46
~Recuerda que pasare por ti en un rato.- Me recordó Eunbi.
-Tranquila Unnie, estaré lista para cuando llegues.
~En serio, gracias por acompañarme a la renovación de votos de mis abuelos, moriría del aburrimiento si me quedara sola.
-Y por que no llevas a Sowon Unnie?
~Porque ayer tuvimos un pequeño...percance?
-Me lo estas afirmando o preguntando?
~Afirmando?
-Ya deja de extender la charla y dime que paso.
~Es que...Ehm...bueno...
-Te conozco mejor que nadie y por tu tono el tema te avergüenza, cuantame que paso.
~Eh...Yo...
-Eunha...
~Casi tuvimos sexo! Ya esta! Lo dije!
Ahogue un chillido de emoción y frustración al mismo tiempo-Y cual es el maldito problema?
~Le lance una manzana a la cara cuando quiso sacarme la blusa y huí de su casa.
-Y por que hiciste eso?!
~ENTRE EN PÁNICO!...ahora no me siento capaz de mirarla a la cara y no hemos hablado desde ayer.
-Que vueltas da la vida no? Ahora eres tu la que se niega- un suspiro pesado se escuchó de la otra línea- me lo dijiste hace poco, "En algún momento sucederá, la conoces hace mucho tiempo, bla bla"
~Deja de utilizar mis frases contra mi, solo, solo...no se porque reaccione así y...Y si Unnie no me habla porque esta enfadada?.
-Sowon nunca se enfadaría por eso, a menos que le hayas roto la nariz con la manzana, pero tienes la misma fuerza que un niño de cuatro años así que no te preocupes, seguro esta dándote tiempo.
~Supongo que tienes razón- se escuchó otro suspiro pero esta vez denotando alivio- bien, nos vemos en un rato.
-Adiós.
La llamada término y mire el vestido que había dejado sobre mi cama. La realidad es que no soy muy apegada a las faldas o vestidos, pero el evento al ser formal, lo amerita.
Luego de vestirme y darme cuenta de que aún tenía mucho tiempo, salí de mi habitación con la idea de ver a Yerin por un rato.
Al instante que subí sentí mis labios resecos y los relami viendo a mi novia hacer ejercicio.
Inconscientemente mi mirada viajó por su cuerpo y se detuvo en el pequeño y sexi short que traía resaltando su...No, controlate Hwang, no puedes actuar como una puberta hormonal.
Sacudi mi cabeza-H-hola- Mierda, ya empecé mal. Segundo intento.-Hola.
Dejo las flexiones y se levantó brindando me una sonrisa.
-Princesa -Tomó una toalla y la paso por su cuello limpiando los rastros de sudor mientras caminaba Hasta mi.
Tranquila Eunbi, Respira y demuestra que puedes lidiar con ese abdomen.
Me miro de arriba a bajo -Estas vestida como mujer!
No se si debería sentirme insultada o reírme...Nah, al final tiene razón, esto solo sucede una vez en la vida.
-No será por mucho- rei- sólo acompañare a Eunha a un evento familiar.
-Ahora todo tiene sentido- Rodé los ojos riendo- Y por que estas aquí?
-Acaso ya no puedo extrañarte?
-Vez que al final si tienes corazón?- sonrio dejando un sorpresivo beso en mis labios.- Bueno, ya que estas aquí quería contarte sobre al...
-Eunbi -una voz familiar a la vez que peligrosa nos interrumpió.- Estas aquí hija?
Inmediatamente me alertó el sonido, bastante cercano, de una puerta abriéndose y no era la de mi cuarto.
Mire a Yerin y en cuestión de una fracción mínima de segundos ella había apagado la luz y metido dentro del ropero, mientras que yo, rápidamente baje las escaleras encontrandome con mi madre al pie de ellas.
-Aquí estas Eunbi, que hacías allí arriba? -pregunto moviendo su cabeza de lado a lado intentando mirar detrás de mi.
-Sólo...Solo me preguntaba porque...Porque papá es tan exitoso y supuse que se debía a su estudio, así que estaba buscando sus libros de la universidad.
