🏁 24. Como tú me amas 🏁
Llegaron a la habitación del hotel y Kira colocó el peluche sobre la cama antes de sentarse también y volver a leer la tarjeta que Enzo Moretti le había entregado. Tenía la firma y deseos de recuperación de toda la parrilla; en su momento faltaba Seung-Hee, así que no tardó en firmar él también, y aunque las disculpas y los detalles del piloto italiano le parecían demasiado, no podía dejar de sonreír y sentirse especial, como si todo estuviera saliendo bien, incluso si aún había obstáculos que enfrentar.
No iba a mentir, quería enmarcar esa tarjeta y guardarla como uno de sus mejores recuerdos de toda su carrera.
Vio a Lía abrir las cortinas dejando la luz entrar en la suite.
—¿Quieres que te pida algo para cenar? —le dijo sacando su teléfono.
—¿Una milanesa? —respondió Kira con un puchero, segura de que su representante la cuestionaría con la mirada—. Qué sé yo, tampoco es que estos ingleses sepan de comida decente...
Y su mánager decidió que lo mínimo que podía hacer, sería darle el gusto.
—Lía.
Al instante, supo que hablarían, y aunque no tenía miedo, sí sentía algo de nervios. Respiró profundo mientras se sentaba al lado de Kira en la cama, segura de que ya había enfrentado tantas cosas en todo el día, que podría con esa.
Por su lado, Kira se mantenía aferrada al peluche de capibara apoyando su cabeza sobre la del animal en busca de apoyo emocional y las palabras necesarias para pronunciar todo lo que quedó guardado desde aquella mañana tras el Gran Premio de Australia.
—Vos y yo empezamos de una manera distinta a lo usual, y lo más irónico de todo, es que sigo sin recordar gran cosa de esa noche, cómo se dieron las cosas o cuál de las dos empezó todo o si se sintió tan bien como estoy segura que se sintió.
»Cuando desperté y entendí todo, estaba aterrada porque sos mi amiga y desde que te conocí has estado en todas para mí, y no podía creer que de repente eso había pasado, pero te ví así, dormida tranquila y sin ropa, y pensé "¡Dios, pero si es re linda!", y ya no pude sacarte de la cabeza, y solo quería que me dieras otra oportunidad. Pero yo... di por hechas muchas cosas; asumí que entendías los sentimientos que yo todavía no quería terminar de procesar y mucho menos decir, y cuando quise enfrentar lo que teníamos me dio miedo y al final me rechazaste, y aunque en ese momento y todos los días después me sentí como la mierda porque esperaba que dijeras que me sentías como el amor de tu vida o qué sé yo, cuando te fuiste... entendí que tampoco te podías arriesgar con alguien que no había sido clara y directa del todo...
Se había esforzado en contar gran parte de lo que quería sin que le temblara la voz, pero en ese momento ya no pudo aguantar más, y estaba sollozando otra vez, cubriendo su rostro porque no quería que Lía la viera así, tal como había estado en los últimos días, y ya era inútil. No podía estar más vulnerable.
—Es que el tiempo que estuvimos juntas fue lo mejor que me ha pasado en la vida, y cuando todo se fue a la mierda no dejaba de pensar en qué me costaba habértelo dicho. Yo nunca quise que te sintieras como mi entretenimiento o una forma de liberar estrés, aunque admito que poder celebrar contigo cada noche me hizo mejorar mis carreras —soltó una risa de ironía, antes de mirarla de frente, con las lágrimas nublándole la vista—. En mi mente ya éramos todo sin explicar nada, pero eso no era justo para vos... Y no sé si aún tenga oportunidad de arreglar todo...
Pudo sentir más calma en el momento en que Lía colocó una de sus manos sobre las suyas, y con la otra secó las lágrimas muy suave. Acto seguido, se acercó a dejar un pequeño beso en sus labios.
—Te amo —pronunció en un susurro, y Kira se dio cuenta de que también estaba llorando—. No es todo tu culpa, es que yo nunca había tenido experiencia con estas cosas, y todo el tiempo me resistía a pensar que podía ser de verdad. La verdad aún siento que... puede ser un sueño, o una broma, o que sientes lástima...
