante.
Si, mintió Gokú.
Pues ella no está aquí, la vi salir hace algunas horas con su futura cuñada y la verdad no creo que regrese joven, si lo que busca es un lugar para quedarse para esperar que amanezca yo le puedo prestar mi habitación, total a estas horas no la uso, sino hasta la mañana que tengo descanso, dijo el vigilante.
¿No volverá?, respondió Gokú con nostalgia.
No, yo escuche que no volverá, dijo el vigilante.
¿Y no sabe a dónde fue?, pregunto Gokú.
No joven, no, dijo el vigilante.
La esperare, a lo mejor vuelve, respondió Gokú.
¿Quiere que le preste mi habitación para que descanse?, dijo el vigilante.
No, no se preocupe, aquí la esperare, ¿puedo sentarme aquí?, dijo Gokú mirando una grada.
Tome asiento en mi silla, respondió el vigilante.
¡Gracias¡ dijo Gokú.
Horas después:
Gokú abría sus parparos al sentir los rayos de sol en su rostro.
Ya amaneció joven, dijo el vigilante.
Milk, ¿regreso?, pregunto Gokú desesperado.
No joven, no, dijo el hombre intrigado por la actitud del joven de cabello alborotado.
¿Seguro?, dijo Gokú.
Si segurísimo joven, la señorita Milk no ha vuelto, creo que lo mejor será que vaya a algún hotel hasta que espere la hora de la boda para que pueda verla, respondió el hombre.
Gokú no dijo nada solo se puso de pie con la mirada entristecida mientras pensaba: ¿Y ahora qué hago?, lo único que me queda es ir a la iglesia a esperarla hasta que llegue y antes de que ingrese a la ceremonia hablar con ella.
¿Joven está bien?, dijo el vigilante al ver la tristeza en los ojos del joven de cabello alborotado.
Si, si, ¡gracias por todo¡ respondió Gokú antes de retirarse del edificio.
El joven de cabello alborotado empezó a caminar sin rumbo fijo luego de varios minutos de estar caminando se detuvo frente a un parque y tomo asiento en una de las bancas mientras pensaba: Parece que el destino se empeña en evitar que hable contigo.
Gokú se quedó sentando en la banca esperando que pasen algunas horas para ir a la iglesia donde sería la boda de la mujer que el aun amaba.
Horas después: "Hotel"
Una entristecida pelinegra se miraba frente a un espejo vestida de blanco al tiempo que su gigantesco padre entro a la habitación donde ella estaba.
Ya estoy aquí por ti hija, dijo el señor Ox al tiempo que la pelinegra giraba a verlo.
¡Padre¡ dijo Milk con dolor en su voz.
Milk, cambia esa cara, esto es lo mejor para todos, mejor vámonos de una vez, dijo con firmeza el señor Ox acercándose a la pelinegra para tomarla del brazo.
La pelinegra camino con su padre sin pronunciar palabra alguna hasta el lugar donde estaba la limosina de color blanco que la llevaría a la iglesia.
Mientras tanto: "Iglesia"
Un impaciente joven de cabello negro lacio se encontraba junto a sus padres en el altar.
Cálmate cariño, Milk no demora en llegar, decía su madre.
Mujer, ve con nuestra hija, no la dejes sola, yo me quedo con nuestro hijo hasta que empiece la ceremonia, dijo el señor Android.
Está bien, respondió la mujer.
Fuera de la iglesia:
Un apuesto jovencito de cabello alborotado veía a varias personas entrar a la iglesia al tiempo que escucho: La novia llego.
Gokú giro su rostro hacia el lugar donde las personas miraban: Entonces la vio vestida de blanco, tan bella como él una vez la imagino, pero había algo en su mirada que la hizo darse cuenta que ella no era una novia feliz como le dijo su padrino, ella estaba triste, muy triste, su mirada lo expresaba, su rostro también además estaba muy pálida.
Ante ello Gokú decidió caminar hacia ella al tiempo que un gigantesco hombre giro su rostro como si hubiera presentido algo encontrándose con el jovencito de cabello alborotado que venía en dirección a ellos.
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