🏁 20. Plan B 🏁
No había pasado tanto tiempo desde la última vez que Lía atendió una carrera de Fórmula 2. Aún podía recordar a Kira en el segundo lugar del podio, graduándose orgullosa, y lista para el siguiente y más importante paso en su lista de sueños por cumplir.
Podía disfrutarla como cualquier carrera de Kira, pero tener a su padre y jefe al lado, en el palco de la zona VIP, le impedía concentrarse en cualquier cosa. Estaba muerta de nervios, y había demasiado ruido como para poder hablar.
Decidió enfocar su mirada en el piloto de la academia de ThunderBolt. Estaba peleando por el primer lugar, y no iba a tardar en conseguirlo.
Aprovechó una de las curvas para acelerar con gran habilidad y tener el primer lugar mientras su contrincante frenaba. Era claro que lo hacía bien, que prometía mucho.
—Mathies Grijshof —dijo Alfonso de repente como si leyera la mente de Lía. Ya lo había escuchado un par de veces, pero era imposible que se lo aprendiera o adivinara cómo se pronunciaba eso—, tiene dieciocho años, recién los cumplió la semana pasada.
»Es muy carismático y ya tiene muchos patrocinadores dispuestos a apostar por él cuando se gradúe de esta categoría.
Alfonso era sutil, pero poco a poco su hija empezaba a entender. O no, no entendía nada.
—Es muy seguro que en Mathies está el futuro de ThunderBolt, sería muy tonto permitir que un talento así se quede estancado a la espera de un puesto.
«Mierda, mierda, mierda, no sería capaz...»
Pero sabía que sí lo era.
Empezaba a faltarle la respiración y no quería ser más obvia, y le urgía por lo menos una caja entera de cigarrillos.
—Pero el puesto está ocupado. Por una ganadora de dos carreras en tan solo su primera temporada, con enormes probabilidades de ser una futura campeona —rebatió firme.
Sabía que no podría quedarse callada por mucho más tiempo, que su trabajo implicaba pelear con uñas y dientes por Kira, y lo haría.
—No voy a tapar el sol con un dedo, Analía. Es verdad que Kira nos sorprendió a todos, ha sido más de lo que esperábamos de ella, pero desde siempre, la idea había sido que se mantuviera ocupado el puesto del segundo piloto de ThunderBolt en espera de alguien con más talento. Ese alguien es Mathies.
—Está en cuarto lugar en el campeonato, ¿cómo puedes decirlo con tanta seguridad?
Alfonso levantó la mirada hacia la carrera, donde Mathies seguía liderando, y Lía se contuvo de pedirle a Dios que se le reventara una llanta, que se le sobrecalentara el motor. Lo que sea mientras no fuera muy peligroso.
—Sigue sin ser una apuesta segura, cuando Kira ya ha adquirido experiencia y como dices, ha sobrepasado las expectativas.
—Ya, Analía, te entiendo —suspiró el hombre con un aire de condescendencia que ella odiaba—. Es tu trabajo, lo sé, me alegra ver que sepas hacerlo, pero también eres parte del equipo. Piensa en lo que es mejor para el equipo...
Era una ridiculez, considerando que siempre que podía, la apartaba de los planes del equipo...
—Tienes miedo de quedarte sin trabajo, supongo. Está bien, eres buena, no voy a dejarte fuera de esto —siguió su padre—. Mathies necesita un representante con mayor experiencia en Fórmula 1, así que eres ideal para el puesto.
Increíble. Era una realidad que los jefes muy hijueputas sin duda no se extinguirían, pero era peor cuando encima, también era su padre.
Podría aceptar su despido en ese instante porque no iba a traicionar a Kira Russo. Y Alfonso lo sabía, todo aquello no era más que para divertirse, para regodearse en el control que tenía sobre las decisiones del equipo.
—¿Y Kira? —insistió una vez más, con la voz temblándole de rabia.
