Capítulo 15: "Aprovechando la ocasión: Mentiras y manipulación"
Ya había pasado más de una semana desde el accidente automovilístico de Milk y Diecisiete, una semana desde la cual la vida de Milk cambio de manera repentina pues tuvo que dejar de asistir al instituto para poder estar pendiente de la evolución de su amigo que aún seguía hospitalizado pues su cuadro de ceguera no revertía además Majim boo había sido encarcelado por los delitos de los cuales la pelinegra lo había acusado.
Debido a todo lo que había sucedido en esa semana, la pelinegra se había olvidado enviarle su carta quincenal a su amado pues la pobre se sentía culpable de lo que a Diecisiete le había pasado y se la pasaba prácticamente en el hospital pendiente de la evolución del joven quien le había pedido que no le informe nada a sus padres ni hermana pues no quería preocuparlos.
Gokú por su parte seguía entrenando arduamente para el campeonato master, sin embargo no dejaba de apoyar a su padrino en su casa lugar al cual asistía dejando un día. Gokú a pesar de la distancia seguía amando a la pelinegra con mayor intensidad y él cada vez que se acercaba una nueva quincena se mostraba más feliz pues pronto recibiría carta de su amada.
Fri pan: "Gimnasio"
Un apuesto jovencito de cabello alborotado de rostro radiante de alegría acomodaba unos sacos en un salón mientras un joven cabello de flama lo miraba.
Oye insecto, hoy día amaneciste más feliz que de costumbre, ¿a poco ya andas con novia?, decía intrigado Vegueta.
No, claro que no, respondió Gokú con calma.
¿Entonces a que se debe tanta alegría?, ¡ah, ya se¡ más marcas quieren auspiciar tu carrera, dijo Vegueta.
No, no es por ello, respondió Gokú.
¿Entonces?, dijo Vegueta intrigado.
Simplemente estoy feliz, es todo, respondió Gokú.
Esa no es una respuesta válida Kakaroto, dijo Vegueta molesto.
Pues esa es la verdad, respondió Gokú con firmeza.
A mí no me engañas insecto, tú te traes algo, aunque ahora que lo pienso cada 15 días traes esa sonrisota en tu rostro y esta te dura casi dos días pues luego de nuevo te noto deprimido, decía Vegueta.
¿Qué?, esas son figuraciones tuyas Vegueta, respondió Gokú al tiempo que un calvo llegaba al lugar.
¿Ya termino el grupo?, dijo el calvo.
Si, ya puedes usar el salón para entrenar, respondió Gokú.
¿Puedes?, podemos dirás, recuerda que tenemos que prepararnos muy bien para el campeonato master, es más yo ya me voy a entrenar, dijo Vegueta con firmeza antes de salir del lugar dejando solos al calvo y al joven de cabello alborotado.
Si, lo sé, respondió Gokú sonriendo mientras veía salir al joven cabello de flama.
Una vez que el joven cabello de flama salió del lugar Gokú miro a su amigo calvo con ilusión.
¿Me tienes mi carta?, dijo Gokú con una amplia sonrisa.
No amigo, aun no me ha llegado ninguna carta de ella, tal vez me llegue hoy o mañana, ya vez que a veces hay retraso en la correspondencia, respondió el calvo.
Si, tienes razón, dijo Gokú.
Mejor vamos a entrenar, como dice Vegueta tenemos que estar muy bien preparados físicamente para el torneo master, decía el calvo.
Si, tienes razón, vamos a entrenar, respondió Gokú con una ligera sonrisa.
Capital Central:
Una bella jovencita pelinegra entraba a una habitación en donde se encontraba un joven de cabello negro lacio que tenía vendada la cabeza, las piernas y uno de sus brazos.
¿Cómo te encuentras?, dijo Milk con calma.
Igual hermosa, igual, respondió con nostalgia Diecisiete.
Escuche decir a los médicos que hoy te retiran las vendas y ya podrás levantarte de la cama pues no hay lesiones de gravedad ya, dijo Milk.
Y de que me sirve eso, si no puedo ver, no veo nada Milk, no veo nada, decía Diecisiete con rabia mientras pensaba: Si esta es la única manera de tenerte junto a mí, me condenare a fingirme ciego de por vida, si es necesario, con tal de que tú seas mía.
Cálmate, cálmate Diecisiete no es bueno que te tensiones, los médicos me dijeron que te harán otros estudios, tal vez hasta tengan que intervenirte, decía Milk.
No, yo ya no quiero más estudios Milk, ya no quiero nada por ahora, solo quiero volver a mi departamento, solo quiero ello, ¿le enviaste la carta a papá como te lo pedí?, decía Diecisiete.
Si, se la envié hace cuatro días,...... respondió la pelinegra quedándose callada repentinamente al tiempo que pensaba: Esta semana me tocaba escribirle a mi príncipe, ¡como se me pudo olvidar! en cuanto pueda le escribiré y le enviare su carta, pensaba la pelinegra.