Me miro por algunos segundos y luego asintió borrando cualquier signo de desconfianza.
-Me alegra que por fin estes velando por el futuro de tu familia y ya no tengas ideas raras con esa habitación como cuando eras pequeña, por un momento creí que estabas allí por eso.
Con mi mejor fuerza de voluntad y una sonrisa falsa negue.
-Claro que No- intente sonar lo más convencida posible mientras cerraba la puerta del Ático y comenzaba a caminar con mi madre sin un rumbo fijo.
-Hablando de tu padre, el me mencionó que tuvieron una discusión.
Asenti.
-Fue una discusión tonta, no tiene sentido volver sobre ella, ya entendí que el tiene razón.
Darle la razón, era la única forma de que me dejaran en paz, si insistía con el problema, siempre mi madre estaría del lado de mi padre así que la discusión nunca terminaría.
-Me pone tan feliz que comprendieras- dijo dejando un beso en mi mejilla para luego dejarme sola.
Negue soltando un gran suspiro y acaricie mi nuca.
Me dirigi a la cocina y tome asiento en la mesa sacado mi celular. Le iba a mandar un mensaje a Yerin.
[Chat de Yerin diosa yo mugrosa]
"Idiota, por eso ayer estuvo jugando con mi celular" Pensé
Le cambiare el nombre por uno mejor...
[Yerin con Y de yeTORTILLA]
"Ahora si, eso sí es un buen nombre".
12:25
Yennie
12:26
SinB
No paso nada no?
12:26
Tranquila Unnie
No sospecha nada.
12:28
Nada de nada?
12:29
Nada nadita
12:29
Entonces ya puedo relajarme.
12:30
Oye, por cierto.
Donde estas?
12:32
En tu corazón(?)
En la cocina.
Me alegra que no haya nadie, no soportaría otra charla sobre esta familia.
Por qué la pregunta?
Visto✓✓
Mori ignorada
Bloquee mi celular y suspire echando la cabeza hacia tras mirando el techo que en ese momento era lo más interesante mientras esperaba a Eunha.
Y digo, era lo más interesante, porqué lo fue Hasta que el sonido de una voz muy reconocida hizo presencia en la cocina, no era mi familia, no era nana, no era mi mejor amiga.
-Yerin que haces aquí idiota?- susurre viendo como corría Hasta posicionarse a mi lado.
-El idiota me dolió- también hablaba susurrando- es que en serio quería hablarte de algo import...
El sonido de unos pasos que cada vez se escuchaban mas cerca nos volvió a alertar a las dos.
-Rápido, métete debajo de la mesa- dije levantando el mantel que la cubría.
Yerin se escondió precisamente en el momento en que mi padre hacia presencia en la cocina. Suerte que hablaba por su celular, sino tal vez hubiera visto algo inusual y no estábamos en las mejores condiciones como para que comience a sospechar de mi.
Podía escuchar Cómo hablaba o, mejor dicho, discutía con alguien de la empresa.
-No, nada de eso, necesito alguien que se ocupe de mi agenda y más te vale que la persona que consigas sea igual o más eficiente, no como las últimas tres que entraron.
El continuaba discutiendo pero mi sentido de la audición dejo de existir cuando comencé a sentir las manos de Yerin acariciando mis piernas, comenzando por mis pantorrillas y deteniéndose en mis rodillas apretandolas suavemente.
Trague en seco y levante levemente el mantel mientras mi padre estaba dado vuelta.
Sin siquiera susurrar movi mis labios para que los leyera.
"Deja de hacer eso"
Ella negó con una sonrisa siniestra y sus manos apretaron mis muslos provocando que un escalofrío me recorriera la espina dorsal.
"Nos meterás en problemas"
Colocó su dedo en sus labios indicando que haga silencio.
-Yerin -susurre.
-Eh? Dijiste algo hija? -se dio la vuelta. Inmediatamente baje el mantel.
Al parecer el ya había terminado la llamada.
-Con quien discutías?- pregunte rápidamente. No quería lucir diferente pero las manos de Yerin continuaban acariciando y subiendo por mis piernas.