—Kira va a seguir bajo el equipo, tenemos otros planes para ella. Con su talento, seguro que le irá muy bien en la categoría de IndyCar, o también en el Campeonato mundial de resistencia. Ella misma podrá elegir lo que más le apetezca —sonrió como si les estuviera haciendo un favor.
Lía suspiró mientras cerraba sus manos en puño. Todas las ideas que cruzaban en su mente la llevarían a prisión, por lo que debía calmarse.
—Pero va a seguir compitiendo el resto del campeonato —pronunció como una orden. La situación actual era mala, pero podía ser incluso peor, cuando algunos equipos no dudaban en cambiar a sus pilotos a media temporada.
—¡Por supuesto que sí! Pero para Canadá, usaremos su monoplaza para que Mathias pueda conducir en las primeras prácticas libres y empezar a tener experiencia. Ya sabes cómo es esto, Kira también hizo lo mismo...
Lía giró los ojos sin evitarlo.
—Sí, lo sé —respondió seca, antes de recordar algo muy importante de su anterior y fallida reunión—. Entonces solo quisiera que Hale siga siendo el ingeniero de Kira por el resto de la temporada. Compaginan bien y han dado buenos resultados.
—Marc pidió una licencia pero está a punto de reincorporarse. ¿Qué se supone que haga si quieres que se quede Hale? —reclamó el hombre, intentando culparla.
Mathies acababa de cruzar la bandera a cuadros en el primer lugar, pero Lía agradecía que sus plegarias de un accidente no se cumplieran. Solo quería llegar a su hotel y si fuera posible, construir un equipo de cero solo para Kira.
—No lo sé. Puedes darle a escoger entre IndyCar, o el Campeonato mundial de resistencia... —murmuró, borrando cualquier rastro de sarcasmo en su tono—. Solo digo que Hale le está haciendo bien al equipo.
—Sí, eso es claro... —masculló Alfonso mientras masajeaba el puente de su nariz—. Haremos el anuncio oficial después de las vacaciones de verano, cuando Mathies firme su contrato.
Al menos para Lía, parte de la pesadilla acababa de terminar porque podía volver a su hotel, ¿pero qué se suponía que le diría a Kira?
Se quedó en la entrada del hotel hasta terminar otro cigarrillo. Veía a la gente entrar y salir, y no sabía qué hacer. No podía dejar de sentirse menos fracasada y molesta consigo misma porque deseaba haber podido hacer más.
Al llegar a la suite de Kira, se mantuvo quieta un par de segundos, consciente de que por más que esperara, no había manera de endulzar la verdad ni de quitarse la culpa. Tocó un par de veces y anunció que era ella.
—¡Entrá! —Escuchó del otro lado de la puerta.
Cuando Lía entró, Kira y Seung-Hee estaban sobre la cama mirando un juego en la Nintendo Switch del chico para pasar el tiempo, pero era obvio que los dos querían saber ya sobre el futuro del equipo.
La piloto se percató de su expresión inescrutable. Si esperaba un par de segundos y sonreía, todo había salido bien. Pero pasaban los segundos, y Lía seguía en silencio, sin saber a dónde mirar.
Dejó su bolso sobre una mesita y avanzó hacia los dos chicos.
—Yo... lo siento, Kira —murmuró cabizbaja, sintiendo vergüenza de tener que dar la noticia frente a su compañero—. De verdad lo siento...
Kira trataba de procesarlo. Sentía cómo su cuerpo pesaba más y contenía un suspiro.
—¿Tan... malo fue?
Solo podía imaginar que Alfonso había sido muy grosero con ella, y eso la hacía hervir de rabia. Al menos, si se iría del equipo, era la oportunidad perfecta de poder ser honesta al fin con él.
—No me gritó —aclaró al reconocer la mirada de Kira—. Pero no tenía intenciones de negociar nada sobre la siguiente temporada... Van a subir a ese chico de Fórmula 2, Mathi... como sea —sacudió la cabeza, molesta de tener que intentar pronunciarlo.