—Lía...
—Espérame un minuto —pidió, tratando de mantener la concentración—. No sé si es porque soy libra o lesbiana sin experiencia, o simplemente mi autoestima está en los suelos, que me había acostumbrado a mirarte como un crush lejano, y aunque me hacía cargo de tus citas, no sentía celos porque estabas muy lejos de mi alcance, y me bastaba con que pudieras contar conmigo. Y de repente desperté ese día y también sentía terror de que no podía recordar nada, y lo más seguro es que luego de un poco de alcohol solté todo lo que llevaba tan guardado que creía que no tenía importancia y estaba molesta conmigo misma por no recordar pero agradecida de que no recordaras tampoco porque seguramente fui muy patética, y luego molesta y dolida otra vez porque no quería ser una más de tus citas y que te olvidaras de mí, y a la vez me convencía a mí misma de que eso era lo mejor que me podía pasar, y luego me había dejado atrapar tanto en todo lo que pensé que sería imposible que jamás pudiera pasarme que me dije que solo podía durar más si no hacía preguntas...
Tomó una pausa para respirar y secarse el rostro, y bajó la mirada, sintiendo cómo todas sus inseguridades la volvían mucho más vulnerable de lo que de por sí era.
—Tú eres como... perfecta. Y yo soy... yo. No había forma de que yo pudiera gustarte o que pudiera ser durarero, y aunque estaba casi segura de todo eso, no quería preguntar nada para no tener que enfrentar la realidad, pero no pude más y sentí que todo lo que me temía era real y que ya sentías asco de mí y no sabías cómo alejarte sin romperme la ilusión...
—Dios, no... —Kira la abrazó con fuerza, manteniéndola apretada contra su cuerpo, como si de alguna forma, el contacto la pudiera ayudar a entender cuánto la quería, cuánto la había extrañado. Cuánto la necesitaba.
Cayeron sobre el colchón, una sobre la otra, y la piloto aprovechó para acariciar el rostro de su representante y acercarse a besar su mejilla, su frente y después sus labios, una y otra vez.
—Te amo, Lía —prometió entre sus besos—. Demasiado, me volvés loca como no te hacés idea, con tus vestiditos y tu carita de chica buena, con lo fácil que es ponerte nerviosa, y lo bien que sabes hacer todo aunque sea la primera vez que hayas hecho en tu vida, y cómo cuidás siempre de mí, y me hacés sentir con tanta, tanta suerte, como si ya hubiera ganado diez campeonatos, como si con Caucho fuéramos la familia más feliz, y quiero tanto que vengas conmigo a Argentina a conocer a mis viejos incluso si es muy probable que no salga nada bien, pero lo quiero hacer con vos y nadie más...
Lía era ahora quien estiraba su mano para tocar su mejilla y quitarle el pelo del rostro para contemplarla mejor, con más cariño.
—¿Lo de ir a Argentina es en serio, o una expresión? —preguntó aguantando las ganas de sonreír.
—¡Claro que es en serio! En las vacaciones de verano, pero si tenés otros planes...
—Sí quiero ir —aceptó antes de estirar ahora su cuerpo para alcanzar a besarla, esta vez de forma más larga y profunda, abrazando su cuello hasta que volvieran a caer sobre la cama, y luego solo se contemplaron, con el maquillaje un poco corrido y las huellas de las lágrimas aún sobre sus caras.
—Somos un par de lloronas... —murmuró Kira, acostándose sobre su pecho.
Permanecieron en un largo silencio, seguras de que haber dicho todo lo que al fin necesitaban decir, y solo querían disfrutar la calma que tenían.
—Entonces... —murmuró Lía—, solo para asegurarme, ¿qué somos?
Kira volvió a colocarse encima para mirarla mejor.
—Sos mi novia. Si vos querés eso...
—¡Claro que quiero! ¿No te vas a arrepentir, no?
—Dios... —bufó la piloto volviendo a acostarse sobre su pecho. Aprovechó para acariciar el contorno de su cuerpo con la yema de sus dedos—. Tenemos mucho trabajo por delante.