-Le dije a JaeBum que me consiga una nueva asistente pero el muy idiota es inútil Hasta para eso, deberé buscarla por mi mismo.
Suspiro y volvió a mirar su celular tecleando cosas con el ceño fruncido. Volví a levantar el mantel al sentir las manos de Yerin intentando levantar el borde del vestido.
-Para -le ordene al sentir como su lengua rozó mi muslo, pero maldita sea mi suerte que mi padre volvió a oírme.
-¿Que?
-Para...¿Para que quieres una nueva asistente?.
Al principio me observó serio pero relajo la expresión un poco.
-La anterior renuncio- asentí mientras mantenía una mano bajo el mantel en la cara de Yerin intentando que se alejara.
-Ya encontrarás a alguien, no pierdas la esperanza- Deje de sentir a Yerin insistir y me relaje por una breve fracción de segundos hasta que sentí la boca de Yerin al rededor de mis dedos.
Aleje la mano y la coloque ensima de la mesa junto la otra cerrando mis piernas en el proceso evitando más cercanía.
-Lo sé, pero no es fácil encontrar a alguien eficiente en esta ciudad de inútiles.- fue lo ultimo que dijo mi padre antes de caminar fuera de la cocina.
Exhale y levante el mantel. Yerin había levantado mi vestido dejando a la vista mi ropa interior. En que momento habia hecho eso? Trague en seco al ver como mordía su labio mirándome fijamente.
Nunca en la vida podré quitar esas imágenes de Yerin de mi mente.
-No más - hable sería y, no voy a mentir, algo exitada.
-¿Y si no que vas a hacer?
Iba a responder pero cualquier sonido quedó atorado en mi garganta al sentir como abría mis piernas con brusquedad y su lengua pasaba por mi centro sobre la tela.
-Ah, si...
Tomó con más seguridad mi ropa interior y por impulso levante un poco las caderas dejando que Yerin se desaga de la parte de abajo.
Hundió su rostro y comenzó a lamer sin pensarlo. Al principio su lengua recorría de abajo a arriba provocando que Mi cuerpo temblará.
Aunque estaba poniendo mi mejor fuerza de voluntad, no pude evitar que un pequeño gemido escapara de mis labios cuando tomo mi clitoris con su boca y succiono con fuerza haciendo sonidos húmedos.
Era excitante pero aun así no podía disfrutar sabiendo que la casa estaba llena de personas, en especial, el saber que estaban mis padres.
Yerin dio una ultima lamida y se alejo con una sonrisa perversa.
-P-por que no sigues?
-Señorita Eunbi, esta bien?
Abrí mis ojos ipsofacta viendo a nana frente a mi, a una distancia prudente.
Me lleva el señor Satán
-Si Nana.
Escuche como Yerin reia bajamente y le di un golpe con el pie, sin fuerza, para que se callará.
-Yo solo, creí haber escuchado sonidos extraños.
-Yo no escuche nada.- negue sonando lo más inocente posible.
-Bueno, no interesa...quieres algo de comer?
-No te preocup...Ah...
Había metido un dedo sin previo aviso y había comenzado a moverlo lentamente.
Nana me miró extrañada.
-Segura?
Segundo dedo aumentando la velocidad.
-S-si, todo esta en orden- contuve la respiración evitando que más gemidos salieran de mi boca.
-Si usted lo dice- sonrei dejándola tranquila y por fin se marchó de la cocina.
Deje escapar todo el aire retenido en un solo suspiro sintiendo como aumentaba la velocidad de sus movimientos. Apoye mis manos en la mesa con fuerza.
Por un momento pensé que podría morir al sentir como disminuía el ritmo y con su pulgar me masajeaba, lentamente, muy lentamente.
Estaba siendo muy cruel pero a su vez demasiado placentero.
Unnie saco sus dedos y enterró sus rostro en mi tomando mis muslos con sus manos masajeandolos a su gusto. Eche mi cabeza hacia atras cerrando los ojos.
Otro gemido casi escapa de mi boca de no ser porque otra voz me interrumpió.
-SinB? -esa voz era de Eunha.