Rápidamente, Kira se giró a su compañero para traducir la noticia, y con el contexto, Seung-Hee se quedó en silencio, pensativo.
—Lo siento mucho, Kira... —murmuró tocando su brazo.
—No pasa nada...
Pero sí que pasaba. Su sueño quedaría allí, cuando apenas había empezado a vivirlo. Quería darse alguna palabra de consuelo pero solo sentía vergüenza y rabia.
—¿Entonces me despedirán de ThunderBolt? —preguntó temblando. Después de todo lo que le había dado a la academia y al equipo, le parecía injusto.
Lía negó con la cabeza, a pesar de que estaba insegura.
—Parecía interesado en que estuvieras en otras categorías, ya sabes, como IndyCar...
Al fin, Kira pudo soltar ese suspiro que llevaba retenido, aunque sonó más como una especie de gruñido de frustración.
—Sí, claro...
Por muy respetable que era la categoría, también era conocida por los fanáticos de los deportes de motor como el cementerio de los pilotos de Fórmula 1 que no consiguieron destacar. Si firmaba, ya podía imaginarse los comentarios en redes, todas las burlas que harían de ella.
—No es todo... —murmuró Lía a pesar de que había pensado en no decirlo porque no consideraba la opción en absoluto—. También dijo que me trasferiría como representante de ese chico, pero no lo haré. Lo que sea que elijas, seguiré contigo, así sea fuera de ThunderBolt. Si es lo que deseas, claro...
«Voy a arrastrar a ese viejo de mierda de los pocos pelos que le quedan cuando me vaya...», juró Kira en sus adentros.
—Por supuesto que es lo que deseo, pero, ¿qué haremos...?
No quería entrar en pánico, sobre todo porque ya veía a Lía bastante estresada y afligida. Ella también lo estaba, le pesaba muchísimo todo, pero no quería terminar de derrumbarse por ella.
Sin embargo, tampoco tenía una respuesta.
—Escuchen las dos, no firmen nada con ThunderBolt —intervino Seung-Hee muy serio—. Si Alfonso no considera a Kira es su problema, pero hay nueve equipos restantes que seguro matarían por tenerla jugando para ellos, así que no es el fin de todo. Lía, deberías intentar con todos los equipos que aún no han negociado a sus pilotos de la siguiente temporada.
Era tan lógico, que a Lía le sorprendía no haberlo pensado antes. Se había cerrado tanto a que ThunderBolt era la única opción, que olvidaba al resto de equipos.
—Es verdad... —asintió la rubia—. Sí, debería hacer eso mismo, ¡gracias, Seung-Hee!
—Lo único malo es que quería que siguieras siendo mi compañera...
Kira suspiró, queriendo dejarse caer sobre la cama. Si le preguntaban, terminaría enumerando más cosas malas que buenas de su equipo, pero fueron quienes le dieron su primera oportunidad en el exterior, y gracias a ellos había conocido a Lía. Valoraba que ella también la eligiera a pesar de que su historia era similar a la suya.
—Tal vez en el futuro volvamos a ser compañeros —prometió Kira, porque bien sabía lo incierto que podía ser el futuro cuando de Fórmula 1 se trataba.
Lo único seguro que tenía era que en ese momento estaba con las personas con las que más podía contar.
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YA SON 200K MIL GRACIAS!!!
De verdad que estoy muy sorprendida de lo rápido que creció esta historia, juro que cuando empecé a escribirla éramos mi novia, yo, las cuatro carreras que habíamos visto y un sueño kjsajhashj. Les puedo decir con mucha certeza que aún hay mucho NSI para rato, vamos a mitad del camino y espero que sigan disfrutando de la historia, recomendándola, etc 🫶🥹
Como regalo mi novia hizo una playlist con todas las canciones que Kira escucharía en sus prácticas. Advertencia, es MUY variada, desde canciones de disney, rock argentino, cumbia villera, kpop, EN FIN, Kira Russo una mujer de extenso conocimiento musical🙏🙏
les dejo un dibujito de Kira haciendo sentadillas uwu💞
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