—Solo por si acaso, no me molesta que sea un secreto. Sobre todo con lo de mi padre...
Kira empezó a contemplar todas las posibilidades. En ese momento, realmente le encantaría poder anunciar a todo el mundo que Lía Montecruz era su novia, pero no era tan sencillo, había mucho en juego.
—Solo porque aún estoy con ThunderBolt, pero si conseguís que firme con otra escudería, te juro que lo primero que haré será besarte delante del viejo forro de mierda ese...
—Tampoco creo que le importe —murmuró Lía, acariciando el cabello de la piloto y desenredándolo en sus dedos—. Sabes, me acordé de cuando nos conocimos por primera vez. Yo apenas tenía idea de cuáles serían mis funciones, y tú tenías una cara muy seria e intimidante... Tenía miedo de hacer algo mal y que me hicieras la vida imposible para siempre hasta que no me quedara más que regresarme a Ecuador, así que trataba de pensar al menos cinco veces en lo que diría o haría delante de ti.
Al instante, sintió a Kira romper en una carcajada mientras la abrazaba con fuerza.
—Ay no, pero vos ya sabés que esa es mi cara de orto que pongo cuando me pega el sol. Además, quién diría que yo te daba miedo cuando vos siempre me regañabas por gastarme la mesada en milanesas y mate cocido importado...
—No puedo decir nada desde la vez que gasté $30 en tres latas de encebollado importado... —murmuró Lía haciendo una mueca.
Kira no tardó en volver a colocarse encima para volver a mirarla de manera seductora, con una de sus manos en la cintura de la rubia.
—¿Y si hacemos cosas de novias? —inquirió con voz melosa, y la punta de su nariz a punto de tocarle el rostro.
Para su sorpresa, Lía rio y se estiró para dar un besito en su nariz.
—En un rato regresa Caucho de su paseo con uno de los mecánicos, y tu milanesa ya está en camino. Además estoy en mis días...
Kira hizo un puchero como una niña.
—Está bien. Según mi calendario mañana me toca también. Tenés que traer tus cosas acá, y mañana estaré bien para volver a Bruselas, y regresás a nuestro departamento —pidió muy seria, a lo que Lía asintió. tampoco tenía dinero suficiente para seguir buscando estadía en otra parte, así que agradecía la insistencia.
También aprovechó para mirar en su teléfono, actualizando su correo y también sus mensajes.
—¿Pasa algo?
—Nada, espero a que me liquiden...
🏁🏁🏁
Seung-Hee no tenía mucha experiencia en relaciones; lo más cercano era una amistad muy extraña con el hijo de un socio de sus padres, iban al mismo instituto y también a la misma academia para hacer sus tareas, y por supuesto, también pasaban mucho tiempo en la casa del otro. Podía considerarlo su fase de experimentación, algo que seguramente los dos fingirían haber olvidado por completo cuando ya estuvieran casados y con sus respectivas familias, pero Seung-Hee tenía planes distintos, muy lejos de Corea del Sur y su familia, y ya había crecido lo suficiente para aceptar que estaba muy lejos de ser el típico hijo modelo de familia chaebol. No importaba, para eso tenía a sus hermanos, y había otras formas de hacer orgullosa a su familia.
En su adolescencia, cuando apenas empezaba con los monoplazas, le resultaba más sencillo ir a bares, pero conforme se volvía más conocido, trataba de ser más cuidadoso, y se encargaba de sus propios documentos de confidencialidad. Excepto esa vez el año anterior que estaba bastante borracho luego de una mala carrera; había tenido la mala idea de descargar Grindr, y luego de conversar con un chico y jurarle que era Ha Seung-Hee, el tipo no le creyó y acabó bloqueándolo y denunciando su cuenta.
«Bueno, eso pudo haber acabado peor...»
La cuestión era que no consideraba que fuera algo malo el que le gustaran los hombres. El problema era qué hombres terminaban gustándole...
Todavía podía seguir odiando a Enzo Moretti, ganas le sobraban.