Abri mis ojos y me recompuse lo mejor que pude mientras que debajo de la mesa Yerin Continuaba moviéndose.
-H-hola Unnie- mi voz salió algo ronca y temblorosa debido al placer y el miedo de que se haya dado cuenta de lo que sucedía.
-Te sientes bien? Te noto algo roja.
-M-mejor que nunca.
Por un lado quería que Yerin se detuviera pero por otro lado, la sensación de peligro y de estar a punto de ser descubiertas, volvia la situación mucho más mórbida y excitante.
Y maldita sea que a Yerin le gustaba Arriesgarse.
-Cómo sea, pase por tu habitación y como no te vi pase por el ático, pero ni tu ni Yerin estaban, a ti ya te encontré, pero ella?
-Eh, c-con Yuju...si, salio con ella- mantuve mi voz calmada lo mejor posible mientras mi mente trabajaba rápido para poner excusas.
Eunha asintió cerrando ese tema pero entre cerrando sus ojos mirándome -Oye, Lo digo en serio, estas muy roja- comenzó a caminar hacia mi.
-No! -estire mis brazos indicándole que se detuviera.
Dejo de caminar y me miró extrañada.
-D-digo, estoy bien, tal vez sólo necesite tomar algo, dentro de esta casa hace calor- abanique mi rostro con una mano.
-Entonces te traeré algo de beber y luego nos vamos- señaló detrás de ella.
-S-si!- di un respingo en mi lugar al sentir como el pequeño cúmulo de nervios era levemente mordido.
Mi amiga frunció el ceño y se dio la vuelta cruzando la puerta de la cocina.
Levante un poco el mantel viendo la sonrisa que tenía Yerin.
-Maldita sea, no vuelvas a hacer eso...
Ella río.
-No te gusta?
A quien quiero engañar? Me encanta.
-Le e visto la cara a tres personas mientras tu estabas allí abajo, y una de ellas es Eunha, no será fácil mirarla a la cara.
Río y sin dejar de mirarme paso su lengua por todo mi centro Hasta adentrarse en el.
Esto era lo más malditamente caliente que me había pasado en toda mi vida.
Salía y entraba con su lengua moviendola de manera ágil y rápida.
Volví a cerrar mis ojos y sin pensarlo lleve una mano a su cabeza acercando mucho más su rostro incitando la a que aumente la velocidad, cosa que hizo de inmediato.
Un calor inmenso se apodero de todo mi cuerpo y mi pecho comenzó a subir y bajar más rápido, sabía lo que se acercaba.
De un momento a otro los movimientos se detuvieron y sentí como Yerin se alejaba dejándome atónita mientras la veía salir de debajo de la mesa.
-Que haces?- pregunte con cierta desesperación.
-Uy, por que me hablas así?
-No vas a terminar?
Sonrió ladinamente y negó con su cabeza.
-Hazlo tú.
Por primera vez en mucho tiempo sentía que la detestaba. Como mierda se atrevía a dejarme al borde de un orgasmo.
-Esto no es nada divertido Jung -dije con el tono más asesino que podía.
Me guiño una ojo riendo.
Miro rápidamente el panorama y abrió la cocina con cautela para luego salir corrieno dejándome con la boca abierta, exitada, posiblemente aún roja, desesperada, Aish, Jung Yerin me las pagaría.
Mientras silenciosamente creaba nuevos insultos dedicados a Yerin me arregle el vestido lo mejor que pude y pase a buscar a Eunha, quien tardaba en la cocina.
Ni bien entre, ella se encontraba mirando la otra puerta que conducía a la otra parte de la casa llegando así mas rápido rápido a las habitaciones. Tenía el vaso de su mano y el ceño fruncido.
Y lo recordé, Yerin había pasado por aquí.
-Unnie? -dije llamado la atención.
-Yo acabo de enloquecer o Yerin paso corriendo por aquí?
-Que? Seguramente fue Nana quien paso, Ya te lo dije, Yerin esta con Yuna Unnie.
-Juraría que fue ella, pero si tu lo dices- su tono de voz cambio uno despreocupado que me tranquilizó.
La inocencia te valga...
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