¿Por qué te quedaste callada Milk?, ¿es que ya te fuiste?, decía Diecisiete mientras la pelinegra lo miraba con nostalgia.
No, aquí sigo, respondió la pelinegra tomando la mano del joven de cabello negro lacio.
¡Qué bueno! pensé que me habías abandonado, dijo Diecisiete mientras la pelinegra solo entristeció.
Días después:
El padre de Diecisiete había llegado al hospital de la Capital Central para ver a su hijo.
Señor Android, dijo la pelinegra al verlo.
¡Hola Milk¡ ¿Cuál es la habitación de mi hijo?, pregunto el hombre con preocupación.
Esa, dijo Milk señalando con su manos la misma para luego continuar diciendo: Él ahora esta con la visita médica.
¿Cuál es su estado?, dijo el señor Android.
Pues las lesiones evolucionaron de manera favorable como le mencione en la carta solo esta su ceguera aparentemente postraumática, pues según los estudios que le realizaron no hay daño en la zona de la visión del cerebro, ni en los ojos y la verdad dudo que se hayan equivocado en ello, ¿no?, respondió Milk con calma.
Estas tratando de decirme que mi hijo está creyéndose ciego sin estarlo, dijo molesto el señor Android.
No señor, pero eso es lo que me dijeron los médicos, que tal vez el mismo impacto le produjo una ceguera nerviosa, que con los días se le pasara, lo extraño es que ya paso más de una semana desde el accidente,......., decía Milk siendo interrumpida por el señor Android.
Sacare a mi hijo de este nosocomio y contratare los mejores oftalmólogos del país para que revisen sus ojos, dijo el señor Android.
Me parece bien ello señor Android, ¿su esposa y su hija vinieron con usted?, pregunto Milk.
No, por el momento preferí no decirles nada de esto, no quiero preocuparlas, si mi hijo no logra recuperar la vista entonces tendré que decirles la verdad, antes no, dijo con firmeza el señor Android al tiempo que un par de médicos salían de la habitación de Diecisiete.
Ya salieron, dijo Milk.
Voy a preguntarles sobre mi hijo y luego voy a verlo, respondió el señor Android.
Iré a cambiarme de ropa a mi departamento, dijo Milk mientras el señor Android asentía.
El señor Android se dirigió a platicar con los médicos, mientras la pelinegra decidió ir a su departamento.
1 hora después:
El señor Android platicaba con su hijo dentro de su habitación.
Y eso me dijeron los médicos, decía el hombre.
Padre, te voy a decir algo, pues solo no voy a poder con esto, además ello nos beneficia a todos, respondió Diecisiete.
No comprendo hijo, ¿Qué sucede?, dijo el señor Android intrigado.
Padre yo no estoy ciego, yo veo perfectamente, pero no se me ocurrió nada mejor para poder lograr que Milk esté pendiente de mí, tú sabes cuánto la amo padre, además un matrimonio con ella nos beneficia a todos, hasta al padre de ella, por eso necesito tu ayuda y si es necesario también la ayuda del señor Ox, claro él no debe saber que me estoy fingiendo ciego............, decía Diecisiete mientras su padre lo escuchaba sorprendido.
Mientras tanto:
En un departamento una bella pelinegra guardaba la carta que había acabado de escribir en un sobre.
Ahora si a dejarla al correo y de allí al hospital, pensaba la pelinegra mientras se ponía de pie.
La pelinegra tomo su bolso y salió a paso rápido del departamento.
Hospital:
El señor Android miraba sorprendido a su hijo luego del plan que este le había comentado.
No me desagrada la idea de ser familia de Ox, tú lo sabes hijo, ¿pero crees poder sostener una mentira así?, decía preocupado el señor Android.
Si padre, además como te dije solo me fingiré ciego por un tiempo hasta lograr casarme con ella, unos meses después milagrosamente recuperare la vista y todo será felicidad para todos, padre si no hago ello Milk no corresponderá a mis sentimientos, yo estoy seguro que ella está enamorada de alguien que no pertenece a nuestro círculo social, por ello se niega a corresponderme y no es capaz tampoco de presentarlo a él ante su padre. Milk es muy sensible, si la presionamos un poquito ella terminara aceptando no solo el noviazgo sino también el matrimonio, pero para ello tenemos que manipularla padre, jugarle al sentimiento, dijo Diecisiete.
Está bien, yo hare ello y también convenceré a Ox de que nos apoye, después de todo tú supuestamente quedaste ciego por proteger a su hija, además creo que él de hecho preferirá de yerno a un ciego pero millonario y de abolengo a un sano y pobretón, respondió el señor Android.
Lo mismo pienso padre, dijo Diecisiete.