Sin embargo, cuando estaban en el hospital, sus disculpas con Kira fueron muy sinceras, y aunque no le había dicho nada a él, parecía que lo evitaba más por vergüenza que por orgullo. Quizás era demasiado fácil de convencer, porque descubrir que aparentemente no era todo ego, le hacía pensar con curiosidad en él. Y en esa sonrisa que le daban aún ganas de golpear para rompérsela.
Qué complicado...
Lo más patético de todo, era que en las horas en su suite solo, había dedicado su tiempo a revisar las redes de su rival y múltiples entrevistas. Se insistía a sí mismo que era solo para conocer su verdadera personalidad, pero en el fondo, buscaba una señal porque él nunca había sido tan tonto como para fijarse en alguien que definitivamente estaba fuera de su alcance, y su radar nunca se equivocaba.
No era que pudiera estar 100% seguro, y tal vez ya estaba delirando, pero no pensaba detenerse hasta haber encontrado algo que le diera la razón, por lo que seguía jugando a ¿Enzo Moretti es gay, o solo demasiado italiano?
La mayor prueba que tenía a su favor era que durante dos años había sido muy cercano a un cantante de pop italiano abiertamente bisexual. En internet encontraba cientos de fotos de los dos juntos, tanto en backstages de conciertos como en el paddock, pero en el Instagram de Enzo ninguna, como si estuvieran archivadas.
Maldita sea, que tuviera todo un lore de relaciones secretas entre famosos, lo volvía incluso más interesante.
De repente llegó una notificación a sus mensajes, y sintió que el corazón le dio un brinco, y eso que aún no había tomado nada de bebida energética.
Desconocido.
Hola, soy Enzo 👋🏻
«¡Puta madre!»
De golpe cerró todas las redes y las pestañas de búsqueda. Sabía que debía ser una coincidencia, pero estaba aterrado.
Apagó sus datos para abrir el mensaje sin que su emisor descubriera que ya lo había visto, y tecleó una y otra vez varias respuestas.
«¿Qué quieres?»
Borrar.
«¿Cómo conseguiste mi número?»
Borrar.
«Te voy a bloquear»
Borrar.
Respiró profundo, tenía que responder algo pronto para que no se notara que estaba tan sorprendido.
Al final, recurrió a algo más sencillo.
Seung-Hee
???
Desconocido.
Moretti, ya sabes...
Conseguí tu número del grupo en el que estamos todos, por si te lo preguntas
«Ok, eso tiene sentido...»
Seung-Hee
Ya sé.
¿Y qué quieres?
Desconocido.
Hablar contigo
Si quieres y tienes tiempo
Haces esos streams, ¿verdad?
Seung-Hee
Hoy no.
Hablo de los streams.
Desconocido.
¿Entonces sí quieres hablar? 😉
«¡Mierda, mierda, mierda!»
Seung-Hee
¿Hablar de qué?
¿Aquí por mensajes?
Desconocido.
[Ha citado un mensaje] Puede ser de cuánto me odias 😉
Si quieres puedes venir a mi suite
Estamos en el mismo hotel y puedo pedir comida y algo de beber
Seung-Hee
¿De verdad se te ocurrió esto y pensaste que diría que sí?
[Ha citado un mensaje] Usar esos emojis es muy 2015...
Desconocido.
Tampoco te estoy obligando
Si no soy tu tipo, no pasa nada, pero pensé que tendríamos mucho en común
Exactamente un minuto después, la puerta de la suite de Enzo Moretti fue golpeada con algo de violencia, y en cuanto el chico abrió la puerta, Seung-Hee pasó de inmediato, empujándolo contra la pared furioso y manteniendo su brazo contra el cuello del chico.
Se estaba volviendo una odiosa costumbre...
—¿De qué mierda estás hablando?
Y como siempre, el estúpido no parecía intimidado. Es más, esa odiosa sonrisa seguía así, tan seguro de que él había ganado.
—¿Ya guardaste mi número?
*
*
*
*
👀👀👀👀👀👀???? Momento de hacer teorías de qué pudo ocurrir después sjasj
Este es otro de mis capítulos favoritos sobre todo por nuestras chicas, pasé escuchando un montón de veces POV de Ariana Grande y de allí el título 🥺🫶
¡Espero que les haya gustado!💞
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