Bueno, voy a tramitar tu alta, hoy mismo volvemos a tu departamento y yo me encargo de que Milk se convierta en tu enfermera personal, después de todo te debe la vida, dijo el señor Android mientras su hijo sonreía.
Horas después:
La pelinegra llegaba al hospital al tiempo que Diecisiete con ayuda de unas muletas y con el apoyo de una enfermera salía de una habitación.
¡Gracias¡ ya llego el apoyo de mi hijo, dijo el señor Android mirando a la pelinegra.
Ya le dieron el alta, dijo Milk acercándose al señor Android y a su hijo.
Si, como veras mi hijo necesitara mucho apoyo, no lo podré llevar al pueblo pues tu sabes que allá tenemos muchas limitaciones por ello él se quedara aquí en la Capital Central para que siga su tratamiento, como te dije buscare los mejores oftalmólogos del país para que puedan curarlo, pero mientras tanto voy a necesitar de tu apoyo, tienes que cuidar a mi hijo como él te cuido a ti en el accidente, él me lo conto todo y los médicos me dijeron que si él no se movía de su asiento no hubiera sufrido tanto daño,......., decía el señor Android.
Padre, no digas eso, yo volvería a proteger a Milk nuevamente si fuera necesario, ella es lo más valioso para mí, dijo Diecisiete haciendo que la pelinegra sintiera una tremenda opresión en su pecho.
Solo digo la verdad, Milk debe ser muy agradecida contigo siempre, bueno es hora de irnos, Milk, ¿puedes apoyar a mi hijo?, dijo el señor Android.
Si, respondió la pelinegra en voz baja.
¡Gracias hermosa¡ dijo Diecisiete.
Los Android y la pelinegra salieron del hospital y abordaron un auto para ir al edificio donde vivían una vez que llegaron a este Milk acompaño a Diecisiete y su padre hasta su departamento y permaneció allí por un par de horas apoyando al joven de cabello negro lacio en todo lo que este supuestamente necesitaba.
2 días después:
Milk ayudaba a Diecisiete a llegar hasta la mesa de su comedor mientras platicaba con él.
Ten fe, tú padre conseguirá un buen oftalmólogo que cure tus ojos, decía Milk mientras ayudaba a sentarse a su amigo.
Eso espero, pues no quiero ser una carga para ti, dijo Diecisiete.
No, no eres una carga, somos amigos, respondió Milk.
Ahora que estoy ciego mucho menos tengo opción de ganarme tu corazón, ¿verdad?, dijo Diecisiete con amargura.
Diecisiete, no hablemos de eso, si, mejor come, yo te apoyare con los alimentos como lo he estado haciendo hasta ahora, respondió Milk.
¡Gracias¡ ojala papá cierre pronto ese negocio en el pueblo y vuelva a apoyarme, no quiero ser una carga para ti, por mi culpa ya ni estas estudiando, dijo Diecisiete.
Eso es lo de menos, ahora lo único importante eres tú y tu bienestar, respondió la pelinegra con calma.
Fri pan:
Un gigantesco hombre escuchaba con atención lo que el señor Android le decía.
Y ello es todo lo que ha sucedido a nuestros hijos, como veras la peor parte se la llevo mi hijo por proteger a tu hija, por ello creo que ella está en deuda con él, como te dije mi hijo sospecha que tu hija anda enamorada de un chiquillo que no pertenece a nuestro círculo social, por ello él quiere aprovechar esta oportunidad para que ella lo acepte como prometido. Mi hijo recuperara la vista, esa ceguera es algo pasajero me lo dijeron los médicos por ello hay que aprovechar esto Ox, nos conviene a los dos................., decía el señor Android mientras el gigantesco hombre lo escuchaba con atención.
Minutos después:
Está bien, acepto ayudarlos, como bien dices lo de tu hijo es algo pasajero y yo pues prefiero para futuro esposo de mi hija a un ciego pero de abolengo y adinerado a un sano y arribista, dijo con firmeza el señor Ox.
Sabía que dirías ello, respondió el señor Android con una amplia sonrisa.
Mientras tanto: "Gimnasio"
Un apuesto jovencito de cabello alborotado terminaba de leer la nueva carta que le había enviado su amada al tiempo que la doblaba para guardarla en su sobre.
Mi niña, yo también te necesito y extraño mucho, no comprendo esta carta me pareció algo extraña pues sentí algo de nostalgia en las palabras que redactaste ¿o serán ideas mías?, bueno te lo preguntare en la carta que te escribiré, pensaba Gokú mientras guardaba la carta en su maletín de entrenamiento.
¿Ya te vas hijo?, dijo un anciano maestro.
Si maestro Roshi, pero si necesita apoyo en algo solo dígamelo, respondió Gokú con una amplia sonrisa.
No hijo, no te preocupes, ya puedes irte, respondió el anciano maestro con una cálida sonrisa.
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